martes, 31 de enero de 2023

Ocho décadas dedicada a saciar la sed y el hambre de los más desfavorecidos


 Sor Aurora, a sus 101 años, es la hermana más longeva de las Siervas de Jesús de la calle Uría: «Entregué mi vida a Dios y a los demás»

(El Comercio/ C. del Nero) Tras las paredes de la congregación de las Siervas de Jesús, en la calle Uría, catorce religiosas dedican su vida a ayudar a los demás con la colaboración de un buen puñado de voluntarios. En la zona en la que entregan sus desayunos solidarios se encuentra el patio, una suerte de jardín interior como los que ya casi no existen en la céntrica calle. Allí, precisamente, es común ver pasear «y hacer ejercicio» a sor Aurora, una monja que tiene cautivadas a sus compañeras por su longevidad y entrega. A sus 101 años «está estupendamente de cabeza, corazón y cuerpo», resumen las hermanas.

Sor Aurora, que nació en 1921 en Lugo -de donde mantiene algo de acento-, recuerda que fue «a los veinte años» cuando se trasladó al noviciado de Madrid para comenzar a entregar su vida «a Dios y a los demás». Después se trasladó a Sevilla, otros diecinueve años, «y luego a Zaragoza, donde fui madre superiora». Hasta hace diez años, que llegó a Asturias. «Me dedicaba a asistencia al domicilio, durante la noche». Por la mañana, «volvíamos a la casa y dormíamos por la tarde», recuerda.

De esos años, todo lo que menciona le hace sonreír. «Ahora ayudo muy poco, me queda dedicar la oración a mis hermanas», aunque «apenas veo y escucho mal». Según la madre superiora María Teresa, «ayuda en todo lo que es posible». Y es que no ha hecho otra cosa en los últimos ochenta años de «servicio a los demás».

Santoral del día: San Juan Bosco, Patrón de las escuelas de artes y oficios

(COPE) En la Iglesia siempre ha estado la preocupación por las nuevas generaciones manifestadas en los jóvenes y adolescentes. Hoy nos encontramos en el calendario, cerrando el mes de enero, a San Juan Bosco, un Apóstol entre ellos. De origen italiano, nace en Turín, junto a Castellnuovo, en el año 1815. Dentro de una niñez dura, vive durante mucho tiempo con una tía que asistía en casa de unos sacerdotes. Así descubre su vocación, ingresando en el Seminario hasta ordenarse presbítero.

Creyendo ser llamado a las misiones, San José Cafasso, al que la Providencia puso en el camino de Juan, le hizo ver que su apostolado estaba en los barrios más necesitados, poniéndole en contacto con ellos. Pronto Don Bosco advertiría la miseria de los jóvenes y adolescentes, comprendiendo que el Señor le impulsaba a dedicarse especialmente a ellos.La incultura que sufrían, así como la mala costumbre de robar y hacer daño que habían adquirido, hace que trate de instruirles en la educación espiritual y humana.

Es entonces cuando se fragua un nuevo camino de santificación que Cristo iba a abrir en la Iglesia a través de él: los salesianos. Recibe este nombre porque el fundador posee una gran devoción a San Francisco de Sales cuya festividad celebrábamos hace pocos días. El carisma de esta Congregación extendida por todo el mundo, trataría de trabajar desde la formación en la Fe y la vida de tantos chicos que andan sin rumbo, como ovejas sin pastor.

Ante tantos problemas que agobian a la Iglesia de entonces, él ofrece luz para resolverlos desde sus escritos espirituales. San Juan Bosco muere en 1888. Es el Patrono de las radios musicales dedicadas a los jóvenes, del cine y de la televisión compartida, ésta última con Santa Clara de Asís. Es el Abogado también d elas escuelas de artes y oficios. El Papa San Juan Pablo II le puso como uno de los Patronos también de las Jornadas Mundiales de la Juventud.

lunes, 30 de enero de 2023

XIII Aniversario del Inicio del ministerio episcopal de Monseñor Sanz Montes en Asturias




Agatha Christie, arqueóloga. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

Agatha Christie (1890-1976), la popular novelista británica, escribió un entretenido relato («un parto de amor», según ella) de sus andanzas por el Líbano, Turquía, Iraq y Siria en compañía de su segundo marido, Max Mallowan (1904-1978), que era arqueólogo. La traducción al español acaba de ser publicada en un nuevo formato, a partir de la que ya había, de 1987, por Tusquets.

Se titula “Ven y dime cómo vives”. Se ve que la gente se dirigía a ella en estos términos: «O sea que tú haces excavaciones en Siria, ¿no? Háblame de eso. ¿Cómo vives? ¿En una tienda?».

Y para satisfacer la curiosidad de quienes deseaban saber lo que sucedía en el día a día de una campaña arqueológica, Agatha se decidió a escribir este libro, que concluyó en la primavera de 1944 y en el que refiere lo acaecido durante las cinco temporadas que estuvo con su esposo, en la década de 1930, haciendo prospecciones en las márgenes del río Jabur y excavando en Chagar Bazar y Tell Brak, en Siria.

Agatha llegó a la conclusión de que esas mismas preguntas son las que los arqueólogos les hacen a los que moraron en los lugares que excavan, invocándolos («venid»), para saber qué es lo que hacían («contadme cómo vivís»).

Y ellos, que, atendiendo a la llamada del estudioso, viajan desde el pasado al presente, a la vez que les muestran sus pertenencias responden: «así son nuestros pucheros», «con estas agujas cosemos la ropa», «aquí guardamos los pendientes para la dote de nuestra hija», «mira el bote de los cosméticos», «las ollas las fabrican en la alfarería de la esquina y son de lo más corriente» y cosas por el estilo.

La “dama del crimen” se encargaba, durante las campañas, de diversos quehaceres: revelar fotografías, ordenar piezas, etiquetar hallazgos o reparar utensilios, sin dejar por ello de atender su oficio de escritora de novelas.

En cierta ocasión, con el fin de entablar conversación y depositar allí algunos objetos, alguien entró en la habitación en la que Agatha se hallaba volcada y concentrada en la descripción de los sangrientos pormenores de un asesinato.

La novelista lo despachó secamente: «Tengo que mantenerme firme. Le explico con claridad que para mí es absolutamente imposible dedicarme a mi cadáver si cerca hay un cuerpo vivo que se mueve, respira y, con toda probabilidad, habla».

De esos años, e inspiradas en sus viajes por Egipto y el Próximo y Medio Oriente, son las novelas “Asesinato en el Orient Express”, “Asesinato en Mesopotamia”, “Muerte en el Nilo” y “Cita con la muerte”. Si no me equivoco, su residencia de Londres estaba por entonces en 58 Sheffield Terrace, Kensington, de donde tuvieron que salir, ella y su marido, en 1941 a causa de los bombardeos.

En el libro “Ven y dime cómo vives” se relatan episodios protagonizados por turcos, árabes, armenios, kurdos y yazidíes. Las circunstancias que se van sucediendo son las que han conocido los arqueólogos, empresarios, clérigos, militares, diplomáticos y exploradores occidentales que residieron temporal o definitivamente en aquellas tierras en las que Agatha fue tan feliz.

Refiriéndose a Siria, escribió: «Adoro ese generoso y fértil país y a sus gentes sencillas, que saben reír y gozar de la vida, que son ociosas y alegres, que tienen dignidad, educación y un gran sentido del humor, y para quienes la muerte no es terrible».

