miércoles, 30 de septiembre de 2020

Ciclo de Órgano en Covadonga


 

Necrológica

Falleció el P. Jesús Llana Secades O.P.

Nació en Oviedo el 10 de abril de 1946 en el seno de una familia muy religiosa; su hermano César Luis, profesó también como religioso dominico y actualmente está destinado en Lima (Perú).

En 1962 inició su recorrido en la Orden de Predicadores realizando su año de noviciado en el Convento de San Pablo Apóstol, de Palencia. Concluido el mismo, emitió la primera profesión el día 5 de agosto de 1963.

A continuación, fue asignado al Convento de Ntra. Sra. de Las Caldas de Besaya (Cantabria), para realizar los estudios de Filosofía. Tres años después, en 1966, fue destinado al Convento de San Esteban de Salamanca para culminar su formación con los estudios de Teología. Fr. Jesús fue ordenado presbítero, también en Salamanca, el día 29 de marzo de 1970.

En el año 1971, fue destinado al Convento de San Juan Bautista de Corias (Asturias), donde se dedicó a la actividad docente en el Instituto Técnico, a la vez que desempeñó los oficios de sacristán, subdirector de la escuela menor en el seminario que allí había, prefecto de disciplina, consejero conventual y síndico.

Pasados unos años, en 1977, fr. Jesús fue asignado al Convento de La Virgen del Camino (León), para continuar también con tareas docentes en la escuela apostólica, a la vez que realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Biológicas, de León. Durante estos años, también dedicó parte de sus esfuerzos a la atención y cuidado del museo de ciencias naturales, ubicado en el mismo Convento de la Virgen del Camino.

Después de más de veinte años, ya en 1991, tuvo lugar su última asignación, que volvió a ser el Convento de San Juan Bautista de Corias (Asturias). A partir de aquí toda su dedicación va a ser el ministerio pastoral en distintas parroquias de esa zona. En la comunidad ejerció durante varios períodos como consejero y lector conventual.

Sus servicios pastorales fueron: 

Administrador parroquial de San Juan de Vega de Rengos, Santa María de Gedrez, Santa María de Gillón, Santa María de Monasterio de Hermo y Santa María de Oballo - Cangas de Narcea (Abril - Septiembre 1993)

Párroco de San Juan de Vega de Rengos, Santa María de Gedrez, Santa María de Gillón, Santa María de Monasterio de Hermo y Santa María de Oballo - Cangas de Narcea  (1993 - 2019 )

Administrador parroquial de Santa Eulalia de Cueras - Cangas de Narcea (1999 - 2019)

Administrador parroquial de San Pedro de Agüera y Santa María Magdalena de Vegalagar - Cangas de Narcea (2000 - 2019)

Llevaba muchos años enfermo pero a pesar de las limitaciones de salud, de la climatología de la zona y la dispersión de las parroquias rurales encomendadas, nunca dejó de servir a estas comunidades. Fueron años de intensa dedicación y entrega a la pastoral parroquial rural. Poco a poco fueron apareciendo serios problemas de salud, que implicaron hospitalizaciones, tratamientos e ingresos en residencias especializadas, que conllevaron una clara limitación en su actividad. 

Hace un año, al agravarse su enfermedad, se jubiló de la cura pastoral de las ocho parroquias que atendía en los valles de Rengos y El Coto. Después de unos últimos días ingresado en el hospital de Cangas de Narcea, falleció en la Casa Filial de Corias, el día 29 de septiembre de 2020 tras muchas fatigas y dedicación pastoral.

D. E. P.

Funeral de cuerpo presente, que por su eterno descanso se celebrará el miércoles 30 a las cinco de la tarde en la Iglesia conventual de Corias, y a continuación recibirá cristiana sepultura en el cementerio parroquial de Regla de Corias. Capilla Ardiente: Iglesia PP Dominicos del Monasterio de Corias. 

''Llegue hasta ti mi súplica, Señor. Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos?'' (Sal 87)

martes, 29 de septiembre de 2020

El Santo Padre a la ONU


391 religiosos han fallecido en lo que va de año por la COVID-19

Desde la CONFER (Conferencia Española de Religiosas) queremos dedicar este martes día 29 de septiembre, fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, que, como enviados de lo alto y servidores del Altísimo (así proclaman las Escrituras), han recogido el alma de nuestros hermanos/as fallecidos por el coronavirus y se las han presentado al Padre bueno como ofrenda de la tarde de la vida. 

Es más; ellos han sido fieles hasta el final de sus días. Y en esa fidelidad que hoy preocupa tanto a nuestra Iglesia (fiel reflejo es el último documento de la CIVCSVA), nuestros hermanos/as han sabido crear esa lazo de fidelidad total, hasta el fin de sus días, con el Señor que les llamó a su servicio. Por eso, en medio del dolor de su pérdida, nos sentimos agradecidos de su testimonio, ¡hasta el final! 

Entre nuestros datos estadísticos, con fecha 29 de septiembre, son ya 391 hermanos y hermanas fallecidos por la COVID-19 de 78 Congregaciones Religiosas. No obstante, seguimos recibiendo datos día a día.

Y la mejor forma de honrar a nuestros fallecidos es dedicar este día de este mes de septiembre a su memoria. 

A partir de ello, el día 29 invitamos a todas las comunidades, en su oración de la mañana, su Eucaristía comunitaria y en la oración de la tarde, a tener un recuerdo por todos ellos, nombrándolos en un momento de su oración. Y puesta la hoja encima del altar con los nombres de cada uno/a, os invitamos en cada comunidad a darle gracias a Dios: por su testimonio, su fidelidad, su constancia en la adversidad y su decisión de seguir la llamada de Dios hasta el fin de sus días. Así lo haremos también en la CONFER. 

Invitamos a cada comunidad que si desea compartir ese momento con una foto de su altar, con una idea de cómo ha sido su oración, de cómo ha recordado a todos estos hermanos y hermanas y lo desea compartir a través de la CONFER, nosotros con gusto lo compartiremos con todas las comunidades desde nuestra página web. Será como un pequeño homenaje a nuestros hermanos y hermanas que se fueron, pero que siguen muy presentes entre nosotros con su recuerdo y su vivencia de la fe y del carisma que enriquecieron.

lunes, 28 de septiembre de 2020

«La vida cristiana no está hecha de sueños y bellas aspiraciones, sino de compromisos concretos»

"¡A mal tiempo, buena cara!". 

Así saludó el Papa este domingo a los fieles congregados bajo la lluvia y los paraguas en la Plaza de San Pedro para el rezo del Angelus.

Francisco aprovechó el Evangelio del día, con la parábola de los dos hermanos (el que dice al padre que no va a trabajar a la viña, pero va, y el que le dice que va, pero no va: Mt 21, 28-32), para recordar que "la obediencia no consiste en decir sí o no, sino en actuar, cultivar la viña, realizar el Reino de Dios, hacer el bien".

