jueves, 17 de octubre de 2024

Horarios Santos y Difuntos 2024

 

¿Te gustaría rezar el Rosario y hacerlo un hábito?

(Aleteia) Si estás a mitad de este mes del Rosario y todavía te resistes, puede que tengamos la solución para que puedas formarte el hábito de rezarlo con frecuencia

Formarse el hábito de rezar es difícil cuando no se ha hecho desde la niñez, y es entendible que rezar el santo Rosario pueda causar más complicaciones cuando no entendemos del todo por qué hay que repetir tantas veces las mismas oraciones.

Sin embargo, tal vez habrás oído que Sor Lucía, que vio a Nuestra Señora de Fátima, dice que hay una "nueva eficacia" concedida al Rosario para nuestros tiempos.

El Rosario todo resuelve

La Santísima Virgen, en estos últimos tiempos que vivimos, ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario. Ella ha dado esta eficacia hasta tal punto que no hay problema, por difícil que sea, temporal o sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias… que no pueda ser resuelto por el Rosario.

No hay problema, os digo, por difícil que sea, que no podamos resolver con el rezo del Santo Rosario.

Y los Papas han dicho una y otra vez - y otra vez - que el Rosario es una clave para todo, desde la armonía familiar hasta la paz mundial.

En conclusión, el Rosario es un verdadero cauce de oración contemplativa, un verdadero resumen de los Evangelios, una forma de triunfar sobre el demonio, ¡e incluso tiene beneficios fisiológicos!

¿Pero el Rosario sigue siendo difícil para ti?

Quizá podamos ayudarte. Eche un vistazo a las muchas, MUCHAS facetas del Rosario que hemos considerado en Aleteia, para lo cual hemos dedicado varios artículos muy interesantes y de provecho espiritual. Quizá ese último empujoncito te esté esperando en este mes del Rosario.

Los santos han dicho lo mismo, pues lo han amado porque el centro de la oración es Cristo y a través de los misterios meditamos la vida de nuestro Señor Jesucristo, por eso es una poderosa arma para alcanzar lo que pedimos a Dios a través de su Madre santísima.

miércoles, 16 de octubre de 2024

La participación litúrgica (II). Por P. Francisco Torres Ruiz

(In virga virtutis) Siguiendo con el tema de la participación litúrgica, hoy expondremos un texto del Concilio Vaticano II.

La mejor descripción sobre la esencia de lo que es la participación activa nos la ha legado el mismo Concilio que la abrazó:

“La Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos” (SC 48).

Analicemos las afirmaciones que el texto ofrece:

1. “La Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores”: esto exige intervenir en el desarrollo de las acciones litúrgicas, concordando las actitudes externas e internas. En palabras de Pío XII “concuerde el alma con la voz”. Dicha asistencia ha de ser física y real, pues la participación es una actividad humana que reclama la corporalidad presente del sujeto que se identifica con actitudes, gestos, palabras y las leyes propias del acto litúrgico. Su participación es parte integrante de la misma acción litúrgica, un derecho y un deber que tienen todos los bautizados en cuanto miembros de un pueblo sacerdotal. Por su propia esencia, la participación es un ejercicio de toda la comunidad.

2. “Sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones”: para la participación litúrgica es necesario comprender el significado de los signos litúrgicos. En este sentido, se hace apremiante la necesidad de una buena formación litúrgica a la que recientemente nos llamaba el papa Francisco en su carta apostólica Desiderio desideravi: “Es necesario encontrar cauces para una formación como estudio de la Liturgia: a partir del movimiento litúrgico, se ha hecho mucho en este sentido, con valiosas aportaciones de numerosos estudiosos e instituciones académicas. Sin embargo, es necesario difundir este conocimiento fuera del ámbito académico, de forma accesible, para que todo creyente crezca en el conocimiento del sentido teológico de la Liturgia –esta es la cuestión decisiva y fundante de todo conocimiento y de toda práctica litúrgica–, así como en el desarrollo de la celebración cristiana, adquiriendo la capacidad de comprender los textos eucológicos, los dinamismos rituales y su valor antropológico” (35).

La formación, por tanto, debe orientarse a favorecer la comprensión del verdadero sentido de las celebraciones de la Iglesia, reforzando la instrucción sobre los ritos y su auténtica espiritualidad en aras de vivirla como mayor plenitud.

1. “Participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada”: La participación litúrgica tiene tres notas propias: ha de ser a) consciente: consiste en descubrir y vivir, guiados por la fe, lo que acontece en las acciones litúrgicas; b) piadosa: cuando en el transcurso de la celebración los fieles están en actitud de comunicación con Dios; c) activa: lleva a que los fieles se involucren en el diálogo, el canto, la oración y que escuchen la Palabra de Dios y reciban sacramentalmente el Cuerpo del Señor, participación más perfecta, aunque el no comulgar sacramentalmente no excluye de la participación activa.

2 “Sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios”: para ello, es necesario, pues, sintonizar los propios sentimientos con los de Cristo uniendo nuestra acción de gracias, adoración, petición, a la suya. El Espíritu Santo hace posible una comunión nupcial de Cristo-esposo con la esposa-Iglesia en cada uno de sus miembros; de tal modo que todo culto exterior siempre sea signo y fruto del culto interior.

3 “Aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él”: por eso, lo primero que se requiere es conversión y fe, entrega de sí mismo y comunión fraterna. Todo ello, llevará al apostolado y al testimonio cristiano. El funcionamiento de la misma estructura sacramental y litúrgica reclama sencillez y belleza en los símbolos litúrgicos para una mejor comunicación de las maravillas de Dios actualizadas en la celebración que hacen posible, a su vez, en los fieles, una transformación en ofrenda permanente bajo la acción del Espíritu Santo tal como dice el apóstol Pablo en Rom 12, 1 y expresa la actual Plegaria eucarística tercera “que él [Espíritu Santo] nos transforme en ofrenda permanente”.

4. “Se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos”: la participación litúrgica conlleva una impronta misionera para la que es necesario conectar la vida ordinaria con la liturgia para que todas las actividades eclesiales estén ligadas a la liturgia, así como orientadas hacia ella. Solo así será posible prolongar en la vida lo experimentado en el rito, convirtiendo la propia vida en una acción cultual en que no se produzca un hiato entre culto externo y actitud interior, como se señaló anteriormente. En esto, los pastores tienen una responsabilidad fundamental de cara a hacer gustar a los fieles el don de la caridad celebrativa portadora de una vida nueva que brota del misterio de Cristo.

La participación litúrgica es, pues, un derecho y un deber de todos los bautizados. Por ello, todos los cristianos están llamados a participar de modo pleno, consciente y activo en las acciones litúrgicas. Pero todo depende de las condiciones de los fieles (edad, formación, sensibilidad, …). La participación exige una actitud comunitaria que haga salir a los fieles de su individualismo: lo eclesial y comunitario ha de estar por encima de los particularismos o localismos.

Participa el hombre,
el ángel lo festeja,
canta al excelso nombre,
el cielo, que no deja.

Afectivamente llega
un corazón amante
de un hijo de Dios triunfante,
altar, copiosa bodega.

Niño, anciano y joven
todos sacian su sed,
“la eterna mesa, ved”
Todos arriban y comen.

Conscientes y piadosos,
activos y formados;
por Cristo a sí asociados
en eternidad dichosos.

Las 12 promesas del Corazón de Jesús a Santa Margarita María, explicadas por el obispo Munilla

(Rel.) Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690) es la santa religiosa que hace 350 años experimentó las apariciones y mensajes del Sagrado Corazón de Jesús en su convento de Paray-le-Monial. En esas apariciones, Jesús le fue proclamando una serie de promesas que han quedado bien establecidas en la devoción al Sagrado Corazón.

Con motivo del mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón, y en el marco del Jubileo por los 350 años, la Televisión Diocesana de Toledo emitió en junio de 2024 una serie de catequesis en vídeo sobre el Corazón de Cristo, y la número 15 la imparte el obispo de Alicante, José Ignacio Munilla, desgranando estas 12 promesas.

Munilla explica que en su pectoral (cruz de obispo que se lleva al cuello) tiene una reliquia de Santa Margarita María, por la que siente cercanía y afecto. Las promesas se refieren a aquellos que vivan la devoción al Sagrado Corazón, las pronuncia Jesús en primera persona.