Y allí también logró percibir eso que mantiene a los biblistas afectivamente enganchados a aquellos inmensos territorios comprendidos entre el Nilo, al sudoeste, y el Éufrates y el Tigris, al nordeste, pues son los del Antiguo y del Nuevo Testamento, los de los patriarcas, los santuarios, los invasores de Israel, los profetas, el judaísmo exiliado, las lenguas semíticas, las ideas y costumbres del Oriente antiguo, los salmos, las sagas, los oráculos, las parábolas y los aforismos; los de Jesús y los evangelios, los de la Iglesia primitiva y los misioneros cristianos. Son, en fin, en los que tuvo lugar la Historia de la Salvación.

domingo, 29 de enero de 2023

''Bienaventurados vosotros''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Nos vemos en el cuarto domingo del Tiempo Ordinario donde en estos comienzos de la predicación del Señor escucharemos su "Sermón de la Montaña"; su predicación de las bienaventuranzas en la que  podremos detenernos a reflexionar sobre tantos aspectos que tienen que ver con nuestra vida. A veces nos sentimos dichosos -bienaventurados- por encontrar sitio para aparcar a la primera, por que nos han tocado cien euros en la lotería, porque hacienda este año nos devuelve (a los que hacen la declaración de la renta; los curas como no llegamos ni a mileuristas ni existimos para hacienda); por que la niña ha conseguido una beca o el niño la oposición... Nos hemos quedado mayormente con las alegrías de aquello que vemos y tocamos de cerca, olvidándonos de que no todo se queda aquí, sino que nuestro hoy siempre está en consonancia con el mañana que esperamos. Descubramos cuánto nos quiere decir el Señor en este día.

I. Pequeños pero llamados 

Seguimos avanzando en la lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, y en los versículos que hemos escuchado en este día seguimos sacando las enseñanzas del apóstol que dedica aquella primitiva comunidad, lo cual es perfectamente aplicable a nuestro momento y contexto. Si otros domingos nos fijábamos más en la situación espiritual que vivía esa comunidad o sus lazos de convivencia, esta vez el autor detiene su análisis más social. La realidad de Corinto era poco favorable al evangelio, había mucha pobreza y muchos eran analfabetos, y ante ésto, qué afirmación más profunda para consolar a los que se pudieran sentir indignos de formar parte de la Iglesia: ''lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso''. Uno puede caer muchas veces en la tentación de pensar que la empresa que nos pone el Señor delante sobrepasa nuestras fuerzas, pero es precisamente en las dificultades donde somos invitados a seguir los pasos del Maestro abrazando y cargando con nuestras cruces. No vino el Señor a buscar justos, sino pecadores; como nos ha recordado Pablo sobre el proceder del Creador: ''ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor''. En aquella ciudad portuaria en la que convivían tantas religiones y llegaban noticias de otras nuevas, se hacía complejo narrar un Historia Sagrada donde el protagonista muere crucificado como un criminal; frente a esto San Pablo trata de dar respuesta o explicación al escándalo de la cruz; no es un cuento de locos, sino la visualización de cómo Dios nos ama hasta la locura, hasta permitir la muerte de su hijo en tan horrendo patíbulo. Algunos autores llaman a esto la "teología de la cruz en San Pablo", pues nos explica al detalle el sentido del sacrificio supremo: ''el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención''.

II. Las sobras que hacen algo nuevo

La primera lectura de este domingo es un fragmento del segundo capítulo del profeta Sofonías que se enmarca en el contexto histórico del rey Josías -el que inició la recopilación del Deuteronomio-. Del texto nos quedamos con un detalle importante cuando dice ''El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca. Pastarán y descansarán, y no habrá quien los inquiete''. Veamos quién es este renombrado ''resto''. Josías implanta en su reinado una importante reforma que muchos consideran fue alentada por Sofonías. No era una reforma para innovar nada, sino más bien para tratar de regresar a la fidelidad de tiempos pretéritos: más justos, más fieles a Dios y más abiertos a la espera de su promesa. Y aquí es donde entra en juego el renombrado ''resto'' que la mayoría pensaba que se trataba sólo de aquello que sobraba, pero Dios sorprende de nuevo dando a entender que precisamente de ahí es donde ha de brotar lo nuevo, por donde habrá de llegar la salvación, pero con una diferencia; no el resto malo, sino el que ha permanecido fiel hasta el final. A veces de las sobras se hacen auténticos manjares, esto lo saben bien quienes andan en la cocina: si han sobrado lentejas de la comida para cenar puré de lentejas, pero nada se tira, nada es descartable. Un joven Joseph Ratzinger escribió ya en 1969 «De la crisis actual –afirmaba– surgirá una Iglesia que habrá perdido mucho. Será más pequeña y tendrá que volver a empezar más o menos desde el inicio. Ya no será capaz de habitar los edificios que construyó en tiempos de prosperidad. Con la disminución de sus fieles, también perderá gran parte de los privilegios sociales». Volverá a empezar con pequeños grupos, con movimientos y gracias a una minoría que volverá a la fe como centro de la experiencia. «Será una Iglesia más espiritual, que no suscribirá un mandato político coqueteando ya con la izquierda, ya con la derecha. Será pobre y se convertirá en la Iglesia de los pobres».

III. Jesús subió al monte

El evangelio de este día tomado del capítulo 5 de San Mateo, nos presenta lo que algunos llaman "la carta magna o la quinta esencia del evangelio". Este pasaje sigue la misma línea de las lecturas que hemos escuchado: el resto de Sofonías, lo débil del mundo que nos ha dicho San Pablo y, ahora, las bienaventuranzas. El primer aspecto es que el evangelista nos dice que Jesús subió al monte, al igual que su madre fue a prisa a la montaña, y no es éste un matiz baladí, sino que tiene un significado muy importante: es la cercanía con lo alto, con el cielo, con Dios... Este texto es una continuación del evangelio del domingo pasado sobre la llegada del reino de Dios a nosotros; pues bien, aquí se nos dan las claves para entenderlo de forma más concisa. Jesús no se queda en ese reino idílico del futuro, sino que establece en este sermón un puente comparativo entre el reino que empieza aquí y el reino como tal que esperamos. Es una catequesis que Jesús nos regala donde no se habla de sueños idílicos, sino de puntos concretos para tener presente en nuestro día a día: ¿Soy manso? ¿Soy misericordioso? ¿Soy limpio de corazón? ¿busco la justicia? ¿trabajo por la paz? etc... Jesús no sólo marcó por sus palabras, sino por sus obras; su vida terrena fue una ejemplificación de que su discurso no era hueco, sino que exteriorizaba la profunda vida interior de oración y diálogo con su Padre. Las bienaventuranzas no son una utopía, sino la ética pura y dura del evangelio. Esto la gente mayor lo tuvo siempre muy claro, por ejemplo cuando fallecía una persona que había sufrido mucho; hoy decimos: ¡pobre, qué desgraciado fue!.. La gente de antes, sin estudios, tenían muy en cuenta este evangelio, por eso después de comentar lo que había sufrido con los padres, con el marido, con los hijos, con los nietos, añadían: ''seguro que el Señor le libra del purgatorio''. Parece una insignificancia y, sin embargo, qué profundo. Es lo mismo que decir: ¡claro, ahora será consolado/a; ó, de ella/él es el reino de los cielos!... 

En la mente de todos están los terribles sucesos ocurridos en Algeciras que terminaron con un sacerdote anciano herido y un sacristán asesinado por el mero hecho de ser discípulo de Jesucristo. Tenemos presente en esta nueva víctima de la persecución religiosa con la seguridad que nos dan las palabras del Salvador: ''Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo''.