Es un rechazo de Jesucristo a una "religiosidad de fachada", como la de los jefes de los sacerdotes y los ancianos de su tiempo, a quienes profetizó que serán precedidos por los publicanos y las prostitutas: "Esta afirmación no debe inducir a pensar que hacen bien quienes no siguen los mandamientos de Dios, quienes no siguen la moral... Jesús no presenta a publicanos y prostitutas como modelos de vida, sino como 'privilegiados de la gracia'", porque "la conversión siempre es una gracia, una gracia que Dios ofrece a quien se abre y se convierte a Él".

Se trata, pues, de convertirse: "Dios es paciente con cada uno de nosotros, no se cansa, no desiste ante nuestro 'no'... El Señor nos espera siempre, está a nuestro lado para ayudarnos, pero respeta nuestra libertad y espera trepidante nuestro 'sí' para acogernos de nuevo con los brazos paternales y colmarnos de su misericordia sin límite".

Hay, pues, que renovar cada día "la elección del bien sobre el mal, de la verdad sobre la mentira, del amor al prójimo sobre el egoísmo", y quien siga este camino tras haber experimentado el pecado sentirá la "alegría" del Reino de los Cielos por su conversión.

Esta conversión es "un proceso doloroso", porque "el camino de la santidad no se hace sin alguna renuncia y sin combate espiritual". Para alcanzar la alegría de las Bienventuranzas, "la vida cristiana no está hecha de sueños y bellas aspiraciones, sino de compromisos concretos, para abrirnos siempre a la voluntad de Dios y al amor al prójimo".

Pero todo esto, concluyó, "no se puede hacer sin la gracia", la gracia "de ser un buen cristiano", que "debemos pedir siempre".

''Os llevan la delantera''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


La primera lectura del profeta Ezequiel de este Domingo aborda la justicia divina, y es que a menudo nos encanta ser jueces de los demás pero no aceptamos fácilmente ninguna corrección sobre nosotros. No aceptamos la justicia humana ni la divina. Cuántas veces el hombre se enfada, rechaza y da la espalda a Dios considerando "No es justo el proceder del Señor". Por consiguiente me enfado y le borro de mi lista; no quiero saber nada de ese Dios que no me favorece, que no me aporta lo que yo considero bueno y que "plegándose" a mis intereses y apetencias no me evita lo que yo entiendo por malo... ¿No será que hemos confundido el concepto de la Divinidad? ¿tal vez creamos que Dios es un talismán del que me acuerdo para pedir y al que ignoro para agradecer? ¿Le dejo a Él ser Dios en mi vida y lo reconozco verdaderamente como tal?. Dios no es el malo, ni el equivocado, ni el pecador; ese soy yo.Y sólo recapacitando y convirtiéndome de verdad "viviré y no moriré". Nosotros hemos de poner todo de nuestra parte, y esperando y haciendo nuestro el deseo del salmista, pedirle: ''recuerda Señor tu ternura''...

El fragmento de la epístola de San Pablo tomada del segundo capítulo de la carta a los Filipenses, es igualmente una invitación a vivir en la unidad y a esforzarnos en corregir nuestra conducta siguiendo el modelo que nos dejó el Señor: ''Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús''. El apóstol nos llama a vivir en comunidad sin divisiones, ''unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir''. Nos reclama superar con humildad las ostentaciones y rivalidades y tener verdadera consideración de los demás. 

Por otra parte, en la parábola que Jesús nos presenta sobre la viña, hemos de tener en cuenta, para empezar, que a quien la dedica no es a la gente en general, sino particularmente a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo. Es una enseñanza que el Señor lanza directamente a los entendidos de la ley que ostentaban el poder. 

La enseñanza que se desprende de los dos hijos del amo de la viña es la lección del no, pero sí; y del sí, pero no. Del amor que no es de palabras sino de obras. En el fondo Jesús estaba desautorizando el estilo de vida de aquellos gobernantes a los cuales se les llenaba la boca en la exigencia de normas y preceptos, pero que luego eran los primeros en ignorarlas con absoluta hipocresía. Desgraciadamente, no ha cambiado mucho la cosa.

La última parte del evangelio de hoy se entrelaza con la del domingo pasado cuando Jesús nos recordó que ''los últimos serán los primeros''. Ahora nos lo dice de otra forma: ''Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios''. El texto puede parecernos duro de entrada, pero si ahondamos en su significado podremos descubrir la belleza de la lección que el Señor nos regala en este día. El pueblo judío esperaba al Mesías -como lo sigue esperando hoy, pues no reconocieron a Cristo como tal- y las enseñanzas de aquel Nazareno no les gustaban a los fariseos, pues rompía todos sus esquemas y desbarataba sus acomodadas posiciones de vida, ensalzando precisamente a los que aquellos despreciaban.

Jesús con sus palabras les cerró la boca y les dejó perplejos. Él sabía que le criticaban por hablar con mujeres "perdidas"; con mendigos y enfermos, con publicanos y pecadores, con los parias de la sociedad, y, ante la "acusación" de relacionarse con ellos, les responde -y nos responde-  ''os aseguro que os llevan delantera en el Reino de los Cielos''. Una forma similar de decir: ya os podíais parecer un poco a más en bondad, sinceridad y nobleza a aquellos que consideráis peores. 

Cuando juzguemos peor a alguien -aquí está el paralelismo con la lectura del Antiguo Testamento- no perdamos de vista qué, posiblemente, nos puede llevar delantera en el Reino de los Cielos...

domingo, 27 de septiembre de 2020

Domingo XVI del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»

Contestaron: «El primero.»

Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Palabra del Señor

sábado, 26 de septiembre de 2020

Para reflexionar


 

Santoral del día: Santos Cosme y Damián

(Infovaticana) Los santos Cosme y Damián fueron dos hermanos médicos de Cilicia, en la actual Turquía, que fueron martirizados en el siglo III dando testimonio de su Fe.

Los hermanos gemelos San Cosme y San Damián nacieron en la ciudad romana de Cilicia, en la actual Turquía en algún momento del siglo III. Los médicos ejercían como tal en Siria, y daban auxilio a los más pobres, ofreciendo sus servicios y atención de manera gratuita, por lo que se ganaron la calificación de Ανάργυροι, que significa los “santos anargiros“, término utilizado para quienes no cobraban por sus servicios, viniendo a significar algo así como lo contrario a un mercenario.

Muy poco se sabe de la vida de estos santos mártires, a parte de la tradición que recoge que su Fe era tan grande que curaron muchas enfermedades tan solo con el poder de la oración. Se sabe que fueron martirizados durante la persecución del emperador Diocleciano. El prefecto de Cilicia, llamado Lisías, ordenó su apresamiento y pidió que fueran torturados hasta que renunciases a su Fe. Los médicos no sucumbieron, a pesar de haber sido colgados de una cruz, apedreados, flechados, y finalmente degollados.

Cosme y Damián no fueron los únicos miembros de su familia en ser martirizados, a ellos les siguieron sus hermanos Antimio, Leoncio y Euprepio, sin embargo, los dos gemelos médicos fueron los más afamados por los milagros que realizaron y siguen realizando hasta nuestros días.

