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lunes, 30 de septiembre de 2024
El Papa beatifica en Bruselas a la española Ana de Jesús, que llevó la reforma teresiana por Europa
(Rel.) Uno de los eventos principales de la visita del Papa Francisco a Bélgica ha sido la beatificación de la española Ana de Jesús, monja carmelita del siglo XVII y fiel compañera de Santa Teresa de Jesús, cuyos restos se encuentran en Bruselas tras haber realizado en esta zona de Europa varias fundaciones de carmelos.
Durante la misa celebrada en el estadio Rey Balduino de Bruselas, el Papa beatificó a Ana de Jesús. En su homilía, el Santo Padre elogió a la beata Ana de Jesús por dar testimonio de la fe cristiana a través de la pobreza, la oración y la caridad, especialmente en un tiempo “marcado por dolorosos escándalos”. “Acojamos con gratitud el ejemplo que nos ha dado de ‘estilos femeninos de santidad’, suaves pero fuertes”, afirmó.
Santa Teresa llego a definir a Ana de Jesús como “la capitana de las prioras” y con este espíritu fuerte como el de Teresa, Ana de Jesús fundó carmelos en París, Pontoise, Dijon, Bruselas, Lovaina y Mons y promovió la creación de los carmelos de Cracovia y Amberes. Sin ella, la obra de Teresa de Ávila no habría llegado hasta nuestros días pues Ana de Jesús recopiló todos los escritos de la santa.
Ana de Jesús (Ana de Lobera y Torres) nació en Medina del Campo en 1545 y murió en Bruselas en 1621. Le presentaron a Santa Teresa de Ávila cuando tenía 18 años y fue una de sus colaboradoras más cercanas junto con María de San José. Fue compañera de habitación de la santa en Salamanca cuando Teresa escribía Las Fundaciones y su enfermera en sus últimos años.
Trató de cerca con San Juan de la Cruz (guardó su original del Cántico Espiritual) y con el padre Jerónimo Gracián, director espiritual de Santa Teresa y primer provincial de los carmelitas descalzos. Con san Juan de la Cruz fundó el Carmelo de Granada. Más adelante logró fundar un carmelo en Madrid, tarea difícil que se le resistió a Santa Teresa.
En 1604 fundó el carmelo de París y en 1607 en Países Bajos (los gobernaba Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y amiga de Ana). Gracián era su director espiritual en Países Bajos.
Murió en 1621 en Bruselas y empezó enseguida su proceso de beatificación, que quedó atascado en 1642, se retomó en 1872 y finalmente en 2024 ha podido ser beatificada.
En sus textos muestra tener muy clara su misión: difundir la reforma teresiana fuera de España. Quemó -con dolor- las muchas cartas que recibió de Santa Teresa por indicación de la misma santa. De Ana de Jesús se conservan copias de 53 cartas escritas entre 1590 y 1621, muy valoradas por los historiadores porque hablan con detalle de grandes figuras con las que trató, y consejos sobre como traducir el castellano de Santa Teresa a otras lenguas.
domingo, 29 de septiembre de 2024
''Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo''. Por Joaquín M. Serrano Vila
En este Domingo XXVI del Tiempo Ordinario la palabra de Dios pide de nosotros mesura a la hora de interpretar los textos, pues como ocurre siempre corremos el peligro de que tratando de llevar el agua a nuestro molino manipulemos el mensaje que el Señor tiene hoy para cada uno de nosotros. En primer lugar quisiera detenerme en la carta del apóstol Santiago, que muchos se quedarán en que es un texto que únicamente va dirigido a los ricos, o habrá quienes aprovechen este pasaje para desarrollar toda una visión anticapitalista e ideológica: ¿Son malos los ricos, o es la riqueza la que estropea a las personas? Es una llamada de atención a la codicia, pues hay gente que por dinero son capaces de engañar, matar y sentenciar hasta al ser más querido, más también los que no entramos en la categoría de "ricos" tenemos a menudo riquezas que nos negamos a compartir. Por ejemplo, hay personas con hermosa voz que no cantan, hay personas con grandes destrezas y habilidades que no las ponen al servicio de los demás; hay personas bendecidas por Dios con dones extraordinarios que por egoísmo terminan por perderse.
En este domingo en que celebramos la "Jornada del migrante y el refugiado", esta epístola me lleva a pensar en tantas personas -españolas también, sí- pero especialmente emigrantes de sus tierras que hoy ocupan la nuestra los trabajos más duros y que aquí no queremos -como la hostelería, por ejemplo- y donde a menudo la codicia lleva a los jefes a explotarles y pagar de menos exigiendo de más por su condición, a veces irregular: un doble abuso económico y moral... Las palabras del Apóstol son claras: ''Mirad el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo''. Como cristianos no podemos comulgar con las injusticias, ni ser cómplices ni promotores de éstas.
La primera lectura y el evangelio del día tienen un paralelismo hermoso, por un lado en el Libro de los Números vemos a Josué que acude molesto a Moisés para reclamarle que detenga a Eldad y Medad por ponerse a profetizar en el campamento de los israelitas, respondiendo Moisés que ojalá todos hicieran lo mismo. Y en el evangelio, tomado del capítulo 9 de San Marcos, encontramos por su parte al apóstol Juan quien advierte al Señor: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». Para el discípulo ver que alguien que no era Jesús actuara en su nombre le descolocó y no le gustó, pues en su mente nadie, sino el mismo Jesús de Nazaret podía obrar así. La respuesta del Señor no se la esperaba, no sólo advierte: ''No se lo impidáis'', sino que dejará matizado: ''El que no está contra nosotros está a favor nuestro''. A menudo somos muy reduccionistas y pensamos que sólo hacen el bien los de mí credo, los de mí asociación, los de mi partido, los de "mi tribu"... considerando a los demás enemigos a abatir. Si no están contra nosotros, bendito sea el Señor pues no restan, sino suman: ¿Qué es más importante, hacer el bien, o sólo que los promotores del bien sean los míos?. Abramos los ojos hacia el reconocimiento de tanto bien que existe, con el que convivimos y del que nos enriquecemos con formas de pensar y creer tan plurales.
No existía en aquel tiempo el concepto de inclusión ni de tolerancia y, sin embargo, vemos cómo Jesús no se cierra, sino que muestra una apertura de mente fuera de lo común en aquel contexto histórico y religioso del momento. No traza un cerco abrogándose el bien como un beneficio exclusivo de sus seguidores, sino que reconoce ya de facto que podrá venir mucho bueno de otros. Quizás el termómetro que debiéramos emplear para calibrar nuestras varas de medir para juzgar el bien y el mal sería hacernos la siguiente pregunta: ¿soy duro conmigo mismo y misericordioso con los demás, o duro con los demás y misericordiosos sólo conmigo?... Y Jesús pasa a abordar otro tema delicado como es la permisividad con el mal y el pecado: ''Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo''. ¿Qué significa todo esto, que tenemos que amputarnos el cuerpo tras sus fallos o defectos? No; lo que el Señor nos pide cortar es la vida de pecado: mantenernos en la mediocridad, acostumbrarnos a vivir lejos de su presencia... Con nuestras manos podemos dar caricias o golpear, con nuestros ojos podemos mirar con ternura o con odio, con nuestros pies podemos caminar hacia lugares de salvación o perdición. El Señor nos invita a descubrir cómo se alegra el corazón cuando somos fieles a sus mandatos por rectos o difíciles que nos parezcan.
Evangelio Domingo XXVI del Tiempo Ordinario
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna.”
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra del Señor
sábado, 28 de septiembre de 2024
Las homilías de los Arzobispos de Oviedo en Covadonga. Por R. H. M.
Una vez alguien me preguntaba si no se podrían conocer todas las predicaciones del día 8 de septiembre en Covadonga de los últimos dos siglos, y yo le aclaré que es aún algo "moderno" el que el Arzobispo predique este día. Hasta el año 1962 las prédicas corrían siempre a cargo del canónigo que ostentaba la plaza de magistral, el cual era el responsable de hacer la tabla de predicaciones que él mismo desarrollaría durante toda la novena y el día propio. Podría parecernos monótono que diez días seguidos hable el mismo sacerdote, pero no estaba tan mal pensado dado que tanto el magistral de Covadonga como el de la catedral tenían la fama de ser los mejores en oratoria (para algo habían obtenido la nota mayor en las pruebas examinadoras) y, además de lograr captar la atención desde el principio (captatio benevolentiae) solía plantearse de modo que todas las predicaciones iban orientadas en la misma línea, a modo de in crescendo, aplicando un término musical. Era canónigo magistral en aquel septiembre del sesenta y dos Don Emiliano de la Huerga, recordadísimo sacerdote que llegaría años después a ser abad de Covadonga. En aquella alocución habló Don Emiliano de la Santina y el Concilio, aplicando al comienzo del sermón un versículo del Libro de los Proverbios al entonces Vicario de Cristo Juan XXIII, -gran devoto de la Santina- y así dijo con voz solemne el Magistral desde el púlpito: ''Non extinguetur in nocte lucerna eius''. Aludía Don Emliano a que la mayoría de fieles tendría en su mente la imagen del Vaticano durante la noche, y en aquella penumbra sólo una habitación tiene siempre la luz encendida hasta altas horas de la madrugada y reaparece así encendida antes del alba: esa es la habitación del Papa. En esos días el Papa estaba recogido en su domicilio realizando los ejercicios espirituales, lo que significaba que pasaría más tiempo recogido en oración en sus aposentos. Y en ese tiempo pedirá muchas veces a la Santísima Virgen que interceda por el buen éxito del Concilio. Pero la imagen de María ante la que oraba el Papa es la de Virgen de Covadonga. Todos los asturianos sabían que el Papa tenía en su dormitorio una imagen de la Virgen de Covadonga de tamaño natural. Imaginamos que el Papa le diría a la Reina de las batallas que obtenga el triunfo para la Iglesia, y que brille en la altura más refulgente la cruz de la victoria, en reconquista del mundo para Dios.
En el año 1963 la predicación corrió a cargo del entonces Nuncio de S.S. en España Monseñor Riberi, invitado por el Sr. Arzobispo-Coadjutor Monseñor Segundo García de Sierra y Méndez. A partir de ese momento, lo habitual ya fue que el arzobispo de Oviedo presidiera y predicara la misa pontifical de las doce del mediodía en la basílica. Analizaremos ahora la predicaciones en cada pontificado.
