domingo, 30 de septiembre de 2018

Evangelio Domingo XXVI Domingo Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos 
(9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»

Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. 

Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

Palabra del Señor

sábado, 29 de septiembre de 2018

Primer Domingo de Octubre


Nuestra misión es construir un mundo más humano. Por José María Martín OSA

1.- Liberar de esclavitudes. Cada domingo tenemos que estar dispuestos a interpretar, actualizar y hacer vida en nosotros la Palabra de Dios. ¿Qué significa hoy día profetizar y echar demonios? Es profeta aquél o aquella que “testimonia”, es decir es testigo de una experiencia de fe que ha transformado su vida. Es profeta el creyente que analiza críticamente la realidad y denuncia aquello que no se ajusta con la dignidad humana y con el Evangelio de Jesús de Nazaret. Profetiza quien es capaz de transmitir esperanza en un mundo desesperanzado. Hay falsos profetas que se regodean en el anuncio de desgracias, que sólo ven lo negativo. Otros dicen lo que conviene a cada momento con el fin de alagar a la autoridad o mantenerse en el poder a cualquier precio. El auténtico profeta se distingue por su coherencia de vida. Echar demonios hoy es liberar de esclavitudes y de todo aquello que deshumaniza.

2.- A favor del ser humano. En el Libro de los Números Moisés desea que todo el pueblo reciba el espíritu del Señor: “¡Ojalá que todo el pueblo del Señor fuera profeta!”. Jesús no impide que otros hagan el bien en su nombre, más bien lo estimula. El objetivo es establecer y construir el Reino de Dios en este mundo. Muchas personas, sin saberlo, son cristianos anónimos. Son personas que luchan para que los Derechos Humanos se respeten en el mundo, comprometidas con las ONG y otras asociaciones benéficas. Nadie debe tener el monopolio de hacer el bien, como tampoco nadie tiene el monopolio de la gracia que Dios regala, ni siquiera la Iglesia. El esfuerzo del cristiano a favor de la justicia y de la paz debe unirse al de otras organizaciones que persiguen el mismo fin: hacer un mundo más humano. Nosotros lo llamamos Reino de Dios, o “civilización del amor” (Pablo VI). Otros hablarán de “un mundo mejor”. Da igual, lo importante es que se haga realidad la voluntad de Dios de que todos los hombres vivamos como hermanos. Jesús reprueba la actitud de sus discípulos. Jesús rechaza la postura sectaria y excluyente de sus discípulos y adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Fuera de la Iglesia católica hay en el mundo muchos hombres y mujeres que hacen el bien y viven trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. Hemos de sentirlos como amigos y aliados, nunca como adversarios. No están contra nosotros, pues están a favor del ser humano, como estaba Jesús.

3.- Tienes una misión… Jesús denuncia el abuso, el maltrato y el mal ejemplo dado a los niños. La sociedad está muy sensibilizada ante el maltrato de los menores de edad, pero nuestros niños están hoy más desprotegidos y amenazados que nunca por el bombardeo de unos mensajes que destruyen su inocencia. Hay muchos escándalos: uno de los mayores es que permanezcamos impasibles ante la lacra del hambre y de la injusticia que lo provoca. Y lo peor de todo es la “justificación” o la connivencia con situaciones injustas. Santiago en su carta utiliza palabras duras, los Padres de la Iglesia también denunciaron con palabras severas la injusticia. Hoy sigue habiendo pobres, no hace falta más que ver las colas que se forman en las oficinas de empleo, o en los despachos de nuestras Cáritas parroquiales. Hay falsos cristianos, que defraudan el jornal debido al trabajador, que regatean el salario justo al inmigrante desprotegido o le niegan cualquier tipo de seguro. Eliminemos de nuestra vida nuestras inconsecuencias y, sólo entonces, dejaremos de escandalizar. Nuestra misión es construir un mundo más humano. El Papa recordaba en la JMJ de Río de Janeiro que un cristiano sabe que la felicidad “no es andar por la vida dormido o narcotizado”, sino entregarse a los demás. Es decir, levantarse del sofá, “ponerse los zapatos y salir a caminar por senderos nunca soñados siguiendo la “locura” de un Dios que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, el sediento, el desnudo, el enfermo, el preso, el inmigrante, o el vecino que esta solo”. Tu familia, tu comunidad, la parroquia, el mundo te necesita ¿Estás dispuesto a salir de ti mismo para acompañar, compartir y ayudar al que te necesita? Esta es tu misión...

viernes, 28 de septiembre de 2018

Orar con el Salmo del Día

Sal 143, R/. Bendito el Señor, mi Roca

Bendito el Señor, mi Roca,
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio.

Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.

Ahora algunos lo llaman Primavera. Por Rodrigo Huerta Migoya.

Con la llamada "Primavera de Francisco", parece que se ha puesto de moda hacer noticia de lo que no lo es. Así las cosas, algunos medios de comunicación social nos quieren vender como novedad verdades, acontecimientos o hechos que en la Iglesia siempre han estado presentes.

Cuando al comienzo de su Pontificado el Papa dijo que la Iglesia era de los pobres, casi medio mundo se detiene para hacer la ola y decir ¡anda, mira lo que ha dicho; que renovación!... Tal vez es que yo no capto las novedades, pero vamos, que los medios desde entonces no paran de presentar por novedad todo tipo de menudencias como una especie de revolución católica. Como si bautizar a los hijos de madres solteras, lavar los pies a doce personas el Jueves Santo o tener la iglesia abierta 24 horas pudiera ser titular de prensa reseñado como algo insólito.

Yo no encuentro novedad ninguna más allá de que el Papa Francisco predica y habla con la sencillez de un párroco de pueblo. ¿Será ese el secreto del "boom" mediático? Seguramente que sí, pero vamos, nada muy distinto -a mi juicio- de lo que puede predicar un cura de pueblo o de barrio un domingo.

Tal vez la clave está en que los medios se hacen más eco en ocasiones de las posturas de los sectores más progresistas de la Iglesia, que utilizan la figura del Papa creando a veces cierta confusión entre los fieles. No hace mucho, un sacerdote español afirmaba que Francisco ha traído a la teología la imagen de un Dios paternal, a diferencia de Juan Pablo II y Benedico XVI que nos presentaron -al parecer- a un Dios lejano cruel y justiciero. Está claro que el citado "teólogo" no tiene muy claro el contenido de "Dives in Misericordia" ni "Deus Caritas est", primeras encíclicas de ambos papas que dejan por absurdas tales afirmaciones. Y es que cuando cuando se hace ideología de la fe, los árboles no dejan ver el bosque.

Y volviendo a lo anterior y desde mi propia experiencia, recuerdo cómo cuando yo era niño ya había "24 horas con el Señor" en cientos de Parroquias; el Jueves Santo había "lavatorio de los pies"; se bautizaban hijos de madres solteras y los curas de mi pueblo insistían una y otra vez que el tesoro de la Iglesia eran los pobres, y que ellos nos llevaban ventaja ya que en ellos encontrábamos al mismo Cristo. Pero bueno, ahora a lo de toda la vida -dicho de forma cariñosa y cercana, eso sí- algunos lo llaman ''aire fresco''. Pues bueno, ¡bendito sea Dios!



jueves, 27 de septiembre de 2018

La Iglesia ¿nos roba? por Fernando Giménez Barriocanal

Hablar sobre el dinero y los bienes de la Iglesia es casi un deporte nacional. Todo el mundo opina y no siempre con datos. Cuando no es la asignación tributaria son los supuestos privilegios fiscales y, si no, siempre se puede echar mano de la Mezquita-Catedral, que el obispado de Córdoba se apropió por 30 miserables euros. ¿Qué hay de verdad en esto último? Intentaremos responder a los 10 mitos más importantes sobre el tema.

¿Las inmatriculaciones de la Iglesia son un privilegio? Inmatricular consiste en inscribir en el registro de la propiedad una finca por primera vez, es decir, una finca no inscrita previamente. Hay que tener en cuenta que el registro es una institución relativamente reciente en nuestro país. Para inmatricular ha habido tres procedimientos: acreditar el título de adquisición, un expediente de dominio y mediante certificación. Este último sistema ha permitido a determinadas entidades de la Iglesia, hasta 2015, inmatricular bienes de carácter inmemorial, asemejándose en su procedimiento a las Administraciones públicas. Es cierto que el procedimiento era excepcional, pero la situación, también, ya que nos encontramos con que muchas realidades de Iglesia son las instituciones más antiguas de nuestro país, como los arzobispados de Toledo o Tarragona, cuyo origen data del siglo I. Ello supone que hay que remontarse a muchos siglos atrás para encontrar el antecedente de la adquisición, pero es evidente que el destino, uso y mantenimiento de muchos de estos bienes ha correspondido a las instituciones de la Iglesia desde siempre.