Evangelio Domingo IV del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12a):

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

Palabra del Señor

sábado, 28 de enero de 2023

Coloquio Vida Consagrada ''Caminando con esperanza''

 

Mensaje para la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2023

LA VIDA CONSAGRADA, CAMINANDO EN ESPERANZA

El 2 de febrero es siempre un día marcado en rojo en el calendario eclesial, un día especial para pararse a valorar y agradecer el don de la vida consagrada tal y como el Espíritu la va suscitando en la Iglesia de cada tiempo. Con todo, aun tratándose de una jornada singular, no podemos aislarla del resto. Celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada pasa, en realidad, por acoger con un corazón dispuesto y confiado la senda que se abre a nuestros pies consagrados cada día de nuestra existencia. Parafraseando el dicho lucano de Jesús, quienes hemos sido llamados a una vocación consagrada —y también los que comparten con nosotros la vida cotidiana— sabemos por experiencia que cada mañana trae su propio camino. Y que solo puede aventurarse en él sin extraviarse quien lo afronta bajo el signo de la esperanza en Jesús resucitado. Los últimos párrafos del documento de la CIVCSVA Caminar desde Cristo, pensado como hoja de ruta para los consagrados y consagradas al comienzo de este tercer milenio, recordaban con gran viveza esta experiencia común que es, a la vez, un ideal permanente:

«Un nuevo siglo y un nuevo milenio se abren a la luz de Cristo. Pero no todos ven esta luz. Nosotros tenemos el maravilloso y exigente cometido de ser su “reflejo” […]. Esta es una tarea que nos hace temblar si nos fijamos en la debilidad que tan a menudo nos vuelve opacos y llenos de sombras. Pero es una tarea posible si, expuestos a la luz de Cristo, sabemos abrirnos a su gracia que nos hace hombres nuevos» (Novo millennio ineunte, n. 54). Esta es la esperanza proclamada en la Iglesia por los consagrados y las consagradas, mientras con los hermanos y hermanas, a través de los siglos, van al encuentro de Cristo resucitado (Caminar desde Cristo, n. 46).

Recibiendo y promoviendo los ecos sinodales que resuenan en la Iglesia de nuestros días, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada de este año 2023 queremos celebrarla precisamente bajo el lema «Caminando en esperanza». Caminando es un gerundio que hace referencia a una acción continua y persistente, que no se cansa ni se detiene, que conlleva paciencia y tesón. En esperanza indica un modo muy concreto de llevar adelante dicha acción a través de la virtud cristiana más necesaria para quien desea vivir en marcha y volcado hacia el futuro que hemos de construir todos los miembros de la Iglesia unidos. Si el año pasado recordábamos que ir «caminando juntos» es el modo natural de vivir la dinamicidad propia del pueblo de Dios —que es pueblo y lo es del camino— y, por tanto, de la vida consagrada, este año contemplamos el talante y el horizonte de aquellos que, en medio del mundo pero sin ser de él, se consagran a Dios «caminando en esperanza» para ser cada día apóstoles del reino, levadura en la masa, semilla en la tierra, sal en el guiso y candelero en lo alto. Con ellos damos gracias a Dios y comprometemos nuestra entrega para tomar las sendas de la esperanza, que nos portan cada jornada a la casa del Padre, a la casa de la comunidad, a la casa de los olvidados.

Las personas consagradas tratan de confiar caminando en esperanza, aun cuando no tienen, como su maestro, dónde reclinar la cabeza. Su camino cotidiano de obediencia comienza y termina en la casa del Padre. Dios es su desde, en y hacia dónde. Ellas saben que se necesitan oídos atentos a la voz del Padre, ojos fijos en la cruz del Hijo y manos prontas a la misión del Espíritu para encontrar fuerza y perseverancia a la hora de emprender esperanzadas cada desafío cotidiano dejando que Dios haga nuevas todas las cosas (cf. Ap 21, 5). Él es el Señor de la historia que alienta sus pasos y en él encuentran la promesa —futura y presente— de una dicha que no acaba. Solo a través de esta presencia sostenida de Dios que el Espíritu Santo despierta en su interior, los consagrados se van volviendo peregrinos recios en las jornadas de tormenta y animosos en las de sol.

Las personas consagradas tratan de compartir caminando en esperanza, aun cuando no llevan bastón ni alforja ni una capa o túnica de sobra. Su camino cotidiano de castidad comienza y termina en la casa de la comunidad. Los hermanos son su con quién. Ellas saben que no han sido llamadas a la soledad estéril, sino que tienen que entrelazar sus historias con las del resto de consagrados, con el conjunto del pueblo de Dios, con sus hermanos y hermanas de orden, congregación o comunidad, de parroquia y unidad pastoral, de arciprestazgo, de Iglesia particular y universal… y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, principalmente los más pequeños. Es en esta unión de voluntades siempre retadora, con exigentes rasgos sinodales, donde se alumbra una esperanza distinta a la que ofrece el mundo, capaz de derribar muros, abrir fronteras y soñar juntos el reino que, gracias a Dios, ya se ve en esta tierra fatigada.

Las personas consagradas tratan de acompañar caminando en esperanza, aun cuando no consiguen más que un par de monedas que echar en la ofrenda del templo. Su camino cotidiano de pobreza comienza y termina en la casa de los olvidados. Los empobrecidos son su para qué. La cercanía con Cristo Jesús, que sana las enfermedades, levanta del barro y alegra el corazón, los hace encaminarse hacia los heridos, los caídos, los empobrecidos, los excluidos y los entristecidos, y clamar con ellos por la salvación definitiva en medio de muchas periferias fecundas. A veces llevan sobre sus hombros a quienes han sido abandonados a su suerte en la cuneta de la vida o indican la dirección correcta a quienes buscan el camino de vuelta a la casa del Padre. Otras, se dejan iluminar y consolar en su propia vulnerabilidad por quienes han conocido intensamente el sufrimiento y han mantenido la fe. De un modo u otro, siguen la estela del Crucificado-Resucitado que pasó por este mundo haciendo el bien y caminando en esperanza.

Para ir lejos hay que dar un paso detrás de otro con «determinada determinación». Y hay que hacerlo cada día con ánimo esperanzado. Bien lo sabían el anciano Simeón y la profetisa Ana, que gastaron su vida en un ir y venir de casa al templo y del templo a casa hasta que el Señor esperado —luz de las naciones y gloria de su pueblo— apareció en sus brazos un buen día. Pensando en el camino esperanzado de ambos, Simeón y Ana, el papa Francisco pronunció hace dos años las siguientes palabras en su homilía para la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada de 2021:

Caminando con paciencia, Simeón no se dejó desgastar por el paso del tiempo. Era un hombre ya cargado de años, y sin embargo la llama de su corazón seguía ardiendo; en su larga vida habrá sido a veces herido, decepcionado; sin embargo, no perdió la esperanza. […] La esperanza de la espera se tradujo en él en la paciencia cotidiana de quien, a pesar de todo, permaneció vigilante, hasta que por fin «sus ojos vieron la salvación» (cf. Lc 2, 30)» (FRANCISCO, Homilía en la Fiesta de la Presentación del Señor [2.02.2021]. XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada).

En el espejo de Simeón y Ana se mira hoy toda la vida consagrada, consciente del momento que vive y alentada por el deseo de sumarse al compás sinodal de la Iglesia «caminando en esperanza». Ellos supieron sembrar con paciencia y recoger con gratitud, servir calladamente y cantar de júbilo, esperar a que el Mesías se abriera camino hasta ellos y caminar compartiendo con todos la esperanza del Señor. Reconociendo en su figura el rostro de tantos consagrados y consagradas que caminan sinodalmente en esperanza, demos gracias a Dios por la luz que nos llega a través de su vocación entregada y elevemos nuestra oración por la humanidad sufriente, para que llegue el día en que los ojos de todos contemplen a su Salvador.

Comisión Episcopal para la Vida Consagrada

viernes, 27 de enero de 2023

Carta semanal del Sr. Arzobispo

La cuesta de enero que tanto nos cuesta

Estamos acabando la subida. Me refiero a la cuesta de este enero que terminamos, que según nos adentramos en este primer mes del año, experimentamos los rigores del frío en todos los tiritones que impone el momento que vivimos. Hace semanas que volvimos a guardar en las correspondientes cajitas lo que en estos días navideños ha podido llenar de ilusión y de esperanza la vida cotidiana. En torno al misterio de Dios que se hace hombre y acompaña cada tramo de nuestro sendero, volvimos a brindar con aquellos que queremos, por tantas cosas en unos días entrañables, mientras soñábamos juntos en un nuevo año que comienza que es posible intentar de nuevo tantas cosas fallidas, extrañas o enfrentadas. 

