Tenemos algo de división de opiniones sobre lo que realmente celebramos el 12 de octubre: para unos es la fiesta nacional, para otros el Pilar; los hay que dicen que el día del descubrimiento de América, otros el patronazgo de la Guardia Civil, el día de la Hispanidad. Pero nos olvidamos que todo está íntimamente relacionado y entrelazado, hasta el punto que se puede resumir en tres ideas: la Santísima Virgen María, la fe católica y España. Y es que España (y sus pueblos hispanos) están sostenidos por la fe católica que permanece firme a pesar de tantos contratiempos, como sigue en pie el Santo Pilar en Zaragoza.
El 12 de octubre de 1492 se descubrió América, pero no es por ese motivo por el que hacemos fiesta, sino que lo que hemos de tener presente es que el mismo día que los españoles pisaron por primera vez el continente americano en Aragón como en tantos otros rincones de nuestra geografía estaban celebrando a la Virgen del Pilar: ¿No nos damos cuenta del amor que María nos tiene?... Primero en el año 40 la Madre de Dios se aparece en Zaragoza junto al Ebro sobre una columna para animar al Apóstol Santiago que se veía abatido de comprobar que los que moraban nuestro suelo patrio no le hacía apenas caso... Un códice medieval que se custodia en Zaragoza dice textualmente al relatar la piadosa tradición de la venida de la Virgen a nuestra Tierra con estas palabras: “He aquí, hijo mío, Santiago, el lugar designado y deputado para mi honor. Mira este pilar en que asiento. Sabe que mi Hijo, tu Maestro, lo ha enviado desde lo alto por mano de los ángeles. Alrededor de este sitio colocarás el altar de la capilla. En este lugar obrará la virtud del Altísimo prodigios y milagros admirables por mi intercesión y reverencia a favor de aquellos que imploren mi auxilio en sus necesidades. Y el pilar estará en este lugar hasta el fin del mundo, y nunca faltarán en esta ciudad adoradores de Cristo”.
Y qué casualidad (no creo mucho en casualidades) que los españoles enviados por una Reina Católica con fama de santa llegan al nuevo mundo; alzan allí por primera vez una cruz y rezan la oración que Cristo nos enseñó precisamente el día de Nuestra Señora del Pilar. Así aquella isla llamada Guanahaní la bautizaron con el nombre de San Salvador (titular de las catedrales de Zaragoza y Oviedo), y todas aquellas islas de Rum Cay se denominarían "archipiélago de Nuestra Señora de la Concepción". La primera misa solemne de la que tenemos noticia en suelo americano tuvo lugar en la segunda travesía de Cristóbal Colón. Dicha celebración fue el día de la Epifanía de 1494 en La Isabela. Presidió la santa misa el P. Bernardo Boyl, religioso mínimo de San Francisco de Paula, nacido en la localidad oscense de Zaidín. En dicha celebración estuvieron el religioso de la Orden de San Jerónimo Fray Ramón Pané, el religioso mercedario Fray Juan Infante, y los religiosos franciscanos P. Rodrigo Pérez, Fray Juan de Ledeule y Fray Juan Tisim.
Es usual este día del año escuchar en muchas cadenas de radio cantos que exaltan el amor a la Patria como el "Que viva España" de Manolo Escobar, o "Suspiros de España", de Estrellita Castro; "Mi querida España", de Cecilia, o "Soy español", de José Manuel Soto. Sin olvidar la "jotica aragonesa" a la Virgen del Pilar que sale en la película de 1950 de "Agustina de Aragón". Tan bien representada está la escena que es presidida por el estandarte de la Pilarica. Pero me quedo con la canción de "Banderita" que hizo famosa a Marujita Díaz: Como el vino de Jerez/ y el vinillo de Rioja/ son los colores que tiene/ la banderita española... Al hilo de esto y como anécdota, contar que presumen los andaluces de que la primera vez que se celebró la santa eucaristía en el nuevo continente se consagró con vino de Jerez, elaborado por los frailes mercedarios de la ciudad. Allí les llevamos algo más que vino y trigo: les llevamos idioma y cultura y a Cristo mismo que se hizo para ellos carne y sangre de vida eterna.