¿Se trata de un privilegio franquista? En absoluto. Contrariamente a lo que se publica, el sistema de inmatriculación deriva del siglo XIX (1863) como respuesta a la legislación desamortizadora y con el fin de otorgar seguridad jurídica, estando presente en la Ley Hipotecaria de 1909 y en el Reglamento de 1915. Ni siquiera en la República fue puesto en cuestión el sistema. La Ley Hipotecaria de 1946 mantiene el sistema anterior. Dicho texto no contempla la inscripción de los templos, por entender que no precisaban inscripción al ser evidente la titularidad, su destino y ser considerada "fuera de comercio".

¿La reforma de Aznar de 1998 incrementa los privilegios de la Iglesia? Tampoco es correcto afirmar esto. Hasta 1998, no estaba prevista la inmatriculación de los templos destinados al culto católico, lo que colocaba a la Iglesia católica en una situación de clara desventaja jurídica en relación con otras confesiones, de acuerdo con el artículo 14 de la Constitución y tal y como se puso de manifiesto en distintos pronunciamientos jurídicos. Desde 1998 y hasta 2015 se ha permitido a las entidades de la Iglesia inscribir a su nombre dichos bienes, como también a las Administraciones públicas inmatricular los bienes de dominio público. Desde 2015 ya no existe esa posibilidad para la Iglesia, entrando en el régimen general.

¿El registro de un bien confiere la propiedad? La inmatriculación de los bienes no afecta a la propiedad, que se adquiere conforme al Derecho Civil. El registro tiene una función probativa o certificativa, otorga seguridad jurídica, pero no tiene función constitutiva de la propiedad. Por esta razón, el sistema de inmatriculación preveía un periodo de dos años de provisionalidad para corregir errores y presentar alegaciones. En todo caso, siempre podrán corregirse errores en el proceso, caso de que hayan acontecido.

¿Se ha apropiado la Iglesia de decenas de miles de inmuebles?, ¿no es un escándalo de cifras enormes? En España, hay cerca de cuarenta mil instituciones de la Iglesia que tienen reconocimiento civil. Muchas de ellas tienen más de 1.000 años de existencia y a lo largo de su vida han adquirido la titularidad de bienes. Por ello y teniendo en cuenta que existen más de 23.000 parroquias canónicamente erigidas, miles de ermitas y santuarios, miles de cofradías y hermandades, centenares de monasterios... el volumen de bienes que corresponde a todas estas realidades, aunque de manera unitaria es escaso, en términos globales es muy alto. Ahora bien, no nos confundamos, es como si quisiéramos calcular cuántos bienes inmuebles son propiedad de las corporaciones locales. También en este caso la cifra sería muy importante.
¿La Iglesia es opaca y no quiere ofrecer los datos? Recientemente se ha informado de que el Gobierno está preparando un listado de los bienes inmatriculados y que la Iglesia no quiere dar estos. La realidad es muy distinta. Cada una de las cerca de 40.000 instituciones que son Iglesia católica en España tiene la autonomía que le confieren las normas civiles y canónicas, por lo que no existe, desde el ámbito de la Iglesia, un registro de los bienes eclesiásticos. Es cada persona jurídica la que gestiona su patrimonio conforme a las normas canónicas. La Conferencia Episcopal, en este punto, no tiene ninguna jurisdicción.

¿Pero todos estos bienes no son del pueblo? Durante siglos, efectivamente, el pueblo católico ha construido y confiado a la Iglesia distintos bienes para que ésta pudiera realizar su labor: el anuncio del Evangelio (apostolado), la celebración de la fe (culto) y el ejercicio de la caridad. Los bienes de la Iglesia se destinan a estos fines. La Iglesia administra, cuida y pone a disposición de todos estos bienes, que cumplen una función religiosa y también, en muchos casos, una función cultural.
¿Y lo de la Mezquita, no es un robo? Lo de Córdoba se ha explicado ya muchas veces. Fernando III entrega a la Iglesia en el año 1236 este edifico para la construcción de la Catedral. Un edificio que había sido edificado previamente sobre la antigua Basílica visigoda de San Vicente. La polémica resulta cansina y algunos informes, verdaderamente sorprendentes. Lo importante de todo esto es que gracias a la situación actual el inmueble está cuidado, cumple con su finalidad religiosa desde hace siglos y también con una enorme función social, poniéndolo a disposición de todos y generando un importante valor social y, por supuesto, económico, sobre todo para la economía de Córdoba y de Andalucía.

¿La Iglesia se ha enriquecido injustamente con estos bienes? Las distintas instituciones de la Iglesia son titulares de más de 3.000 bienes inmuebles declarados de Interés Cultural. Estas declaraciones no afectan a la titularidad sino más bien a que la Administración se implique en su mantenimiento y conservación a cambio de que la Iglesia los ponga a disposición de la sociedad para ser visitados. En su inmensa mayoría, dichos bienes generan importantes costes de mantenimiento y conservación para la Iglesia, que la Iglesia realiza por entender que forma parte de su misión. La inmensa mayoría de esos bienes tienen naturaleza no enajenable, con lo que la posibilidad, que algunos apuntan, de hacer negocio es inexistente. Son muy pocos los bienes que son "económicamente rentables" para la Iglesia, precisamente aquellos por los que se insiste hasta la saciedad, frente a otros que pasan de largo. Sin embargo, tal y como demostró hace poco un informe de la auditora PwC, la puesta a disposición de la sociedad de dichos bienes reporta a la economía nacional más de 22.000 millones de euros al año (2% del PIB). Pero incluso los recursos que reportan aquellos pocos bienes, como es el caso de la Mezquita-Catedral, son aplicados a fines culturales (restauración de patrimonio) o a los fines propios de la Iglesia, entre los que destaca la ayuda a proyectos sociales. Baste decir, a modo de ejemplo, que entre 2006 y 2014 el Cabildo de Córdoba destinó 16 millones de euros a proyectos de Cáritas, Proyecto Hombre, ayuda a misioneros, etc.

Pero si todo esto es así, ¿por qué la Iglesia se empeña en que se reconozca su titularidad? La Iglesia tiene la obligación de custodiar y mantener los bienes que le han sido confiados afectándolos a sus fines propios y poniéndolos a disposición de la sociedad, con independencia y colaboración con los poderes públicos, al servicio del pueblo cristiano.

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Cristianos esperados: el Catecumenado de Adultos

Sonaba todavía el run-run de la música fiestera en la plaza de la Catedral. Y, sin embargo, logramos apiñarnos ese casi centenar de personas en su mayoría jóvenes, en el atrio catedralicio. Algo más de sesenta hombres y mujeres entre los diez-y-ocho y los treinta-y-tantos años, estaban en ese espacio que tiene su significado profundamente simbólico. El atrio no es la plaza ya, pero no es todavía el templo. Es un lugar de tránsito, que del mundanal mundo te adentra en el pórtico del cielo.

Se abrieron las puertas de la iglesia que es madre de todas las que los cristianos tenemos en Asturias en valles, villas, montañas, costas, ciudades y pueblos. Son las puertas nunca cerradas a cal y canto, que de par en par hoy baten sus hojas porque un grupo de personas han llamado a su aldaba. Era realmente un espectáculo hermoso y conmovedor: personas jóvenes adultas que quieren ser cristianas y llegado el momento recibir el bautismo; pero también personas ya bautizadas que no han vivido su cristianismo y desean estrenar el tesoro que sin saberlo hasta ahora llevaban en sus adentros. Para unos y otros, daba así comienzo un proceso catecumenal de iniciación o reiniciación cristiana.

Lo primero que les dije era que ellos tienen un nombre y una edad. No son extraños para quien desde siempre… les esperaba. Dios ha querido respetar, como siempre hace, la libertad que tiene ritmo lento o precipitado, la que frecuenta el justo sendero o se aventura en los vericuetos extraviados, pero como buen Padre se asoma cada mañana para ver si regresamos de nuestras andanzas pródigas que nos llevan y nos traen por tantos derroteros en los que saboreamos conquistas fugaces o masticamos indigestas derrotas.

Pero no somos extraños para ese Dios amable. Todo lo más, y esto pasa tantas veces en nuestra vida, podremos ser malos hijos ante Él, pero nunca ante sus ojos unos pobres huérfanos. Que con obstinada frecuencia nos empeñamos en una imposible andanada: pretender amar a un Dios que no tuviera hijos, para no tener que asumir nosotros que tenemos hermanos, o lanzarnos a la defensa interesada de los hombres sin que Dios nos inspire el amor, la humildad y la perdonanza.

A veces la historia torpemente ocurrida o la historia tendenciosamente inventada, se ha esforzado en separar lo que en Dios está infinitamente unido: Él y el amor. ¡Cuántas falsas presentaciones de Dios por querer contarle sin amor! ¡Cuántas caducas comprensiones del amor al querer vivirlo sin Dios! ¡Cuántos momentos terribles en nuestra historia humana por querer omitir de nuestro cotidiano vivir a Dios y al amor, o por intentar enfrentarlos como si fueran rivales!