1. "Pondré paz en sus familias"

En las familias puede haber también luchas por el poder y el protagonismo, advierte Munilla, pero eso se supera si una familia establece que quien reina en la casa es el corazón de Jesús, "saber que hay un proyecto de amor que reina en la familia y si la familia responde a un proyecto de amor entonces en esa familia reinará la paz".

2. "Les consolaré en las penas"

Munilla recuerda que en ningún momento se promete que el devoto del Sagrado Corazón vivirá sin penas, porque el cristiano, como Cristo, siempre llevará alguna cruz, pero vivirán sus penas con consuelo, unidos íntimamente al corazón de Jesús". "Jesús está conmigo y eso es lo principal y eso me da consuelo", insiste el obispo. "Yo tengo donde reclinar mi cabeza en medio de mis problemas si como el discípulo amado reclino mi cabeza en el costado de Cristo", añade, recordando la promesa de Jesús en el Evangelio: "Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré".

3. "Seré su refugio seguro durante la vida y sobre todo en la hora de la muerte"

Jesús anima a confiarse y abandonarse en el Padre Dios, también al llegar la muerte. Como en el Evangelio, "Jesús me enseña a decir 'todo está cumplido, a tus manos encomiendo mi espíritu'", es una gran escuela para "abandonarnos en manos del Padre".

4. "Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas"

Munilla advierte que aquí no se refiere a empresas mundanas por beneficio. "Un devoto del corazón de Jesús hace las cosas buscando la gloria de Dios y no la gloria propia, por eso Dios va a bendecir esas empresas", matiza.

5. "Los pecadores hallarán en mi corazón la fuente de la Misericordia"

El demonio quiere que los hombres desesperen y no aspiren a ser perdonados ni a cambiar de vida. Pero con el Sagrado Corazón Jesús dice a cada hombre: "estoy pensando en ti desde toda la eternidad, he pensado en un proyecto de santidad para ti y hoy es día de gracia, hoy es día de salvación, la misericordia ¡es para
ti!"

6. "Las almas tibias se volverán fervorosas"

"La tibieza, la mediocridad, es un cáncer y estamos llamados a tener un inmenso deseo de santidad, a tener esperanza en que Dios cumplirá en nosotros ese camino hacia la santidad que inició en el bautismo", afirma el obispo. La imagen del Sagrado Corazón (un corazón con llamas, en fuego, muy vivo) combate la frialdad y la rutina.

7. "Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección"

Es bueno tener fervor, deseo de Dios y descansar en Dios en la oración. Pero esta promesa de "gran perfección" va más allá, implica purificar las intenciones, algo de lo que ya hablaba San Juan de la Cruz, el gran maestro místico castellano del siglo XVI.

8. "Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones endurecidos"

Este es un gran regalo para los sacerdotes, que mediante la predicación, el ejemplo de vida, etc... intentan tocar corazones de personas distraídas y alejadas de Dios. El Sagrado Corazón ayuda a "presentar el Evangelio ante el mundo de manera que sea más atrayente", constata el obispo.

9. "Bendeciré las casas en las que la imagen de mi Corazón se exponga y se honre"

La simbología de "entronizar" el Sagrado Corazón en una casa significa que quien reina en esa familia es Cristo y su corazón. Una imagen así no puede estar escondida, sino ser visible en un lugar visible, donde la familia se reúne.

10. "Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él"

"Será un honor poder dar a conocer a al mundo el amor de Jesús, poder decir a mi hermano: Oye, ¿sabes que Dios te ama?, que los demás puedan conocer a través de mi testimonio que Dios le ama y Dios le quiere entrañablemente'", asegura el obispo, que anima a hablar y compartir lo que uno ha vivido ya en primera persona.

11. "A las almas consagradas a mi corazón les daré las gracias necesarias para su estado"

Cada cristiano tiene sus retos: el sacerdote, el casado, el consagrado, el viudo, el soltero... Dios quiere ayudar a cada uno ya, pese a tal enfermedad o tal situación, ya es posible recibir a Dios en el corazón.

12. "Mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulguen por nueve primeros viernes consecutivos la gracia de la perseverancia final, no morirán sin mi gracia"

"Quizás es la promesa más conocida y difundida de las doce", constata el obispo. "Es una promesa impresionante. Yo desde pequeño la recibí en mi vida y varias veces recuerdo que, antes de ir al seminario, ya en mi familia me acompañaron para vivir los primeros viernes de mes, esa gracia de confesarnos y comulgar", explica el obispo.

"¿Cómo el Señor se ha atrevido a hacer una promesa tan concreta, tan atrevida?", plantea Munilla. Él piensa que Jesús quiere agradecer a quien le acompañe esos viernes, en reparación por su sufrimiento en Getsemaní, cuando dijo "velad y orad" y comprobó que sus discípulos no le acompañaban en su angustia.

Es además una variante de la promesa que Cristo ya hace en el Evangelio: "Si tú me confiesas a mí delante de los hombres, yo también te confesaré a ti delante del Padre". "No me cabe la menor duda que es una promesa cumplida en muchas almas", asegura Munilla.

El obispo finaliza considerando las 12 promesas "una caricia suave llena de la misericordia de Dios que camina junto a nosotros".

Más enseñanzas sobre el Sagrado Corazón de Jesús aquí en ReL.

martes, 15 de octubre de 2024

20 de octubre, Domund 2024: “Id e invitad a todos al banquete”

(C.E.E.) El domingo 20 de octubre la Iglesia celebra el DOMUND, la Jornada Mundial de las Misiones, organizada por Obras Misionales Pontificias (OMP). Es el día en el que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre, el “mes de las misiones”. Este año el lema elegido para la celebración de esta Jornada es “Id e invitad a todos al banquete”.

“Id e invitad a todos al banquete”, lema de este año

El lema de este año para el Domund “Id e invitad a todos al banquete”, viene dado en el mensaje del papa Francisco para este Día. Está inspirado en la parábola del banquete de bodas del Evangelio. La misión es un “ir” incansable para invitar al mundo entero al banquete de la fraternidad, de la Eucaristía, de la reunión final con el Señor; una invitación hecha con el estilo de Cristo -con ternura, caridad y cercanía-. «Porque la salvación que Jesús ha venido a traernos es para “todos, todos, todos” y, en especial, para los últimos, los lejanos, los excluidos», como afirma el Papa en su mensaje para esta Jornada misionera.

España: segundo país que más colabora con el Domund

En la actualidad, España es el segundo país que más colabora con el Domund, por detrás de Estados Unidos. Nuestro país envió a misiones en 2023 13.001.808,08 euros para la financiación de 879 proyectos en todo el mundo.

Además, en la actualidad España es uno de los países que más misioneros tiene repartidos por el mundo. Unas 383 instituciones envían misioneros a la misión, cada una con un carisma
diferente, pero todas en comunión con la Iglesia.

En la base de datos de OMP, hay registrados 9.932 misioneros. De ellos, 6.042 están en destino, y 3.890 en España, colaborando con la animación misionera o a la espera de nuevos destinos. El 53% de los misioneros españoles son mujeres, y el 47% hombres. El país que recibe a más misioneros españoles es Perú (582).

Cabe destacar en este día que en total existen 1.126 territorios de misión, que representan un tercio de las diócesis del mundo. En ellos, se encuentran el 44% de las escuelas de la Iglesia católica y el 30% de sus instituciones sociales (hospitales, orfanatos, residencias…). Con los donativos para el Domund, Obras Misionales Pontificias (OMP) ayuda cada año a todos y cada uno de los Territorios de misión en nombre del Papa.

Actividades destacadas del Domund 2024

Las delegaciones diocesanas de Misiones organizan diversas actividades durante este mes misionero dedicadas al Domund, además de diferentes vigilias de oración.

Uno de los eventos más llamativos es la exposición «El Domund al descubierto», que este año tendrá lugar durante todo el mes de octubre en Córdoba. Se inauguró el 1 de octubre en Patio de los Naranjos catedral-mezquita de Córdoba.

Hoy, 15 de octubre, Mons. Juan José Aguirre, obispo emérito de Bangassou, ofrecerá el pregón en esta diócesis. La presentación correrá a cargo del tenista paralímpico Cisco García.

Ya el viernes, 18 de octubre, será la Entrega de Premios misioneros «Beata Pauline Jaricot» y «Beato Paolo Manna», a las 9.30h, en el espacio “All in one” de CaixaBank, en Madrid, que han sido concedidos a:Premio «Beata Pauline Jaricot», para reconocer a misioneros que hayan destacado especialmente, a la Hna. Milagros García López religiosa adoratriz, al servicio de las mujeres víctimas de prostitución en Cabo Verde.