Hay que decir que este rito, no es una ficción vacía o una formalidad sin rostro, sino el anhelo que brota de lo más sincero de nuestra alma cristiana: agradecer que aquello que sucedió hace dos mil años entonces, sigue sucediendo ahora entre nosotros, y que la gracia de la navidad no es un mazapán que se consume y caduca sin más, ni tampoco unas luces que se desenchufan, sino que tal gracia nos acompañará en cada momento de estos doce meses que vamos escribiendo. Y por eso brindamos con la más osada y realista ingenuidad al llegar el nuevo año 2023. Ya la fecha nos habla de un hecho acontecido hace ese tiempo y que se ha hecho contemporáneo de cada generación: el Señor que nos propuso el camino que nos conduce a nuestro destino, se ha hecho caminante cercano y discreto para que el viaje sea posible y acompañado por Él. 

Al comenzar ese año, quizás vemos en lontananza no pocos retos que, tanto personal como socialmente, nos desafían como ciudadanos creyentes: hay nubes y hay soles, horizontes límpidos y nubarrones, el pasar de los meses y algunas citas electorales, las noticias consabidas y algunas que nos sobresaltarán sin cita previa con sus disgustos y sus traiciones. Por eso, nuestra puesta a punto, nuestro recomienzo tras las navidades, no tiene ese trasfondo triste y cansino como quien vuelve a lo de siempre con una resaca insufrible, sino que poniendo nombre y acaso fecha a las cuestiones, queremos vivirlas con Dios, para Él y sin hacerlo contra nadie, con toda la responsabilidad que nuestro momento reclama: sin complejos y sin presunciones, con tacto y con libertad, con arrojo y paciencia, con imaginación creativa y con humildes soluciones. 

Como siempre, en todo camino que se reemprende, ante todo desafío que nos reta, no somos francotiradores los cristianos como si tuviéramos que inventarnos las cosas, descubrir los mediterráneos, chuparnos el dedo ingenuamente o mirar al otro siempre y solo desde sus peores intenciones. Lo que nos permite ese equilibrio sensato que no es fruto de la equidistancia cobarde y asustadiza es que vivimos las cosas desde Dios, con la Iglesia, y en el mundo en el que nuestros pies surcan su senda cada día. Faltar a uno de estos tres factores dará como consecuencia algún tipo de desequilibrio indeseado, de estéril confrontación o de un desgaste desmedido. Dios, la madre Iglesia y nuestra conciencia que pisa con los pies en la tierra: estos son los referentes para la aventura de nuestro recomienzo. 

Es cierto que hay legislaciones recientes que no responden a una demanda social, ni se han aquilatado con un debate que lime sus aristas y equilibre sus dislates, y que tienen que ver más bien con una estrategia ideológica, apresurada en sus plazos y provocativa en sus conquistas. Cuando la vida (toda vida), la familia, la educación, la libertad, la verdad, la convivencia plural… quedan cercenadas y en entredicho, se nos reclama a despertar y aportar también nuestra cosmovisión de las cosas, quizás con un talante de diálogo que nos niegan y con una tolerancia que no claudica ante lo verdadero. Estos meses por delante, tenemos estos retos y desafíos, mientras seguimos subiendo la cuesta de enero en los peldaños de un año que se presenta intenso y complejo. 

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

Monseñor González Montes ''La sociología no puede convertirse en el instrumento de evaluación de la tradición de fe y moral católica''.

(Infovaticana) Monseñor Adolfo González Montes (Salamanca, 1946) es obispo emérito de Almería desde el 30 de noviembre de 2021.

Meses antes, el Papa Francisco había nombrado un obispo coadjutor para la diócesis de Almería, monseñor Antonio Gómez Cantero, quien es el actual obispo de la diócesis. Ese periodo de cogobernanza entre ambos prelados estuvo marcado por las palpables diferencias que existían entre ambos.

Ahora, por primera vez desde su retirada allá por noviembre del 2021, González Montes, quien ahora reside en Madrid, ha concedido su primera entrevista a InfoVaticana para hablar de la situación actual de la Iglesia y también de sus casi veinte años al frente de la diócesis almeriense.

En la entrevista, González Montes denuncia el abandono de las raíces cristianas en Europa, denuncia la imposición del «derecho» al aborto, defiende la tradición y la Verdad revelada y se muestra partidario de la enseñanza de la Iglesia en cuanto al sacramento del orden sacerdotal, el matrimonio y la homosexualidad.

P-Hace ya más de un año desde que pasó a ser el Obispo emérito de Almería. ¿Cómo es su nueva vida en estos momentos?

R-Trabajando en mi apartamento, fuera de asistir a algunos encuentros de obispos, como los del grupo de Obispos del Mediterráneo en Florencia, o el Katholikentag, asamblea de los católicos alemanes celebrada en Stuttgart en representación de los obispos españoles. He tomado parte, claro está, en las asambleas plenarias de la Conferencia Episcopal Española en Madrid y en otros encuentros por videoconferencia. He dado también algunas conferencias que me habían pedido. He celebrado en unas pocas parroquias y hermandades, muy pocas, porque me he mantenido casi enclaustrado trabajando, como le digo, en mi apartamento del Seminario en algunos escritos que tengo pendientes de terminación.

P-Usted ha sido el representante de la CEE en la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), ¿Cómo ve la Iglesia en Europa?

R-He estado acudiendo a Bruselas a las asambleas de COMECE durante 15 años, muy enriquecedores. El fin de estas asambleas de obispos de la Unión Europea, uno por Conferencia, es seguir y evaluar la acción política y social de las instituciones europeas en lo que afecta a la vida de la Iglesia; sobre todo la legislación que compromete la dignidad de la persona y a sus derechos y la libertad religiosa. Nos preocupa el estado moral de la sociedad europea, en la que el cristianismo ha retrocedido. Hay una tendencia suicida a renunciar a las propias raíces cristianas en países que han llevado el Evangelio a los continentes durante siglos. La sociedad europea vive de valores cristianos que han sido secularizados en el marco de la cultura agnóstica y relativista actual. Las Iglesias tratan de afrontar el reto de la nueva evangelización. Es de apreciar que las Iglesias sean consideradas interlocutoras de las instituciones europeas y que podamos trabajar con quienes están en ellas.

P-¿Le preocupa un posible cisma de la Iglesia en Alemania?

R-Claro que me preocupa. La defensa de los verdaderos derechos humanos ha ido seguida de la reivindicación de los llamados derechos civiles. Algunos son complemento valioso de los derechos humanos, pero otros son muy discutibles o, sencillamente, no son derechos y van contra la dignidad de la persona No existe, por ejemplo, un supuesto derecho al aborto. Algunos de estos derechos civiles son producto de un subjetivismo inseparable del relativismo moral imperante. Lo que está pasando en Alemania es una muestra clara de qué sucede, cuando se transfieren reivindicaciones de la sociedad civil a la Iglesia poniendo entre paréntesis la revelación bíblica. Aunque, teóricamente, se dice que no se pretende cambiar la naturaleza de la Iglesia, el llamado «camino sinodal» en Alemania parece que sí pretende hacerlo. Se apela a la sinodalidad para cambiar la antropología revelada y la moral evangélica, la comprensión de los mismos sacramentos; o para atribuir al laicado lo que corresponde sólo al episcopado como es la guía y el magisterio propio del ministerio ordenado, el discernimiento de las doctrinas. La cuestión es que buscar un sistema mixto de gobierno de la Iglesia, si no ya paritario de representaciones de los obispos y del laicado es contrario a la sucesión apostólica y a la institución divina del ministerio apostólico.

P-¿Qué valoración hace del proceso sinodal en el que está inmersa la Iglesia?