Se inicia un camino como opción pastoral diocesana con estas personas que han descubierto la fe o han despertado la que tenían desde su bautismo. Les acompañaremos como se realiza un delicado menester: no suplir ni sustituir, sin algo mucho más hermoso y respetuoso como es acompañar discretamente. Sus catequistas y los sacerdotes encargados en cada arciprestazgo, irán haciendo este camino con todos ellos, y llegado el momento unos serán bautizados, y los que ya lo están serán confirmados. Pero en definitiva es un momento dulce y hermoso que vivimos en nuestra Iglesia diocesana: que también para las personas adultas podemos ofrecer un itinerario de fe para quienes por mil motivos no se bautizaron al nacer, o para los que recibieron el bautismo sin que luego se cuidase y nutriese ese germen de la fe. Bendita esta iniciativa del catecumenado de adultos que nos recuerda que para Dios y su Iglesia siempre hay un tiempo adecuado y una propicia ocasión para quien buscando al Señor haya sido por Él encontrado.

+Fray Jesús Sanz Montes O.F.M.
Arzobispo de Oviedo

Santoral del Día: San Vicente de Paúl

(COPE) Dios nunca deja de enviar gracias a través de los diversos carismas que ha dispuesto para que el hombre se santifique. La raíz de todo se encuentra en el amor. Esta es la clave del Santo de este día, San Vicente de Paúl. Es fácil muchas veces ensalzar a las personas que han alcanzado la Santidad, pero también es un aliciente ver que fueron pecadores como todos, pero valientes para pedir perdón y buscar el bien.

Vicente es natural de Aquitania. Nace en el año 1581 y reconocerá que renunciaba a su origen humilde. Sin embargo, con el paso de los tiempos, sentiría remordimiento por avergonzarse de su padre por su origen humilde. Enviado a estudiar a los franciscanos de Dax, se ordena sacerdote. Ya parecía haber obtenido sus aspiraciones. El obispo le ofrece una Parroquia, pero esto le queda muy pequeño.

Él quiere seguir estudiando Teología. Tiene una idea superior: ser obispo y luchar para conseguirlo a cualquier precio. Un día confiesa a un moribundo que había tenido fama de ser buena persona. Pero en el transcurso del Sacramento Vicente descubre que Dios le ayuda a que salga de su corazón la ternura para que atienda a los necesitados y anima a grupos de sacerdotes que hagan lo propio.

En otra ocasión, conoce a San Francisco de Sales, el Santo de la dulzura, que le ayudará a tener un carácter más sencillo. Si se iba a dedicar a vivir la caridad intensamente, debía vivir en una ternura que le acompañase siempre. De esta manera funda las Hijas de la Caridad, religiosas dedicadas a vivir el amor de Dios en el prójimo. Su descubrimiento de Dios en el necesitado es tal, que cuando reza ante el Santísimo y llama un pobre necesitado a su puerta, dice que deja a Dios presente en el Santísimo Sacramento del Altar para atender a Cristo escondido en ese pobre que llama. Muere en 1660 colmado de oración, humildad y servicio a Dios y al prójimo.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Crónica desconocida de las órdenes religiosas

(Iglesia de Asturias) 

El pasado año Miguel Dongil ganaba el premio convocado por el Colegio Oficial de Médicos de Asturias para trabajos de investigación sobre la historia de la medicina asturiana. A partir de este estudio se dio forma al libro “La atención médica en las órdenes religiosas en Asturias en los siglos XVI al XIX” y que se presentará el próximo 11 de octubre en la sede del Colegio en Oviedo a las 19.30 h.

¿Por qué se decantó por este tema?

Debido a que hay muy pocos estudios que analicen cómo era la atención médica dentro de los conventos y monasterios: enfermerías, médicos y cirujanos contratados para la atención a la comunidad. Lo que presento en el libro y que sorprende un poco es que se presupone que los religiosos se encomendaban a Dios ante la enfermedad y que veían la medicina como un modo de alterar el curso divino, pero vemos que no es así: había una atención médica muy buena.

¿Cómo se organizaba?

Las enfermerías disponían de varias camas y eran de mayor o menor tamaño en función de lo grande que fuese el monasterio o el convento. Había reglamentos que estipulaban cómo se debía atender a los enfermos y que regulaban el trabajo de los enfermeros. En las boticas se encontraba variedad de medicamentos, conforme al saber de la época, y recetarios que explicaban cómo elaborarlos. En las Dominicas de Cangas del Narcea hay uno de la segunda mitad del siglo XVIII en el que se puede ver como cada receta tiene incluso el visto bueno de la priora. En la Edad Moderna los médicos son laicos contratados. Las comunidades femeninas, por ejemplo la que acabo de mencionar, como hay clausura las enfermeras son las propias hermanas. Era una excepción que el médico pudiera entrar en el convento.

¿Era una medicina avanzada?

Sí que lo era. Cuando desaparece el Imperio Romano el saber clásico se conserva en monasterios y conventos, incluido el médico que también se aplicó. La medicina monástica es la medicina puntera hasta finales de la Edad Media, cuando empieza a decaer y los laicos acceden más a ella. En la Edad Media los médicos, que eran monjes a la vez, revertían su conocimiento a la sociedad porque atendían a las poblaciones que había alrededor del monasterio. Los laicos irán a monasterios y conventos a formarse para luego ejercer el oficio. Más adelante se institucionalizará en el ámbito civil; pero previamente se formaban allí. Muchas veces sorprende el pensar qué tiene que ver la medicina con las órdenes religiosas, y lo tiene que ver todo.

Cuéntenos alguna curiosidad.

En 1698, en la comunidad de Cangas del Narcea de Santo Domingo, se produce un supuesto caso de posesión demoniaca de tres religiosas a las que se alude como “enfermas espiritadas”, desconocemos si este caso no traía de fondo simplemente un caso de histeria o desequilibrio mental. En el siglo XVIII este convento disponía de una excelente plantilla de profesionales con cuatro cirujanos y dos médicos. Es curioso también el consumo de tabaco en las comunidades masculinas de la orden de San francisco de Avilés, Oviedo y Tineo en el siglo XVIII, ya que durante bastante tiempo se consideró que el tabaco que tenía propiedades medicinales o curativas. El padre Jerónimo Feijoó era un gran interesado en el conocimiento científico y médico y algunas de sus cartas se centran en analizar cuestiones de esta índole. En el siglo XIX nos encontramos con comunidades que llegan a Asturias para dedicarse al cuidado de los enfermos de la sociedad en general, sobre todo los más necesitados: Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, Siervas de Jesús y la Caridad y las Franciscanas del Buen Consejo.

¿Ha sido complicado el proceso de recopilación?

El problema en Asturias es que la documentación está muy dispersa: con la desamortización parte se lleva al Archivo Histórico Nacional, otra se perdió en la Guerra de Independencia, en incendios y todo tipo de calamidades. Además el clima de Asturias, debido la humedad, es muy malo para su conservación. Por las evidencias que tenemos logré reconstruir el estado de la medicina y establecí un panorama general y un patrón común de cómo se funcionaba.

Sobre la perdonanza en Oviedo, ¿Cuál es su origen y cómo era la ciudad entonces?

Hay muchos antecedentes que lo motivan, resumiéndolo mucho, debemos destacar que los propios capitulares solicitan a la Santa Sede la gracia de un jubileo como correspondía a un templo con la importancia de la Catedral que contaba con tantas e importantes reliquias y que ya en el siglo XV recibía a numerosos peregrinos.

El papa Eugenio IV, en 1438, concede indulgencia plenaria a cuantos visiten la Catedral el día de la Exaltación de la Santa Cruz. Las fiestas de la perdonanza eran ya un gran acontecimiento en la vida de la ciudad en el siglo XVI. En 1982 con motivo de la reposición de la Cruz de la Victoria que se había restaurado y se devuelve a la Cámara Santa, Juan Pablo II concede la gracia de la indulgencia plenaria los días 14 al 21 de septiembre.

Mons. Ángel Fernández Collado ha sido nombrado obispo de Albacete

(C.E.E.) La Santa Sede ha hecho público a las 12.00 horas de ayer, martes 25 de septiembre, que el papa Francisco ha nombrado a Mons. Ángel Fernández Collado obispo de Albacete. Así lo ha comunicado la Nunciatura Apostólica en España a la Conferencia Episcopal Española (CEE). Mons. Fernández Collado es, en la actualidad, obispo auxiliar de Toledo.

Al mismo tiempo el Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de esta diócesis presentada por Mons. Ciriaco Benavente Mateos, conforme al canon 401, parágrafo 1, del Código de Derecho Canónico.

Obispo auxiliar de Toledo desde 2013

Mons. Ángel Fernández Collado nació en Los Cerralbos (Toledo) el 30 de mayo de 1952. Cursó estudios en el seminario menor y mayor de Toledo, diócesis en la que fue ordenado sacerdote el 10 de julio de 1977. Es doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma. Está diplomado en Archivística por la Escuela Vaticana de Paleografía.

El papa Francisco lo nombró obispo auxiliar de Toledo el 28 de junio de 2013. Recibió la ordenación episcopal el 15 de septiembre del mismo año. Compagina su ministerio episcopal con las clases en el seminario conciliar San Ildefonso, donde es profesor de Historia de la Iglesia. Es canónigo capellán mozárabe y archivero-bibliotecario de la Santa Iglesia Catedral Primada; además de vicario general y moderador de curia de la archidiócesis de Toledo.