Premio «Beato Paolo Manna», para distinguir a personas o instituciones que estén dando a conocer la labor de los misioneros desde España, a Radio María, en su 25 aniversario.

Los secretos del cuerpo incorrupto de Teresa de Jesús, la santa de Ávila que padeció una terrible enfermedad



(COPE) Hoy martes 15 de octubre se celebra a Santa Teresa de Jesús, una de las figuras más destacadas de la Iglesia Universal por su legado espiritual y ejemplo de vida de una santa que vivió la mayor parte del siglo XVI español.

Su cuerpo está enterrado en la localidad salmantina de Alba de Tormes, aunque recibió tres entierros desde su fallecimiento en 1582: el primero tuvo lugar un día después de su muerte en el mismo municipio donde hoy continúan sus restos; nueve meses después, la tumba se abrió debido a que parte de ella había cedido, y se descubrió que el cuerpo de Teresa de Jesús permanecía incorrupto. El padre Jerónimo Gracián le cortó la mano izquierda y la llevó a las madres carmelitas del convento de San José de Ávila, pero se guardó el dedo meñique para él.

En 1585, la Orden de los Carmelitas Descalzos decidió trasladar el cuerpo incorrupto de Santa Teresa a Ávila. Los restos fueron exhumados el 25 de noviembre, aunque un brazo se mantuvo en Alba de Tormes como una forma de compensación por la pérdida. El cuerpo de Santa Teresa permaneció en la capital abulense hasta que los duques de Alba, molestos con la decisión de los carmelitas, utilizaron su influencia para lograr que el Papa Sixto V aprobara un nuevo y definitivo traslado de los restos de Teresa de Jesús a Alba de Tormes.

Lo cierto y verdad es que no todo el cuerpo reposa en Alba de Tormes, ya que se conservan algunas reliquias en diferentes lugares como Roma, Lisboa, Bélgica o España.

El estudio radiológico de Santa Teresa de Jesús revela sus problemas de espalda

Recientemente se ha realizado un estudio radiológico de los restos de Santa Teresa de Jesús, llevado a cabo por los expertos José Antonio Ruiz de Alegría y Fernando de Pablo. De esta manera se retomaba un proyecto que pudo desarrollarse hace más de un siglo, pero que finalmente el Vaticano dilató en el tiempo.

Ahora los carmelitas han autorizado la exhumación del cuerpo de la santa para proceder a su estudio. Tal y como han relatado en una entrevista en 'El Debate' Ruiz de Alegría y Fernando de Pablo, lo más llamativo del cuerpo de la santa abulense es la curvatura que presentaba su columna.

“Tenía que caminar con la cabeza completamente hacia adelante. ¿Se imagina el dolor que debía tener esa mujer? La verdad es que impresiona. Con el tema de diagnóstico, he visto muchas escoliosis y cosas así, pero lo que vi en ella era una cosa tremenda”, han contado en la entrevista.

Aunque pueda parecer poco creíble, el cuerpo incorrupto de Teresa de Jesús se encuentra en la capilla de la Anunciación en Alba de Tormes protegido por nueve llaves para evitar el robo de las reliquias. El sepulcro de Santa Teresa no puede abrirse hasta que todas las llaves se reúnan. Un punto que los dos radiólogos han confirmado.

“Cuando nosotros llegamos, el féretro ya estaba sacado. Estaba metido en un sarcófago y hacían falta diez llaves para abrirlo. Nos contaron que, además, las llaves las tenían desde la casa de Alba a la Casa Real y el Vaticano. Tuvieron que traer todas esas llaves”, ha explicado Fernando de Pablo.

Las reliquias de Santa Teresa

El cuerpo incorrupto de Santa Teresa es objeto de veneración. De ahí que se hayan extraído partes de su anatomía para ser veneradas como reliquias en distintos puntos del planeta.

Como hemos comentado, en Alba de Tormes se conserva la mayor parte de su cuerpo, incluyendo el brazo izquierdo y el corazón, los cuales están expuestos en el museo.

En el convento de Santa María della Scala de Roma se encuentra el pie derecho y la mandíbula, mientras que en San Pancracio, también en la capital italiana. se conservan algunos fragmentos de cráneo y unos dientes.

En Portugal está su mano izquierda, más concretamente en Lisboa. Mano que fue cortada un año después de su muerte, en 1583, por el Padre Gracián, quien se apropió del dedo meñique de la santa abulense, pero el resto se la entregó a las monjas de San José. Hoy la mano izquierda de Santa Teresa está custodiada por las carmelitas descalzas de Lisboa.

Las carmelitas de Madrid, así como las carmelitas de Malagón y Valladolid, veneran un pedacito de carne con forma de corazón, junto a parte del escapulario. También existen reliquias de trocitos de tela mojadas en sangre, que las monjas cogieron cuando veneraban el cuerpo de una herida que tenía en la espalda. Además, hay reliquias de dientes y muelas, como en Toledo, Santiago de Compostela y Ciudad de Puebla en México.

La convulsa historia de la mano incorrupta de Santa Teresa

El convento de las Carmelitas Descalzas de la localidad malagueña de Ronda se encuentra el ojo izquierdo de Santa Teresa de Ávila, pero también la reliquia más famosa de la santa y que ha tenido más devoción: su mano incorrupta.

Se trata de la reliquia que durante la Guerra Civil Española fue robada por el bando republicano, y que luego recuperarían los nacionales para entregársela como botín de guerra a Franco, quien guardó la mano de la santa abulense durante sus casi cuarenta años de jefatura del Estado. No fue hasta su muerte cuando la esposa del dictador la devolviera al convento carmelita de Ronda en 1976.

Con el estallido de la guerra en 1936, las monjas del convento de Ronda son expulsadas por los milicianos, desplazándose a la Hermandad de los Pobres. Al abandonar la iglesia, un miliciano republicano pretendía arrebatarle a la Hermana Ana de Jesús el brazo incorrupto, pero la consagrada se negó.

Pero los milicianos, conocedores de que se trataba de un reliquia de valor, siguieron tratando de hacerse con el brazo, guardado a buen recaudo por Ana de Jesús, hasta que fueron amenazadas de muerte si se resistían a entregarlo. La Madre María de Cristo subió para que Ana de Jesús le entregara la mano, y así lo hizo.

En noviembre de aquel año el bando nacional toma Ronda. Las carmelitas del convento explican a los soldados que querían recuperar la mano incorrupta de Santa Teresa, ya que para ellas era de un gran valor.

No obstante, el sargento argumentó que al tratarse de un botín de guerra, tenía que ir a parar a Burgos, donde se hallaba Franco, para que decidiera lo que hacer. El dictador era consciente del valor espiritual de la mano de la santa abulense, por lo que se puso en contacto con el obispo de Málaga para pedirle que le dejase la reliquia durante la guerra.

Finalizada la contienda, el obispo de Málaga le concede el brazo mientras fuese jefe del Estado. Durante los casi cuarenta años de Franquismo, las carmelitas de Ronda contactaban periódicamente con Franco por carta para pedirle que le devolvieran la mano incorrupta de Santa Teresa, bajo el pretexto de que la echaban en falta, pero no estaba por la labor.

Tras la muerte del General, su esposa Carmen Polo de Franco la entregó de manera inmediata al arzobispo de Toledo, que pidió a la comunidad carmelita de Ronda disponer del brazo dos semanas para que la diócesis pudiera disfrutarla. El 21 de enero de 1976 el obispo de Málaga envió una comitiva a Toledo para recuperar la mano.

Una vez que la reliquia regresó casi cuarenta años después a Ronda, el obispo de Málaga accedió al convento para entregársela personalmente a María de Cristo, la misma que cuarenta años antes se lo había entregado al miliciano.

Los objetos que empleó Santa Teresa y se conservan en la actualidad

Entre los objetos materiales que pertenecieron a Santa Teresa, destaca el báculo que utilizó en su vejez, conservado en el monasterio de su casa natal.

También se conserva en el monasterio de la casa natal de Santa Teresa el rosario que ella usó, así como una sandalia.