Muy poco después de su muerte, se conoce la existencia de diversos templos construidos en su nombre en Jerusalén, Egipto y la antigua Mesopotamia. La devoción a los dos santos médicos se expandió rápidamente debido a la gran cantidad de milagros que realizaban, así como al testimonio admirable de su Fe. En el siglo VI, el emperador Justiniano el Grande ordenó que la ciudad de Ciro fuese dedicada a ellos, y la restauró de manera admirable. En Constantinopla, el mismo emperador ordenó la construcción de una gran basílica en su nombre, donde se venerarían sus reliquias.

En la misma época, el Papa Félix IV consagró la antigua Bibliotheca Pacis de Rina como Basílica de los Santos Cosme y Damián.

Ambos santos reciben una gran veneración en nuestros días, y son conocidos por sus innumerables curaciones milagrosas. Los Santos Cosme y Damián son patronos de los médicos, cirujanos, farmacéuticos y de los niños.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Hermana Ana de San Bartolomé, Dios te ha llamado a la morada eterna. Por Rodrigo Huerta Migoya

Hacía ya bastante tiempo que la salud no acompañaba a la hermana Ana; a sus espaldas 91 años de edad de los cuales 69 fueron vividos como carmelita descalza en la villa de Gijón.

Había nacido esta bendita mujer en el pueblo de El Vidural (Navia) donde creció en edad y en la fe a la vera de la pequeña iglesia de su pueblo dedicada a Nuestra Señora de la "O". Cuando ella era niña no era aún parroquia, sino filial de San Bartolomé de Polavieja (antaño Puebla Vieja), entonces sede matriz de esta feligresía. 

Al ser de una familia humilde de labradores como era propio en aquel tiempo, los libros quedaron en un segundo plano para echar una mano en casa y aliviar las escaseces del momento. Cuando la situación familiar ya era mejor, manifestó su vocación religiosa y solicitó ingresar en el joven convento de Nuestra Señora del Carmen y San José de Gijón.  

Podía haber esperado un tiempo y prepararse más antes de ingresar, pues la vida contemplativa anterior del Concilio Vaticano II hacía una dura diferencia entre las religiosas con estudios y las que no los tenían. Esta reminiscencia medieval tenía un origen pío, aunque con los ojos de nuestro tiempo bastante injusto, la cual pretendía facilitar la consagración religiosa a personas piadosas que no sabían leer ni escribir y cuyas vidas religiosas se centraban en el trabajo manual. 

Así quiso acceder esta buena naviega en la clausura Carmelitana de Gijón como "hija de obediencia", que se decía entonces de forma oficial, y lo que venía a ser una "hermana lega" en el lenguaje coloquial o extraoficial. Con el decreto "Perfectae Caritatis", en Octubre de 1965 se abre el camino de aquella dura distinción entre "legas" y "monjas". 

Cuando profesó, la entonces Priora eligió su nuevo nombre para una nueva vida de fe como "Ana de San Bartolomé" en recuerdo de dicha Beata, que fuera una de las primeras monjas legas que Santa Teresa de Jesús admitió en su primera fundación del convento de San José de Ávila y que terminó siendo uno de los pilares de la reforma de la Orden, en especial en los Países Bajos. Ana García Manzanas, toledana de Almendral de la Cañada fue desde la navidad de 1577 en que Santa Teresa se rompió el brazo la secretaría, enfermera, cocinera, confidente y compañera inseparable hasta la muerte de la Madre Teresa en 1582. Cuando Santa Teresa agonizaba hizo llamar a la hermana Ana de San Bartolomé, en cuyos brazos murió. Esta Beata sería el referente de la vida religiosa de nuestra monja.

La Beata Ana, sintió como nuestra naviega la vocación a muy temprana edad, pero, por desgracia, a la joven manchega no la apoyaron en casa y sus hermanos se opusieron abiertamente a su ingreso en clausura, llegando a somatizar este rechazo y enfermar gravemente. Dicen que preocupada por su vida la familia encomendó su recuperación al Apóstol San Bartolomé; el día de la fiesta del Santo la llevaron a un ermita cerca de sus casa dedicada a este apóstol, donde repentinamente se vio curada. Era el 24 de Agosto de 1570. Curiosamente, también un día de San Bartolomé, inició Santa Teresa su reforma del Carmelo y comenzar esta aventura en el convento de San José de Ávila un lunes 24 de Agosto de 1562 (festividad propia de San Bartolomé). Este nombre de "Ana de San Bartolomé" fue un reclamo a la santidad para esta intrépida mujer de El Vidural, y todo un recuerdo constante de sus propias raíces, pues no en vano San Bartolomé era también el Patrono titular de su parroquia de Polavieja. 

La Hermana Ana trabajó muchísimo, primero en el convento de "Viesques" (ya no existe) y después en el convento de la Providencia. Hizo verdad en su vida las palabras de San Pablo: "el que no trabaje que no coma"; así, esta observante carmelita gastó por completo sus fuerzas en el servicio a Dios, de la humanidad y de sus hermanas de Comunidad. No se limitaba simplemente a la tarea del día, sino que siempre adelantaba trabajo ante cualquier contratiempo. Los últimos años de ancianidad, enfermedad y limitaciones ya no podía echar una mano, pero su labor estaba hecha por anticipado tras tantas décadas faenando siempre de más. 

Ha sido ejemplar la atención que sus hermanas de Convento le ha prestado estos últimos tiempos, siguiendo el deseo que Santa Teresa les legó en su regla: "Las enfermas sean curadas con mucho amor, y regalo, y piedad, conforme a nuestra pobreza, y alaben al Señor cuando las proveyeren bien". Bien ha sido protegida esta hermana, que varias veces estuvo a las puertas de un inminente fatídico desenlace, saliendo de ellas recuperada para sorpresa de todos. 

Tras muchos días ya prácticamente inconsciente, en la paz y la serenidad de los que han vivido escondidos en Dios, por Él y para Él, exhaló su último aliento en su celda al amparo del santo escapulario. A buen seguro será recibida en el Carmelo Celestial donde examinada del amor será incluida en el Coro de las Vírgenes Santas y Prudentes que le cantan al Señor: "Quiero ser solamente tuya oh Cristo esposo".

Descanse en paz la Hermana Ana de San Bartolomé

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Cuando la provocación se hace camino

Es quizás una de las páginas más incómodas de leer, y en la que uno queda siempre con una sana mala conciencia. Lo cuenta sólo Mateo, al final de su Evangelio. Allí aparece la apuesta más solidaria de Jesús, Dios que se hizo hombre, igual en todo a nosotros menos en el pecado. Y para evitar que lo redujesen a pietismo dulzarrón, donde la devoción pudiera derivar en coartada para ensimismarnos en un Dios lejano y abstracto, un Dios que no tuviera hijos a los que hizo sus hermanos, entonces Jesús pronunció aquellas palabras: “Venid vosotros, benditos de mi Padre... porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 34-40). Una provocación, que nos señala un camino.

​Es el abrazo más conmovedor por parte de ese Dios que nos hizo sus hijos, y que nos confió a los demás como nuestros hermanos. No hay condicionantes ni cláusulas menores: el hambre y todas sus formas, la sed con todas sus ansias, la inmigración y todas sus intemperies, la desnudez y todas sus indignidades, la cárcel y todas sus mazmorras. Ahí encontramos a este Dios humanado en Jesucristo. Y ahí ha cifrado Él la bendición de quienes han entendido tamaño abrazo bendito y secundan el mismo, alargando sus brazos, abriendo sus ojos, palpitando los mismos latidos de un Corazón infinito.