En la Conferencia Episcopal Española es miembro de las Comisiones Episcopales de Patrimonio Cultural y de Liturgia.

Mons. Ciriaco Benavente Mateos, obispo de Albacete desde 2006

Mons. Benavente nació el 3 de enero de 1943 en Malpartida de Plasencia, provincia de Cáceres y diócesis de Plasencia. Cursó estudios eclesiásticos en el seminario de Plasencia y fue ordenado sacerdote el 4 de junio de 1966. Es graduado social por la Universidad de Salamanca (1971).

El 22 de marzo de 1992 fue ordenado obispo en Coria-Cáceres y el 16 de octubre de 2006 fue nombrado obispo de Albacete. En la CEE es miembro de las Comisiones Episcopales de Migraciones y de Pastoral Social.

Por los jóvenes de África


martes, 25 de septiembre de 2018

Son bobadas, pero... Por Jorge González Guadalix

(infocatólica) Yo no sé mis lectores, pero a uno, desde su experiencia de cura y de fiel, le basta entrar en un templo para darse cuenta de si eso es una parroquia medio seria o cualquier otra cosa. Yo les voy a señalar cosas en las que me fijo, y luego me dicen si ando más o menos acertado o si me faltan o sobran cosas.

- Horarios de apertura, misas, confesiones, despacho y teléfono de contacto en el exterior

- Carteleras de avisos actualizadas y ordenadas

- Orden en el interior (no hay folletos, libros, cantorales en los bancos y de cualquier manera)

- Orden en el presbiterio: altar, sede, credencia

- Altar limpio, ordenado

- Sagrario “detectable” a la primera, con la luz roja bien colocada

- Santos o altares laterales arreglados y adornados

- Flores frescas o secas (jamás “mustias”)

- Confesionario sin polvo

- Pequeña librería con material para la oración

- Iluminación adecuada

- Climatización

No es fácil, entre otras cosas porque muchas veces uno se enfrenta a “costumbres” de esas de siempre que no es nada sencillo superar o corregir. Por ejemplo, en mis pueblos es abundante la presencia de flores artificiales en altares, flores reconozco bastante pasables, pero artificiales. Ahí siguen. Entre otras cosas por falta de recursos para otra cosa. Iremos poco a poco.

No encontrarán todo esto en mis parroquias. Algunas sí, unas faltan por costumbres adquiridas y manías locales, y otras porque un servidor tampoco lo cuida tanto. Sin embargo, reconozco que entrar en un templo, verlo ordenado, limpio, cuidado, atendido y con todo el orden, es la mitad de la vida pastoral. Sí, la mitad, incluso pensando en alejados. Imaginen alejados que llegan a una iglesia, a un templo, por una celebración de compromiso, y a veces no queda más remedio, y la impresión que damos cuando el templo está abandonado, los manteles de cualquier manera, no hay un horario, flores mustias.

Esos mismos alejados, si entran en un oratorio de monjas, que ya sabemos cómo lo tienen todo, al menos reconocerán cómo se cuidan las cosas de Dios. Un templo pulcro y ordenado habla del misterio de Dios. Siempre recordaré los templos de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, las hijas de Santa Ángela, que viven la pobreza más absoluta pero que, llegando a la capilla, da pie a la belleza, la majestuosidad, la perfección… porque todo es para Dios.

Cuidar los templos es la primera catequesis. No sé si lo hace os suficientemente. Yo, al menos, ando todavía un poco justo.

Ponencia en Oviedo


lunes, 24 de septiembre de 2018

¡Brilla el Misterio de la Cruz!. Por José Miguel Marqués Campo

(Parroquias El Cristo - Latores) Con la Novena y Fiesta del Ssmo. Cristo de las Cadenas, nos hemos sumergido en la Pasión y Muerte del Señor, con la seguridad de que la Cruz de Cristo no es la victoria de las tinieblas, sino la muerte de la misma muerte. 

Con el antiguo rito de la triple adoración de la Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo, contemplamos que la cruz está presente a lo largo de la historia de la salvación. 

La cruz en el AT como figura, en el NT como acontecimiento, en el tiempo de la Iglesia como sacramento o misterio. 

En el Antiguo Testamento, es el árbol de la vida plantado en medio del jardín, el árbol del conocimiento del bien y del mal, que ante la mentira del Maligno que nos engañó, se produjo nuestra rebelión contra los planes de Dios sobre nuestra vida, cuando quisimos decidir por nosotros mismos lo que está bien y lo que está mal. 

Pero también el madero ha significado el Arca de Noé, el arca de la salvación del diluvio, que a su vez es figura de la barca de Pedro o la Iglesia, fuera de la cual, no hay salvación. 

Y también, con un bastón de madera Moisés golpeó las aguas del Mar Rojo para dejar pasar al pueblo de la esclavitud de Egipto a la libertad. 

En el Nuevo Testamento, el madero de la cruz representó la condena por parte del hombre al Autor de la Vida. 

Si bien en el primer árbol de la vida venció el Maligno, al engañar a Adán y Eva, cuyos brazos extendidos en desobediencia supuso nuestra expulsión del Paraíso y la muerte, Jesús ha vencido en el otro árbol donde la Vida empieza, extendiendo sus brazos en obediencia al Padre. 

Y la cruz en el tiempo de la Iglesia representa para nosotros hoy llevar la cruz del testimonio de la fe. Es en la Cruz donde Cristo, el nuevo Adán, se ofreció a Dios Padre por nosotros y por nuestra salvación. Donde Cristo, el nuevo Moisés, abrió el nuevo Mar Rojo de su Sangre y Agua derramada de su Corazón traspasado. 

Y con su obediencia, transformó nuestra rebelión en el chorro bautismal salido de su costado abierto: la gracia del Bautismo, que nos supone la posibilidad de entrada en el Reino de Dios. 

Como muy bien dijo San Agustín: Allí se abría la puerta de la vida, de donde manaron los sacramentos de la Iglesia, sin los cuales no se entra en la vida que es verdadera vida... 

Gracias a la Pasión y Muerte del Señor, gracias al madero redentor de la Cruz, gracias al Árbol de la Vida, podemos volver al Paraíso: la muerte ya no es muerte, la muerte se convierte en esperanza de Pascua…

«¡Sois hijos de mártires, esta es vuestra fuerza!»: recuerdo a los católicos víctimas del comunismo

(Rel) El Papa Francisco quiso tener un recuerdo muy especial durante su segundo día de estancia en Lituania de las víctimas de los totalitarismos comunista y nazi. De los católicos que fueron perseguidos, y asesinados, entre ellos sacerdotes y obispos, pero también de los miles de judíos que fueron masacrados en los años 40.

Primero lo hizo en la misa que celebró por la mañana en la misa multitudinaria que celebró en Kaunas, y más tarde en el encuentro con los sacerdotes, religiosas y seminaristas que presidió en la catedral.

"¡No lo olvidéis, tened memoria!"

“Antes que nada, me gustaría manifestar una sensación que tengo. Mirándoos, veo muchos mártires detrás de vosotros. Mártires anónimos, en el sentido de que ni siquiera sabemos dónde fueron enterrados. También alguno entre vosotros: saludé a uno que sabía lo que era la cárcel. Me acuerdo de una palabra para comenzar: no lo olvidéis, tened memoria. Vosotros sois hijos de mártires, esta es vuestra fuerza. Y que el espíritu del mundo no venga a deciros algo diferente de lo que vivieron vuestros antepasados”, dijo Francisco al iniciar su intervención.

Por ello, Francisco quiso insistir en recordar “a vuestros mártires y tomad ejemplo de ellos: no tenían miedo. Hablando con los obispos, vuestros obispos, decían hoy: ‘¿Cómo podemos hacer para presentar la causa de beatificación de tantos, de los que no tenemos documentos, pero sabemos que son mártires?’. Es un consuelo; es hermoso escuchar esto: la preocupación por aquellos que nos han dado testimonio. Ellos son santos”.

El Papa avisó del riesgo que corre la segunda generación que sigue a los que fueron perseguidos. “El espíritu de la secularización, del aburrimiento por todo lo que tiene relación con la comunidad es la tentación de la segunda generación. Nuestros padres lucharon, sufrieron, estuvieron en la cárcel y, quizás, nosotros no tenemos la fuerza para seguir adelante. Tened esto en cuenta”, dijo a los religiosos allí presentes.

El ejemplo del arzobispo Tamkevicius

En su intervención destacó también la importancia de la constancia, “constancia en el sufrimiento, constancia para perseverar en el bien. Esto supone estar centrados en Dios, permanecer en él, ser fieles a su amor”.

Entre los presentes estaba el arzobispo emérito de Kaunas, Sigitas Tamkevicius, que fue condenado por la Unión Soviética a diez años de prisión y enviado a Siberia. El Papa le nombró expresamente y dijo que los de mayor edad “sabéis testimoniar esta constancia en el sufrir, ese ‘esperar contra toda esperanza’.