PONTIFICADO DE MONSEÑOR FRANCISCO JAVIER LAUZURICA Y TORRALBA
El que sería el último obispo de Oviedo y su primer arzobispo al ser elevada la diócesis a sede metropolitana en 1954, Monseñor Francisco Javier Lauzurica y Torralba, dio un importante impulso a Covadonga nada más llegar a la Diócesis procedente del obispado de Palencia en 1949 manifestó su deseo de que Covadonga tenía que ser ''el mejor santuario europeo''. Sus primeros objetivos eran ambiciosos: rehabilitar el viejo Mesón como hogar para la Escolanía, convertir la vieja Colegiata en Casa de Ejercicios, una Hospedería para peregrinos y un Seminario Menor que acogiera durante el verano a los teólogos que se formaban en Oviedo. Durante las obras de restauración de la Colegiata para convertirla en Casa de Ejercicios mandó acometer un cambio, convirtiendo una zona de la parte superior en residencia episcopal donde se alojaría muchos años después San Juan Pablo II durante su visita al Santuario en 1989. Monseñor de Arriba y Castro, había dejado iniciado el proyecto de Real Patronato de la Gruta y Real Sitio de Covadonga en abril de 1949, haciendo entrada en su nuevo destino como residencial de la sede metropolitana de Tarragona el 1 de julio de dicho año. Monseñor Lauzurica contó con este Patronato para las necesidades del Santuario, pues Don Benjamín se había dado cuenta que el gran freno a la hora de querer levantar a Covadonga de sus cenizas era la burocracia al tener que contar con tantos organismos de los que se dependía su visto bueno (donde el Jefe del Estado era Presidente Honorario, el Ministro de Gobernación Presidente nato, y el prelado ovetense Presidente Efectivo). Había existido un Patronato previo creado en 1938 por Monseñor Arce Ochotorena, cuya finalidad era la restauración del Santuario tras la guerra civil, pero una vez logrados los objetivos fijados se dio por disuelto. Monseñor Lauzurica también quiso dotar de viviendas dignas para los capitulares, dado que aquél era un lugar frío y con un duro invierno. Se encargó el proyecto de las viviendas del abad y los canónigos, biblioteca, casa capitular y demás dependencias al arquitecto del Santuario D. Javier García- Lomas, quien siguió la línea y estilo de su padre D. Miguel García-Lomas, quien anteriormente había ostentado el título de arquitecto del Real Sitio hasta 1941. Se encargó en piedra el escudo-blasón de Covadonga a Gerardo Zaragoza para la fachada de la casa capitular, así como la estatua de Pelayo. En el verano de 1953 abrió sus puertas la Casa de Ejercicios Nuestra Señora de Covadonga. Desde el siglo XIX los diferentes obispos tomaron conciencia de la ruina y abandono de Covadonga; Sanz y Forés encargó la Basílica para el Real Sitio, que concluyó y consagró Monseñor Martínez Vigil. Pero de los pontificados del siglo XX, los cuales todos tuvieron importante repercusión para el Santuario, es innegable la labor de Don Francisco Javier Lauzurica, el cual no sólo soñó edificios dignos para el lugar, sino que su empeño fue que el clero, las consagradas y el pueblo fiel sintieran Covadonga como el pulmón espiritual de la Diócesis. El Prelado pasaba buena parte de su verano en el Santuario, atento a las actividades que se desarrollaban. En 1955 idea la Semana de Oración y Estudio para Religiosas, proyecto del que se encargaron de dar forma Don Ignacio Olaizola y Don Antonio Viñayo, con ponencias, veladas, documentales, conciertos, excursiones por el entorno, etc. La liturgia durante los meses de verano en el Santuario era primorosa al estar los seminaristas en el lugar. Las tandas de ejercicios, retiros y encuentros de laicos eran numerosos, la Casa de Ejercicios con disponibilidad en aquellos años para 70 personas, siempre cubría todas las plazas. Jugó un papel especial la Acción Católica en este deseo del Arzobispo porque los católicos de Asturias vivieran la experiencia de hacer ejercicios espirituales junto a la Santina. En Pentecostés de 1957 se anuncia la creación del Postseminario, que consistía en congregar durante el verano a los sacerdotes ordenados en el último cuatrienio. Estaba formado por tres semanas, la primera de ejercicios espirituales, la segunda para trabajar la pastoral litúrgica, la doctrina social de la Iglesia, catequética y cuestiones sobre dirección espiritual y confesión, y la tercera semana para trabajar la pastoral bíblica, misiones, teología dogamática y moral, entre otras. Tristemente no conservamos las alocuciones de Monseñor Lauzurica para los sacerdotes que eran seminaristas entonces; sabemos que era hombre de verbo fácil, y que junto a su altura y corpulencia, finura y elegancia, llamaba la atención como un gran vasco de Yurreta (Vizcaya) que se sentía tan asturiano. Si habría que puntualizar una tradición del 8 de septiembre que se suprimió en el pontificado de Monseñor Díaz Merchán, es que independientemente de la predicación del canónigo magistral tenía lugar por parte de algún político, bien de la región o de la nación, unas palabras en la llamada "Ofrenda a la Santina" que se hacía cada año desde los tiempos de Monseñor de Arriba y Castro, el cual introdujo esta novedad en 1948 bajo el nombre de ''Voto de Covadonga'' y que venía en ofrecer un municipio de la Diócesis. Por ejemplo, el 8 de septiembre de 1957 la ofrenda a la Santina la hizo el Ayuntamiento de Pola de Siero, siendo el oferente el entonces alcalde sierense Don Leandro Domínguez. Tras las palabras del regidor tuvo una breve alocución el Sr. Arzobispo antes de iniciarse la procesión hasta la Santa Cueva. El Prelado también promovió en 1951 la primera peregrinación de la imagen de la Santina, que no salía del Santuario desde el retorno del exilio en Francia, y en 1954 convocó una consagración de todas las parroquias de la Diócesis a Nuestra Señora de Covadonga, con un Triduo previo.
Enero de 1950:
''Vosotros, mis queridos hijos, en las personas de vuestras nobles autoridades y ayuntamientos habéis llegado ya a Covadonga en demanda de espíritu de fe. Nos queremos resaltar aquí este vuestro heroico gesto para llevarle a feliz término. Covadonga es nuestro santuario predilecto y en el queremos que resuene con constante y candenciosa armonía la plegaria de toda esta bendita tierra para que la escuche nuestra Madre y llegue al último confín de nuestra Patria. Covadonga es nuestra casa solariega y a ella queremos que concurran en peregrinación todos los hijos de nuestra amada diócesis''
Febrero de 1951:
''Nuestra Madre de Covadonga, en fecha próxima va a recorrer Asturias con ocasión del Dogma de su Asunción gloriosa a los cielos y de la exaltación a los altares de su primer hijo Fay Melchor García Sampedro, Obispo del Tunking Central. En su peregrinación, la Santísima Virgen va a contemplar todo el bello panorama de Asturias y, sobre todo, os va a visitar a todos y cada uno de vosotros, mis queridos diocesanos. Es nuestro deseo que a su paso por las parroquias exterioricéis vuestro amor proverbial a la Santina. Y para ellos y para nosotros la suplicamos con amor filial vuelva sus ojos misericordiosos de Madre''
Abril de 1952:
''Hoy, que se visitan tantos lugares para hallar en ellos tal vez la muerte, justo es que os invitemos a visitar este lugar del Auseva donde se encuentra la vida. Aquel torrente de aguas, que en días de tempestad corre a los pies de la cueva, es un símbolo del torrente de gracias que llueven sobre todos, pero de modo especial sobre aquellos que con el afecto y respeto de hijos visitan a su Madre en la cueva. ¡Que sentimientos tan hondos, que palabras tan íntimas, que cánticos tan sinceros los que brotan del corazón y de los labios e los hijos que visitan a su Madre!. Allí se confirmó la fe de nuestros mayores, allí alboreó la esperanza de una patria reconquistada, allí también se confirmará nuestra fe y se encenderá la llama esperanzadora de nuestra reconquista espiritual.
Junio de 1953:
''Escolanía, Seminario, Casa de Ejercicios: he aquí el tríptico de doradas ilusiones que constituyó nuestro primer sueño pastoral, y que en honor a Ella ofrecemos en este día como homenaje de filial afecto y como esperanza de consoladoras realidades que han de redundar en frutos maduros de espiritualidad a lo largo y a lo ancho de las distintas zonas que definen los límites de nuestra diócesis''
PONTIFICADO DE MONSEÑOR SEGUNDO GARCÍA DE SIERRA Y MÉNDEZ
Monseñor Segundo García de Sierra y Méndez, coañés de Mohías, fue preconizado obispo de Barbastro en 1954 cuando era párroco de San José de Gijón. Regresó a su Asturias natal al ser nombrado por el Papa San Juan XXIII Arzobispo de Parium y Arzobispo-Coadjutor de Oviedo el 20 de noviembre de 1959. Aunque sólo fue Arzobispo-Coadjutor hasta que fue preconizado Arzobispo de Burgos el 7 de febrero de 1964; de facto fue el Padre y Pastor de la Iglesia de Asturias en dichos años dada la grave enfermedad de su antecesor, Monseñor Lauzurica y Torralba. Tras Fray Ramón Martínez Vigil O.P. se podría decir que Don Segundo fue el último asturiano que rigió la sede ovetense, dado que Monseñor Atilano Rodríguez y Monseñor Juan Antonio Menéndez fueron sólo "auxiliares", mientras que a Monseñor García de Sierra se le concedieron desde la Santa Sede plenos poderes para el gobierno de la Archidiócesis. Don Segundo continuó la línea trazada por Monseñor Lauzurica, una vez que a finales de los años cincuenta la enfermedad fue haciendo mella en sus facultades. De Sierra y Méndez promocionó enormemente el Real Sitio-Santuario de Covadonga, hasta el punto de solicitar la declaración de Nuestra Señora de Covadonga como Patrona principal del Principado de Asturias. Roma dio el visto bueno en el 7 de marzo de 1964 haciéndose oficial algo que estaba ya en el corazón de los asturianos. El documento oficial no deja lugar a dudas al declararla Patrona de «totius regionis Asturicensis». Veamos algunas palabras de Don Segundo sobre el Real Sitio:
Agosto de 1962:
''Amadísimos hijos, los caminos de Covadonga deben florecer este septiembre, como nunca, en una afluencia nutrida y constante de peregrinos, de almas llenas de amor a la Santísima Virgen, de los hijos de la Iglesia de Asturias para, en unión con el Papa que también se arrodilló delante de Nuestra Santina, orar por el Concilio. Los arciprestazgos que por su relativa distancia pueden asistir a los cultos de la Novena y regresar antes de las diez de la noche, tienen días señalados para satisfacer su devoción a la Señora; pero son muchos, inmensamente más, los arciprestazgos y parroquias que en una santa porfía pueden organizar convenientemente la ida a Covadonga de los fieles que desean estar presentes en estos días junto a la Señora, rezarle el Santo Rosario y oír, si es posible, la Santa Misa en la Cueva. Llamamos, pues, a todos los señores curas Párrocos y ecónomos, a los Religiosos, a la Acción Católica y a todas las demás Asociaciones, y confiamos en que secunden nuestro deseo con el fin de que durante los días de la Novena, y también los meses de septiembre y octubre acudan en peregrinación penitencial a Covadonga, para que desde aquel sagrado recinto el murmullo de la oración y de los cantos eucarísticos y marianos suban hasta el trono de la Señora en el cielo''.