En Zaragoza la correa del hábito con el que fue enterrado, y del cual se destilaban unas gotitas de aceite de sangre que hacía milagros; en Calahorra se guarda el velo de Santa Teresa; mientras que en Granada se encuentra la sábana donde permaneció enterrada durante su estancia en San José. Además, hay otras reliquias curiosas como un trozo de una silla que perteneció a Santa Teresa, madera del ciprés que ella misma plantó y tierra de su tumba primitiva.

lunes, 14 de octubre de 2024

«Sentimientos religiosos». Por Juan Manuel de Prada

Tal vez el rasgo más distintivo de nuestra época –siquiera en el plano moral, pero son consecuencias inevitables en todas las facetas del existir– sea el abandono de la razón y la exaltación de las emociones. Se ha impuesto la idea de que toda decisión moral no es un juicio de la razón práctica, sino la expresión de lo que los sentimientos de cada quisque consideran correcto en cada momento. Y si el emotivismo ha reemplazado las elecciones morales, era inevitable que terminase reemplazando también la fe religiosa, convertida en un puro sentimentalismo.

Así la definen los propios jerarcas religiosos, que para quejarse de tal o cual agresión blasfema dicen que «hiere los sentimientos religiosos». Parece como si la fe religiosa fuese un conjunto (un batiburrillo, más bien) de sensaciones, emociones y estados de ánimo… una menestra sentimental que nos mantiene en trance y nos vuelve vulnerables o susceptibles o quisquillosos. Pero lo cierto es que la fe religiosa nada tiene que ver con semejante menestra para ofendiditos; la fe es un asentimiento de la razón a una serie de misterios que se juzgan verdaderos, no un sentimiento o emoción que brota de las simas del subconsciente. Si la fe fuese 'sentimiento religioso' sería tan sólo puro irracionalismo, creencia ciega en el absurdo, puro subjetivismo y en la arbitrariedad. En este sentido, que las leyes protejan los 'sentimientos religiosos' es tan delirante como que protejan las melonadas de un señor que se siente Napoleón o Rita la Cantaora.

Pero lo cierto es que el sentimiento se ha convertido, en detrimento de la razón, en la medida de todas las cosas. Cada vez hay más gente que se confiesa católica porque 'se siente católica', no porque esté convencida de serlo. Pero 'sentirse católico' es tan grotesco como sentirse Sophia Loren, cuando uno tiene perendengues, barba frondosa y barrigón cervecero. La verdad de las cosas nada tiene que ver con lo que sintamos, nada tiene que ver con nuestra 'experiencia personal'. Por supuesto, en el origen de la fe religiosa nos encontramos con un sentimiento de indigencia, de pequeñez y dependencia absoluta; pero ese sentimiento –tal vez el primero y más natural en el ser humano– enseguida es confirmado por la razón, que al estudiar la naturaleza se reconoce apabullada e incapaz de comprender todos sus misterios; y en este reconocimiento no tarda en reconocer también la existencia de otro ser superior capaz de comprender tales misterios, capaz incluso de concebirlos, crearlos y regirlos. Luego, a su vez, ese reconocimiento (que es adhesión del intelecto) puede concluir en una experiencia mística o 'encuentro personal' con Dios; pero, en honor a la verdad, tal experiencia mística la logran unas pocas personas elegidas (y pretender venderla como una experiencia low cost para todo quisque, como hace el sentimentalismo religioso, es charlatanería y quimera). Pero entre esa experiencia primera de indigencia y esa experiencia mística última, la fe religiosa es fundamentalmente una adhesión o asentimiento de la razón a Dios que se revela.

Ocurre, sin embargo, que el endiosamiento humano, en su solipsismo antropocéntrico, ha extraviado la noción sobrenatural de trascendencia. Pero como el ser humano, por naturaleza, es un ser religioso, en lugar de buscar lo sobrenatural, busca lo 'inmaterial'; y enseguida se tropieza con los sentimientos propios y las pasiones propias, que es la 'inmaterialidad' que tiene más a mano. Así surge esa 'religión sentimental', en la que Dios nos habla a través de las emociones subjetivas, como si fuese un cantante de boleros. La espiritualidad se convierte de este modo en sublimación de la sentimentalidad, en arrebato de flipado, en histeria de grupi. Esta conversión lamentable de la fe en 'sentimiento religioso' que se suscita y exacerba, hasta hacerlo estallar orgásmicamente, se aprecia en la proliferación de 'experiencias' religiosas que llevan las emociones al límite (a veces mediante retiros un tanto estrambóticos, a veces mediante conciertos musicales, porque 'todo es bueno para el convento') y provocan la vulnerabilidad de las personas, para que sus sentimientos afloren (a veces traumáticamente) y se derramen incontenibles. O sea, exactamente lo mismo que hacen las sectas.

¿Quiere esto decir que en la fe religiosa no tienen cabida los sentimientos? Por supuesto que no; pues ninguna realidad humana dilucidadora –desde el amor a los padres hasta el hallazgo de la vocación– puede prescindir de los sentimientos. Pero para que dichas realidades sean plenas y no meras efusiones calenturientas, los sentimientos tienen que someterse a la razón, que es la que brinda su asentimiento. Lo demás es superchería y pamplina; y a la postre se disipa, como el gas de la gaseosa que dejamos abierta.

Publicado en XL Semanal 

El día del Pilar a las 12. Sobre el Beato Eufrasio del Niño Jesús

Cuando dan las 12, la hora mariana por excelencia, muchos hijos de María invocamos a nuestra Madre con el rezo del Ángelus. Es una manera de hacer un parón en la jornada para acordarnos de aquella mujer escogida por Dios para ser la Madre de Cristo Jesús. Si además lo hacemos en Zaragoza; ya sea en la plaza de Pilar o dentro de la basílica en la Santa Capilla, se entona antes esa letrilla que nos ayuda a poner nuestro corazón junto al Pilar:

«Bendita y alaba sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Por siempre sea, por siempre sea bendita y alabada».

Día a día uno crece en amor a la Virgen con esta devoción y otras muchas. Así lo vive un carmelita descalzo que desde niño pone la mirada en María bajo otra advocación, Nuestra Señora de Covadonga. Llega a tomarla como apellido religioso al vestir el hábito, pero luego cambia por el Niño Jesús. Hablamos del Beato Eufrasio del Niño Jesús. Uno de los primeros mártires españoles que es asesinado por odio a la fe. Y hay que subrayar que es de los primeros porque sufre en primera persona la terrible revolución de 1934 en Oviedo, donde tantos católicos son asesinados por su tenacidad en mantenerse firmes en la fe. Luego llegarían las cruentas persecuciones de 1936-1939…

Pero vamos a lo que queremos recordar en este día, 12 de octubre de 2024. Además de la fiesta de la Virgen del Pilar, es también la conmemoración del martirio del Beato Eufrasio. Y nada menos que ¡el 90 aniversario! ¡Hoy se cumplen 90 años de la entrada en el cielo de nuestro querido Eufrasio del Niño Jesús! No es cuestión de entrar en muchos detalles, ya tendremos tiempo de ello en otro momento. Ahora vamos a Oviedo. Retrocedamos en el tiempo hasta el 12 de octubre de 1934 y acerquémonos al mercado viejo. Son cerca de las 12 de la mañana. Llega un coche. Bajan al P. Eufrasio y lo llevan a empujones y medio arrastras hasta uno de los muros de la parte trasera de dicho mercado. Eufrasio sabe lo que llega. Por eso dice a sus verdugos: «Yo os perdono». Y además exclama por dos veces, «¡Viva Cristo Rey!». Apoyado contra el muro, ve como tiene tres fusiles preparados para disparar contra él. Antes del momento final vuelve a gritar «¡Viva Cristo Rey!». Cae herido de muerte. Reza en susurro desde el suelo mientras su sangre riega el lugar. Para consumar el sacrificio un cuarto disparo termina con la vida del P. Eufrasio. Los asesinos se van. La cabeza ha caído sobre una piedra que se tiñe de rojo con la sangre de un mártir que ahora intercede por nosotros desde el cielo. Su cuerpo queda abandonado a la intemperie hasta que el día 18 es recogido por la Cruz Roja y llevado al crematorio de San Roque. Perdemos sus restos mortales, pero no su dilatado y enjundioso legado de escritos de todo tipo.

Así termina la vida de este insigne carmelita descalzo que nos deja un testimonio auténtico de vida de fe. ¡Sin miedo! ¡Decidido! ¡En suma paz interior! ¡Dejando todo en Dios! ¡Pidiendo perdón! ¡Amando!… Rezando en voz baja tras recibir los disparos y antes clamando con todas sus fuerzas para que los presentes descubran aquello que da sentido a su vida y por lo que realmente se deja matar. Se trata de la plena unión con Cristo Rey. Sus últimas palabras son un encendido «¡Viva Cristo Rey!», el Rey de los mártires, al que tanto ama en esta vida y al que desde hace 90 años contempla cara a cara en el cielo.