“La violencia ejercida sobre vosotros por defender la libertad civil y religiosa, la violencia de la difamación, la cárcel y la deportación no pudieron vencer vuestra fe en Jesucristo, Señor de la historia. Por eso, tenéis mucho que decirnos y enseñarnos, y también mucho que proponer, sin necesidad de juzgar la aparente debilidad de los más jóvenes. Y vosotros, los más jóvenes, cuando ante pequeñas frustraciones que os desalientan tendéis a encerraros en vosotros mismos, a recurrir a estilos y diversiones que no están acordes con vuestra consagración, buscad vuestras raíces y mirad el camino recorrido por los mayores”, agregó.

Recuerdo a las víctimas del nazismo y del comunismo

Y es que Francisco dijo que “son precisamente las tribulaciones las que perfilan los rasgos distintivos de la esperanza cristiana, porque cuando es solo una esperanza humana podemos frustrarnos y aplastarnos en el fracaso. No sucede lo mismo con la esperanza cristiana, ella sale más nítida, más aquilatada tras pasar por el crisol de las tribulaciones”.

Tras este encuentro, el Papa volvió a Vilna donde hizo una parada ante el Monumento a las víctimas del gueto en la Plaza Rudniku de Vilna, donde miles de judíos fueron detenidos, torturados y asesinados por los nazis.

Allí oró durante algunos minutos. Entonces se trasladó al Museo de la Ocupación y de la Lucha por la Libertad, creado en 1992 y dedicado principalmente a recordar el medio siglo de ocupación soviética de Lituania, especialmente a los presos políticos y víctimas mortales del régimen comunista.

Precisamente, este lugar es de gran simbolismo pues fue la sede de la KGB durante la dominación soviética y donde murieron muchas personas maltratadas por ser supuestamente enemigas del régimen comunista. Anteriormente había sido la sede de la Gestapo durante la ocupación nazi.

En este lugar el Papa rezó por todas las víctimas que allí perecieron. Esta fue la oración que pronunció:

«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,47).

“Tu grito, Señor, no deja de resonar, y hace eco en estas paredes que recuerdan los padecimientos vividos por tantos hijos de este pueblo. Lituanos y provenientes de diferentes naciones han sufrido en su carne el afán prepotente de quienes pretendían controlarlo todo.

»En tu grito, Señor, encuentra eco el grito del inocente que se une a tu voz y se eleva hacia el cielo. Es el Viernes Santo del dolor y de la amargura, de la desolación y de la impotencia, de la crueldad y del sinsentido que vivió este pueblo lituano ante la ambición desenfrenada que endurece y ciega el corazón.

»En este lugar de la memoria, te imploramos Señor que tu grito nos mantenga despiertos. Que tu grito, Señor, nos libre de la enfermedad espiritual al que como pueblo estamos siempre tentados: olvidarnos de nuestros padres, de lo que se vivió y padeció.

»Que en tu grito y en las vidas de nuestros mayores que tanto sufrieron encontremos la valentía para comprometernos decididamente con el presente y con el futuro; que aquel grito sea estímulo para no acomodarnos a las modas de turno, a los slogans simplificadores, y a todo intento de reducir y privar a cualquier persona de la dignidad con la que tú la has revestido.

»Señor, que Lituania sea faro de esperanza. Sea tierra de la memoria operosa que renueve compromisos contra toda injusticia. Que promueva intentos creativos en la defensa de los derechos de todas las personas, especialmente de los más indefensos y vulnerables. Y que sea maestra en cómo reconciliar y armonizar la diversidad.

»Señor, no permitas que seamos sordos al grito de todos los que hoy siguen clamando al cielo”.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Evangelio Domingo XXV del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. 

Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»

Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor

«El ruido en Trasona es horroroso, la voz del cura se oirá porque es un clamor»

(El Comercio) Las parroquias de Trasona, Los Campos, Cancienes y Solís cuentan desde la semana pasada con nuevo párroco. Constantino Bada sustituye a José Santaclara el frente de estas sedes. Sacerdote cercano, alegre y divulgador, colabora con varios medios de comunicación y comparte sus actividades en sus perfiles en redes sociales, en las que tiene miles de seguidores con los que comparte su día a día.

-¿Se considera un cura multimedia?

-Hoy día creo que hay que estar en todos los foros pertinentes como cristiano y ¿dónde está la gente ahora?: en internet, en las redes sociales y en los medios de comunicación, que también son muy importantes.

-Las redes sociales tienen su parte buena y su parte mala. ¿Se ha encontrado usted con la parte mala también?

-No, la verdad que no. Bueno, cuando te llegan tantos comentarios siempre te ponen alguna cosa exótica que te llega por mensajes privados pero que no deja de ser una anécdota de la vida, ni más ni menos. Yo mantengo un tono en el que intento mostrar quién soy, tal cual, no tengo una figura que me haya inventado para internet. Soy el padre Constantino que a su vez es un hombre interesado por aspectos culturales muy variados, pero que sobre todo soy un gran amante de la palabra de Dios y por tanto mi especialidad bíblica es esa y comparto muchas cosas bíblicas.

-Su perfil en Facebook está lleno de fotografías, algunas sacando el lado cómico, y de mensajes amenos. ¿Es la clave para conectar con la comunidad?


-No soy nada original en cuanto al contenido porque soy muy respetuoso con la liturgia, pero sí le cambio el formato. Soy un hombre muy comunicativo ya de raíz, entonces lo que intento es comunicar la pasión que yo tengo por la palabra de Dios, por Cristo pero en un lenguaje que sí que llega. No soy un funcionario. Para comunicar hay que conocer muchos recursos y utilizarlos, tenemos el mejor mensaje, lo que pasa es que muchas veces nosotros estamos pensando en una mentalidad muy sofisticada, muy filosófica, pero chocamos con el formato Windows 2025 porque estamos hablando en un lenguaje medieval.

-¿Esta filosofía la va a aplicar a las parroquias que desde la semana pasada dirige en Corvera?

-La verdad es que encontré las iglesias llenas. Algo que pensé que tenía que conseguirlo poquito a poco tenía, me imagino que venían a ver la novedad. Algunos ya me conocían, de hecho alguno me ha contactado ya por la red social, me envían por mensajitos , también por whattsapp. Puse un teléfono público para que me envíen mensajes, eso tiene un riesgo, puede mandarte mensajes todo el mundo. Pero los feligreses geniales creo que han visto que no es una pose de entrada.

-¿Reflejará su personalidad abierta también en las liturgias durante la misa?

-Disfruto mucho siendo sacerdote. Para mí celebrar la palabra de Dios y la Eucaristía es el momento más importante y eso hay que transmitirlo. Creo que hace falta un poco eso, a veces somos un poco como bustos celebrantes, hay que poner mucha pasión en la evangelización.

-¿Ya le han puesto deberes los feligreses de las nuevas parroquias?


-Una señora muy maja de Cancienes vino a Solís y me pidió que hubiera misa en la iglesia de Cancienes la vieja. Es un templo precioso, una joya y para mi será Santa María la Antigua, que queda como más fina que llamarla la vieja. Esa joya tenemos que cuidarla mucho y abrirla al culto. Hay que hacer unos arreglos porque tiene ahora una bóveda con un problema y también en el suelo de madera, pero sé que la gente está deseosa de hacer.

-Su primer acto oficial después de la misa en Trasona fue un encuentro con el alcalde para solucionar los problemas en los cementerios. ¿Cómo va ese tema?

-Me tocó intentar apagar fuegos pero no fue para tanto porque en el Ayuntamiento había mucha receptividad. En la Iglesia somos también susceptibles de ser multados por cosas irregulares y pagaremos lo que hay que pagar. Desde luego hace falta animar a la feligresía para arreglar estos lugares que creo que son muy importantes. Son varias parroquias y son cinco templos, es mucho trabajo, pero la verdad es que yo vengo muy animado.

-En su presentación dijo que sacaría la labor pastoral a la calle si hacía falta. ¿A qué se refiere?

-Lo dije por Los Campos, porque la iglesia está en un lugar, o la iglesiona mejor dicho, que está en un lugar muy apartada. Además, con perdón de los feligreses, el interior no me disgusta, porque parece una plaza de toros enorme, pero por fuera las hay feas, feísimas, y luego está la de Los Campos. En realidad se necesitaría una capillita para ir dinamizando la parroquia, que está muerta. Lo está porque la historia es la que es tanto de población como de curas que por ahí pasaron, eso no voy a obviarlo. Yo no soy más o mejor que nadie, pero sí que tengo muy claro que me tengo que ganar a la feligresía.

-¿Es la parroquia más complicada de atender?

-Sí, la gente es muy buena, pero creo que es donde más dormida la fe porque no ha habido una práctica muy habitual en los últimos años. Hay que levantarla un poco y aprovechar sobre todo esos puntos de conexión que son los niños que van a hacer la Comunión porque ves a los papás y muchas cosas más.