PONTIFICADO DE MONSEÑOR ENRIQUE Y TARANCÓN
De Monseñor Vicente Enrique y Tarancón, por desgracia, no conservamos muchas de sus homilías dado que aunque las preparaba únicamente las leía en ocasiones especiales, y la mayoría de las veces, incluidas las pontificales del 8 de septiembre en Covadonga, predicaba sin papel en mano. Monseñor Tarancón y Monseñor Osoro siguen la misma estela: fueron dos pastores conservadores, rectos y de freno contra los sectores progresistas de la Diócesis y, sin embargo, una vez que ascendieron a otras diócesis empezaron a ser más permisivos y laxos, y después promotores de un estilo eclesial en sus última diócesis que les hizo sufrir y se volvió contra ellos al final de sus carreras. Monseñor Tarancón, una vez en Toledo, quizá ya no sintiendo el vértigo de ser el arzobispo de la esposa del jefe del Estado, volvió -como ya hiciera en Solsona- a tontear con el liberalismo. Aún está por dar a conocer a fondo el buen hacer de Monseñor Tarancón en la sede de Oviedo donde plantó cara al clero contestatario y que le hizo la vida imposible hasta el punto de convocar manifestaciones y sentadas ante el palacio episcopal. Pero dejamos ese capítulo para otra ocasión... Como ejemplo véase la prohibición de Monseñor Tarancón a que los sacerdotes vistieran de seglares: El hábito eclesiástico. Carta pastoral del Arzobispo de Oviedo Monseñor Vicente Enrique y Tarancón al Clero Diocesano y fieles
Septiembre de 1966:
''Covadonga es el alma de Asturias, la Santina es la Patrona del Principado. Era natural, por consiguiente, esa exaltación en toda esta región asturiana. Era natural, pero no era suficiente, porque Asturias tiene una vinculación estrechísima con Covadonga. Pero Covadonga, Señor, tiene también una vinculación íntima con España, con toda España, y la Virgen de Covadonga es, por derecho de conquista, la Patrona de España. Por eso habéis venido hoy, no para uniros a una fiesta nuestra, muy nuestra, muy asturiana, fuese también la fiesta de España. Porque España sabe amar y tiene que agradecer y agradecer mucho a la Virgen de Covadonga. (...) Pero también como españoles, podemos confiar plenamente en la Virgen. Lo recordabais aquí, en estos riscos, estuvo encerrada España; aquí, a los pies de la Virgen, surgió la reconquista de España. Porque el patriotismo y la fe, aquí junto a la Virgen se salvaron, y el patriotismo y la fe impulsados por la Virgen hicieron esta España que cuando los reyes que han pasado a la posteridad con el nombre de católicos supieron hacerla una, fue necesariamente católica''.
En 1968 Monseñor Tarancón hace unas declaraciones que considero interesantísimas pues desmontan no sólo la mala interpretación postconciliar de que las peregrinaciones y procesiones eran algo del pasado que había que hacer desaparecer, sino que desautoriza también la afirmación que el Foro Gaspar García Laviana haría años después en la Carta pública al Arzobispo D. Carlos Osoro en 2008 cuando dejaron entrever que el deseo del Arzobispo por que todas las parroquias de la diócesis peregrinaran a Covadonga era una pretensión que buscaba el protagonismo del mitrado y que nada tenía que ver con estilo social de los pontificados anteriores. Don Vicente Enrique y Tarancón nos dice todo lo contrario:
''Creo que interesa en gran manera mantener esa costumbre y realzar cada vez más ese carácter diocesano de la Novena y Fiesta de Covadonga. Y considero que es convenientísimo que los señores Arciprestes y los Párrocos respectivos hagan destacar la representatividad que tienen esas peregrinaciones que se hacen durante el novenario y el clima de peregrinación que nunca deben perder. Yo pido, pues, a los hermanos sacerdotes, que den la importancia debida a esa costumbre y organicen de la mejor manera posible la peregrinación cuando les corresponda. Y aun suplicaría a los arciprestazgos que por su lejanía no entran en el turno establecido que aprovecharan cualquier coyuntura propicia para llevar a sus fieles a los pies de la Santina. La mayor interioridad que pide el Concilio en la práctica de la vida cristiana, no sólo no está reñida con esas peregrinaciones y con actos semejantes de carácter externo, sino que los exige. El hombre, por su misma condición, necesita de estos medios exteriores para enraizar más firmemente su fe interior''.
Septiembre de 1968:
''No tenéis necesidad de que os estimule a visitar Covadonga en estas fechas. Si quiero repetiros una vez más que es necesario acudir a dichas solemnidades con espíritu auténticamente peregrinante. Para acercarnos más a Dios por medios de María y para conseguir por su intercesión que no decaiga la fe y la piedad de nuestro pueblo. Las circunstancias mundiales ponen en primer término los bienes inestimables de la libertad y de la paz. Y no olvidamos que es la Madre, la que puede concedernos esas gracias. Suba, pues, nuestra oración a la Santina para que el mundo viva en paz y libertad y sea una realidad la convivencia cordial y pacífica de todos los hombres. En Covadonga nos encontramos para reiterar la fe de nuestros mayores que supieron coronar su imagen y para obtener de la Señora esos bienes para la humanidad''.
PONTIFICADO DE MONSEÑOR DÍAZ MERCHÁN
Don Gabino, fue el único arzobispo considerado progresista en la historia de la Archidiócesis de Oviedo, aunque realmente nunca nadie tuvo claro si eso fue realmente así; si únicamente quería tener a todo el mundo contento o si realmente él escribía y proyectaba con plena intención todo lo que con su firma a veces y bajo su presunto amparo otras, conocíamos. O si tal vez detrás estaba un grupo de presión de pretendida pastoral ideologizada que no pocas veces dejaba atónitos a gran parte clero, del pueblo fiel y de la vida consagrada. Se caracterizó Monseñor Díaz Merchán más por dejar hacer que por iniciativas personales, hasta el punto que se consideraba no pocas veces que las riendas de la Diócesis las llevaron más bien algunos cargos diocesanos de pretendida confianza, o al final no tanta. Aquellos polvos trajeron unos lodos que debido al largo pontificado de D. Gabino hizo que se polarizara la vida diocesana y donde un cierto "staff" dominante generó no poca decepción, secularizaciones, acomodo e indiferencia. Cuando en 2008 Monseñor Osoro anunció su deseo de consagrar la Archidiócesis a la Santina, el autollamado "Foro Gaspar García Laviana" emitió una nota criticando dicha iniciativa por su presunta reminiscencia nacionalcatólica, y por constituir una falta de respeto a las personas no religiosas; lo que pasaron por alto los ideólogos de la nota de este Foro es que también Monseñor Díaz Merchán había consagrado Asturias a la Santina el 8 de septiembre de 1976, y en la homilía del 8 de septiembre de 1985 califica a las familias no tradicionales de ''anormales''... En aquella época no había redes sociales desde las que rasgarse las vestiduras, pedir su cabeza o injuriarle directamente, pero sí hemeroteca y publicaciones de Boletín Oficial del Arzobispado.
Veamos algunas de sus predicaciones:
Homilía 8 de Septiembre de 1974
Don Gabino propone la pureza como estilo de vida a los jóvenes y modelo femenino para las chicas:
''Es un deber de todos los educadores, padres de familia, religiosos, religiosas, maestros, responsables de grupo, sacerdotes, etc. ayudar a los jóvenes a descubrir la riqueza y hermosura siempre joven de María y estimularles para que la imiten, la invoquen y la veneren con frecuencia. En todos los tiempos los jóvenes cristianos han encontrado en María un poderoso estímulo para luchar por alcanzar un ideal de vida cristiana puro y elevado. (...) Especialmente mi pensamiento se dirige a vosotras las jóvenes de nuestra diócesis, para quienes la Santísima Virgen es un modelo estimulante de pureza, de dignidad, de generosidad y de auténtica piedad. ¿Por qué buscar modelos de identificación femenina en personas vacías de auténtica humanidad, desgarradas por conductas frívolas, productos estandarizados en nuestra sociedad consumista?. ¿Cómo encontrar el camino de dignificación social femenina en el abuso del alcohol y de las drogas, en la vaciedad de una vida sin sentido, en el amor fácil que a todos se ofrece y con nadie se compromete?''.