​En estos días hemos celebrado la festividad de la Virgen de la Merced, patrona de las cautividades y de la pastoral penitenciaria. En Asturias tenemos una Hermandad cuyo titular es Jesús Cautivo. Y un área pastoral que tiene que ver con el mundo de la cárcel, donde se trabaja por parte de sacerdotes, religiosas y voluntarios laicos de una manera hermosa y muy comprometida. No es el ámbito bello y necesario de la catequesis infantil que tiene su ingrediente de ternura y de tanta gratificación viendo a nuestros pequeños crecer en su fe, en el amor a Dios y a los hermanos como hijos de la Iglesia. Aquí hablamos de ese otro mundo que es el de las periferias broncas donde hay detrás tanto dolor y desgarro por errores y delitos, algunos terribles, cometidos por la debilidad, el deterioro de la libertad mal usada, y no pocos desgarros que se originan en los que delinquen, en sus familias, y en quienes sufren las consecuencias en sus vidas. 

​Pero Jesús nos dijo eso precisamente: yo estuve encarcelado y tú viniste a visitarme. No es una presencia que reprocha, abronca y culpabiliza con sentencias. La Iglesia se hace presente con un mensaje de esperanza, donde ayudando a reconocer las penúltimas palabras que pueden haber sido muchas y muy graves en la vida de una persona encarcelada, queda una palabra última que tiene que ver con la reconciliación, la petición de perdón y el sincero deseo de volver a empezar una vida nueva. Porque el cumplimiento de una pena termina cuando se sale de la cárcel, pero ¿qué ocurre si nadie les ha ayudado en este proceso de rehabilitar el corazón y la conciencia desde el perdón y la misericordia? Trabajar pastoralmente como hace nuestra Hermandad de Jesús Cautivo, Cáritas, y especialmente el extraordinario grupo de la Pastoral Penitenciaria, es acercar la luz que no declina en un amanecer para la esperanza, que Dios saca al sol cada mañana.

​Hemos de estar agradecidos y muy contentos a quienes viven las palabras de Jesús que hemos recordado más arriba. Así, como hijos de la Iglesia, hacemos creíble también el humilde beneficio a la sociedad de nuestra presencia cristiana.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

jueves, 24 de septiembre de 2020

El capellán de la prisión de Asturias, Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario

El sacerdote jesuita P. José Antonio García Quintana SJ, Delegado episcopal de Pastoral Penitenciaria en nuestra diócesis, ha sido reconocido, por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, con la Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario. El galardón, propuesto desde la prisión asturiana, pretende destacar su «labor asistencial y compromiso personal con los fines de la institución penitenciaria, su excelente disposición y eficaz gestión de coordinación de los voluntarios del Centro Penitenciario de Asturias». Desde aquí, nuestra enhorabuena por una labor de entrega y servicio a las personas privadas de libertad y sus familias.

Primeras Comuniones 2020


Amarillo sol que nace 
cielo azul de amanecer 
blanco radiante en el cuerpo 
verde esperanza, en mi ser 

Hoy es un día de fiesta 
hoy firmo con Dios mi unión 
como sello tomaré 
mi primera comunión 

Amor y paz es la base 
de la doctrina cristiana 
respetar y amar al prójimo 
como a ti, cada mañana 

Tener siempre a la familia 
respeto y admiración 
es la firma de este pacto 
mi primera comunión 

Señor, me ofreces tu Cuerpo 
y tu Sangre, en este día 
van a entrar en mi interior 
para hacerme compañía 

Yo prometo serte fiel 
a todos los mandamientos 
y llevar en mi interior 
tu amor, en todo momento 

Querer con ansia a mis padres 
a mis hermanos y amigos 
procurando en esta vida 
nunca buscarme enemigos 

Hoy es un día de fiesta 
firmo con Dios esta unión 
y espero que nunca olvide 
mi primera comunión.

Domingo 6 de Septiembre

A las 12:00 horas:

Raúl Argüelles Talavera

Hugo Fradejas Hernando

Carla Arias Blázquez

A las 13:00 horas:

Fabio Hurtado Álvarez

Julia Jiménez Álvarez 

Carla Calderón Vázquez

Feliz González González

Claudia Pérez Fernández

Adrián Hernández Prado

Manuel García Fernández 

Fernando García Fernández

Lucas Barbudo Álvarez

Alejandra Álvarez Riesco


Sábado 12 de Septiembre


Roque Suárez Alonso

María Menéndez Rodríguez

Adrián Pérez Encinas

Carla Rodriguez Toraño

Aitor Menéndez Fernández

Andrea Nistal Blanco

Dana González Peláez

Noe Mayo López

Hugo Martín González


Domingo 13 de Septiembre


A las 12:00 horas:

Lucía Hidalgo Gallo

Adriana Florez Martino

A las 13:00 horas:

Valeria García Saucedo

Ainara Alonso Morodo

Sergio Fernández Salazar

Fermín Braña García

Kevin Hnaman Pallarta

Ángel Feito González

Lujan Viejo Osuna

Héctor González Fanjul

Lucas Río González


Sábado 19 de Septiembre

Nel Rúa Díaz

Celia Suárez Fernández

Oier Martín Alonso

Carlota Díaz González

Emma Perez Sastre

Pablo Maté Lopez

Henar Ardura Casado


Domingo 20 de Septiembre

A las 12:00 horas:

Marian Taberna Díaz

Enol López Zepa

A las 13:00 horas

Ray Gomez Rodriguez

Alejandro Rodriguez Prieto

Rodrigo Rubio Oubel

Yaiza Fernández Espina

Marco Fernández García

Martín Peña Roza

Marcos López Mayo

Candela González Camino

Daniela Martínez Rodríguez

Lucía Iglesias Kudo


Gracias a Rocío G. Puente Fotografía por los collage

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Un corto sobre los mártires de Canet dirigido por un adolescente: «Fueron un modelo radical de amor»

(Rel./ Javier Lozano) Sólo tenía 15 años cuando Martín García decidió que haría una película sobre los mártires de Canet de Mar, siete jóvenes misioneros del Sagrado Corazón que fueron apresados y posteriormente fusilados por milicianos en septiembre de 1936 cuando huían a Francia del odio anticatólico durante la Guerra Civil. (Puede conocer más de su historia aquí).

Estos mártires ya beatos tenían todos entre 20 y 28 años. Esta juventud y valentía es lo que llamó la atención a Martín, este joven católico que ahora con 18 años ha cumplido su sueño y ha podido rodar y por fin mostrar al mundo su cortometraje, titulado Los siete mártires de Canet de Mar.

Con la mayoría de edad recién alcanzada y como estudiante de Formación Profesional, Martín se empeñó en contar la historia de estos jóvenes mártires para mostrar al mundo su perseverancia y su fe en Dios a pesar del sufrimiento. Para lograrlo se dedicó a vender bizcochos en la puerta de su parroquia para conseguir fondos para comprar el material o a pedir a sus amigos, profesores e incluso a feligreses de su parroquia que salían de misa que participaran como actores.