La presencia de los religiosos fue muy importante en la evangelización del nuevo continente, en especial quisiera detenerme los hijos de San Francisco de Asís. Hablando de la hispanidad y del culto mariano hay tres rincones en España donde se mira a María como Señora de la Hispanidad, además del Pilar; son el convento franciscano de La Rábida en Palos de la Frontera (Huelva), ante cuya imagen Cristóbal Colón oró antes de embarcarse confiando a la Madre del cielo su aventura; el convento franciscano-Santuario de Guadalupe (Cáceres), donde Colón se reunión en varias ocasiones con los reyes católicos para programar el viaje, y a donde regresó en 1493 para darle gracias a la Virgen, y el pequeño Santuario de Nuestra Señora del Berrocal, que se corresponde a la capilla del que fuera convento franciscano de San Francisco de Belvís de Monrroy (Cáceres), de donde partieron doce frailes conocidos como "los doce apóstoles de Méjico" por ser los primeros religiosos en llegar a esa tierra en 1526.
Hay que volver sobre Guadalupe y el Pilar, pues aquí hay un debate no pequeño. Antes de nada, aclarar que Nuestra Señora del Pilar no es la patrona de España; ese patronazgo le corresponde a la Inmaculada Concepción desde 1644. Siempre ha habido un gran debate entre los devotos del Pilar y de Guadalupe, pues ambos defienden que su advocación es la verdadera Virgen de la Hispanidad. Este tema ya se le planteó a Francisco Franco (Jefe del Estado, entonces) de cara a la decisión de la fecha de la fiesta nacional, tras la república. Dicen que Serrano Suñer quería dejar este tema en manos del P. Juan Rodríguez de Legísima O.F.M., pero Franco prefirió tener dos puntos de vista, por lo que encargó dos minuciosos estudios: al P. Constantino Bayle S.J. le pidió que estudiara la relación del Pilar con la Hispanidad, y a Fray Carlos G. Villacampa O.F.M. lo mismo sobre la de Guadalupe. Pesó más el estudio de la Virgen del Pilar, aunque también en esto hay quienes dicen que ganó no por tener más vinculación con la hispanidad que Guadalupe, sino porque el jesuita fue más hábil en su disertación escrita. En mi opinión no están enfrentadas, Nuestra Señora de Guadalupe es la Reina de la Hispanidad, mientras que Nuestra Señora del Pilar es la Patrona de la Hispanidad. El 12 de octubre de 1928 el rey Alfonso XIII no estaba en Zaragoza, sino en Guadalupe (Cáceres) asistiendo a la coronación canónica de la Virgen de Guadalupe por manos del Cardenal primado de España, D. Pedro Segura, como legado de S.S. Pío XI. En aquella liturgia se nombró a la Virgen morenita de Extremadura “Hispaniarum Regina”; es decir, Reina de las Españas; Reina de la Hispanidad. A la Virgen del Pilar se la consideraba Patrona de la Hispanidad desde antiguo por esa vinculación entre su celebración litúrgica y haber sido bajo su auspicio el descubrimiento y evangelización de América. San Juan Pablo II vino a ratificar esto al acudir a Zaragoza antes de iniciar su viaje con motivo del V centenario de la evangelización de América y confirmar su patrocinio de la Pilarica sobre la Hispanidad.