-¿Qué hará con los feligreses que acuden a la iglesia solo en eventos?

-Soy consciente de que hay personas que pueden ser cristianos 'BBC', bodas, bautizos y comuniones. Intento ser exquisito, sobre todo para hacerles ver que la Iglesia es buena y cariñosa y a sus hijos los acoge, que no es una pose. Simplemente es una oportunidad que yo tengo para poder dirigirme a aquellos que si no no podría. Y el que viene siempre es bienvenido y el que no viene es muy bien bienvenido también cuando venga.

-El estado del cementerio de Trasona ha suscitado muchas críticas. ¿Es otro de los deberes pendientes?


-Es una preciosidad de cementerio que además tiene una fachada con mucha historia. Es un regalo de indianos. Dentro yo note que tiene unas tumbas con un empaque precioso, las estoy utilizando ya incluso en mi Facebook para hacer composiciones con ellas. Quiero que
 se conozca mucho porque es un cementerio muy bonito. El cementerio necesita una intervención urgente, sobre todo es de justicia la capilla central que se está cayendo la cúpula. Tengo un problema, sé que la Diócesis no ayuda económicamente, espero que en este caso haga un poco una excepción. Ya está hecho el proyecto. El Arzobispado me ha dicho que vamos a mirarlo y a mover a todo el personal posible dependiendo de donde salgan los fondos para llevar a cabo tanto la restauración de la capilla central como de la fachada.

-Vivirá pegado a la autopista. ¿Ya se ha hecho amigo del ruido?


-Es horroroso. No entiendo cómo en plena Comunidad Europea no se haya puesto al menos una pantalla. La valla te apoyas y acabas en la autopista porque está rota en muchos espacios. Haré un pañuelo con los vecinos para quejarnos, ahora la voz del cura se oirá también porque esto es un clamor. Estamos dentro de la iglesia y se escucha, hay que hacer fuerza. Eso sin contar el estado en el que la tienen, que no hay mantenimiento ninguno, está todo lleno de zarzas.

-Hemos hablado de las iglesias de la diócesis pero, ¿qué le parece La Consolación?


-Es un templo que tiene mucha devoción. Que sea del Ayuntamiento para mí es un respiro, porque es una iglesia que no tengo que mantener. He hablado con el alcalde porque en estas zonas siempre hay que hacer muchas cosas y contaré con él. Creo que en La Consolación tiene que haber una especie de costumbre Santa, hay que realizar una vez al mes una misa y pienso hacer eso, tener un sábado al mes una Eucaristía y sobre todo cuando sea la fiesta tener una atención especial.

-Lleva ordenado como sacerdote catorce años, una trayectoria relativamente corta.

-Estuve muy preocupado con lo que era ser sacerdote. Yo fui con 35 años al seminario, me ordené con 41 de diácono y un año después de sacerdote y me preguntaba siempre cómo sería. Había cosas que yo como laico no me gustaban, por ejemplo los curas que cambian el tono durante la misa. Cuando me pasaba eso yo contaba baldosas, hay formatos que no llegan. Eso no quiere decir que yo tenga la clave, pero sí que he encontrado modos de llegar. Cuando veo el 'feedback' de la gente, con su respuesta, me gusta y veo que tengo que seguir por ahí. Tengo una mentalidad laical cultivada durante muchos años, quiero ser para los demás el cura que yo quisiera para mí.

-¿La asignatura pendiente son los jóvenes?


-Es muy difícil que los jóvenes se involucren. El común de los mortales juvenil no está en la iglesia y eso sinceramente es un pena.

-Muchos de los niños de Corvera acuden a Avilés para la catequesis. ¿Trabajará para evitar eso?


-Había una escapada de niños pero a partir de ahora quiero acabar con eso. Escucharé a cada parroquia porque cada una tiene sus características y necesidades. A la gente le gusta comulgar en su parroquia. Si hay niños habrá comuniones, no se reunirán todas en una sola sede.

sábado, 22 de septiembre de 2018

El que se entrega debe ser el primero. Fray Miguel de Burgos Núñez

El evangelio de Marcos nos muestra un segundo paso de Jesús en su camino hacia Jerusalén, acompañado por sus discípulos. El maestro sabe lo que le espera; lo intuye, al menos, con la lucidez de un profeta: la pasión y la muerte, pero también la seguridad de que estará en las manos de Dios para siempre, porque su Dios es un Dios de vida. Pero ese anuncio de la pasión se convierte en el evangelio de hoy en una motivación más para hablar a los discípulos de la necesidad del servicio.

No merece la pena discutir si este segundo anuncio de la pasión son “ipsissima verba” o son una adaptación de la comunidad a las confidencias más auténticas de Jesús. Hoy se acepta como histórico que Jesús “sabía algo” de lo que le esperaba. Que la comunidad, después, adaptara las cosas no debería resultar extraño. Este segundo anuncio de la pasión lo presenta el evangelista como una enseñanza (edídasken= les enseñaba). Pero los discípulos ni lo entendían ni querían preguntarle, ya que les daba pánico. Este no querer preguntarle es muy intencionado en el texto, porque no se atrevían a entrar en el mundo interior y profético del Maestro. Jesús tuvo paciencia y pedagogía con ellos y por eso Marcos nos ha presentado “tres” anuncios en un corto espacio de tiempo (8,27-10,32).

Tampoco Pedro, en el primer anuncio (8,27-33), lo había entendido cuando quiere impedir que Jesús pueda ir a Jerusalén para ser condenado. No encajaba ese anuncio con su confesión mesiánica, que tenía más valor nacionalista que otra cosa. Marcos ha emprendido, desde ahora en su narración una dirección que no solamente es reflejo histórico del camino de Jesús a Jerusalén, sino de “enseñanza” para la comunidad cristiana de que su “Cristo” no se fue de rositas a Jerusalén. Que confesar el poder y la gloria del Mesías es o puede ser un tópico religioso poco profético. En realidad eso es así hasta el final, como lo muestra la escena de Getsemaní (14,32-42) y en la misma negación de Pedro (14,66-72). Los discípulos no entendieron de verdad a Jesús, ni siquiera por qué le siguieron, hasta después de la Pascua.

En Carfarnaún, en la casa, que es un lugar privilegiado por Marcos para las grandes confidencias de Jesús, porque es el símbolo de donde se reúne la comunidad, (como cuando les explica el sentido de las parábolas), les pregunta por lo que habían discutido por el camino; seguramente de grandezas, de ser los primeros cuando llegase el momento. Sus equivocaciones mesiánicas llegaban hasta ese punto. Jesús tomó a un niño (muy probablemente el que les servía) y lo puso ante ellos como símbolo de su impotencia. Es verdad que el niño, como tal, también quiere ser siempre el primero en todo, pero es impotente. Sin embargo, cuando los adultos quieren ser los primeros, entonces se pone en práctica lo que ha dicho el libro de la Sabiduría. Y es que el cristianismo no es una religión de rangos, sino de experiencias de comunión y de aceptar a los pequeños, a los que no cuentan en este mundo.

Acoger en nombre de Jesús a alguien como un niño es aceptar a los que no tienen poder, ni defensa, ni derechos; es saber oír a los que no tienen voz; son los pobres y despreciados de este mundo. La tarea, como muy bien se pone de manifiesto en la praxis cristiana que Marcos quiere trasmitir a su comunidad, no está en sopesar si los que se acogen son inocentes o no, sino que debemos mirar a la vulnerabilidad. Quizás los pequeños, los niños, los pobres, los enfermos contagiosos, no son inocentes. Tampoco los niños lo son. Es el misterio de la vulnerabilidad humana lo que Jesús propone a los suyos. Pero los “suyos” –en este caso los Doce-, discutían por el camino quién sería el segundo de Jesús en su ”mesianidad” mal interpretada. Esta es una enseñanza para el cristianismo de hoy que se debe plasmar en la Iglesia. La opción por los “vulnerables” (¡los pobres!) es la verdadera moral evangélica.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Espectáculo audiovisual nocturno en Covadonga

(Iglesia de Asturias)

Dentro de las conmemoraciones vinculadas con el Triple Centenario de Covadonga en el año 2018: I Centenario de la coronación canónica de la Virgen de Covadonga, I Centenario de la creación del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga y XIII Centenario de los orígenes del Reino de Asturias; los días 22 y 29 de septiembre se realizará un espectáculo audiovisual en la explanada de la Real Basílica de Covadonga.