Homilía 8 de Septiembre de 1978
Don Gabino propone un examen de conciencia y de vida:
''Como cristianos e hijos de María debemos preguntarnos con sinceridad si hemos acogido en nuestro interior al Espíritu Santo y si vivimos en conformidad con sus inspiraciones. Todo lo demás sería confundir las cosas y no comprender lo más elemental de nuestra religión. Tomad en vuestras manos la carta de San Pablo a los Gálatas y examinad vuestras conciencias en un rato de oración junto a la Virgen de Covadonga:¿Vivimos de acuerdo con las exigencias del Espíritu o nos dejamos arrastrar por nuestras apariencias humanas?. Sabido es cómo se comportan los que viven sometidos a sus bajos instintos: son lujuriosos, libertinos, viciosos, idólatras, supersticiosos, alimentan odios, promueven contiendas, se enzarzan en rivalidades, rebosan rencor, son egoístas, partidistas, sectarios, envidiosos, borrachos, amigos de orgias y otras cosas por el estilo...''
Homilía 8 de Septiembre de 1985
Don Gabino defiende la familia tradicional y tacha de anormales los nuevos tipos de familia:
''Sin embargo, con el cambio social se está introduciendo entre nosotros una profunda crisis de valores, que bien merece de parte de los cristianos un serio esfuerzo de discernimiento. En algunos sectores de la sociedad se presentan modelos y pautas de comportamiento destructores y desestabilizadores de la familia, que se ofrecen como un ideal para la sociedad moderna y avanzada del futuro: El matrimonio como unión transitoria y coyuntural de los esposos, las relaciones entre padres e hijos, como impedimento para la libertad de los jóvenes; la convivencia con los ancianos, como estorbo para la felicidad del hogar, la vida, organizada según las exigencias del consumo, y en general una concepción del amor, individualista, mezcla de sexo y de aspiraciones egoístas, que rompe la convivencia y hace imposible la auténtica solidaridad familiar. La familia cristiana no puede identificarse con ese modelo de familias rotas, frívolas, derrochadoras y escandalosas, que aparecen en las páginas de sociedad o en las películas con tan machacona insistencia. Entre nosotros son todavía objeto de interés periodístico, porque son anormales e infrecuentes. Pero hemos de mantener el discernimiento necesario para no resignarnos a considerarlas como inevitablemente normales en el futuro''.
Homilía 8 de Septiembre de 1991
Don Gabino defiende y promueve el Covadonguismo:
''Pienso que es necesario que Asturias refleje la auténtica cara de nuestro pueblo: noble, acogedor, generoso, trabajador, festivo y sincero. Nuestro pueblo tiene a gala ser la cuna de España, germen histórico de la unidad nacional en su historia moderna''.
Y reitera su defensa de la familia tradicional:
''Pedimos por las familias, que son célula básica de la sociedad, para que se mantengan en la unidad, que nace del amor, en el respeto y fidelidad de los esposos, en atención a los ancianos y en la educación cristiana de los hijos''
Homilía 8 de Septiembre de 1995
Don Gabino afirma que vivir de espaldas a Dios lleva a vivir fuera de la moral
''La mentalidad imperante de la sociedad contemporánea nos tienta con frecuencia de forma radical contra la religión. Nos mueve a vivir como si Dios no existiera, negando a Dios, o ignorando su presencia en las realidades de la vida personal y social. Se nos ofrece un ''progreso'' que sería fruto de los adelantos de la técnica, sin que para ello se necesite de Dios, rechazando toda moral que se apoye en la voluntad de Dios, en sus mandamientos o en sus consejos; se reniega de la Iglesia y de su magisterio, mientras se intenta justificar las conductas ateniéndose generalmente por el uso social. Y, como otras veces ocurrió en la historia humana, quienes rechazan la presencia de Dios vivo vuelven su mirada a los ídolos, y ponen su esperanza en el dinero, en el poder, en la fama, en la sexualidad o en una existencia terrena regalada, repitiendo la antigua frase de los paganos antiguos: «comamos y bebamos que mañana moriremos»''.
Homilía 8 de Septiembre de 1999
Don Gabino critica el rechazo de Dios
''A lo largo de los dos milenios pasados, la Iglesia ha llevado a los pueblos de toda raza y de toda cultura la buena noticia de que Dios por amor nos ha salvado en su Hijo Jesucristo. En el momento presente la situación de los pueblos de Europa, como España, es religiosamente crítica. La cultura contemporánea, alejada de la fuente de inspiración religiosa de otros tiempos, pretende persuadirnos de que la felicidad y la plenitud de la vida humana se pueden alcanzar sin Dios. Según la manera de pensar de muchos de nuestros coetáneos bastaría el progreso científico con sus nuevos recursos técnicos para superar todos nuestros males personales y sociales. Se alimenta así una especie de fe, alternativa de la fe religiosa, que constantemente alimenta una esperanza puramente terrena y temporal, aunque la realidad humana que podemos percibir y medir en el mundo está lejos de caminar hacia esas metas de plenitud, de justicia y de paz prometidas. En el presente ambiente cultural, la fe religiosa que nos transmitieron nuestros padres y que nosotros mismos hemos alimentado desde niños, corre el peligro de reducirse a un conjunto de enunciados abstractos, desligados de los problemas y aspiraciones de nuestro mundo''.
''Contrasta la fe de María con la incredulidad de muchos paisanos de Jesús, que no recibieron al Señor. El misterio del rechazo de Dios resalta hoy también fuertemente en las naciones donde existe una cultura cristiana desde siglos. Es frecuente encontrar entre nosotros bautizados, que se fabrican dioses a su medida, que reniegan de Dios o lo consideran un objeto de la cultura del pasado, que no prestan oídos interiores a su Palabra, proclamada constantemente por la Iglesia. ¿A que se debe este rechazo? Sin dejar de quitar importancia al influjo negativo de la sociedad contemporánea, hemos de constatar que aceptar o rechazar la fe es una consecuencia de la libertad humana. Dios invita a creer, pero no fuerza a ello; atrae interiormente, pero nunca anula la responsabilidad del acto de fe''.
PONTIFICADO DE MONSEÑOR OSORO SIERRA
Don Carlos fue un arzobispo enamorado de Covadonga, le tocaba la fibra sensible como cántabro de Castañeda que desde niño acudía una vez al año con su familia a los pies de la Santina, por lo que la sentía muy cerca y muy suya. Cuando fue preconizado Arzobispo de Valencia afirmó a la prensa que se iba con tristeza, pues él esperaba terminar sus días en Asturias, e incluso reconoció que ya le había indicado al entonces abad de Covadonga en qué lugar del Real Sitio quería ser enterrado. Durante su pontificado se puso el nuevo carillón de campanas en la basílica, se adquirió la imagen de San Pedro Poveda a quien Monseñor Osoro tiene gran devoción, o solicitó a la Congregación la presencia de Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo para la Escolanía. También hubo algún fracaso en su intento de engrandecer Covadonga, como la creación del Instituto Mariológico Nuestra Señora de Covadonga, el cual apenas tuvo recorrido, o la encomienda de la dirección de la Escolanía a los Heraldos del Evangelio que no fue bien recibido por el clero ni por el personal del Santuario. Igualmente generó controversia la boda del cantante David Bustamante, familia del entonces Abad... Don Carlos consagró la Archidiócesis a Nuestra Señora de Covadonga el 25 de octubre de 2008. También en el marco del Jubileo de la Santa Cruz, encargó una pintura actual de Nuestra Señora de Covadonga de la cual se hicieron láminas cuyo fin era que llegaran a todas las parroquias y hogares de la Diócesis. Este gesto ya se había realizado en 1889 siendo Obispo Monseñor Martínez Vigil.
Homilía 8 de Septiembre de 2002
Don Carlos propone la verdad para la política y todos los estamentos de la sociedad:
''¿Qué propuestas os hago en este día a todos vosotros, queridos hermanos y hermanas? Que conquistéis una auténtica libertad sabiendo que está solamente es posible desde la verdad. Y ésta es Jesucristo. La verdad tiene un carácter regenerador y por eso jamás podrá haber verdadera regeneración de la cultura, de la sociedad, de la política, de la economía, de la paz, si es que no se lleva a cabo con la verdad que es Jesucristo''.
Homilía 8 de Septiembre de 2004
Don Carlos critica la laicidad:
''Es constatable que la sociedad se deshumaniza sin Dios, sin ese Dios que se acerca al hombre haciéndose Hombre sin dejar de ser Dios. También es perceptible que cuando a cualquier ser humano se le deja sin Dios se le priva de la mayor riqueza. Ni las ideologías materialistas del signo que fueren, ni los permisivismos morales, han llevado nunca al hombre a construir una persona nueva y una sociedad nueva. La experiencia histórica de estos dos últimos siglos, y ya del que estamos comenzando, nos dice lo mismo. ¿Porque retirar a Dios de la vida humana si es quien da explicación de nuestro ser y de nuestra existencia, al tiempo que nos capacita para una verdadera relación con los demás, que nunca ha de ser de posesión?.
Homilía 8 de Septiembre de 2006
Don Carlos critica la manipulación de la naturaleza:
''Y en este contexto social y cultural vuelve a emerger la realidad de Covadonga: la resistencia a que la creación sea manipulada por el hombre; la llamada a descubrir que la fe no crece por el resentimiento o el rechazo de la racionalidad; la grandeza de lo que significa hoy una nueva apertura hacia la dimensión espiritual del mundo y de la existencia humana; la pregunta por Dios, que con nueva pasión se están realizando los jóvenes de hoy, revelan que están dispuestos a dejar que toda su vida, desde la raíz, sea determinada por Él''.
Homilía 8 de Septiembre de 2007
Don Carlos defiende la dignidad del hombre:
''Toda nuestra vida tiene que ser un anuncio de la Buena Nueva de la dignidad humana descrita por Jesucristo. El hombre es imagen de Dios. Ninguno puede maltratar esta imagen. La dignidad humana tiene su origen en quien nos creó. Nadie puede poner recortes a quien ha sido creado a imagen misma de Dios''.