El resultado ya está visible. Es un corto hecho con fe y amor, no sólo suyo sino de todos los voluntarios que han participado. Es también una forma de aprender para poder cumplir su sueño de ser cineasta, pero también será una herramienta de evangelización, sobre todo cuando muchos jóvenes ya no han oído hablar de Jesucristo. Sobre todo y mucho más hemos con Martín en Religión en Libertad:

-Ahora tienes 18 años, aunque empezaste a rodarlo con sólo 16. Cuando otros chicos de tu edad quieren ser youtubers, se dedican a jugar online o estar en las redes sociales tú decidiste contar la historia de unos mártires de hace 84 años. ¿Por qué un chico tan joven como tú decidió hacer esto?

-Me gusta hacer cine desde los 10 años más o menos. Cuando tenía 14 años grabé en el colegio con mis compañeros mi primer corto para la asignatura de inglés. Lo hacíamos durante el recreo. Era algo que me gustaba. Cuando terminé quise hacer otro corto que me aportase no sólo experiencia sino un poco de ingresos también para seguir mejorando. Por eso pensé en hacer esta historia. El plan era presentar el corto al concurso que se organiza en las jornadas martiriales en Barbastro, ganar experiencia y con un poco de suerte ganar el primer premio también. Finalmente, no pude presentar el corto al concurso porque se canceló. Es una pena. Pero después de tantos contratiempos a lo largo del rodaje terminas acostumbrándote.

-¿Por qué elegiste concretamente la historia de los siete mártires de Canet de Mar, cuando son miles de mártires los que hay de esta época?

Es una historia que leí en la revista Ave María, me gustó y enseguida me puse a prepararla. Me llamó especialmente la atención el hecho de que fuesen tan jóvenes, y su huida por el bosque en dirección a Francia, donde yo viví tres años.

-¿Nos puedes contar a grandes rasgos qué es lo que más te llama la atención de los protagonistas de tu cortometraje?

-Me gusta su valentía. Sintieron miedo como nosotros, pero lucharon contra él y lo vencieron porque no renegaron de su fe. Porque, como escribió monseñor Munilla el otro día en Instagram, “da más fuerza saberse amado, que saberse fuerte.” Ellos se sabían débiles pero muy amados por Dios y en Él pusieron su confianza.

-Supongo que no ha sido fácil cumplir este sueño. De hecho, hemos sabido que vendías bizcochos para poder comprar el material para el rodaje. ¿Cómo ha sido todo este proceso?

-Mi madre y mi hermana me ayudaron mucho haciendo bizcochos. Los vendíamos al salir de misa. Los colocábamos en una mesa y los vendíamos a 5 euros. La gente fue muy generosa, sin conocerme compraban. Yo les explicaba que era para hacer un cortometraje sobre la vida de 7 religiosos que murieron mártires y gracias a ellos conseguimos 800‎ euros en un verano.

-¿Cómo reaccionaba la gente cuándo se lo explicabas?

- Todos reaccionaron muy generosamente y me animaban a seguir. Recuerdo que un señor me dio un billete de 20 euros y me pidió 2 bizcochos. Cuando le iba a dar el cambio me dijo que no hacía falta. Recuerdo también con mucha ilusión esas señoras mayores que me daban en la mano un montón de monedas, quizás no llegaban a los 5 euros, sin querer bizcocho a cambio, y hasta se disculpaban por no poder darme más. Otras me compraban un bizcocho pero no se lo llevaban, eran diabéticas.

-¿Y de dónde has sacado los actores?

- La mayor parte de los actores son gente de mi parroquia, Santo Cristo de la Misericordia en Boadilla del Monte. Otros son antiguos profesores míos, uno de ellos del colegio Veracruz del que proceden también varios protagonistas del cortometraje, otros son antiguos compañeros míos en dicho colegio. El resto son de Schola Cordis Iesu.

Cuando estuve buscando actores esperaba al final de la misa en mi parroquia para preguntar a la gente que salía y que yo pensaba que lo harían bien si estaban interesados. Muchos de ellos aceptaron con gusto sin conocerme. Cuando lo pienso, me doy cuenta que han sido muy generosos y valientes por dar su tiempo cuando no tenían ninguna garantía de que el proyecto llegara a buen puerto.

-¿Cuál es tu objetivo con esta historia? 

-Por un lado mejorar como cineasta, pero dándole también una gran importancia a la evangelización. Me gustaría que este corto lo vieran muchos católicos de España, especialmente para que nos sirva de ejemplo a seguir.

¿Qué crees que les puede aportar?

- Creo que les puede aportar un poco de conocimiento de nuestra propia historia y tener un modelo a seguir en dar la vida por amor a Dios de forma radical, sin medias tintas.

- Y tú, Martín, ¿cómo vives la fe en este momento?

Soy el mayor de una familia numerosa católica. Pertenecemos al Apostolado de la Oración, en concreto a Schola Cordis Iesu, fundada en Barcelona en 1925 por el padre Ramón Orlandis, S.I.

-¿Qué es y qué significa para ti Scholas Cordis Iesu?

- Schola Cordis Iesu es una sección del Apostolado de la Oración, es una familia de familias que nos reunimos semanalmente para compartir un rato de formación y la Santa Misa. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es el pilar y el carisma de este grupo, complementado con la doctrina de Santo Tomás de Aquino, de San Ignacio de Loyola y de Santa Teresita del Niño Jesús.

Soy de Schola desde que nací, porque iba con mis padres. Allí formé también parte del primer grupo de Tarsicios, niños adoradores en el Tibidabo de Barcelona. Más tarde nos mudamos a Biarritz (Francia) por el trabajo de mi padre y seguimos yendo a Schola en San Sebastián. Ahora voy al grupo que hay en Madrid.

Schola me ha aportado y me aporta la formación básica y sólida de un cristiano y la posibilidad de convivir con jóvenes de mi edad con los que compartimos una misma forma de ver la vida, especialmente en los campamentos de verano donde nos reunimos jóvenes de toda España.



Catequesis Parroquial 2020/2021





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martes, 22 de septiembre de 2020

Misa de San Mateo. Oviedo 2020


 

Necrológica

Falleció el sacerdote diocesano Rvdo. Sr. D. José Pérez Álvarez 

Nació en Moncó, una aldea de la Parroquia de Vega de Rengos (Cangas del Narcea) el 6 de Junio de 1926. Muy niño se trasladó con su familia a la localidad de Taladrid (Ibias), donde se crió. 

Por mediación de su párroco, D. Eladio García Alonso, ingresa en el Seminario de Tapia de Casariego en 1940. Continúa su formación en el Seminario de Valdediós, concluyendo la teología en el Seminario de Oviedo. Recibió la ordenación sacerdotal el 9 de Junio de 1952 por manos del entonces Obispo de Oviedo Monseñor Francisco Javier Lauzurica y Torralba. 