R-El sínodo de los obispos es una institución que representa a los obispos, aunque nunca unos cuantos obispos por muy cualificados que sean pueden representar a la asamblea universal de los obispos, ni sustituir al concilio con el papa. Fue concebido por Pablo VI para ayudar al papa en el ejercicio de su ministerio y magisterio. La Iglesia no puede modificar la tradición apostólica de la fe, ni los obispos asumir reivindicaciones tópicas que la contradigan. La sociología no puede convertirse en el instrumento de evaluación de la tradición de fe y moral católica, para pedir a los obispos que reformen la Iglesia acomodándola al pensamiento relativista actual. La Iglesia siempre ha de pedir la conversión al Evangelio de las personas y de la sociedad y las culturas. El proceso sinodal puede ser positivo como preparatorio del sínodo, para conocer y discernir algunas cuestiones de la vida de la Iglesia con miras a la evangelización. Es inquietante el eclesiocentrismo que padecemos, mientras la fe cristiana se muere en una sociedad que se dice abierta, pero se muestra tan intolerante con el cristianismo.

P-Dentro de la CEE presidió la Comisión de la Doctrina de la Fe ¿ve posible que la Iglesia cambie cuestiones como la ordenación de mujeres, la moral sexual o la aceptación de parejas homosexuales?

R-La ordenación sacerdotal de mujeres va contra lo que en continuidad ininterrumpida afirma la tradición de fe. El papa Juan Pablo II declaró que pertenece al contenido infalible de la fe y que, por tanto, la Iglesia no tiene autoridad para modificar el sacramento del Orden. El ministerio sacerdotal no es un derecho, ni del varón ni de la mujer, sino institución soberana de Jesucristo, que se corresponde con la diferencia entre el varón y la mujer y ayuda a comprenderla. En el sacramento del Orden se hace patente, con la gratuidad del don, la significación sacramental de Cristo como Esposo y la maternidad de la Iglesia, algo que está enraizado en la teología de la creación divina del hombre y la mujer.

P-¿Cree que la sociedad actual ya no percibe la diferencia entre el varón y la mujer?

R-El sentido común de la gente sí que percibe la diferencia, son algunos colectivos los que parece que no la perciben y se empeñan en imponer a la sociedad su propia visión de género. La cuestión es que si todo se concibe como una mera función a desempeñar que no afecta en nada a la constitución antropológica del ser humano, entonces se han acabado todos los problemas. Ahora bien, esto no se corresponde con la revelación ni tampoco con la razón natural. Para tener idea clara del matrimonio, hay que tener en cuenta la antropología bíblica y el significado que tiene la diferencia entre el varón y la mujer para el amor conyugal y la transmisión de la vida. Está en juego la imagen de Dios en el amor conyugal y la significación sacramental que Jesús dio a la unión matrimonial. La Iglesia respeta la condición de cada persona y condena la discriminación de una persona por su orientación sexual. Lo que la Iglesia no puede aprobar son los actos homosexuales. El Catecismo de la Iglesia Católica dice que son intrínsecamente desordenados, contrarios a la ley natural y están cerrados por sí mismos a la transmisión del don de la vida. El matrimonio entre personas del mismo sexo no es verdadero matrimonio, aunque así lo consideren las leyes civiles de algunos países. La Iglesia no impone a nadie la fe revelada, pero tiene derecho a manifestar con libertad su conciencia religiosa y oponerse a la imposición de la ideología de género que coloniza la educación y la cultura.

P-Le haré algunas preguntas, si me permite, sobre la reciente auditoría realizada en la diócesis de Almería, donde se analizaba la gestión económica durante sus últimos 11 años como obispo. ¿Qué le han parecido los resultados?

R-Mire, en 2015 yo mandé hacer ya una auditoría. En 2021 ante las cosas que se publicaban con afirmaciones falsas y gratuitas, levantando sospechas infundadas, yo expuse en las instancias que debía hacerlo la necesidad de hacer la auditoría. Al final, se accedió a ello y se le sugirió a mi sucesor que la pidiera formalmente, para que la financiara la Conferencia. Hay que aclarar además que la auditoría no fue una auditoría forense ni tampoco de gestión. Por tanto, no ha evaluado la gestión, ya que ha sido una auditoría contable. Lo que sí deja ver con neta transparencia es que todo se ha realizado conforme a programación motivada y conforme a norma canónica y civil. En las decisiones que se tomaron siempre se contó con la autorización de los consejos consultivos y, cuando lo exigía la normativa, también con la autorización de la Santa Sede. Los documentos están ahí.

P-¿Qué impresiones le transmitió Monseñor Joseba Segura, quien coordinó la auditoría?

R-Joseba Segura siguió de cerca la auditoría y al final, a mediados de junio, me convocó a mí y a mis colaboradores para que los auditores nos presentaran los resultados. Hizo lo mismo presentándolos al obispo coadjutor y al clero diocesano. Con la presentación de los auditores, Mons. Segura hizo una evaluación global de lo hecho en los diez años analizados, confirmando que el procedimiento de la contratación de crédito aparece en la auditoría motivado por la necesidad de afrontar rehabilitaciones y obra necesarias para el funcionamiento de la diócesis, y que todo se había hecho conforme a norma. Negó con rotundidad que la diócesis estuviera en ruinas o bancarrota, rechazando juicios del género, ya que la auditoría había constatado que se trataba de inversiones que habían multiplicado el valor del patrimonio inmobiliario diocesano de tres a cuatro veces, pasando de un monto de en torno a 10 a 11 millones en 2002 a un monto mínimo de más de 42 millones de euros y un monto máximo de casi 47 millones en 2021. De esto no se hablado, claro está. Mons. Segura ofreció su evaluación para que se diera a conocer o se colgara en la página web del Obispado, pero no se hizo.

P-¿Cómo se explica, entonces, que la auditoría refleje casi 24 millones de euros?

R-Mire usted, la deuda crediticia de toda la diócesis, no del Obispado, estaba en diciembre de 2021 en poco más de 22 millones y medio de euros según los datos del Banco de España, que por cierto nunca ha intervenido ni ante la diócesis ni ante la Santa Sede, como algunos han divulgado, prefiero no saber con qué intención. Este monto de crédito correspondía a diversas entidades e instituciones de la diócesis y a diversos bancos, no a uno solo. El aumento sobre esa cantidad ya no es competencia mía, ya que yo dejé la competencia en materia económica el 13 de marzo de 2021.

P-¿No tenía recursos la diócesis que hubieran evitado recurrir al endeudamiento de la diócesis?

R-La diócesis contaba con el dinero que mi predecesor había obtenido de ventas de patrimonio inmobiliario, pero ese dinero tenía ya su propio destino. Mi predecesor puso el mayor interés en la construcción de la Casa Sacerdotal, que encontré prácticamente acabada cuando llegué, pero que había que pagar. Había que pagar la iglesia de Santa Teresa, una importante iglesia construida por mi predecesor; y estaba prevista la urgente rehabilitación del edificio de Caritas Diocesana, que había sufrido un grave incendio, y de la Casa de Espiritualidad, enteramente arruinada por aluminosis. Se hacía necesario continuar la rehabilitación del Seminario, al cual había trasladado con gran acierto los seminaristas retirándolos de Granada, donde estuvieron más de dos décadas. El endeudamiento diocesano era necesario y, por eso mismo, razonable, dada la situación obsoleta y ruinosa de los edificios comunes a mi llegada a la diócesis. Estaban proyectadas algunas iglesias parroquiales, rehabilitar el Palacio Episcopal y un edificio para la Curia diocesana. Todo se ha afrontado progresivamente, pero ¿cómo se hacen las rehabilitaciones y la obra nueva si no es con crédito?

P-Pero la diócesis ha tenido dificultades…

R-Bueno, ha habido algunos momentos de dificultad a causa de la falta de liquidez que ha afectado a las parroquias que habían contratado crédito antes de la crisis de 2008 y de la dura crisis de la pandemia, que vino después. Mire, las parroquias que han construido iglesia parroquial, porque no tenían y estaban en locales en precario, ya habían comenzado su construcción cuando llegaron estas crisis, y el Obispado ha tenido que ayudarlas. Con esta ayuda, las parroquias han ido cumpliendo con las mensualidades de los créditos, como sucede con las familias que tienen la hipoteca del piso. La diócesis ha venido cumpliendo sus compromisos.