PONTIFICADO DE MONSEÑOR SANZ MONTES
Monseñor Fray Jesús Sanz Montes O.F.M. ha destacado desde su llegada a la Archidiócesis por su amor a Covadonga, hasta el punto en que se ha convertido en opinión de muchos en su lugar de trabajo, descanso, estudio y ministerio predilecto. Cuando Monseñor Sanz llegó a Asturias el cabildo de Covadonga estaba formado por tres capitulares; en varias ocasiones a lo largo de este pontificado se logró que el cabildo creciera. Por ejemplo, cuando en 2013 el recién ordenado Obispo Auxiliar Monseñor Menéndez acude al Santuario, formaban el cabildo el abad Don Juan José Tuñón y los canónigos D. Miguel Ángel García, Don José Luis Sánchez ''Mosén'' y Don Alfonso López. O en 2018 con el nombramiento de Don Luis Marino Solis como canónigo que se incorporó al Cabildo formado por el abad Don Adolfo Mariño y los canónigos Don José Juan Hernández y Don Alejandro González. Lógicamente la falta de clero, fallecimientos y jubilaciones en una diócesis con prácticamente mil parroquias, no hacen fácil encontrar sacerdotes que se puedan dedicar de modo pleno a la pastoral del Real Sitio. Sin embargo su esfuerzo por mantener y cuidar de Covadonga ha sido constante: muchas han sido las obras que se han llevado adelante en el pontificado de Monseñor Sanz: la llegada de una nueva congragación religiosa para administrar la Casa de ejercicios, como son las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, la nueva iluminación de la Basílica con ayuda de la fundación ENDESA, la peatonalización y reforma de la explanada de la Basílica, el nuevo museo del Santuario diseñado por la Fundación Masaveu, la recuperación de la cruz del peregrino del siglo XVII... La pasión de Monseñor Sanz por Covadonga queda plasmado en sus libros ''María y su itinerario cristiano',' donde eligió por imagen para la portada la talla de Juan Sansó que se venera en la Basílica de Covadonga, así como su obra ''Santuario de Covadonga, Hogar habitado y encendido donde nos espera la Señora''. Aquí algunos de los extractos más hermosos y significativos de las homilías del 8 de septiembre de Monseñor Sanz:
Homilía 8 de Septiembre de 2011
''Es hermoso volver a Covadonga, como si hubiera aquí un motivo que no deja de seducirnos con respeto atrayéndonos de tantas formas. Es así y como tal lo he podido comprobar en mí mismo que por primera vez he vivido la Novena a la Santina, y en cuantos de tantos rincones de Asturias y de España he visto acercarse aquí en estos días.
¡Si pudieran hablar estas rocas y cumbres que nos presiden! ¡Si pudieran decirnos su secreto los bosques y los senderos que llegan hasta aquí, y nos desvelasen el por qué de tanto vaivén, el por qué de tantas gentes, que desde siglos no han dejado de acudir a la Santa Cueva en este enclave humano y cristiano de Asturias que tiene historia y que tiene ensueño! La Virgen de Covadonga sabe de esas palabras que le han venido a contar sus hijos, guarda en su corazón esos secretos y desde la cueva grande del cielo nos sigue acompañando con desvelo.
He vivido mi primera Novena a la Santina. He propuesto en estos nueve días a tantos fieles que han venido, algo que podríamos llamar el perfil cristiano de María. No se trataba de asomarse con piedad a una devoción muy querida pero muy distante que no tiene que ver con la vida. No quería proponer un paréntesis religioso, como quien llegando aquí se escapa, se distrae o huye por un instante, de lo que a diario nos hace soñar contentos, o lo que nos desvela en pesadillas, lo que pone en los ojos el llanto o en nuestro rostro dibuja la mejor sonrisa.
María, gracia de Dios María nos puede decir tanto a las gentes de ahora y a las gentes de aquí, que vale la pena entender cómo fue su vida, sus apreturas, sus alegrías, las pruebas severas que la ponían a prueba, y las certezas gozosas que la permitían caminar segura y en paz. Todo eso se dio en María, por eso no fue una mujer extraña por especial.
Dimos comienzo el primer día hablando de la espera. ¿De qué espera? Todos tenemos inscrito en el corazón una espera. Le pondremos luego nuestros nombres, nuestras metas y nuestras fechas, pero todos aguardamos que nuestra vida sea justa, tenga paz, que sea buena y que sea bella. Hay una indómita espera que nos tiene siempre en vilo, y cada cual con su conciencia, su historia, su sensibilidad, su creencia, va haciendo sitio al cumplimiento leal de esa espera. Al encuentro de ella ha querido salir Dios.
Tras mandarnos tantos mensajeros con su mensaje en los labios, ha querido ser Él mismo quien se hiciera mensaje y mensajero a la vez. Aquí entra la vocación de María, cuando Dios pidió permiso a su criatura para que en su entraña pudiera nacer humanamente el Creador.
Podemos entender el rubor de esa casi niña, que veía como imposible lo que luego hizo posible Dios. Y en esto ella nos dio ese ejemplo inmenso: fiarse de Dios no es abandonarse a una quimera, es que Él no juega con nuestra felicidad, y cuanto nos viene a proponer no deja de buscar nuestro bien y el de la humanidad entera en el trozo de tiempo y de tierra que pisan nuestros pies.
María se fue presurosa a la montaña, nos dicen los Evangelios, y se allegó a su prima Isabel. Dos mujeres madres de un milagro: porque en donde la vida no cupo jamás como en la estéril Isabel y donde casi no cabía aún como en la doncella María, Dios hizo que brotara a borbotón. Sus hijos en ellas fueron los testigos. ¡Qué bella esa lección de relación y de encuentro, en donde con la fe y el amor, con la visita de María a Isabel salta en ella de gozo la vida que lleva dentro. ¡Si supiéramos así todos encontrarnos y reconocernos…!
Y luego vino José, el artesano justo y bueno prometido con María. A él se le confió una familia custodiando la vida que latía en ella. ¡Qué bella hermosura tener en tus manos tiernas a Dios hecho niño, hecho bebé! Lástima que no se grabara la canción de cuna que esa primeriza mamá cantaba al hijo de su entraña. Le miraría queda, le observaría dormir, se asomaría a sus sueños de Dios humano y pequeñito, mientras como decía el poeta se haría la pregunta tan llena de misterio: este niño es nada menos que Dios… y se me parece, tiene mis mismos ojos, la comisura de sus labios dibujan los míos, es Dios y se me parece. ¡Qué misterio tan grande, tan tierno y tan hermoso, tan imposible a los ojos humanos y sin embargo posible a la mirada de Dios que hace nuevas todas las cosas!''
Homilía 8 de Septiembre de 2012
''Hoy es el cumpleaños de María la Madre del Señor, y celebramos su natividad con aires asturianos honrando a nuestra Santina en Covadonga. Día especial por tantos motivos en los que todos los asturianos nos sentimos con gozo hermanos y festivos. Este año Covadonga y Amieva son un abrazo sereno desde el que elevar nuestra plegaria y brindar con sidrina por lo mucho que dar gracias fraternamente y pedir ayuda de corazón. Muchas felicidades a los que estáis aquí presentes y a cuantos siguen la celebración desde tantos lugares de Asturias, de España y del mundo a través de la televisión.
Era casi una niña, doncella joven para aquel tiempo y lugar, y en ella aconteció lo que para siempre prendió de asombro en cuantos la vieron o la recordaron a través de los siglos después. Todos han querido aportar algo con lo mejor de sus versos que con inspirada pluma escribieron, con lo más hermoso de las notas que sus músicas cantaron, con las aristas más granadas que sus gubias esculpieron, con lo más atrevido de sus pinceles que dejaron plasmados en los lienzos. Y así, cada cual con su arte, con su entraña, con su fe, con su afecto, han ido dejado en el tiempo los mejores elogios y filigranas hacia María como si fuera un homenaje pactado.
No ha habido más pacto en esta sinfonía de la gratitud que el cumplimiento de una vieja profecía, tal y como resulta en el encuentro del que nos ha hablado el santo Evangelio: todos te llamarán bienaventurada, dichosa, feliz. Y esta sagrada advertencia de una anciana bendecida en su esterilidad por la sorpresa de la vida, se hizo en la joven María un canto de alabanza con el que concelebró su más rendido gracias por un milagro todavía mayor. Si Isabel concibió en su vejez tras años de haber padecido en su vacío la maledicencia de sus paisanos, María concibió en su mocedad virgen de un modo todavía más extraordinario, por el que ella que era criatura quedaba de pronto henchida del Espíritu de Dios y constituida en madre de su Creador.
Es lo que en tantos sitios del mundo, en tantos rincones de España, se celebra en este día con la fiesta de la Natividad de María: con su nacimiento nació después esta maravilla que acabamos de recordar en el encuentro de dos mujeres, ambas madres de un milagro.
Es mi segunda Novena de la Virgen que he vivido aquí estos días pasados. Y he vuelto a maravillarme con inmensa gratitud al ver pasar a tanta gente de todos los rincones de Asturias, de tantos lugares de España, e incluso allende nuestras fronteras he visto llegar a gentes de sitios lejanos que por no pocas razones nutren aquí su esperanza.
Covadonga, lugar del pueblo cristiano
Tiene algo este valle de Covadonga que sube sinuoso por los caminos frondosos de estos bosques encantados. Hay un rincón misterioso entre las peñas del monte Auseva que nos preside, que podría contarnos tantas historias. No es un cobijo furtivo que esconde fechorías o en donde se conspiran maldades, sino una Cueva santa que sabe de secretos custodiados en el corazón de una mujer. Si este sitio pudiera desvelarnos su misterio nos asombraría cómo no ha habido lágrima que no haya sido enjugada y consolada, como sonrisa que no haya sido bendecida y celebrada. Como todo corazón de mujer, el de una madre, es un fondo inmenso donde tiene cabida lo más sentido de nuestro llanto y lo más gozoso de nuestro canto.
Y de esto nos habla la preciosa melodía que no ha dejado de cantar el murmullo del río que nace en nuestra santa Cueva deslizándose discreto desde las llanuras de Orandi. El amanecer tiene en Covadonga un encanto especial, cuando crece la luz arrebatada en rojos torbellinos y el alba apaga estrellas lejanísimas dejando a la tierra estremecida de rocío. Así lo canta un bello himno de laudes.
En medio de tanta belleza con innegable magia en este rincón asturiano se guardan siglos de historia cristiana. Y nos sabemos garantes celosos de lo que aquí se sigue narrando, de lo que aquí se viene a escuchar, de lo que aquí compartimos y celebramos. Porque antes de tanto y antes de tantos, ya estaba Covadonga con esta historia netamente eclesial del pueblo cristiano. No es una historia enigmática ni telúrica que tenga nada que ocultar, sino el paso sencillo de tantas generaciones que han encontrado aquí y así, un motivo para dar gracias a la Señora, para pedir gracia tal vez, para venir a celebrar su fe y nutrir de tantos modos lo que representa nuestra cultura.