Sus destinos pastorales fueron:

Ecónomo de Santa María de Bayo y encargado de San Miguel de Báscones - Grado (1952 - 1955)

Capellán castrense del Regimiento de Artillería de La Almoraima - Gibraltar (1955)

Capellán castrense de los destacamentos militares de Algeciras y San Roque (1955 - 1957)

Capellán del Hospital Militar de Las Palmas de Gran Canaria (1957 - 1958)

Ecónomo de San Pedro de Alguerdo - Ibias (1958)

Regente de Santa Leocadia de Illano con sus filiales de San Pedro de Cedemonio 
y Nuestra Señora de Pastur (1959)

Curso de orientación misionera en la OSA Organización Sacerdotal Americana en Madrid (1959)

Misionero en Buenos Aires (1959 - 1960)

*Se incorpora a la OCSHA (Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana)

Misionero en Bogotá y Santiago de Cali - Colombia (1960)

Misionero en Palmira - Valle de Cauca (1960 - 1984)

Encargado de San Martín de Cayés - Llanera (1984)

Durante las últimas décadas su vida transcurrió entre Asturias y Colombia, trabajando en la ONG por él fundada, "Padrinos Asturianos", cuyo fin principal es facilitar a los niños pobres de Colombia la educación elemental y formación profesional que puedan brindarles un futuro lejos del narcotráfico, la Guerrilla o la prostitución. 

Don José Pérez logró crear también el "Centro de Formación Integral Providencia de Cali", e incluso levantó un nuevo barrio con fondos españoles en "El Cerrito", uno de los lugares más pobres de toda Colombia. El Gobierno colombiano le condecoró en 1982 por su labor social con la medalla cívica "Camilo Torres".  

Falleció en la mañana del pasado jueves día 17 de Septiembre en la Casa Sacerdotal de Cali (Colombia). Recientemente había tenido que ser intervenido quirúrgicamente. En ese país al que tanto amó, recibió cristiana sepultura a espera de la Resurrección.  

D. E. P.

El funeral por su eterno descanso se celebrará el MARTES  22, a las seis de la tarde, en la Basílica de San Juan el Real de Oviedo. 

‘’Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna’’ Sal 24

lunes, 21 de septiembre de 2020

Homilía en la fiesta de San Mateo

S.I.C.B.M. Oviedo, 21 de septiembre de 2020

Excelentísimo Cabildo de la Catedral, hermanos sacerdotes y diácono, Señor Alcalde de nuestra Ciudad, Corporación municipal y demás autoridades, miembros de vida consagrada, seminaristas y fieles cristianos laicos: paz y bien.

Imparable sigue el curso nuestra calenda, en un tiempo que no tiene pausa, aunque tenga vericuetos imprevistos de los que desde hace unos meses nos llena de preocupación y sobresalto. Venimos de una novena llamada de la Perdonanza, donde mirando a la Cruz de Jesús pedimos ser abrazados por ese Dios que de este modo nos redime y nos salva. Así, mientras estamos a punto de estrenar un nuevo otoño como cada año en esta fecha, nosotros celebramos la fiesta del evangelista San Mateo, mientras nuestra vetusta ciudad de Oviedo trata de poner una nota de alegría festiva en medio de un desconcierto impuesto por una pandemia. Se nos convoca a unas fiestas que tienen en el día de hoy su centro y su razón de ser, aún dentro de la anomalía que nos impone una circunstancia como es el coronavirus, que ha entrado en nuestras vidas con secuestro de tantos momentos privados y públicos cercenando las cosas que dábamos por supuestas y que se han tornado tremendamente vulnerables y esquivas.

Quizás es lo que, faltándonos, más echamos de menos recordando sencillamente lo que otros años hemos vivido con la gente que más queremos. Todos sabemos que la fiesta está en la entraña de la condición humana. No es una concesión extraña que nos damos para poder sobrevivir con desenfado, o una especie de paréntesis frívolo o amable tregua que nos concedemos para seguir la marcha tantas veces cansina y hostil. La fiesta debe ser una dimensión de la vida desde la cual miramos la realidad también en su aspecto más gratuito y menos utilitarista. Por eso, la fiesta debe formar parte de nuestro cotidiano vivir, no como contraria al trabajo, sino como conciudadana del mismo en las calles y plazas de la vida. Tenemos necesidad de la fiesta como un respiro del alma y del cuerpo. Y sabemos que hasta el mismo Dios supo descansar al término de su obra creadora. Por esta razón entendemos que la fiesta es un reclamo que nos viene a recordar que hemos sido creados para un gozo que no decline, para una alegría que no dependa de unas fechas en holganza divertida, porque el corazón está hecho para una felicidad grande, infinita, la que tiene la medida de Dios que es quien nos la ha prometido.

Hemos escuchado el relato de su encuentro con Jesús con todo un transfondo biográfico en el Evangelio de este día. Como si el evangelista hubiera perdido su pudor para permitirnos asomarnos a una escena inolvidable de su vida: cuando por primera vez se vio cara a cara con aquel Maestro especial que era Jesús. Una de las obras maestras del pintor italiano Caravaggio que se puede contemplar en la iglesia de San Luis de los Franceses, en Roma, es la vocación de San Mateo. Impresiona el realismo en el cruce de miradas entre Jesús y Mateo, el recaudador de impuestos. Tantas veces fui a contemplarla en mis años de estudio universitario en la Ciudad Eterna. Y siempre salí tocado por la escena que el talento de Caravaggio plasmó en su lienzo.

No le citó el Maestro en algún ala del Templo, ni en ninguna sinagoga discreta y tranquila, o en su casa por la noche como hiciera Nicodemo, aquel maestro de Israel que visitaba a Jesús con la nocturnidad de sus miedos pudorosos y sus preguntas incisivas. Jesús con Mateo irrumpe sin cita previa, a la luz del día, en el rincón de un hombre rodeado de lo que diariamente se cocía en torno a sí: sus cuitas, sus colegas, su recuento y su recaudo, sus sueños y sus trampas. Caravaggio con gran fuerza, ha representado a Jesús que sencillamente señala a Mateo, el cual, se autoseñala con su dedo como dudando, como sugiriendo que se ha equivocado de puerta Jesús. Pero era él y era a él a quien Jesús buscaba, y lo hacía en la trama de un hombre, con toda su carga de ambigüedad y de luz al mismo tiempo, en donde Dios se adentra, señala y llama, invitando a recorrer otra senda, o a recorrer la misma, pero de otra bien distinta manera. En la trama cotidiana, Dios se hace presente. Este es el mensaje del encuentro entre Jesús y Mateo. Al hacer memoria de un recaudador de impuestos que fue por Jesús recaudado, pensamos en las encrucijadas nuestras por donde la vida va y viene con su vaivén acostumbrado. Porque no todos pueden gozar de la fiesta que acabamos de apuntar, de ese festejo tan necesario. No porque sean sosos, o de profesión aguafiestas, sino porque no están los hornos para bollos cuando asolan las contiendas. 