Y después de leer estas líneas, ¿qué podemos hacer? Lo primero dar gracias a Dios por la vida y obra del Beato Eufrasio del Niño Jesús. Después conocerlo mejor leyendo los libros que nos presentan su intrigante biografía. Unido a ello, hemos de difundir la devoción a este beato mártir; y lo más importante, encomendarnos a su intercesión para que nos acompañe en el camino de la santidad. Y si además le presentamos alguna causa difícil que dé paso al milagro que se pide para su canonización, mucho mejor.

¡Beato Eufrasio del Niño Jesús, ruega por nosotros!

Fr. Rafael de la Virgen de la Antigua OCD

Publicado en ocdiberica.com

domingo, 13 de octubre de 2024

«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Seguimos avanzando en la recta final del año litúrgico, y en estos domingos últimos del Tiempo Ordinario iremos viendo con sorpresa cómo somos advertidos de cara al futuro de lo que a un cristiano le debe preocupar, como lo es lograr entrar en la gloria de Dios. En concreto, en este domingo XXVIII se proclama el conocido pasaje del joven rico, que concluye con unas palabras durísimas de Jesús: «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!». He aquí que se nos desmota esa imagen idealizada que a veces pretendemos construir de nuestro Salvador, ese Cristo que como algunos dicen sólo quiere que seamos buenos y que como ya sabe nuestra forma de ser nos acepta sin pedirnos cambiar nada. Ya vemos que de eso nada; Jesucristo nos da la libertad de elegir: quedarnos con lo mundano o con Él, pues no es compatible la riqueza material con la espiritual. Para poder acercarnos al Señor hemos de hacerlo libres de peso y lastres; del tener, poder y placer, y hemos de experimentar la grandeza de ser pobres de modo que en nuestra vida, en nuestra mente y corazón haya sitio para el Rey de reyes, que siendo rico se hizo pobre por nosotros y nuestra salvación. 

Este joven rico que se nos presente en este día, y del que no sabemos su nombre, quizás pudiéramos ser nosotros o uno de nuestros hijos o nietos: aparentemente era un muchacho cumplidor de los preceptos religiosos, tenía sed de Dios, tenía verdaderos deseos de seguir al Nazareno, y tal era así que se arrodilló a su paso haciendo la pregunta más sincera que le salía del alma: «Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?». Aquel adinerado joven no sólo hace una pregunta sincera y brillante, sino que además llama públicamente a Jesús ''Maestro bueno''. He aquí uno de los detalles complejos de este texto: ¿Por qué rechaza Cristo el adjetivo ''bueno'' al afirmar ''¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios''. Esto parece una frase sin importancia, pero tiene su trascendencia: hay quienes han querido ver aquí una especie de autonegación de Jesús sobre su divinidad, pero todo lo contrario, realmente el juego de palabras que hace el Señor es una invitación a la reflexión de aquel muchacho, hacerle caer en la cuenta de sus palabras. El joven rico se jacta de ser cumplidor de toda la ley, más queda a la vista que era de forma superficial, pues el primer mandamiento no sabe cumplirlo, de forma que tiene al Mesías ante él diciéndole que le siga y no lo hace pues no amaba a Dios con todo su corazón, con toda su alma y todo su ser. Las riquezas para este israelita eran más importantes que el mismo Dios que decía amar, así que realmente no fue sincero llamando bueno a Jesús, era sólo "postureo" -que diríamos ahora- pues para sí lo más importante era seguir atesorando lo que aquí, finalmente, se le habría de quedar. 

La advertencia del peligro de vernos atados y atrapados en las cosas del mundo lo dirige hoy el Señor a todos nosotros para que no nos ocurra lo que a este chico del capítulo 10 del evangelio de San Marcos, sino que sepamos quedarnos no con lo caduco, sino con lo eterno. El tema no es que los ricos sean malos y los pobres buenos; capitalismo, comunismo y otras teorías ideologizadas. La Iglesia a la hora de hablar de los bienes materiales nos llama a ser sinceros con nosotros mismos: ¿Aquello que poseemos lo hemos logrado honrada y legítimamente, o mediante trampas, engaños o triquiñuelas? No es que riqueza por sí misma sea sinónimo de injusticia, pero sabemos por desgracia, cómo con frecuencia hay personas que se hacen de oro explotando a sus empleados, pagando sueldos miserables, no dándoles de alta en la seguridad social, no retribuyendo las horas extras de su sudor y trabajo... Qué decir del clasismo, la acepción de personas, la catalogación de estas en función de su posición social, más que por lo que es cada cual como hijo de Dios. No son las palabras del Señor una clase de la economía marxista, pues si somos sinceros, el evangelio no dice que los ricos van al infierno, sino que les será difícil ''entrar en el reino de Dios''. La traducción anterior de este pasaje me gustaba más, pues decía que les sería difícil ''entrar en el reino de los cielos a los que ponen su corazón en las riquezas''. Hay personas también que sin ser ricas, o incluso siendo muy pobres viven con su corazón puesto en el dinero. Aquí el debate no es tener mucho o poco, sino que las riquezas no nos posean a nosotros hasta el punto de ocupar el lugar del Señor. 

Otro peligro que tiene la riqueza es que suele volver a las personas tacañas e indiferentes ante las necesidades de su entorno. Esto lo vemos siempre en las parroquias: las nuevas viudas del evangelio, las personas con la peor pensión, con el cinturón más apretado, con menos ahorros, suelen ser las más generosas a la hora de dar una limosna a un pobre, para la colecta o para un donativo para una causa importante. He aquí también el pecado de omisión, por esto el Señor advierte: ''al que mucho se le dio, mucho se le reclamará''. Los ricos son los que más cuentas habrán de rendir sobre cómo ayudaron al que les pidió misericordia. En definitiva, el tema central de hoy no es la economía, sino el seguimiento radical, verdadero y sin lastres de Jesucristo, mirando si estamos retenidos por las cosas de este mundo que nos tienen atrapados, o como los discípulos que a pesar de sus errores supieron  renunciar a todo y todo lo compartieron para seguirle. Ojalá nosotros seamos algún día a las puertas del cielo de los que puedan decirle al mismísimo Redentor: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Evangelio Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:
«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».

Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

Pedro se puso a decirle:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna».

Palabra del Señor

sábado, 12 de octubre de 2024

Homilía del Sr. Arzobispo de Oviedo en la Festividad de Nuestra Señora del Pilar

Van quedando atrás los sopores del estío, y vemos cómo este otoño en un octubre primerizo, dibuja el horizonte con colores serenos, alfombra nuestros caminos con las hojas de los árboles rendidas ante el paso del tiempo, y las cumbres que nos presiden acogen tímidas las primeras nieves que apuntan maneras. Es el ambiente casi mágico que se brinda a nuestra mirada cuando llega esta fecha emblemática de una festividad entrañable para todos nosotros: la Virgen del Pilar.

Nos dice una tradición inmemorial que el apóstol que más lejos llevó su andanza evangelizadora fue Santiago el de los Zebedeos, hermano de Juan. Llegó al Finisterre más lejano del orbe conocido entonces. Pero se desfondó ante la resistencia indiferente de sus oyentes romanos ibéricos ante el mensaje del Evangelio del que era portador. Santiago tenía un mote derivado de su temperamento fogoso y rompedor: el hijo del trueno, en arameo: “Boanerges”. No obstante, este hijo del trueno quedó fulminado ante el rechazo de aquellos hispanos, y aparecerá hundido y lloroso a orillas del río Ebro en la Césaraugusta de entonces, la Zaragoza actual. Será allí, en el mar de su llanto donde recibirá el apoyo materno de María que sobre un pilar de piedra pondrá ánimo y esperanza en el desencanto desesperado de aquel intrépido apóstol, que será el primero en entregar martirialmente su vida, cuando regresando a Jerusalén sea decapitado por el rey Herodes Agripa hacia el año 42 de nuestra era cristiana.

Todos tenemos esa experiencia de agotamiento que nos desfonda, cuando estamos ante desafíos que nos desbordan y amilanan por la desproporción del reto ante nuestras fuerzas escasas y desgastadas. Pero también sabemos lo que supone de alivio y rearme, contar con una palabra sincera, con una mano amiga, que nos presta su mirada capaz de traspasar nuestras nieblas en un momento dado de nuestra vida. Esto fue María para el apóstol Santiago, y es lo que le pedimos también nosotros a la Pilarica.