Y porque antes de tantos y de tanto ya estaba aquí el Pueblo cristiano, Covadonga tiene esa clara denominación de origen que hace de su belleza natural, de su historia creyente secular, un enclave especial de identidad cristiana sin que tenga murallas altivas o puertas cerradas. Sí, Covadonga es cristianamente exclusiva sin ser excluyente de nadie. De este modo celebramos con apertura de miras y sin poner precios raros un lugar identitario que nos permite reconocernos los que no somos extraños, sino más bien y por tantos motivos, verdaderamente hermanos.
Homilía 8 de Septiembre de 2013
''Asturias tiene ojos grandes y admirados, cuando en un día como el de hoy se abren con asombro de fiesta. De tantos modos se asoman a este bendito lugar los ojos de todos los asturianos que desde los más diversos lares de nuestra hermosa región y desde los más alejados puntos del mundo a donde tal vez un día emigraron, hacen un guiño a la Santa Cueva con nuestra Santina. Hoy este recodo del camino en el valle del Auseva se convierte en un inmenso centro asturiano, el centro asturiano más universal.
La Santina de Covadonga: una novedad que siempre se estrena
Subir a Covadonga siempre entraña una preciosa lección. No es la repetición cansina y desgastada de un gesto, que de tantas veces escenificado quizás ha dejado ya de conmovernos, como si nos ofreciera un abrazo ficticio incapaz de estrecharnos de veras, o como si su luz no pudiese con las penumbras que más nos asustan. No, hay una novedad que nos allega a este querido rincón asturiano en donde encontramos las raíces de nuestra historia cristiana, en medio de un impresionante marco natural de indescriptible belleza.
Venimos un año más con todo lo que en doce meses, para bien y para mal hemos ido acumulando. Las calendas de los días no tienen botón de pausa y tantas veces nos sorprende su celeridad hasta el punto de sentir el vértigo de su trasiego sin dejarnos ocasión para entender y asimilar lo que tan velozmente nos acontece. La vida nos impone implacable su fatiga o a veces, bondadosa, nos brinda su descanso. En esta trama se van escribiendo nuestros sueños, al tiempo que, persistentes, se cuelan nuestras pesadillas. Podemos haber venido en tantas ocasiones a Covadonga, pero como sucede siempre, estrenamos este momento de nuestra vida completamente inédito sea cual sea el nombre y el secreto de esa novedad.
Cuando cada año subo a pie con los jóvenes asturianos desde Cangas de Onís (el pasado mayo lo hice nada menos que con ochocientos), siempre me sorprende lo variopinto del paisaje que nos rodea, verdadero escenario de lo que la vida misma es: tramos que fatigamos bajo el fragor a pleno sol, otros que recorremos protegidos por la sombra de los árboles que nos ofrecen su improvisada visera; la brisa saludable en el rostro que como una verónica de viento es capaz de secarnos los sudores; los silencios que se pueden escuchar sin el frenesí de los ruidos, o los murmullos de un agua saltarina que nos saluda al pasar por encima de los arroyos; la canción de los pájaros con trinos de música natural y el juego de las nubes que en el cielo azul dibuja fantasías. ¡Cuántos rincones surcan nuestros pies peregrinos, cuantos recovecos en los que se pone a prueba nuestra resistencia o en los que hallamos la calma que nos permite respirar en nuestro resuello! La vida está hecha de estos lances y momentos. Así, cada uno de nosotros llegamos a Covadonga un año más con todo lo que en un año ha sucedido. Cada uno tenemos un nombre, una edad, una circunstancia que hace que nuestra vida tenga la trama biográfica de nuestro momento actual. Poner nombre a lo que llena nuestro corazón de alegría y esperanza, y también a lo que nos deja confusos o heridos, nos permite llegar a Covadonga y allegarnos a la Santina como quien trae el fardo de sus dolores y pone sus ensueños al abrigo''.
(...)
Has llegado a tu casa,
y ahora querrías saber para qué sirve estar sentado, para qué sirve estar sentado igual que un náufrago entre tus pobres cosas cotidianas.
Sí, ahora quisiera yo saber
para qué sirven el gabinete nómada
y el hogar que jamás se ha encendido.
(L. Rosales, “Ciego por voluntad y por destino”, en La Casa encendida [1949]).
''Son hermosos y dramáticos estos versos: náufragos de nuestras pobres cosas cotidianas, con una condición nómada que no nos acoge en ese hogar inhóspito porque jamás se ha encendido, que ni siquiera reconoce nuestros pasos. La meditación de estos versos en perspectiva cristiana, nos permitirían realizar un auténtico examen de conciencia sobre la razón de nuestra alegría y nuestra esperanza.
La novedad de Covadonga, la de este año único 2013 que nunca antes había sucedido ni jamás se repetirá, nos acerca en este rincón mariano del valle del Auseva en nuestra preciosa Asturias, a una casa que está encendida de veras. La luz y la lumbre provienen de la esperanza, esa de no ser rehenes de ningún maleficio, ni de deber nada a nuestros errores. Una casa encendida si dejamos que entre en la vida la rebelde posibilidad de volver a empezar de nuevo, visitados por la gracia que Dios a nadie niega, para que salte de alegría lo mejor que llevamos dentro. Es lo que hizo entonces María con Isabel. Es lo que pedimos aquí para nosotros y nuestros seres queridos.
A todos vosotros, amigos y hermanos feliz día de Covadonga en esta Asturias tan querida. Que nuestra Santina nos acompañe y que siempre nos bendiga''.
Homilía 8 de Septiembre de 2014
Cuando el paisaje se hace inhóspito
Pero no subió hasta aquí un montañero santo que se quería perder en las zonas verdes de la evasión, sino que agradecido por este regalo natural, supo también levantar acta de otros paisajes más duros e inhóspitos que nos narra la crónica diaria. A veces la vida se tornabronca y peleona, fugitiva y esquiva, y nos impone sus celajes más densos complicando o impidiendo seguir el camino que nos lleva al feliz destino final para el que hemos nacido. Andamos como perdidos, dando tumbos, y es entonces en la oscura espesura donde no faltan los traficantes de nuestra esperanza, que juegan con nosotros apostando a nuestra dicha o desdicha según su interés particular. La vida de pronto se muestra impenetrable por su dureza o su oscuridad y nos deja inmóviles sin poder siquiera dar un humilde paso adelante, como si estuviésemos bloqueados ante una pared cerrada a cal y canto. Entonces provoca el miedo en la mirada, la desconfianza que nos hace extraños ante los prójimos más próximos, la desesperanzante la dignidad manchada, burlada y malvendida en los tenderetes de la frivolidad cainita, insolidaria o machista.
(...)
Covadonga educa la mirada
Covadonga tiene esta doble enseñanza, la de regalarnos una belleza tan llena de luz y hermosura, y la de mostranos que los valles angostos y las rocas impenetrables del paisaje de penuria pueden tener una puerta de salida. Sí, en el claroscuro y agridulce presente, que tantas personas sufren y padecen en su vida cotidiana, aparece el valle del Auseva y la Santa Cueva de la Santina, que tienen esta virtualidad: abrir el horizonte llenando nuestros ojos del verde amable de una esperanza cierta, y en la roca impasible de lo impenetrable herir su dureza dándonos un cobijo en medio de todas nuestras intemperies. María representa todo esto en este santo lugar: el horizonte y la acogida. ¿Quién no necesita de esto en su vida? Así lo hemos vivido los cristianos durante siglos subiendo a Covadonga, conmoviéndonos ante el testimonio de fe y confianza con tantos hermanos y hermanas nuestros han sido bendecidos precisamente aquí en este lugar''.
Homilía 8 de Septiembre de 2015
''Caen las hojas de nuestros bosques en este preotoño asturiano, y caen igualmente las de nuestro calendario en una historia que no admite botón de pausa. A veces nos produce vértigo el sucederse de los días y lo que sucede en cada jornada. Llegando estas calendas de septiembre toca con gozo celebrar la festividad de la Santina de Covadonga. Pero si sólo fuera la inercia la que diera sentido a esta cita estaríamos ante algo preparado con esmero y dignidad, pero que no pasa de ser un paréntesis que nos llega y se nos va como una tregua amable y fugaz en el trasiego de este precioso lugar tan cargado de historia y de plegarias. Este tipo de inercia nos mete en una efeméride banal que no admite sino dejar que suceda como si nadie lo pudiera cambiar y como algo que nada cambiará.
Yo comenzaba la novena diciendo que deberíamos dejarnos sorprender por el buen Dios sacudiéndonos todo tipo de inercia, porque en definitiva lo que pone fecha y circunstancia a este momento junto a la Santina en el año del Señor 2015, hace que reconozcamos la original diferencia que el hoy tiene respecto a lo que cada cual vivía hace tan sólo un año. ¡Cuántas cosas han sucedido simplemente en estos doce meses últimos que hace que nos asomemos a tantos aspectos de la vida de un modo distinto! Un año después para unos podrá ser una mirada más serena y relajada quizás porque algunos nubarrones parecen remitidos y ya no nos acorralan con sus vaticinios de negrura. Para otros, tal vez será una mirada incierta cuando la propia vida y la vida de los que más queremos sigue estando maltrecha, con serias dificultades para salir adelante, señalando con pesar que determinadas macrobonanzas no terminan de abrazarnos siquiera un poco en la bonanza pequeñita en el espacio y el tiempo que dibujan hoy el mapa de nuestra biografía. No faltará acaso la mirada totalmente secuestrada y deprimida ante horizontes duros por tantos motivos cuando la vida, la libertad, la paz, el trabajo siguen siendo realidades tan queridas como vulnerables que a la primera de cambio sucumben.