Señalemos esta situación pandémica que nos tiene en vilo y nos deja boquiabiertos, al albur de las vacunas que no llegan todavía, mientras con desigual acierto o maquillado fracaso se van haciendo los deberes que no siempre son los debidos. Lo dije en Covadonga y lo repito ahora, en donde cabe el agradecimiento sentido o la denuncia abierta, ante las actuaciones de quienes más responsabilidad tienen en la gestión sanitaria de un grave problema y una responsable actuación ante la crisis económica y laboral que ya tenemos encima. Por eso sorprende que haya cortinas de humo o, tal vez más bien, incendios provocados, con cuestiones que se quieren desenterrar en nuestra memoria reconciliada para imponer una dialéctica que enfrenta nuestros sentimientos más sagrados y enzarza nuestra convivencia herida para poder manipularla.

Ni el asunto de una llamada memoria democrática y la eutanasia anunciada, responden a la demanda real que la sociedad española se esté planteando, sino a otros intereses ideológicos de carácter político y económico. La Iglesia sale siempre en defensa de la vida, cualquiera que sea su etapa: desde la vida ya concebida pero no nacida aún que hay que cuidar en su seno materno ayudando también a las mujeres sin demagogias feministas y sin abusos machistas, hasta la vida que en fase terminal por edad o grave enfermedad hay que cuidar paliativamente desde la medicina y el acompañamiento humano y espiritual, sin obviar la vida que está en medio de estos dos momentos, cuando se pierde su dignidad o libertad. Lo que está demandando la sociedad es la socución a los problemas que más nos urgen antes y después de esta circunstancia: una verdadera atención de la pandemia, el paro laboral, la estabilidad escolar, el acceso de los jóvenes al trabajo, la inmigración, la convivencia en paz y un largo etc. No focalicemos demagógicamente la vida para sacar provecho partidista de baja ralea.

Nuestra Cáritas Diocesana, es nuestro humilde orgullo por estar donde está, haciendo lo que hace tan eficazmente y tan callando. Por amor a Cristo, que reconocemos en estos hermanos. Las cifras reales de muertos por la pandemia, del desamparo social, de personas que han ido al paro laboral, los desahucios de vivienda y los okupas a mansalva que se atrincheran en casas y plazas, las filas interminables en nuestros comedores sociales, los albergues en los que acogemos a pobres de las nuevas pobrezas y a personas con total desarraigo social por la droga o el alcohol, son las verdaderas razones por las que como comunidad cristiana queremos salir al encuentro con nuestros escasos recursos para encender en tanta gente la esperanza. ¿Por cuánto multiplicaremos esas cifras y situaciones para saber cuántas personas concretas no tienen fiesta? Yo agradezco de veras a nuestras autoridades municipales y a las del Principado, sabiendo que todo es siempre mejorable, y a tantas instituciones diversas el esfuerzo que hacen para paliar la penuria de la gente con estas pobrezas. De lo que dependa de Vds., Señores políticos, no dejen de hacer lo que puedan con imaginación y generosidad pensando en el bien de las personas, sin otros inconfesables intereses. Me consta que hay mucha gente buena y honesta que en la política y la gestión municipal, como en nuestro Ayuntamiento de Oviedo, donde se está haciendo este esfuerzo desde la honradez solidaria y el consenso entre fuerzas políticas responsables.

Pero lo voy a decir de nuevo, para que lo oigan los sordos del cuento, para que lo entiendan quienes fingen no saberlo, para que se les gaste el manido argumentario de que al hablar de cosas que les sonrojan o les acusan, los obispos no nos metemos donde no debemos, como si nos dedicásemos a la política. Pues va a ser que no, que no es de política de lo que hablamos, cuando defendemos la vida en cualquiera de sus tramos, cuando defendemos la familia, cuando defendemos la educación que no domestica, y denunciamos improvisaciones irresponsables o la mentira como argumento. Es una clave moral la nuestra. Estamos con toda esta gente nuestra más vapuleada por la crisis sanitaria y económica, a la que queremos de veras como la hemos querido en los años duros de antaño. Queremos caminar con ellos, saliendo al paso como Iglesia para paliar de mil modos su situación económica y social. Lo digo de corazón y con compromiso personal: amigos y hermanos empobrecidos, no estáis solos, contad conmigo, contad con mi pueblo.

Hermanas y hermanos, hoy, fiesta de San Mateo, nos dejamos sorprender por el Señor. ¿Qué le dijo Jesús a él? Nada apenas. Sólo pronunció su nombre y le dijo a bocajarro aquel decisivo ¡sígueme! Mateo se encontró con Jesús, se dejó encontrar por Él. No tuvo que hacer nada especial, ni limar previamente las aristas oscuras que contradecían en él la luz diáfana de Dios, sino que consintió que esa luz entrase y sencillamente iluminase disipando del todo su negrura oscura. Jesús no ha dejado de volverse a cada uno, sorprendiéndonos en la mesa de nuestros telonios y telares habiéndose aprendido nuestro nombre. Todo cambió en la vida de Mateo, incluso lo que siguió en el mismo sitio y con las mismas gentes, pero que a partir del encuentro con Jesús todo fue mirado y abrazado de un modo tan diferente. Toda una gracia que se hace nombre y elección, inmerecidamente, cuando aquella misma voz nos dice hoy a nosotros con nuestro nombre en sus labios: a ti te lo digo, a ti también ¡ven y sígueme!
Concluye en este día la Perdonanza. No hay pesar ni contradicción en nuestra vida que no tenga salida en el abrazo misericordioso de Dios. Mateo lo aprendió y lo vivió en primera persona. Deseo de corazón que sea un día y unas fiestas llenas de serena paz y alegría compartida, a pesar de lo que la pandemia ha querido poner en sordina. Que con San Mateo, el Señor os guarde y nuestra Santina siempre os bendiga.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

"Id también vosotros a mi viña". Por Joaquín Manuel Serrano Vila

El Señor en este domingo quiere animarnos y "despertarnos"; es momento de dejar atrás el verano, los miedos de la pandemia y afrontar con prudencia pero también con coraje y valentía el nuevo curso y todo el futuro, conscientes de que nuestras vidas han cambiado y posiblemente para siempre. Pero tampoco es momento de hacer mayor el drama; es hora de ponerse manos a la obra y edificar el reino de Dios en esta sociedad que nos ha tocado vivir y anunciar y vivir el evangelio con COVID-19 igual que antes sin él.

La primera lectura, es el fragmento de la profecía de Isaías donde se proclama el capítulo 55: Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes; que regrese al Señor y Él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos –oráculo del Señor–. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que vuestros planes''. No hace falta añadir ni comentar nada más; es clarísima la explicación, ahora falta recordar esta verdad todas esas veces que no salen las cosas como nosotros las esperamos o queremos y nos enfadamos con Dios. En ese momento hemos de ser humildes ante ese designio de la providencia divina que no entendemos en cada momento y afirmar con reconocimiento de Dios: ''mis planes no son tus planes''. Dejémonos sorprender por el Altísimo, pues de lo que nos parece de entrada una desgracia, de lo que nos parece "cruz",  Él sacará luz. A Dios, si le dejamos estar en nuestra vida, si contamos con Él a las buenas y en las malas; si tengo confianza con el Señor por medio de la oración, sólo así experimentaremos como nos dice el salmista: ''El Señor  está cerca de los que lo invocan''.