P-Ustedes han invertido también en el nuevo Colegio del San Ildefonso

R-La educación católica es una apuesta irrenunciable de la Iglesia. Al comienzo de mi administración pastoral, quedaba una comunidad educativa residual del que había sido el principal colegio diocesano. Me propuse la refundación del colegio y su financiación autónoma con el apoyo de los laicos del Consejo de Asuntos Económicos. El resultado ha sido exitoso a juicio de todo el mundo en Almería. Los auditores dejan claro que, si se comenzó con el apoyo económico de la diócesis, desde 2019 sus balances son enteramente positivos y el colegio es de entera solvencia.

P-Según la Conferencia Episcopal, la mitad de las diócesis españolas tienen deudas, algunas bastante altas. ¿Está la diócesis de Almería en la peor situación?

R-Sinceramente, no es así. Algunos proyectos llevados a cabo por otras diócesis son mucho más elevados que toda la deuda de Almería, y casi todas las diócesis tienen dificultades para afrontar sus compromisos de crédito, desde la irrupción de la primera crisis hace ya más de diez años.

P-¿Qué se puede hacer para reducir la deuda?

R-Como usted puede imaginar, no entro en sugerir o proponer nada, si no se me pide parecer, y hasta ahora nadie me lo ha pedido. Le diré lo que, siguiendo la senda de mi predecesor había preparado con mis consejos consultivos. Para ayudar a las rehabilitaciones contábamos con la enajenación de algunos inmuebles no esenciales. En algunos casos la venta estaba ya comprometida cuando se produjo mi relevo, pero fue suspendida sin que se me diera explicación ninguna. Nunca pensamos ni enajenar ni alquilar ninguno de los inmuebles esenciales para el funcionamiento de la diócesis; sobre todo porque su rehabilitación se justificaba por ser necesarios para el funcionamiento de la diócesis. Parece que de nuevo los responsables actuales de la economía diocesana han propuesto a los consejos un programa parecido, si no igual al nuestro, que ya contaba las autorizaciones preceptivas.

P-Tenía que hacerle estas preguntas y, para terminar, quisiera retomar algunos temas, si nos lo permite. ¿Cómo ve la caída del número de seminaristas en España?

R-Es un síntoma bien alarmante de la falta de impulso evangelizador en las comunidades cristianas. Las causas de esta disminución son varias y a veces complejas, pero se pueden concretar algunas, como la falta de vida cristiana familiar. Falta colaboración de los padres y, a veces, los chicos tienen que afrontar que sus padres, aunque estén bautizados, se encuentren alejados de la vida de la Iglesia. Muchos seminaristas viven la separación o divorcio de sus padres. Por otra parte, no hace falta decir que el ambiente social y la cultura actual no favorecen las vocaciones, y también las parroquias no promueven las vocaciones.

P-¿Qué puede hacer la Iglesia para llegar a los jóvenes y evangelizar la sociedad?

R-Las causas no están sólo fuera de la Iglesia, están también dentro de la Iglesia, y es algo muy grave, porque sin seminario no hay futuro para una diócesis A veces falta una pastoral acertada de las vocaciones, resultado de la secularización que hay dentro de la Iglesia. Es paralizante el reparo de muchos sacerdotes a proponer a un adolescente o a un joven la vocación como realización de la propia vida, no para que entre en un grupo de benefactores de la sociedad por mero altruismo. Está en juego el seguimiento discipular de Jesucristo, que llama personalmente al joven para pastorear la comunidad cristiana y para llevar la salvación a quienes la buscan, a veces a tientas y en los márgenes de la Iglesia, y cuando la hallan la reciben gozosos.

P-¿Qué papel han de jugar los laicos en estos momentos dentro de la Iglesia?

R-Los laicos son la mayoría y el común de miembros de la Iglesia. Los obispos y sacerdotes estamos al servicio de los que no lo son, como los religiosos y los laicos. El Vaticano II dice que la vocación de los laicos es buscar el Reino de Dios ocupándose de las realidades temporales para ordenarlas según el plan de Dios, porque es propio de los laicos su carácter secular. Hoy se corre el riesgo de clericalizar a los laicos. El Papa habla con razón del clericalismo con el que a veces actúan los sacerdotes, pero esto se empeora cuando son los laicos los que actúan como si fueran clérigos. La caída de las vocaciones al ministerio pastoral no se puede compensar clericalizando a los laicos ni es la solución. Hay que afrontar sin ambages las causas de la falta de vocaciones sacerdotales.

P-Entonces, ¿los laicos no tienen que ver con la acción pastoral y el gobierno de la Iglesia?

R- A la Iglesia no le son aplicables todas las formas de gobierno de la sociedad civil, aunque algunas no le vienen mal. Hay quienes piensan que delegar en los laicos la jurisdicción que confiere la potestad de Orden es bueno para democratizar la Iglesia, pero no dicen que es hacerlo por la puerta de atrás, aunque creo que lo saben. El Vaticano II enseña que no corresponde a los laicos el gobierno de la Iglesia que es propio de los pastores, pero sí les corresponde colaborar con los pastores en la acción pastoral en las condiciones establecidas por la Iglesia. Separar la jurisdicción del sacramento del Orden como forma para delegar la potestad de jurisdicción en los laicos es uno de esos malos planteamientos teológicos que no producen una práctica buena. Lo vienen advirtiendo teólogos y obispos preocupados con esta cuestión, como el cardenal Müller, pero también el cardenal Kasper.

P-¿Qué cometido y tareas pueden asumir los laicos en la vida de la Iglesia?

R-Nadie mejor que ellos pueden aconsejar y proponer en todo lo referente a la acción temporal de la Iglesia. Es necesaria su presencia en los consejos consultivos y en los organismos diocesanos donde se los necesita en diversos campos, y no es el menor el de la economía; pero también es necesario que se responsabilicen de los ministerios laicales, colaborando en la transmisión de la fe y la acción litúrgica, la catequesis y la educación católica de los niños en colaboración con las familias, los tribunales de la Iglesia y el ejercicio de la caridad. Son muchos los laicos, y más mujeres que hombres, que están en los diversos equipos parroquiales de colaboración pastoral con los párrocos. El concilio dice que corresponde a los laicos iluminar y ordenar las realidades temporales, pero si los clericalizamos los asuntos temporales se quedan sin el protagonismo propio de los laicos. Necesitamos un apostolado laical vigoroso y orgánico, que ayude a orientar la sociedad según el plan de Dios en la familia, la política, el mundo del trabajo y la empresa, la comunicación, las bellas artes, la acción social y la lucha por la justicia. No se trata de volver a una sociedad confesional, sino de cumplir con el mandato de Cristo de evangelizar, y hacerlo hoy en el marco de una sociedad abierta sin privatizar la fe.

jueves, 26 de enero de 2023

Un evocador paseo por el Naranco. Por Gonzalo García Conde

Hace relativamente poco, una tarde de domingo de esas de entretiempo, salí de casa con el ánimo de retarme con las cuestas del Naranco y sumar así kilómetros a mis zapatos. En compañía de mi esposa subí hasta el repetidor de RTVE, bromeamos juntos sobre los efluvios que emanaban de la parrilla Buenos Aires, bajamos fijándonos en varias casas que nos gustaban (no tanto por lujosas, sino porque nos invitaban a soñar con vidas más emocionantes) y fue cuando, en la serpenteante avenida de los Monumentos, pasamos frente al Monasterio de la Visitación de Santa María, actual hogar de las monjas Salesas. Estas religiosas tienen allí un cartel anunciando la venta de pastas artesanas que siempre nos habían tentado. Esa vez al final, nos dejamos sugestionar y nos compramos una caja. ''Delicias del Naranco'' se llaman. Sólo se vive una vez, no todo va a ser deporte.