Tuvimos la osadía de hablar en estos días de la novena del tema de la alegría. Casi podría parecer irónico hablar de la alegría ante tantas cosas que están ocurriendo. Hay sucesos que parecen prohibir la sonrisa ni siquiera como mueca desenfadada que termina siendo una frívola con la que está cayendo dentro y fuera de nuestro solar. El Evangelio que acabamos de escuchar nos describe el gesto de la joven María que va en ayuda de su prima Isabel subiendo con prisa a la montaña. De Nazaret hasta Aim Karem suponía una aventura de unirse a una caravana de mercaderes y dedicar varios días en recorrer esos 120 kms. por los andurriales de entonces. Dos mujeres que se encuentran, ambas madres de un milagro. Y la imposibilidad se hace posible cuando Dios abre caminos en donde los nuestros no encuentran ni entrada ni salida.
Esto es lo que me suscita subir a Covadonga este año, cuando en mi vida de cristiano, en la vida de la comunidad diocesana que acompaño como obispo y en la sociedad de la que formo parte, me encuentro ante la necesidad de pedir con humildad que Dios no deje de abrir caminos que nos permitan salir de los atolladeros que nos confinan y adentrarnos en los senderos que nos indican la adecuada y justa meta. Y como sucedió entre Isabel y María, que el encuentro entre nosotros no ponga la mirada severa de quien desconfía, o la exclusión que censura y rechaza, sino el experimentar que junto a quien Dios pone a mi lado, quien en el fondo Él me envía, hace que yo aprenda de él lo que mi ignorancia no me enseña, y pueda hacer con él lo que aislado y solitario no logran mis fuerzas, y tenga con él lo que compartiendo mutuamente nos engrandece solidariamente.
Anoche en una Vigilia con cientos de jóvenes dábamos a cada uno de ellos una pequeña piedra como símbolo y les dijimos: con una piedra se pueden levantar murallas, muros de vergüenza, podemos dividir pueblos, con una piedra se han hecho catedrales, se han abierto caminos. Tomad en vuestras manos la piedra y con ella haced el bien''.
Homilía 8 de Septiembre de 2016
''De nuevo en Covadonga, ¿un año más?
Aquí estamos de nuevo en Covadonga. Tantos suben buscando el encanto bello de los lagos y las cumbres de nuestros Picos de Europa. Hasta los ciclistas lo han hecho admirablemente en su Vuelta a España recalando en estos lares de especial esfuerzo para sus pedales. Nosotros también subimos año tras año en estas fechas emblemáticas. Quedan atrás los quehaceres y calores del verano que se va poco a poco retirando, y nos asomamos a un nuevo curso que llama a las puertas de nuestras agendas. Aquí ese comienzo va de la mano de la festividad entrañable de nuestra Santina de Covadonga, donde también celebramos con gozo el día de Asturias. En estos días anteriores hemos subido a la novena de la Virgen un año más. Cumplimos con este gesto que mueve a toda Asturias para venir desde nuestras parroquias, comunidades y familias hasta la Santa Cueva donde encendemos los cirios de nuestras plegarias y echamos a volar nuestra esperanza ante la mirada de María que nos acoge y acompaña.
Pasa irremediable el tiempo que nos ha ido trayendo año tras año en estas fechas hasta este rincón tan especialmente querido por los asturianos: corazón de nuestra historia, de nuestra cultura y de nuestra fe. Y pasa delante de nosotros todo eso que narra lo vivido en estos doce últimos meses: situaciones y momentos que hacen que no subamos aquí sin más por una inercia piadosa cargando a la espalda un año más. ¡Cuánta gente hemos tenido que despedir para siempre, a cuántos hemos acogido por primera vez, cuántas cosas nos han sucedido para mal y para bien! Venimos con la mochila del alma cargada de nombres que deletreamos ante la Santina, y traemos también el fardo de todo cuanto nos agobia con nuestros pesares. Aquí venimos cada cual con las circunstancias que ponemos ante María para que interceda cuando nos abruman con su peso, nos apagan con su penumbra, o ponen a prueba nuestra confianza ante tantos desafíos. Pero también aquí se enciende el fuego indómito de una llama que nos alumbra, de una frescura que nos permite reestrenar tantos empeños y que nos lanza con audacia haciendo un mundo mejor y más verdadero.
Subir a Covadonga, cada uno con su motivo, es hacer una peregrinación como quien la estrena por vez primera, allegándonos a este rincón tan bello en su naturaleza con los bosques y cumbres que nos presiden, tan cargado de historia en los siglos que nos contemplan, tan lleno de fe sencilla y sincera que hemos recibido de nuestros mayores.
(...)
El papa Francisco no se cansa de repetirlo cada vez que nos presenta en este momento presente cómo Dios no es ajeno, ni un intruso, sino quien nos apunta un modo distinto de hacer las cosas, de mirar a las personas, de construir un mundo diverso. Así, el año dedicado a la misericordia no es un modo piadoso de regar fuera del tiesto, de salir por la tangente de lo irreal e incierto, sino una manera de recordarnos el compromiso al que estamos todos llamados para construir cada cual desde su ladera y conciencia, algo que sea verdadero, que acerque la justicia, la felicidad, la fraternidad en un mundo demasiado injusto, infeliz, fratricida y huérfano.
(...)
María nos acerca y recuerda todo esto, y por eso es puerta abierta a una misericordia bendita. Aquí en Covadonga, como María subió con prisa a la montaña, así también nosotros con prisa queremos ser acogidos y luego enviados con un anuncio de buena Noticia. Los ojos de Omran y los labios de Giuliana, nos urgen a abrir los nuestros para ver y proponer un mundo más hermoso y distinto. Así comenzamos este nuevo curso pastoral que va apuntando maneras, con el deseo sincero de que Dios sea glorificado y los hermanos bendecidos. Bajo la mirada de María, nuestra Santina de Covadonga, ponemos una palabra y un gesto de misericordia en el surco de la vida que se nos ha confiado. Que Ella nos acompañe y nos bendiga''.
Homilía 8 de Septiembre de 2018
''Subió con prisa a la montaña. Lo acabamos de escuchar en el Evangelio que relata el encuentro de María con su prima Isabel. El precioso rincón montañoso no lejos de Jerusalén, Ain Karem, era donde vivían Isabel y Zacarías. Isabel se encontraba esperando un hijo, que como en el caso de María, era fruto de un milagro. Cuando ya no cabía esperar en Isabel, o cuando no había llegado el tiempo de la espera en María, la vida llamó a la puerta, haciendo Dios posible lo que para ellas era imposible. Y la vida se hizo carne de mujer, portadora de un mensaje capaz de encender la luz sin ocaso, la verdad que no traiciona, la bondad que jamás se envilece, y la belleza para siempre lozana.
Pienso en nuestras cosas imposibles, tantas cosas cotidianas que nos recuerdan la pequeñez y vulnerabilidad. Es prolija la lista de cuánto nos preocupa y enfrenta en el panorama internacional y en nuestro suelo patrio. Pero la esperanza cristiana consiste en aceptar confiados los retos de la vida bajo la mirada de un Dios bueno que nos sostiene, poniendo en juego lo mejor de nosotros y dejando que Él acerque sus dones y posibilidades a través de nuestra limitación e imposibilidades. Es su Palabra contada en nuestros labios, y su gracia repartida con nuestras manos, lo que a través de los siglos ha ido escribiendo una historia cristiana. Así fue con María portadora y portavoz de quien en su seno llevaba, haciendo que saltase de alegría lo mejor que Isabel llevaba en sus entrañas.
En este día especial, las campanas han roto su silencio para anunciarnos la fiesta de la Virgen de Covadonga. Esta vez es diferente su tañido por cuanto nos lleva y nos trae a este lugar emblemático para el pueblo cristiano y la historia de Asturias y España. Hoy la Santina en su Santa Cueva celebra su coronación canónica que cumple un siglo de llevanza con su pequeño Hijo coronado también en el regazo del abrazo materno. Como grata y esperada coincidencia, está la visita de la Familia Real igual que hace cien años. Con mucho gozo la Reina y Madre de nuestra montaña recibe en su primera salida institucional, a la joven Princesa Doña Leonor, heredera de la corona de España.
Trece siglos de historia nos contemplan. En el claroscuro y agridulce presente, aparece en este valle en Covadonga la Santa Cueva para abrir el horizonte, poner en la mirada el verdor de una esperanza cierta, y en la roca impenetrable herir su dureza cobijándonos en nuestras intemperies. Esto representa María en ese santo lugar. ¿Quién no lo necesita en su vida? Así lo hemos vivido los cristianos durante siglos subiendo a Covadonga, a través de los bosques que guardan secretos que custodian, encantándonos con el murmullo saltarín de sus aguas desde las cumbres nevadas de los Picos de Europa cuyo Parque nacional cumple también cien años, escuchando el canto de sus aves que Dios les compone cada mañana, y conmoviéndonos ante el testimonio de esperanza de tantos cristianos que con el llanto de sus lágrimas y el gozo de sus sonrisas, han sido bendecidos por quien nos espera como Madre en su casa. En María reconocemos el regalo que nos permite crecer en el don de la fe, la certeza de la esperanza y el testimonio de la caridad. Así lo vivió siempre el pueblo cristiano mirando a la Santina, recibiendo de Ella el consuelo para sus pesares y la razón de su alegría, sabiéndonos cercanos de quienes María trata como hijos convirtiéndose así en nuestros hermanos''.
Homilía 8 de Septiembre de 2019
No tiene pausa la vida, y las calendas de nuestras efemérides siguen escribiendo otras páginas en los calendarios. Pasó el año 2018 con todas sus citas centenarias, sus actos culturales, encuentros y peregrinaciones, sus celebraciones litúrgicas y aquella visita memorable de la Casa Real con sus majestades los Reyes de España, la Princesa de Asturias y la Infanta. Fueron meses preparados con mucho esmero y con un balance final lleno de agradecimiento por las muchas gracias derramadas durante todo ese tiempo que enmarcó el primer centenario de la coronación canónica de la imagen de la Santina de Covadonga, el del Parque Nacional de los Picos de Europa y el decimotercer centenario del comienzo del Reino de Asturias. Es la historia inacabada que seguimos escribiendo.