La epístola de San Pablo a los cristianos de Filipos nos revela las profundidades del alma del Apóstol. Pablo escribe la carta desde la cárcel, y en ella se ve cómo no habla de teorías, sino que ha experimentado hasta tal punto el descubrimiento de Cristo en su vida que la ha cambiado hasta considerar incluso el fin de la misma -es decir, la muerte- una ganancia. Y San Pablo confiesa a esa comunidad cristiana de la zona griega de Macedonia que se ve en un dilema, pues por un lado ansía morir para estar con Cristo, pero por otro sabe que su sufrimiento físico, sus exhortaciones, sus escritos, su presencia, contribuyen a la edificación de la Iglesia que está en sus comienzos; así afirma: ''quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros''. Y el dilema, en dilema se queda; no se llega a una respuesta, se queda en un reclamo que el Apóstol hace y que es lo que hemos hacer en el "impasse" entre sufrir en vida y vivir en muerte. "Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo".

Y centrándonos en el Evangelio, queremos destacar de él tan sólo tres ideas. Todo el texto gira en torno a la parábola de la viña: como primer detalle tenemos el comienzo del relato: ''El Reino de los Cielos se parece a''... ¿a qué?; ¿qué es en realidad la viña? Está claro que es símil de la Iglesia, de la Parroquia, de la Diócesis. ¿Se parece nuestra vida al Reino de los Cielos, o vivimos la esquizofrenia de en un infierno mundano anhelando un cielo idílico?. La cuestión es si intentamos y luchamos porque nuestra vida y entorno se parezca al Reino de los Cielos. 

La segunda idea gira entorno al concepto de la justicia en el obrar; queda claro que la justicia de Dios no es nuestra justicia, la cual pivota demasiadas veces la envidia como motor de muchos males propios y ajenos. El  Señor no recuerda que la última palabra la tiene Él, y advierte que su misericordia o rigor no dependerá de nuestros actos. Él sólo desde su corazón justo juzgará quienes serán primeros y últimos, no nosotros ni tan siquiera los tribunales de este mundo. He aquí la profecía de la primera lectura: ''mis planes no son vuestros planes, ni mis caminos vuestros caminos''.

Por último, este texto es una perfecta invitación a tomar parte en la tarea de anunciar y ser mensajeros del Señor con  nuestra propia vida. El dueño de la viña va llamando a los desconocidos, parados, olvidados o despistados que se encuentra por el camino. Es la invitación de Jesús hoy a todos nosotros: "Id también vosotros a mi viña". Yo no trabajo en la Viña del Señor por que me gusta -¡o nó!- este Papa, este Obispo, este cura... Nosotros somos llamados por Cristo en nuestras diferentes circunstancias a participar en la Viña, los demás son mediaciones de Dios y sólo a Él le corresponde el juicio.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Evangelio Domingo XXV del Tiempo Ordinario

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

Palabra del Señor

sábado, 19 de septiembre de 2020

Bienvenido a Oviedo Jano

D. Miguel Vilariño, neopresbítero: antiguo vecino de Lugones

  

Natural de Oviedo, originario del barrio de la Argañosa en cuya Parroquia de San Pablo recibió las aguas del bautismo. Muy niño ingresó en la Escolanía de Covadonga donde creció al amparo de la Santina. En el año 2013 decide ingresar en el Seminario Metropolitano de Oviedo donde ha realiza sus estudios y formación.

Sus destinos de pastoral como seminarista fueron: San Pablo Apóstol de Oviedo (2013 – 2015), Buen Pastor de Gijón (2015 – 2016), San Pedro de Pola de Siero (2016 – 2017) y San Lorenzo de Gijón (2017 – 2019). El año de diaconado estuvo destinado en la Unidad Pastoral del Bajo Aller, a excepción de los meses de diciembre y enero que pasó en la misión diocesana de Benín.

Recibió la ordenación sacerdotal de manos de nuestro Arzobispo Monseñor Fray Jesús Sanz Montes O.F.M. el pasado domingo día 13 de Septiembre en la Santa Iglesia Catedral de Oviedo. 

Hoy Sábado día 19 de Septiembre celebró su primera misa solemne en Covadonga a los pies de la Santina, y posteriormente celebrará otra primera misa solemne en su parroquia natal de San Pablo de La Argañosa (Oviedo), el próximo sábado 26 de Septiembre a las 20.00 horas.

Miguel vivió unos años aquí en Lugones en la Avenida de Oviedo donde también aquí tiene familia. Desde nuestra Parroquia de San Félix Mártir deseamos todo lo mejor en su nuevo ministerio al servicio de la Iglesia a este antiguo feligrés y vecino de nuestra localidad. Es cofrade de la Hermandad de los Estudiantes de Oviedo.

“DUC IN ALTUM”…



viernes, 18 de septiembre de 2020

Necrológica

Falleció el sacerdote diocesano Rvdo. Sr. D. José Ovidio Fernández Fernández

Nació en Peñerudes (Morcín) el 31 de Enero de 1930

Ingresó en la Congregación de la Pasión ("Pasionistas") en la cual profesó y en cuyo seno recibió la ordenación sacerdotal el 3 de Febrero de 1957.

En 1962 se incardina en la diócesis de Oviedo

Sus destinos pastorales fueron los siguientes:

Coadjutor de San Andrés de Linares - El Entrego (1962 - 1963)

Ecónomo de San Román de Villa - Piloña (1963 - 1964)

Ecónomo de Santa Eugenia de los Pandos así como encargado de San Antonio de Rales y                  San Martín del Vallés - Villaviciosa (1964 - 1966)

Ecónomo de San Pedro de Peñerudes así como encargado de San Pedro de Pedroveya y San Juan de Piñera - Morcín (1966 - 1976)

Encargado de Santa Catalina de Lavares - Proaza (1966 - 1969)

Ecónomo de Santa Teresa de Jesús de Soto de Trubia y su filial de San Tirso de Godos (1976-1977)

Coadjutor de Santa María la Real de la Corte - Oviedo (1977)

Encargado de San Pedro de Granda - Siero (1977 - 1978)

Ecónomo de San Pedro de Granda - Siero (1978 - 1996)

En el año 1996 pasó a la situación de jubilado fijando su domicilio en Oviedo. Ya jubilado atendió durante el curso 2000 - 2001 las parroquias de Santa María de Cancienes y Santa María de Solís en calidad de administrador parroquial. Mientras la salud se lo permitió residió en su domicilio particular de la calle los Patos de Oviedo hasta que disminuido en sus fuerzas pasó a residir a la Casa Sacerdotal. Falleció en la tarde de hoy viernes en el Hospital Monte Naranco de Oviedo.

D. E. P. 

El funeral por su eterno descanso tendrá lugar, mañana Domingo día 20 de Septiembre a las 10 de la mañana en la Casa Sacerdotal y será presidido por el Sr. Arzobispo. Más tarde, se celebrará en su pueblo natal de Peñerudes otra eucaristía exequial a la UNA de la tarde y a continuación recibirá cristiana sepultura en el cementerio parroquial.

''Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor'' (Sal 16)