Este lugar se convertirá en un escenario de un evento excepcional de luz y sonido coincidiendo con la apertura de la Basílica, la Santa Cueva y el Museo en horario especial nocturno. Una oportunidad única para descubrir –o redescubrir- este icono histórico y espiritual de Asturias de una forma nunca vista. Pases: 21:00 y 21:30 h.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,9-13):

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor

Merece la pena verlo


jueves, 20 de septiembre de 2018

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Junto al Papa Francisco, desde Covadonga

Durante todo el año jubilar mariano lo hicimos, y de modo intenso lo repetimos durante toda la Novena a la Santina de Covadonga: cada día teníamos un recuerdo por la persona, las intenciones y el ministerio del Papa Francisco. Sabíamos de la compleja y delicada situación que en este momento vive la Iglesia, y cómo el Santo Padre está en el punto de mira por las decisiones que va tomando en relación a la triste lacra de los abusos de menores por parte de clérigos. Hace unas semanas escribió una Carta al Pueblo de Dios en la que pedía orar, hacer penitencia y ser transparentes ante estos crímenes. Algunos de los casos han sido personas en las que el propio Papa Francisco había confiado y han resultado luego encubridores y malos informadores. Lo ha lamentado, compartiendo con toda la Iglesia su sentimiento de dolor. Ojalá tenga fuerzas y gracia para hacer también en casa esa limpieza de transparencia con los más de cerca.

Él lo señalaba en esta carta: «Es imprescindible que como Iglesia podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables. Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos. La conciencia de pecado nos ayuda a reconocer los errores, los delitos y las heridas generadas en el pasado y nos permite abrirnos y comprometernos más con el presente en un camino de renovada conversión. Asimismo, la penitencia y la oración nos ayudará a sensibilizar nuestros ojos y nuestro corazón ante el sufrimiento ajeno y a vencer el afán de dominio y posesión que muchas veces se vuelve raíz de estos males. Que nos sacuda y nos lleve a comprometernos desde la verdad y la caridad con todos los hombres de buena voluntad y con la sociedad en general para luchar contra cualquier tipo de abuso sexual, de poder y de conciencia».

Recordaba el Papa Francisco una conmovedora cita del entonces Cardenal Ratzinger, en el Viacrucis romano de 2005, cuando hizo aquella dolorosa comunicación: «¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!».

No obstante, los casos que tristemente se han dado, no pueden ensombrecer ni empozoñar la labor de sincera entrega de tantos sacerdotes y religiosos que, con rectitud de intención, y probada virtud evangélica han dedicado y dedican sus vidas a Dios y a los que Él prefiere, que son siempre los más pobres. Niños, jóvenes, mujeres, familias, ancianos, enfermos, encarcelados, excluidos y descartados, todos los que han sufrido la violencia, la guerra, el terrorismo, la droga, el sida, la soledad, la ignorancia, la conculcación de sus derechos y dignidad, son los que el Señor prefiere y, por tanto, los que la Iglesia debe mimar con sus instituciones. No sería justo señalar a la Iglesia como si el horrendo pecado de la pederastia fuera un pecado católico y clerical. Pero cuando se dan también estos delitos y pecados entre los hijos de la Iglesia, máxime si son sacerdotes y religiosos, la comunidad cristiana debe reaccionar como a ello nos anima el Santo Padre.

Hemos de rezar por el Papa Francisco: lo pide él con mucha frecuencia. Que Dios le dé luz y fortaleza para guiar a su Iglesia como ella lo necesita y Dios mismo lo espera. Recemos por el Papa con perseverancia y afecto. Lo que hicimos en la Novena de Covadonga lo hacemos cada día orando por el Sucesor de Pedro. Que la Santina nos ayude a todos a vivir en la verdad, en la gracia, la bondad y la belleza.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Engancharse a la misa dominical. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) Me parece que hay que entrar por el camino de la simplificación. Los planes pastorales de diócesis y parroquias me superan. Objetivos, contenidos, actitudes que fomentar, valores que proponer. Si hablamos de actividades, ya es que ni cuento. Entre catequesis, campamentos, liturgias varias, grupo de A, B, C y X, salidas, excursiones, Cáritas, cultura, vida ascendente, fiesta parroquial y encuentros a diversos niveles: parroquia, arciprestazgo, vicaría, diocesanos, alguna peregrinación… un estrés de padre y muy señor mío.

Todo esto me parece bien. Cuanta más vida una parroquia, mejor que mejor. Dicho esto, yo creo que lo que hay que lograr es que la gente se agarre a la misa dominical de forma que se convierta en algo tan consustancial, tan natural, como respirar, comer, caminar, dormir. Cuando me encuentro con una familia que, por ejemplo, al planificar un viaje, lo primero que se pregunta es dónde ir a misa el domingo, o cuando salir o regresar para no perderla, esa es una familia católica enganchada a la Iglesia.

No siempre hemos sabido valorar convenientemente la misa del domingo. Sin embargo, es algo tan fundamental que se nos presenta como primer mandamiento de la santa madre Iglesia y su obligatoriedad bajo pecado mortal.No es por fastidiar, evidentemente. Es que es algo tan clave, que uno no puede permitirse faltar a ello. Es más, cuando se habla de un católico perdido, lo primero que se nos dice es que ya no iba ni a misa los domingos.

La misa dominical supone que uno, al menos una vez por semana, tiene la oportunidad de encontrarse con otros católicos, rezar, escuchar la Palabra, oír una homilía, compartir unas monedas en la colecta y enterarse de la vida de la comunidad. Al menos una vez por semana uno asistirá a la celebración del santo sacrificio.

Es la clave. La misa del domingo. En esto necesitamos insistir a niños y adultos.Llega un momento en que esto se convierte en algo tan natural que uno no se plantea la posibilidad de un domingo o un festivo sin ir a misa el domingo. Y al revés. Suelo decir a los niños que la mejor forma de perder la fe es olvidarse de la misa dominical.

No falla. El primer domingo que uno no va a misa, el segundo y el tercero, siente remordimiento. A partir del cuarto, uno descubre que tampoco es tan importante. Más adelante, se decide que lo importante es ir cuando se sienta, que ir por ir sin sentirlo no merece la pena. Sigue la cosa por ese “los que van son los peores”. Continúa por el camino de que para hablar con Dios no necesito ir a la iglesia y acaba que bueno, que en realidad algo tiene que haber.

Misa dominical. Siempre. Para todos, en cualquier edad, en cualquier momento.En casa y fuera, en vacaciones y durante el año ordinario. Domingo y festivo, navidad y agosto, siempre.

¿El resto? Vendrá solo. El riesgo es limitar la Iglesia a ser buenos, compartir, estar con los débiles y lo de la misa no es para tanto. Nos hemos cargado el invento. Los de misa dominical son los de siempre, los que no fallan, los que apuestan por la Iglesia. Por eso, siempre, viva la misa del domingo.

¿De dónde salen los grandes colaboradores? ¿De dónde los comprometidos? Los de verdad, de la misa del domingo.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿Errores episcopales o rebeldías sacerdotales? Por Rodrigo Huerta Migoya

El obispo de San Sebastián suele insistir en que ''en la Iglesia tenemos que dejar las ideologías aparcadas'', y es que a menudo juzgamos las cosas de la Iglesia con clichés mundanos, y eso no quiere decir que no tenga la Iglesia mundanalidad, sino que a mi juicio desde "dentro" resulta desacertado y conflictivo mezclar ideas mundanas con criterios eclesiales.

Algo así ocurre, por ejemplo, con el enfoque que algunos desde dentro y desde fuera hacen con los nombramientos que el Señor Arzobispo ha rubricado de cara al nuevo curso pastoral; podrán gustar más o menos, podrán venirle a cada cuál mejor o peor, pero como no están sujetos a un organigrama democrático sino jerárquico, sólo al obispo le atañe la última palabra.

Hoy algunos ya empiezan hablar de que la última palabra debería ser del sacerdote, pero eso no parece del todo correcto. En principio debería imperar el verdadero sentido misionero. El Papa reclama una y otra vez que se necesitan "pastores", no funcionarios; es decir, lo eclesial y lo propio es la aceptación del "envío" y de "la misión", lo cual en conciencia y consecuencia exigiría que cada vez que su prelado llamase a un sacerdote para cualquier encomienda, éste tuvieran un "Sí" por respuesta inmediata, incluso antes de la exposición de los detalles. Responder como el profeta: ''heme aquí, envíame''. Y luego, si hay alguna dificultad "mundana" tratar de salvarla con la misma disponibilidad del primer envío.

Muchos así lo hacen y lo siguen haciendo en Asturias, en España y en el Mundo. No debería ser "mérito" aceptar el camino que Dios les marca por medio de su cabeza visible en el titular de la diócesis, y por el cual todos se encuentran en comunión con el Sumo Pontífice. Por eso a los obispos no los nombra otro sino el mismo Papa; como a los sacerdotes no les nombra otro sino su obispo, del que son "colaboradores" en la misión. De esta forma se garantiza que la Iglesia siga siendo en cada territorio particular Iglesia Apóstolica, pues camina bajo el cayado de los sucesores de los apóstoles.

Con la modernidad, la globalización y demás "avances", se ha ido "colando" en el protocolo de remoción, traslado y cese de párrocos, vicarios parroquiales, adscritos, encargados, etc., algún que otro "guiño" humano que ni quita ni pone y que más bien tiene que ver con la educación y cortesía: que si una primera visita de tanteo, que si llamada del vicario para preparar el terreno, que si unos días para pensar y responder... gestos buenos y nobles que buscan dar normalidad y conformidad a lo que siempre fue normal y asumido, pero que en gran parte nuestra sociedad laica (incluyendo a muchos creyentes) lleva años considerándose como anacrónico, y así se ha trasladado este juicio a la vida ordinaria por parte de muchos fieles y de no pocos presbíteros que alimenta su autoengaño.