Quizás son otros hoy los retos que ponen a prueba nuestras certezas y convicciones ante tantos horizontes inciertos y desabridos cuando nos asomamos a los desafíos que nos imponen las trifulcas de las malas políticas con sus intereses y mentiras, las guerras mundiales que nos diezman y enfrentan, las dictaduras que cercenan nuestras libertades, las pruebas económicas y laborales, las enfermedades que nos asustan. Tantos frentes que por un motivo o por otro nos obligan a sentarnos bajo el puente de nuestras aguas turbulentas, mientras pedimos sin palabras la paz que nos devuelva el sosiego y la confianza que abre el horizonte. Es lo que hemos pedido por intercesión de María en la oración principal de la Misa hace un momento: fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Pero en este día del Pilar, tiene para nosotros una remembranza inolvidable cuando dos horas después de la medianoche de un 12 de octubre de 1492, se oyó desde embarcación de La Pinta el famoso grito de Rodrigo de Triana: «¡Tierra a la vista!». Era una de las islas del pequeño archipiélago de las Bahamas, que en la lengua local se llamaba Guanahani, y que la expedición española bautizaría como San Salvador.

Fue un verdadero descubrimiento en dos direcciones: ellos hallarían el nuevo mundo del continente americano, y los lugareños descubrirían otro modo de ver y vivir las cosas al contacto con la cultura castellana y la fe cristiana que pudieron acercar sin los aspavientos que la leyenda negra ha querido achacarnos en una injusta descalificación de la gesta descubridora. El derecho de indias y la propuesta cristiana prevalecieron en tan grande medida, que la epopeya se resolvió en un verdadero mestizaje, algo patente en todo el hemisferio sur desde México hasta Chile con un abrazo que nos ha hecho hermanos, y el título que aquellos pueblos tributan hacia España como la “Madre Patria”.

Hay una célebre frase atribuida a Federico García Lorca que dice que “el español que no ha estado en América, no sabe lo que es España”. Y América sin España no se entendería en toda su vastedad y belleza heredada. Fue la lengua, la cultura, las leyes y la fe. Todo eso que se fue encauzando con la creación de ciudades y poblaciones que vieron crecer una arquitectura urbana colonial única, universidades donde el pensamiento, las artes, el derecho, la literatura y la teología abrieron horizontes insospechados; la liberación de algunos estilos ancestrales que producían sometimiento y muerte con prácticas religiosas basadas en el miedo y la superstición. Sin duda que también se dieron excesos por parte de descubridores con ansias usurpadoras de riqueza, ademanes de desprecio humillante, pretensiones de poder sin mesura. Pero el resultado global, y el que queda en los anales de la historia, es la positiva epopeya descubridora de España en aquellos lares.

Otros lugares del continente americano no tienen ese mestizaje, quedando tan sólo alguna reserva india para mostrar a los curiosos o como extras para películas sobre el lejano oeste, pero allí no hubo mescolanza de lo que supone abrirse al diálogo, al mutuo enriquecimiento cultural, a la permeabilidad de tantas cosas buenas y bellas que de aquellos aborígenes americanos se podía aprender y a los que pudimos también enseñar.

Por eso resulta anacrónico, obsoleto e hiriente que haya mandatarios de las naciones que se enganchan al discurso populista antiespañol con el que pretenden borrar cinco siglos de convivencia enriquecedora y pacífica, incluso en los momentos de la independencia de la Corona de España. Esta bronca distraidora es el comodín de nuestra época, cuando se quieren tapar las vergüenzas, disimular las carencias y exhibir el rencor resentido por el bien que se les ha hecho en un mestizaje fraterno. Dan grima y producen encono estos advenedizos mandamases que conculcan los derechos de sus súbditos, niegan la libertad con leyes liberticidas, aplican la mordaza que censura y llega al asesinato de los disidentes de sus ideologías y poderíos, desde una manifiesta ignorancia inculta demasiado sobrada de soberbia y demasiado hinchada de gobernanzas fallidas.

En este contexto mariano de la Virgen del Pilar y en el recuerdo de la hazaña descubridora de América por parte de la Corona de Castilla, por España, tenemos también un motivo de agradecimiento a la Guardia Civil, nuestra querida Benemérita en el día de su Patrona. No hay ámbito en donde su buen hacer se haga presente para asegurarnos la convivencia pacífica, defender nuestras fronteras ante los enemigos internos o externos de la Patria que pretenden dilapidarlas, poner orden y justicia ante los amaños torticeros de quienes mienten a sabiendas y manosean el estado de derecho en su pretendida impunidad. Ahí están nuestra Guardia Civil salvando gente en la montaña, en la carretera o en nuestros mares, pagando el alto precio de su propia vida, como todos bien sabemos. Persiguiendo al que delinque, sea quien sea. Y garantizando con su prestigio eficaz que la convivencia sea posible desde la justicia bien fundada.

Por eso, el día de la Hispanidad es una fecha para una remembranza agradecida, y con la Virgen del Pilar brindar por el significado del abrazo con tantos pueblos hermanos y queridos, por encima del coyuntural despotismo de algunas dictaduras de banana. Un día para agradecer el buen servicio de la Guardia Civil junto a otras instituciones gemelas de nuestras fuerzas de seguridad.

Por todo ello, felicidades. Y que la Virgen del Pilar esté siempre a nuestro lado para cambiar nuestros pesares por el brindis de alegría en la esperanza que no defrauda.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

12 octubre de 2024

12 de Octubre: Nuestra Señora del Pilar

Dios siempre es paciente y cumple con sus promesas. Hoy, precisamente celebramos a Nuestra Señora La Virgen del Pilar que habla de la Promesa que hizo sobre esta Bendita Tierra. Es el inicio de que fuésemos Tierra de María como la llamó Juan Pablo II y lo han repetido tanto el Papa Benedicto XVI como Francisco. La tradición nos lleva al siglo I.

Los Apóstoles siguen el mandato de predicar el Evangelio por todo el mundo. En el caso de Santiago Apóstol le toca venir hasta las tierras Iria Flavia en Hispania, que daba al Finisterre. Su presencia aquí no tuvo mucho éxito aparente. El motivo es que las gentes pobladoras de entonces que tenían que ver con los fenicios, íberos y tartesos lo tomaron todo como una cosa de moda, pero se mantuvieron en la indiferencia.

Santiago se sintió abatido. Se veía derrotado. Para asimilar el desprecio de estas gentes se sentó en la Cesaraugusta -como se llamaba entonces a Zaragoza- pensando que todo estaba perdido. En ese momento oyó como un sonido de campanas celestiales. Era la llegada de la Virgen en Carne Mortal desde Éfeso.

Y es que aún no había sido Asunta a los Cielos. Se acercó al Apóstol y le mostró una Columna. Era la señal para confortarle y decirle que su predicación no había caído en saco roto porque esta tierra sería fuerte en la Fe. Y para garantizarlo la Señora le pidió que le construyese así un Templo desde el que cuidaría de todos sus hijos.

Así surge la gran Basílica a orillas del Ebro que conocemos hoy. El Papa Clemente XII instaura la Festividad del Nuestra Señora del Pilar, el día 12 de octubre. Tal día como hoy, en 1492 se descubre América y bajo el Manto de la Virgen del Pilar se pone la Evangelización del Nuevo Continente.


ORACIÓN DE JUAN PABLO II A NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos. Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad. En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea.

viernes, 11 de octubre de 2024

Desde nuestro brocal: Hispanidad, mestizaje fraterno

Lo tenemos volando en órbitas por el cielo. Lo llamamos “Hispasat” y nos facilita la comunicación en tiempo real con todo el planeta. Pero todo comenzó mucho antes, hace cinco siglos, en la aventura de descubrir un mundo nuevo con el apoyo de la Corona de Castilla, la audacia de Cristóbal Colón y la entrega incondicional de aquella marinería apoyada espiritualmente por un puñado de frailes franciscanos que se avezaron con todos ellos a la mar. No fue nada fácil la travesía, y cuando se estaban agotando ya los cálculos realizados por Colón, se oyó desde embarcación de La Pinta el famoso grito de Rodrigo de Triana: «¡Tierra a la vista!», eran las dos de la madrugada del 12 de octubre de 1492. Era una de las islas del pequeño archipiélago de las Bahamas, que en la lengua local se llamaba Guanahani, y que la expedición española bautizaría como San Salvador.