El llamar al 12 de octubre "Fiesta Nacional" comenzó en 1892; proyecto que se puso en marcha a los pies de la Virgen de la Rábida. Esta fecha ha pasado por importantes reajustes a lo largo del tiempo, por ejemplo en 1913 el asturiano Faustino Rodríguez-San Pedro Díaz-Argüelles, ideó cambiar el nombre de fiesta nacional por "Día de la Raza", buscando promover los lazos con Hispanoamérica. Así se empezó a celebrar el primer día de la Raza 1914, pasando a ser el nombre oficial del 12 de octubre desde 1918 por decisión del entonces presidente republicano, Antonio Maura. Es totalmente falso que el término "hispanidad" fuera una ocurrencia franquista; en realidad éste fue ideado por el sacerdote vasco D. Zacarías de Vizcarra y Arana, gran promotor de la Acción Católica y de la construcción de la basílica del Sagrado Corazón de Buenos Aires. Desde 1957 el 12 de octubre pasaba a ser el día de la Hispanidad cayendo en desuso el término "Día de la Raza". Con la constitución de 1978 se pensó que sería más favorable cambiar la fiesta nacional, pero aunque en los años sucesivos hubo un equivocado intento de desvincular toda reminiscencia franquista (cuando el 12 de octubre era "Fiesta Nacional" bastante más anterior a Franco). Sí que se eliminó la denominación oficial de día de la Hispanidad en 1987 (BOE 241/1987, página 30149). Actualmente esta fiesta está regulada por la Ley 18/1987, de 7 de octubre, que explica el motivo de la fiesta de esta forma: ''La fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos''. Era presidente del gobierno el socialista Felipe González.
Otro debate poco conocido fue el del patronazgo de la Benemérita al fusionarse el cuerpo español de Carabineros con la Guardia civil. Al final se consideró que el cuerpo extinto debía asumir el patronazgo del Pilar, pero no faltaron voces críticas que consideraban que debía ser Nuestra Señora de Covadonga la Patrona oficial, en lugar de Nuestra Señora del Pilar. El cuerpo de Carabineros nació en 1829 cuya Patrona era la Santina de Covadonga, mientras que la Guardia Civil nace en 1844 siendo su Patrona la Pilarica. En 1940 por ley del 15 de marzo, los cometidos y funciones de la Inspección General de Carabineros, se agruparán en una sola Sección de la Dirección General de la Guardia Civil. Es aquí cuando surge la polémica entre los que reclamaban por antigüedad el patronazgo de la Virgen de Covadonga, de los Carabineros, sobre la Virgen del Pilar, de los Guardias civiles. El entonces Director General de la Guardia Civil, Eliseo Álvarez-Arenas Romero (General de División) elevó la consulta al Ministerio del Ejército. El ministro José Enrique Varela Iglesias, dicen que tras consultarlo con Franco ambos fallaron a favor de la Virgen del Pilar, algo que no gustó a los antiguos carabineros, pues consideraban que el Ministro no había sido imparcial, dado que todo el mundo sabía que Varela Iglesias siendo teniente de Infantería en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Larache, solicitó su ingreso en la Guardia Civil. Y ya no digamos el amor que sentía Francisco Franco por la Pilarica, cuyo manto le acompañó en su enfermedad y muerte, siendo llevado personalmente por el entonces arzobispo de Zaragoza, Monseñor Pedro Cantero Cuadrado, al lecho de convalecencia en Madrid del Jefe del Estado. Con distintos nombres, la Santísima Virgen es siempre la misma. Y sobre el patronazgo de Nuestra Señora del Pilar sobre la Guardia Civil, creo que no sólo está en la buena intención de un sacerdote castrense promoviendo el amor a la Madre de Dios bajo esta advocación, y a tantas generaciones de jóvenes guardias, sino que tras esta devoción se encierra todo lo anteriormente relatado. Amar a la Virgen del Pilar es amar a España, amar su fe católica sin la cual no se entiende su historia, y quien sirve a la Patria sirve también a Nuestra Señora, pues España entera es toda de María.
Que Santa María mantenga firme la fe católica en España e Hispanoamérica y así permanezca, como inamovible permanece el Pilar de Zaragoza.
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