Consumado el pecado de gula, me quedé dándole vueltas al hecho objetivo de que un ovetense de mi edad no asocia las Salesas con una orden religiosa ni con una llambionada de repostería artesana. Para nosotros, aunque pueda parecer un aberración generacional. Salesas es el gran centro comercial de nuestra infancia. El primero, el pionero. Que lleve ese nombre es circunstancial, porque se construyó en el solar donde se hallaba el monasterio original, pero yo no guardo ni el recuerdo de aquel edificio. Incluso tengo que reconocer una absoluta falta de curiosidad durante la mayor parte de mi vida acerca de por qué le habían puesto tal nombre a ese gran bazar americano que tanto llamó nuestra atención en los ochenta.






Soler del Monasterio derribado


Monasterio actual


Declaraciones ante los sucesos de Algeciras

Comunicado del Obispado de Cádiz y Ceuta ante el suceso ocurrido en Algeciras

La Diócesis de Cádiz y Ceuta, aun conmocionada por el triste suceso, lamenta profundamente la agresión sucedida en Algeciras el 25 de enero en la que ha sido herido el sacerdote salesiano encargado de la Capilla de San Isidro -afortunadamente ya fuera de peligro-, y asesinado el sacristán de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Palma. Queremos expresar nuestra cercanía y apoyo a los familiares y amigos de D. Diego Valencia, q.e.p.d., muy querido en la parroquia y en la ciudad, por su entrega y afabilidad con todos, al tiempo que elevamos nuestra oración por su eterno descanso. También manifestamos nuestro apoyo al P. Antonio R. Lucena esperando su pronta recuperación, y a toda la familia salesiana, conmovida por esta agresión injustificada.

Nuestra más firme condena a la violencia contraria a la voluntad de Dios y a la enseñanza de la Iglesia que altera la convivencia pacífica deseada por la inmensa mayoría de la población y que perturba profundamente la vida social.

El Sr. Obispo, que se ha personado enseguida en el lugar de los hechos, agradece su colaboración a las autoridades a la espera de que éstos se esclarezcan plenamente. Anima, asimismo, a los fieles de estas parroquias, al clero, a la familia salesiana y pueblo de Algeciras a vivir estos acontecimientos con fortaleza evangélica. Pedimos al Señor que ayude a los damnificados y conceda al pueblo cristiano una esperanza activa para trabajar con misericordia por el bien común, y que la sociedad pueda gozar de una convivencia en paz.

Comunicado de la Conferencia Episcopal Española ante los acontecimientos en Algeciras

Ante los acontecimientos ocurridos en la tarde de hoy, 25 de enero, en la parroquia Nuestra Señora de La Palma y en la capilla de San Isidro de Algeciras, en el que una persona ha resultado muerta y varias heridas, queremos, en primer lugar, trasladar nuestra cercanía y afecto y el consuelo de la fe a los familiares de las víctimas, a la diócesis de Cádiz y a la sociedad del Campo de Gibraltar.

Expresamos también nuestra más firme condena de toda forma de violencia, que no puede tener lugar en la sociedad en la que vivimos.

Como creyentes, pedimos al Dios de la misericordia y de la paz que llene de esperanza los corazones de las víctimas y sane los heridos, acompañe a la Iglesia y a la sociedad en la búsqueda de la paz y convierta el corazón de las personas violentas.

miércoles, 25 de enero de 2023

Una cabalgata de primera. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

En diferentes visitas a familias el día 6 de enero, me comentaban sus experiencias del día anterior en relación a la Cabalgata en la que habían estado: ¡Qué horror la de Gijón!; ¡Muy larga la de Oviedo!... Cada cual daba su opinión, y yo que -lógicamente- no había visto ninguna de las que me nombraban, guardaba silencio. Eso sí, cuando me preguntaron a mí en cuál había estado, pude decir y presumir -no sólo por formar discretamente parte de ella- de haber estado en una cabalgata de reyes de primera, y añadí:  el año que viene -si Dios quiere- ir a la de Lugones y comprobarlo personalmente...

Desconozco cómo han sido las Cabalgatas de otros sitios (porque yo hace catorce años ya sólo voy a la de Lugones),  pero tengo claro que ésta triunfa precisamente porque se hace pensando en los protagonistas de la noche que son los niños; no sólo los que ahora lo son, lo hermoso sería que en esa noche tan especial los adultos también dejáramos vislumbrar los niños que fuimos y llevamos dentro como hacen nuestros pequeños. Es una gozada ver los rostros de padres e hijos, de abuelas o chicas adolescentes, de matrimonios y amigos que vibran con nuestra cabalgata, cuyos ojos brillan y no se vergüenza de compartir con la persona que está al lado sea vecina, conocida o desconocida, sus comentarios sentidos: ¿verdad que este año está más guapo que el anterior que ya fue buena? ¿Ese que viene ahí será Herodes o Ben Ali? ¿Vaya niño Jesús más rollizu tenemos esti añu eh?...

Hay muchísimas horas de trabajo detrás de la Cabalgata de Reyes de Lugones, organizada y preparada con mimo por la Asociación ARCALUG, muchos meses gastando el tiempo libre de los implicados para la decoración de las carrozas, montaje de luces, limpieza de trajes, y lograr que el siguiente 5 de enero tarde-noche se vuelva a vivir la alegría, el nerviosismo y la emoción en toda la localidad, e incluso más allá. Como Párroco también de ésta, mucho me alegra lo bien integrados que están los de Viella igualmente en este acto, para que luego algunos digan que nada tienen que ver con Lugones.

A veces surgen contratiempos, como este año la caída de una mujer mayor en la esquina de la calle Leandro Domínguez con la Avenida Oviedo, lo cual retrasó un poco el final de la cabalgata y, por ende, la adoración en el parque. Pero en fin, son cosas que pasan y al final no hubo nada que lamentar gracias a Dios. En esa noche mágica la única prisa no es tanto por ir a la cama, sino más bien por que llegue cuanto antes el amanecer.

Yo quiero agradecer públicamente el trabajo de todas las personas que hacen posible nuestra cabalgata, por su deferencia también con la Parroquia para tantas cosas como lo es -y entiendo que no podía ser de otro modo- la misa de Navidad, la misa de la Epifanía y el momento de la Adoración los de Reyes. Cómo no agradecer también a Roberto y su equipo su ayuda facilitándonos la megafonía ese día y el de de Todos los Santos, y siempre que se les necesita. A veces aparecen aguafiestas de boca grande y cerebro pequeño con comentarios fuera de lugar. Me consta que los encargados de la megafonía tuvieron que escuchar en el cementerio muchas sandeces por parte de un señor que cerca de la puerta de éste durante la misa en él de "Todos los Santos", no hizo otra cosa que quejarse del ruido que hacía el generador... Encima que nos hacen un favor, tener que oír rebuznos... También en la cabalgata aparece "El hombre del saco" al que no le gusta nada, lo critica todo y protesta con el atrevimiento del ignorante soberbio; que estos pequeños tropiezos nunca quiten la ilusión a nuestros voluntarios de seguir trabajando "gratis et amore" por los demás.

Desde el COVID las cosas se han complicado y ha habido que quitar en muchos lugares la recepción de niños que iban a entregar sus cartas a sus Majestades; unos echan en falta los caramelos y otros denunciaban que los hubiera, unos quisieran ver más animales mientras otros piden que no sean usados en estos actos. Nuestro mundo es así; al revés y vuelta, hay gustos y opiniones para todos... Ojalá que al menos en algo tan especial como la Cabalgata de los Reyes Magos en Lugones todos estuviéramos de acuerdo en saber y no dudar que se prepara con todo el cariño, que no debería ser ésta motivo de discordia alguna, más quedando bien claro que la nuestra es de primera, y que como ésta muy pocas. En nombre propio y de las parroquias de Lugones y Viella, muchas felicidades por el indiscutible éxito y muchísimas gracias a todos los que la hacéis posible año tras año.

Joaquín, párroco

La conversión de San Pablo

(COPE/ Marina Martín Álvarez) El 25 de enero se conmemora el Día de la conversión de San Pablo. Este apóstol no siempre fue cristiano, sino que sufrió una conversión. Pasó de rechazar por completo a Jesús a admirarle y dedicarse a evangelizar.

El capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles de la Biblia, cuenta como Pablo, un joven judío conocido como Saúl, se dedicaba a perseguir a los cristianos. El joven estaba preocupado ante la expansión que estaba tiendo a su alrededor el cristianismo. Por ello, decidió salir a combatirlo con un único propósito: destruir el cristianismo.

A Saúl le autorizaron una misión muy importante: viajar a Damasco para encarcelar a todos los cristianos que se encontraran en esa ciudad. Cuando Saúl estaba preparado para entrar en la ciudad sucedió algo inesperado. A las puertas de Damasco, una poderosa luz cegó al joven tirándolo por tierra. Entonces una voz le dijo "¿por qué me persigues?”, Pablo respondió: “¿Quién eres, Señor?”, a lo que la voz le contestó: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y entra en la ciudad. Allí se te indicará lo que tienes que hacer”.

En ese momento, Pablo quedó cegado. Entró en la ciudad de Damasco y se instaló en la casa de Judas. Permaneció allí durante tres días. Fue entonces cuando apareció un hombre llamado Ananías y le dijo: “Saúl, hermano, el Señor Jesús que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recuperes la vista y quedes lleno del Espíritu Santo”. Entonces, el hombre colocó sus manos encima de Pablo, y al instante recuperó milagrosamente la vista.

Tras este suceso, Saúl cambió de visión. Ananías le bautizó, y en aquel momento comenzó a instroducirse en la comunidad católica de la ciudad y a predicar el evangelio.

"El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe", con esta frase se resumió y se sigue resumiendo la vida y obra de San Pablo. Una conversión, que ha pasado a la historia y que ha sido retratada por numerosos artistas tan prestigiosos como Caravaggio o Miguel Ángel.

En la escena en la que San Pablo se queda ciego en su entrada a Damasco, hay quien defiende que se cayó de un caballo. Un dato que no está reflejado en los textos bíblicos, pero que ha ido pasando de generación en generación.

martes, 24 de enero de 2023

''Verdad en mayúsculas''. Declaraciones del Cardenal Rouco Varela al periódico alemán católico alemán Die Tagespost

El arzobispo emérito de Madrid, Antonio María, el cardenal Rouco Varela, ha rendido homenaje a la búsqueda de la verdad del difunto Papa Benedicto. La teología de San Agustín proporcionó al Papa, que murió en la víspera de Año Nuevo, el horizonte teológico para comprender y explicar la naturaleza de la Iglesia como "pueblo y casa de Dios". De la teología de san Buenaventura y su "camino del Espíritu hacia Dios" recibió la inspiración intelectual para comprender la verdad del Dios vivo que se revela en una historia de salvación.

Fe y razón. Sus dos décadas como profesor de teología en Bonn y Munster, Tubinga y Ratisbona, durante las cuales combinó la enseñanza y la investigación, conferencias y publicaciones con una extraordinaria productividad pedagógica, iluminan "una inteligencia de búsqueda de la verdad revelada en Dios, en la que el diálogo entre fe y razón se caracteriza por una estricta disciplina lógica y, al mismo tiempo, con una extraordinaria sensibilidad espiritual hacia las dudas de sus alumnos y lectores a los que trataba de responder. 

El cardenal madrileño de 86 años describió la atmósfera de "Mayo del 68" como una "verdadera encrucijada en la historia de la Iglesia y del mundo". La "Introducción al cristianismo" del joven dogmático Joseph Ratzinger ayudó a generaciones de jóvenes estudiantes en ese dramático momento histórico a encontrar la verdad con mayúsculas, el Dios vivo más allá, pero no contra el Dios de los filósofos.

El método de trabajo de Joseph Ratzinger/Papa Benedicto se basaba en el principio "Anselmschen" "Fides quaerens intellectum" – "Intellectus quaerens fidem" (fe que busca la perspicacia; razón que busca la fe). 

El último don de Luis Marino: la familia del que fuera canónigo de Covadonga dona una réplica de una obra de Ghirlandaio a Lugones

La parroquia de San Félix de Lugones recibe el presente "agradecida" y "con el cariño de saber a quién perteneció"

(Sara Arias/ Lne) Al que fuera capellán del Hospital de Cabueñes de Gijón y canónigo de la Real Colegiata de Covadonga, Luis Marino Fernández Solís, le encantaba pasar parte de su tiempo libre en Lugones. En la localidad de Siero, el religioso, fallecido en marzo del año pasado, encontraba «su Betania particular», explica el párroco, Joaquín Serrano Vila, gran amigo suyo. Por esa vinculación emocional con la parroquia, los familiares del sacerdote han legado a la iglesia de San Félix una réplica oficial del cuadro «La Visitación» del artista renacentista italiano Domenico Ghirlandaio. Una donación que supone «un honor» para los miembros de la agrupación católica. «La familia quiso darlo a la parroquia conscientes de la vinculación que él tenía con nosotros», explica.

El lienzo guarda también una especial relación con la parroquia de San Félix. En la imagen se representa el momento en el que la Virgen María, embarazada de Jesús, visita a su pariente Isabel, encinta también de Juan El Bautista. Se trata de uno de los episodios bíblicos en el que se reconoce el milagro obrado por el Espíritu Santo sobre las dos mujeres, ambas en espera de un hijo pese a la virginidad de María y la avanzada edad de Isabel. Y ellas son precisamente las dos representantes de las fiestas más icónicas de agosto en Lugones: El Carbayu, que honra a Nuestra Señora del Buen Suceso, y Santa Isabel. «Son las celebraciones más importantes del mes y por eso tiene también su sentido; y la familia pensó que esta escena se la tenían que dar a la parroquia de Lugones». Así pues, aceptaron la donación, en la que también han recibido un crucifijo y una talla del Niño Jesús.

Luis Marino acudía con frecuencia a la localidad sierense. «De repente sonaba el timbre y era él. '¿Qué? ¿Hay algo de cenar? Y podían ser a las once de la noche», recuerda Serrano, afligido aún por la pérdida de su fraternal compañero y sobre todo amigo, quien fue víctima de un fallo cardíaco mientras realizaba su guardia como capellán del centro hospitalario gijonés. «Se me hace aún difícil no imaginar que está en la puerta». En esos días, en la rectoral, mantenían largas charlas sobre lo divino y lo humano. Conversaciones en las que el canónigo de Covadonga siempre destacaba por su libertad a la hora de expresar sus opiniones y posicionamientos: «No se dejaba encasillar».

Además, solía participar en las celebraciones y oficios religiosos de la iglesia de Lugones cuando se encontraba en la localidad. Y conocía a muchos de los feligreses de la parroquia, quienes le tenían gran estima y guardan afecto por él. Por eso el cuadro de Ghirlandaio ha sido recibido con mucho entusiasmo por todos. En él ven el recuerdo del amigo y pastor espiritual que dejó huella en la localidad. «Estamos muy contentos de tener este precioso cuadro de La Visitación», resume Serrano.

La reproducción legada por Luis Marino es réplica del original encargado por Lorenzo Tornabuoni para un altar de la capilla familiar en la iglesia de los cistercienses, entonces llamada Santa María Magdalena de Pazzi, en Florencia. El pintor escogido fue Ghirlandaio, nacido como Domenico di Tommaso Curradi di Doffo Bigordi, uno de los maestros del período artístico del Renacimiento, en cuyo taller aprendió Miguel Ángel.

La obra original es del año 1491. Se trata de una pintura al temple con unas dimensiones de 172 por 165 centímetros que se puede disfrutar en la actualidad expuesta en el Museo del Louvre de París, en Francia, fruto del expolio del ejército francés de Napoleón en el Gran Ducado de Toscana. «No sabemos dónde lo adquirió pero tiene todas las certificaciones como réplica», dice Serrano sobre el cuadro donado.

Un lienzo que la parroquia de San Félix de Lugones recibe ahora «agradecida por la vinculación que tiene con nuestra parroquia, este misterio de la vida de Nuestra Señora. Pero además, con el cariño de saber que perteneció a Don Luis Marino».