Fue un verdadero descubrimiento en dos direcciones: ellos hallarían el nuevo mundo del continente americano, y los lugareños descubrirían otro modo de ver y vivir las cosas al contacto con la cultura castellana y la fe cristiana que pudieron acercar sin los aspavientos que la leyenda negra ha querido achacarnos en una injusta descalificación de la gesta descubridora. El derecho de indias y la propuesta cristiana prevalecieron en tan grande medida, que la epopeya se resolvió en un verdadero mestizaje, algo patente en todo el hemisferio sur desde México hasta Chile con un abrazo que nos ha hecho hermanos, y el título que aquellos pueblos tributan hacia España como la “Madre Patria”.

Hay una célebre frase atribuida a Federico García Lorca que dice que “el español que no ha estado en América no sabe qué es España”. Y América sin España no se entendería en toda su vastedad y belleza heredada. Fue la lengua, la cultura, las leyes y la fe. Todo eso que se fue encauzando con la creación de ciudades y poblaciones que vieron crecer una arquitectura urbana colonial única, universidades donde el pensamiento, las artes, el derecho, la literatura y la teología abrieron horizontes insospechados; la liberación de algunos estilos ancestrales que producían sometimiento y muerte con prácticas religiosas basadas en el miedo y la superstición. Sin duda que también se dieron excesos por parte de descubridores con ansias usurpadoras de riqueza, ademanes de desprecio humillante, pretensiones de poder sin mesura. Pero el resultado global, y el que queda en los anales de la historia, es la positiva epopeya descubridora de España en aquellos lares.

Otros lugares del continente americano no tienen ese mestizaje, quedando tan sólo alguna reserva india para mostrar a los curiosos o como extras para películas, pero allí no hubo mescolanza de lo que supone abrirse al diálogo, al mutuo enriquecimiento cultural, a la permeabilidad de tantas cosas buenas y bellas que de aquellos aborígenes americanos se podía aprender y a los que poder enseñar.

Por eso resulta anacrónico, obsoleto e hiriente que haya mandatarios de las naciones que se enganchan al discurso populista antiespañol con el que pretenden borrar cinco siglos de convivencia enriquecedora y pacífica, incluso en los momentos de la independencia de la Corona de España. Pero en la actualidad son los comodines de época, cuando se quieren tapar las vergüenzas, disimular las carencias y exhibir el rencor resentido por el bien que se les ha hecho en un mestizaje fraterno. Dan grima y producen encono estos advenedizos mandamases que conculcan los derechos de sus súbditos, niegan la libertad con leyes liberticidas, aplican la mordaza que censura y llega al asesinato de los disidentes de sus ideologías y poderíos, desde una manifiesta ignorancia inculta demasiado sobrada de soberbia y demasiado hinchada de gobernanzas fallidas.

Por eso, el día de la Hispanidad es una fecha para una remembranza agradecida, y con la Virgen del Pilar brindar por el significado del abrazo con tantos pueblos hermanos y queridos, por encima del coyuntural abuso de algunas dictaduras de banana.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm 
Arzobispo de Oviedo

«El principal legado de los mártires es mantener a España católica, a través de la entrega de sus vidas»



El P. Jorge López Teulón analiza su libro Mártires a la sombra del Alcázar de Toledo

Jorge López Teulón (Madrid, 1970). Tras cursar los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de San Ildefonso, recibe la ordenación sacerdotal el 25 de junio 1995. Sus años de ministerio sacerdotal los ha desarrollado en la ciudad de Talavera de la Reina (Toledo). Es delegado de Medios de Comunicación Social en la Vicaría de Talavera desde 1996. Se le encargó durante un quinquenio (1998-2002) la retransmisión para el territorio nacional de la Misa dominical de la Cadena COPE. Desde 1996 es el capellán del Colegio “Compañía de María” de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora en Talavera de la Reina. En el año 2002 fue nombrado Postulador de una Causa de 464 mártires de la persecución religiosa de 1936 a 1939, para la provincia eclesiástica de Toledo y la diócesis de Ávila.

¿Por qué decidió escribir un libro titulado Mártires a la sombra del Alcázar de Toledo?

¿Quién no ha oído hablar de la gesta del Alcázar de Toledo? Recién llegado, en 1986, al seminario menor de Toledo fue de las primeras cosas que escuché con asombro. Entonces, todavía, los turistas japoneses, por ejemplo, acudían a Toledo con toda normalidad para visitar los sótanos del Alcázar y escuchar aquel episodio épico de la guerra civil española. Recuerdo que dando una conferencia en Madrid se me acercó al final un hombre corpulento que debía frisar los 80 años, y me dijo: “-Soy húngaro. Mi abuela en aquellos meses de julio, agosto y septiembre de 1936, nos ponía de rodillas todas las noches para rezar por la liberación del Alcázar”. Era el inicio de la guerra y medio mundo siguió aquel episodio. Pero… a la sombra del Alcázar -se trata de uno de los edificios más emblemáticos y potentes de la ciudad de Toledo- tuvo lugar una de las matanzas menos conocida de la persecución religiosas. La ciudad amurallada se convirtió en una ratonera y comenzó la caza de todo lo que “oliese a cera”. En los 72 días que duró el asedio fueron asesinados más de 100 sacerdotes y religiosos. Sin hablar del martirio de los seglares…

¿Cómo complementa otros libros martiriales que ha escrito?

Bueno, complementa porque sirve para que el tema de la persecución religiosa (1931-1939) sea más conocido. Hemos escrito mucho del grupo de canónigos beatificados en 2007 (por ejemplo, la trilogía del beato José Polo) pero este libro contextualiza, en un único relato, el martirio de un par de centenares de hombres que alcanzaron la palma del martirio en Toledo. A punto de aparecer el cuarto tomo de la historia de la persecución religiosa en la archidiócesis de Toledo (tomos de 600 páginas, que se pueden descargar gratuitamente en internet)… más que completar, ofrece otra manera narrativa de acercarnos a estos trágicos, y a la vez gloriosos, episodios de nuestra Ciudad Imperial.

¿Por qué por encima de Ciudad regia o Ciudad Imperial… Toledo es ante todo una Ciudad Martirial?

Monseñor Jaime Colomina Torner (1922-2020) fue un referente en la archidiócesis de Toledo en muchos campos, pero destacó por su labor en pro de las causas de canonización de los mártires de nuestra archidiócesis de Toledo. De él recogí el testigo, tras sus muchos años al frente de la Delegación para las Causas de los Santos, en estas tareas.

Creó un mapa martirial de la ciudad de Toledo con el subtítulo “Recuerdo de los que dieron su vida aquí, en testimonio de la fe católica”. Explicaba que Toledo ha recibido diversos títulos: Ciudad regia, Ciudad Imperial, Ciudad de las Tres Culturas… todavía le pertenece otro: Ciudad martirial. Aquí es donde monseñor Colomina explicaba que desde el martirio de santa Leocadia de Toledo, en el año 304, hasta que estalla la guerra civil española no hubo más mártires en el suelo diocesano. Y la sangre, literalmente, corrió en el verano de 1936 por las calles de Toledo.

El exterminio de seglares, sacerdotes y religiosos que se produjo en esos 72 días tiene pocos parangones en la historia…

Bueno, como decía antes, la ciudad de Toledo se convirtió en una ratonera y, desde el principio, las milicias republicanas fueron casa por casa, buscando a unos y otros. A veces, puede parecer exagerado el uso de la palabra “exterminio”. Pero la RAE nos recuerda que esta palabra viene del latín “exterminare” y que significa “acabar del todo con algo”. Pues eso fue lo que hicieron. Apenas se salvó un puñado de sacerdotes y religiosos.

Por ejemplo, las matanzas que tuvieron lugar en el paseo del Tránsito de Toledo son prueba de ese espantoso cálculo. Solo llevaba diez días cercada y tomada la ciudad por los marxistas y ya se conocía como el Glorioso Tránsito de los Mártires de Toledo. El asesinato, no solo de los sacerdotes, tiene como último fin político mantener el espanto entre los supervivientes e impedir su reacción.

Finalmente, sin salir de nuestra provincia, lo de las comparaciones es muy complicado: la mina de Camuñas (Toledo) es un episodio tremendo con más de 300 asesinados arrojados a una mina romana de 28 metros de profundidad, o episodios únicos como el salvaje asesinato de la sierva de Dios Mª de la Piedad Suárez de Figueroa, Piedaíta, en Villanueva de Alcardete. Pero sí: la caza, captura, asesinatos, detenciones, prisión y fusilamientos en masa (como los 80 asesinados en la Puerta del Cambrón en la noche del 23 al 24 de agosto de 1936)…

¿Cuál fue el legado de estos mártires a la Iglesia y a la patria española?