En los últimos pontificados, algunos obispos, Vicarios y Delegados, han presenciado y vivido situaciones en las que ante una propuesta ha habido sacerdotes que les han dicho que no; que les han roto el nombramiento ante ellos; que les han insultado o les han tirado despectivamente las llaves de la parroquia sobre la mesa; que les han afrentado en guerras mediáticas, logrado así que les dejaran en sus puestos soliviantando a los feligreses en contra. A Dios gracias, siguen siendo bastantes más los que sin hacer ruido han dicho "Sí" como María, sin medios por medio ni contraprestaciones o "troikas". Y con todo esto se alimenta y traslada a los fieles un supuesto derecho a decidir y elegir su pastor, unas veces por no querer perder a la persona concreta que tienen (aunque con ello se olvida que si ha sido su párroco y ha llegado a sus vidas, ha sido sencillamente porque un obispo bajo la acción del Espíritu Santo así consideró en su momento, como ahora puede pasar lo contrario) y otras -más atrevidas y desgarradoras- porque el que viene no les gusta o no está en su onda.

Al hilo, no faltan sacerdotes que critican a su superior en las homilías, que chantajean -ante la falta de clero- con abandonar el ministerio o que convierten sus parroquias en "clubs de fans" amotinados contra el titular de la diócesis... ¿son acaso éstos referentes de un sacerdocio coherente o conveniente que beneficie a alma alguna? El sacerdote es colaborador del Obispo, por él es partícipe del sacerdocio -ya que el prelado lo tiene en plenitud- y sólo por su medio se incorpora al ministerio de Cristo entrando a formar parte del presbiterio. ¿Cómo es posible pues, negarse, alejarse, declararse en rebeldía y pretender ser sacerdote de Cristo sin estar en comunión con el Pastor diocesano?...

El sacerdote está llamado no a ser otro Cristo, sino el mismo Cristo; a anunciarle a Él y no a sí mismo ni ir "por libre". Por eso bebe el cáliz que le toca, aceptando en cada momento lo que disponga la Providencia por medio de los que están por encima y son mediadores, como lo hizo el mismo Jesús: “He bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 6,38). Y es que la vida del cura no es ninguna emboscada, ni nadie ha podido engañarle en lo que debería aceptar, como así prometió con las manos sobre las rodillas del obispo ordenante: "¿Prometes Respeto y Obediencia a mí y a mis sucesores?: SÍ, PROMETO".

En el aceptar la voluntad que llega de fuera, en morir a unos deseos para empezar un nuevo camino, el sacerdote hace verdad su misión de vivir la entrega absoluta, el desprendimiento y el darse a los demás donde la Iglesia le requiere, donde se le pide, y a donde se le envía para llevar la Buena Noticia.

Nadie ha dicho que esto sea fácil, ni que no tenga aristas o conlleve sus dolores. Así lo recordaba San Pablo, al igual que el mismo Señor 'aprendió sufriendo, a obedecer'; y es que la obediencia aunque mortifica, también purifica.

De nada sirven ríos de tinta -que no diré yo que esté mal como muestras de cariño a un sacerdote- cuando deja un encargo al que ha servido con generosa entrega durante tiempo, pero cuando se utiliza eso como catapulta que genera la crispación, falta de respeto al equipo de gobierno de la diócesis, o cuando esto comporta la crítica exacerbada y ácida en la persona del Arzobispo o incluso en la figura del nuevo sacerdote nombrado, se pone de manifiesto claramente que no se respira evangelio ni amor a la Iglesia, y que no se ha entendido absolutamente nada de lo que conlleva ni ser cristiano ni ser sacerdote. Y es que la aceptación del Obispo, la obediencia filial hacia él, así como la comunión transparente con su pontificado, es un compromiso moral que no es negociable, pues es lo fundamental que permitirá a la Iglesia caminar o embarrancarse.

La pregunta de fondo es ésta: ¿qué importa más, salvar almas llevándolas a la presencia de Dios o ir a un sitio en el que estar a gusto y sin muchas complicaciones?. No hay otros márgenes, pues no hay cabida en un buen presbítero para la reprobación y resistencia -y a veces sabotaje- a quién se le debe plena disposición. 

Es un escándalo escuchar a fieles atacar a su obispo, pero mayor escándalo saber que esos reproches vienen inducidos a veces por un sacerdote que no conforme con su nuevo destino opta por dejar de sembrar trigo para convertirse en sembrador de cizaña. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, el que no es el dueño de las ovejas ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa (Jn 10, 11-13).
El que sólo trabaja por el dinero y por su propia comodidad -aunque sea reconocido y en reconocida comunidad que le quiere- no le importan las ovejas...

Nuevo libro del Vicario General

Se ha dicho que la lectura del periódico es la oración matinal del hombre contemporáneo. Y Karl Barth consideraba que, para hacer teología, hay que tener en una mano la Biblia y en la otra el periódico.



Del Oficio del Día

Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los pastores (Sermón 46, 6-7: CCL 41, 533-534)

QUE NADIE BUSQUE SUS INTERESES PERSONALES, SINO LOS DE CRISTO JESÚS

Ya hemos explicado lo que significa beber la leche, veamos ahora lo que quiere decir cubrirse con la lana. Quien ofrece leche ofrece alimento, quien ofrece lana ofrece honores. Y son precisamente estas dos cosas las que desean del pueblo aquellos que se apacientan a sí mismos y no a las ovejas. Buscan el dinero con que remediar sus necesidades y la aureola del honor con que cubrirse de alabanzas.

En efecto, por medio de la imagen del vestido queda bien significado el honor, pues el vestido sirve para cubrir la desnudez. Y como todo hombre es débil y está desnudo, también son débiles y están desnudos vuestros pastores. ¿Quiénes son, en realidad, los que os presiden, sino hombres semejantes a vosotros? Como vosotros están revestidos de carne, como vosotros son mortales, como vosotros comen, duermen, se levantan del sueño; como vosotros nacieron y como vosotros morirán. Si, pues, piensas un poco en lo que son de sí mismos los pastores, verás que son simplemente hombres. Si, pues, les das un honor superior al que corresponde a un hombre es como si cubrieras su desnudez.

Ved sino cómo Pablo considera el honor que recibió del pueblo santo de Dios como si fuera un vestido de esta índole, cuando dice: Me recibisteis como a un enviado de Dios. Porque puedo aseguraros que, de haberos sido posible, los ojos mismos os habríais arrancado para dármelos. Pero a pesar de ser tan grande el honor que de ellos había recibido, ¿acaso para que no menguara este honor o disminuyeran sus alabanzas, dejó de reprenderlos cuando se apartaron del buen camino? Si hubiera obrado de esta forma, también hubiera sido de aquellos pastores que se apacientan a sí mismos, no a las ovejas. En este caso se hubiera dicho a sí mismo: «¿Qué me importa a mí esto? Que cada cual obre según le plazca. Mi vida y mi sustento están a salvo, mi honor no peligra; tengo leche y tengo lana; esto me es suficiente. Que cada cual se arregle como pueda.» ¿Puedes decir que lo tienes ya todo si cada cual debe arreglarse como pueda? En este caso no puedo yo hacerte obispo y te admitiré solamente como uno del pueblo: Cuando un miembro sufre, todos sufren con él.

Por tanto, el Apóstol, después de haber recordado cómo se comportaron con él, para que no pareciera que ya se había olvidado del honor que recibió, da testimonio de que lo habían recibido como a un enviado de Dios, y que, de haberles sido posible, se hubieran arrancado los mismos ojos para dárselos. Pero, a pesar de ello, no deja de acercarse a la oveja enferma y corrompida, no deja de limpiar sus heridas, no rehúsa curar su podredumbre. Así que -dice-, ¿me he convertido en enemigo vuestro por deciros la verdad? He aquí, pues, que bebió de la leche de las ovejas como hemos recordado más arriba, y se vistió con su lana, pero ello sin descuidar el bien de las ovejas. No buscaba, en efecto, sus intereses personales, sino los de Cristo Jesús.

RESPONSORIO Sir 32, 1-2; Mc 9, 34

R. ¿Te han puesto a presidir? No presumas, * sé entre los demás como uno de ellos y atiéndelos.
V. Si alguno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.
R. Sé entre los demás como uno de ellos y atiéndelos.

ORACIÓN.

Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros tus ojos de bondad y haz que te sirvamos con todo el corazón, para que experimentemos los efectos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

martes, 18 de septiembre de 2018

MISAS Y DESPACHO PARROQUIAL

CAMBIO A "HORARIO DE INVIERNO"



                      
Despacho Parroquial (De Martes a Viernes):


De 18´00 a 19´00h




Misas Diario y Víspera de Festivo:

19´30 h.

Misas Domingos y Festivos: 

11’00 h. y 12’30 h.