Algo que, a veces, se obvia (y yo creo que está en la mente de todos los mártires) es la entrega de la vida para que España se mantenga católica. Es el legado principal: a través de la entrega de sus vidas evangelizar nuestra nación.

Muchas veces me preguntan: -Pero, como está España, ¿para qué sirvió su martirio y el derramamiento de su sangre? Y siempre les digo: -A ellos, para ir al cielo, y a nosotros para imitar su ejemplo en el martirio de cada día y pedirles por España.

Desde el cielo no dejan de sacarnos los colores: -Si nosotros pasamos por el martirio a qué estáis esperando para ser santos.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación de estos hechos?

Pues podría decir que complementario y cruzando todos los datos que es lo más complejo. Es que a la vez que están asesinando en las calles a un canónigo de la catedral, en la otra punta están fusilando al cocinero de los maristas, o mientras cazan, literalmente, a los carmelitas por los tejados del centro de la ciudad están encarcelando a párrocos y canónigos…

Por supuesto a la documentación que se conserva en la postulación y en el Archivo Diocesano de Toledo. Pero cuántas gracias tenemos que dar, en nuestro Toledo bendito, a sacerdotes y frailes que fueron los primeros en escribir sobre sus mártires: el trabajo del sacerdote e historiador Juan Francisco Rivera Recio; al padre José María Gomez de la Compañía de Jesús; al padre dominico Luis G. Alonso Getino; al hermano marista Luis Puebla Centeno; al padre carmelita José Vicente Rodríguez; a los operarios diocesanos… a las madres jerónimas y concepcionistas de Toledo y las carmelitas de Cuerva (Toledo) que conservaron en sus crónicas la tragedia de lo vivido en aquel verano nefasto.

También al que fuera el cronista oficial de Toledo, don Luis Moreno Nieto, que siendo un joven reportero primero, padeció la cárcel junto a su hermano seminarista.

Finalmente, a la Hermandad de Santa María del Alcázar de Toledo.

De entre todos ellos, ¿qué testimonios destacaría especialmente?

Me parece impresionante cómo comunidades enteras [como fue el caso de los maristas (en número de 11) o los carmelitas (16)] se entregaron como corderos y fueron sacrificados.

Por ejemplo, lo vivido por el beato Ricardo Plá, que padeció el martirio en dos actos. Primero llevado al paredón con sus ancianos padres y su hermana… un miliciano apareció de repente y paró aquello. Luego se lo llevaron a los días a él solo. Y las palabras de su madre cuando lo detuvieron: -Hijo, valor para morir y más valor para perdonar.

Sacerdotes ancianos, como el beato Joaquín de la Madrid, que habían hecho un colegio para huérfanos.

Y luego me impresionan mucho las vidas de muchos sacerdotes a los que, por falta de espacio e incluso por desconocimiento de datos o por tener, frente a otros, unas vidas más discretas… son sencillamente sacados de sus casas y fusilados sin más. Mártires con todas las letras… que coronaron sus vidas sacerdotes, llenas de misas y confesiones, con el derramamiento de su sangre.

La entrada en el Alcázar del canónigo Camarasa de Madrid y la misa que se celebró aquel día, a mitad del asedio, para convencerles que entregaran el Alcázar. La misa de acción de gracias con todos aquellos náufragos que resistieron el embate de sus enemigos…

Los diálogos y despedidas que, como decía antes al responder alguna otra pregunta, gracias a los que investigaron antes que yo estos sucesos, pudieron conservar con la frescura del tiempo cercano, palabras de despedida y de perdón.

Me preguntas qué destacaría o a quién… ¡a todos! Es como una sinfonía que compone, nota a nota, una gloriosa tragedia… Un joyero que tiene como cuerpo a la ciudad de Toledo y en el que se van engastando auténticas y valiosísimas joyas que son los nombres de cada uno de estos mártires.

¿Por qué es necesario seguir dando a conocer estos hechos?

Y cómo no. Nuestra es ahora la responsabilidad. Pero suya lo fue en aquellos meses aciagos del verano de 1936. A nosotros nos toca tenerles tan presentes por la comunión de los santos. Como sacerdotes para pedirles que su sangre y su testimonio redunde en beneficio de los sacerdotes que actualmente conformamos el presbiterio de Toledo.

A los seglares lo mismo. Que sepan quiénes eran, por ejemplo, Fidel Galán Rojo, hombre querido por todos los que lo tratan, y que ofrece, en cambio, a los milicianos un detalle más que “suficiente” para justificar el crimen. Su delito es que vive de su trabajo artesano como cerero, nutriendo de velas a parroquias y cofradías. O el humilde zapatero, Domingo Campos Garrido, muy conocido en Toledo porque figuraba en las juntas directivas de muchas cofradías y asociaciones piadosas. El día de su asesinato lo obligan a llevar un cirio encendido para mofarse de él hasta el paseo del Tránsito, donde lo fusilan.

Que por qué es necesario me preguntas…porque su fidelidad clama contra nosotros por nuestra tibieza y medias tintas…y es obligatorio más que necesario recordarlo y recordárnoslo. Su vida es denuncia y no tenemos escapatoria…Solo si no lo conociéramos.

¿En qué medida el Alcázar de Toledo se ha convertido en un emblema mundial en defensa de la fe?

El actual deán de la Catedral de Coria, Dr. Ángel David Martín Rubio, pronunció una conferencia en 2011 titulada Aspecto religioso de la Defensa del Alcázar, en ella recordaba que un miliciano fue quien dijo una de las verdades más crudas sobre la guerra española, a través de una emisora de radio que incitaba a la rendición a los héroes del Alcázar: «Vosotros por creer en Dios, y nosotros por no creer en él, en menudo “fregao” nos hemos metido».

Creo que el Alcázar de Toledo está definido en su defensa de la fe en la figura del siervo de Dios Antonio Rivera. El padre de Rivera afirmaba que hubo dos motivos que llevaron a su hijo, sin ser militar, a entrar en el Alcázar: el primero por defender a España, pero en el fondo de este amor a España estaba el amor a la religión, a la que defendía cuando luchaba contra el comunismo.

Allí coinciden más de 30 jóvenes de la Acción Católica, cuya presidencia ostenta Antonio Rivera en la diócesis de Toledo. Dentro del Alcázar se celebrarán reuniones, círculos y actos de piedad en común. Se llegó a tener meditación colectiva diaria. Así como el rosario o la salve cantada en la capilla del Alcázar.

Creo que la oración, la vida de fe y los sacrificios mantuvieron firmes en la fe a defensores y refugiados del Alcázar. Pero la misma fe no consiguió la victoria en el sitio heroico del santuario de la Cabeza en Jaén… [sería necesario establecer criterios comunes para esta afirmación, sobre realidades distintas]. Pero por eso, creo que esta balanza se desequilibró a favor de la fe por la sangre derramada de los sacerdotes, religiosos y seglares mártires en la ciudad de Toledo.

¿Por qué merece la pena leer el libro?

Porque son historia viva. Están vivos y no podemos sino encomendarnos a ellos. No es una historia ficticia con un personaje ficticio, como don Quijote. No es una historia real con una vida de aventuras, como la del propio Cervantes. Son los que vestidos de blanco llevan las palmas del martirio en sus manos. Son los que vinieron de la gran tribulación y han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero, como se afirma en el Apocalipsis… y desde la vida eterna reinan victoriosos.

Animo, como se nos ha enseñado desde niños, a leer sus vidas, a conocer sus gestas, sus vidas santas (la Iglesia católica proclama al canonizarlos y beatificarlos sus virtudes heroicas). Todavía conservo el primer librito de la Editorial Apostolado Mariano sobre los mártires de 1936 que compré, siendo niño, en un campamento de la Unión Seglar del padre Alba.

Claro que merece la pena leer este libro y cualquier otro que nos de a conocer la vida de nuestros mártires. Cualquier libro de santos que nos pueda llevar a forjar una verdadera amistad con ellos y encomendarnos en las dificultades de cada día. Y en el caso de los mártires pedir para que España no pierda sus raíces cristianas, pues por este motivo vertieron ellos su sangre.

Por Javier Navascués