Aquella fecha irá pasando inevitablemente según se suceden los días, los meses y los años venideros, pero quedará en la memoria la gratitud más rendida por todo lo mucho y bueno que hemos vivido en un año jubilar en donde tuvimos la gracia de vivir de modo renovado como hijos de Dios y de María, hijos de un pueblo noble que se ubica en esta hermosa tierra asturiana. Eran las tres referencias que enmarcaban cuanto celebramos hace un año con el motivo centenario: la tierra que nos acoge en su belleza, el pueblo al que pertenecemos con su larga historia y la fe que nos identifica como cristianos en nuestra vivencia religiosa y en el modo cultural de ver y vivir las cosas.
Hemos escuchado en el evangelio que aquella joven María subió presurosa a la montaña para ir al encuentro de su prima Isabel. Ambas eran madres de un milagro: el que sucede cuando la vida nunca llamó a la puerta y el que sucede cuando no era tiempo todavía. Pero ambas mujeres se encontraron en el abrazo conmovido de la sorpresa con la que la vida nos sorprende siempre si dejamos que Dios se nos adentre, nos sostenga y nos acompañe en todos nuestros lances.
Saltó de alegría el pequeño que Isabel llevaba en su entraña. Su madre simplemente dio testimonio del prematuro sobresalto que llenaría de alegría su mirada. La alegría de quien es visitado por otro bebé en ciernes que no era una criatura cualquiera, sino el Hijo de Dios desde siglos esperado, llevado por su joven mamá en su seno maternal recién fecundado virginalmente. Dos mujeres frente a frente, con dos historias por nacer que se intercambiaron de aquel modo el abrazo.
El autor alemán Joseph Kentenich al hilo de este evangelio, hará una pregunta que resulta ser cotidiana: cómo nos saludamos al encontrarnos. Porque viéndonos venir podemos cambiar de camino para ignorarnos esquivamente, o ir con prepotencia para con vileza arrollarnos, o mirar con desdén al otro hasta despreciarlo, o maquinar insidias con calumnias y mentiras para destruirlo. Pero cabe también una mirada acogedora, con un corazón que al otro le ofrece cabida, con palabras amables que propician cordialidad y no puñales, un saludo que nos dignifica, nos humaniza y nos hace hermanos.
Todo un espejo para mirarnos en nuestras relaciones cotidianas en las que a diario se deciden el trato o el maltrato que nos brindamos en la familia, en el vecindario, en los lugares de trabajo, en los círculos de amigos. Demasiados escenarios nos están enfrentando cultivando la crispación que hace complicada y difícil la convivencia y nuestra leal colaboración ante los desafíos y retos que tenemos que afrontar responsablemente.
(...)
Amigos y hermanos, estamos de celebración en el día de nuestra Santina de Covadonga, día en el que Asturias se viste de fiesta como comunidad autónoma. Una fecha que cada año nos hace venir a este Santuario mariano con gaita y pandero, con traje festivo y en los labios las sonrisas. Hay algo que nos pone en vilo cada año, que despierta y encauza nuestro esfuerzo, poniendo nombre a la ilusión y color a la esperanza, un reestreno que tiene siglos de andanzas en las mil idas y venidas bienaventuradas.
Me gusta repetir que en esas montañas nació un pueblo que tiene latidos cristianos. Y que son antiguas las huellas que los pies peregrinos han dejado subiendo a Covadonga a través de los siglos. Pies que han surcado caminos de lodos embarrados y arenales mullidos, de bosques umbrosos y de soles rendidos, con la paz que nos hace concordes y las diferencias que a veces acaban en conflicto. Pero al final de la andadura, encontramos una casa habitada por la Madre que en Dios nos hace sus hijos, una casa encendida en la que ser hermanos se convierte en un regalo tan necesario como inmerecido. Hasta aquí nos allegamos los que buscamos la luz alumbradora en nuestras penumbras, la respuesta verdadera a nuestras preguntas todas y un bálsamo amigo para las heridas.
En este valle del Auseva, la luz, la respuesta y el bálsamo se han dado cita para abrazar como una gracia a quienes se saben mendicantes del bien y de la paz, de tantas cosas hermosas todavía no escritas. ¡Si pudieran hablar estas rocas y cumbres que nos presiden! ¡Si pudieran decirnos su secreto los bosques y los senderos que hasta aquí llegan, y nos desvelasen el por qué del vaivén en tanta gente que cada año acude a la Santa Cueva en este enclave de Asturias que tiene ensueño e historia! La Santina sabe de esas palabras que le han venido a contar sus hijos, guarda en su corazón esos secretos y desde la cueva grande del cielo nos sigue acompañando con desvelo''.
Homilía 8 de Septiembre de 2020
“Subió con prisa a la montaña”. Así nos dice el Evangelio que la joven María emprendió esa ruta de casi 120 kms. entre Nazaret y Ain Karem para ir al encuentro de su prima Isabel. ¿Prisa de qué? De llegar cuanto antes al encuentro de su pariente mayor que ella, estando ambas grávidas de un milagro, madres de la sorpresa: cuando la vida había descartado aparecer en el seno de Isabel, o cuando aún no había llamado a la puerta en el caso de María. Madres ambas de un milagro. Había prisa para darse el abrazo de la gratitud en la alegría de los dos hijos gestantes en su regazo. Prisa también por superar el alto riesgo de un viaje largo y arriesgado para una joven mujer en una caravana de mercaderes desde Galilea hasta Judea.
(...)
Ella se fio de esa palabra que un mensajero de Dios le acercaba ante el reto de algo que le resultaba no difícil sino imposible: ser la madre de Dios. La prueba que se le dio era que su madura prima Isabel que llamaban la estéril, estaba ya de seis meses de embarazo. Lo imposible se hacía posible. Y María lo creyó. Esto es lo que cada día, a las doce de la mañana, recordamos con la oración del ángelus mientras suenan las campanas. Y así lo hemos hecho en estos meses de pandemia. Desgranamos nuestras tres avemarías pidiendo a la Señora que no nos deje de su mano en estos momentos que tanto destrozo nos infligen, tantas lágrimas nos provocan, tantas preguntas nos asaltan dejándonos pobres de certezas ante el mañana y cargados de melancolía por el tiempo pasado con los que ya no tenemos cerca. Rezamos por los enfermos infectados en número nuevamente creciente, por los que han caído en la muerte durante su ocaso, por cuantos los cuidan como sanitarios, sacerdotes, religiosas, o voluntarios de Cáritas, por tanta gente buena que, desde su lugar y saberes, arriman el hombro y arriesgan sus vidas.
(...)
Por eso tenemos prisa, sí. Como María en su viaje hasta su prima Isabel. Nuestra prisa tiene que ver con la paz y el bien, la certeza y la esperanza, donde podamos realmente tomar de nuevo la vida entre las manos, recuperar el beso y el abrazo, los brindis y los encantos, la fe y la libertad que nunca nada ni nadie puede dejar confinadas.
Así se lo pedimos a nuestra Madre la Santina, aquí en su Santuario, en una fecha en la que toda Asturias se viste de fiesta en su día. Que la Virgen de Covadonga nos acompañe en este insólito comienzo de curso, que no deje de protegernos, para que la llama de la esperanza siga alentando nuestras vidas y la fortaleza de la fe nos haga serenos. Sólo así podremos aportar los cristianos el testimonio de la caridad como don supremo para los que sufren todas las consecuencias sanitarias y económicas que genera esta prueba tremenda de la pandemia que estamos sufriendo''.
Homilía 8 de Septiembre de 2021
''La holganza veraniega ha hecho de Asturias un lugar elegido por tantas personas del resto de España y allende nuestras fronteras. Ha sido la opción más deseada por parte de tantos que han descubierto en nuestra tierra la belleza agreste y arcaica de sus bosques y montañas, sus acantilados y playas, pintando de esperanza un horizonte tan grande como sus rincones y entrañas. Pero también han contado las ciudades y villas y un sinfín de pueblos, todos ellos ejemplares por su encanto. Y por supuesto las personas: siempre crece mi admiración por nuestra gente asturiana: noble y sincera, acogedora y simpática, que aporta un importante activo al asombro grato que suscita Asturias. Y junto con la belleza natural y la bondad de nuestra gente, está la historia con su singladura a través de los siglos, una historia que sabe de valores y resistencia. Una historia de páginas gloriosas en sus mil laberintos de luz y sombra, de sudor y sangre, de ilusiones y algazaras, de llantos y sonrisas; una historia por la que brindar en positivo, o en la que aprender incluso de las pesadillas. Es la historia sucedida que no hay que inventar, ni volver a escribir con tinta de ideología; una historia agridulce y claroscura, como siempre es la que los humanos narramos con todos nuestros lances. Son los valores que hemos recibido de nuestros mayores, y la reconquista de lo que vale la pena cuando alguien nos zarandea y nos invade con intrusiones advenedizas.
En esta tierra nuestra tan rica en colores, en valores y esfuerzo cotidiano para hacerla mejor cada día, hay también una trama religiosa. Las raíces asturianas, son raíces cristianas que a través de los siglos han ido entonando las notas de la caridad hecha gesto, la fe profesada y la esperanza como motor de lo mejor cada mañana. Tropiezos y fallos, también los hemos tenido. Pero la sabiduría ancestral de nuestro pueblo, se acompasa con la belleza natural que nos circunda y la bondad de nuestras gentes, teniendo esa denominación de origen de la mejor tradición cristiana.
Este es el mapa natural, humano, histórico y religioso, que bien está recordarlo en el día en el que Asturias celebra su fiesta, coincidiendo con convocatoria entrañable en torno a nuestra querida Santina de Covadonga en este día de su festejo cristiano y social. Esta es la fecha que pacífica y agradecidamente celebramos en Asturias desde hace tantos años. Suben los voladores detonando en los cielos su chispa de alegría, se escancia la sidrina para tomar los culines de la fraterna amistad, y venimos en romería a este querido Santuario, verdadero corazón de todo lo que significa y es esta Asturias, patria querida.
(...)
Hemos escuchado en el Evangelio de este día que María subió con prisa a la montaña, igual que nosotros vamos apresurados saliendo cuanto antes de lo que puede apagarnos, lo que puede secuestrar nuestra esperanza. María hizo aquel viaje arriesgado para una joven que además estaba encinta, pero no se quedó en el calculado interés de su comodidad o de sus componendas egoístas. Aceptó el reto y se dejó empujar en la aventura de salir de su pequeño Nazaret para ir al encuentro de quien la estaba necesitando, yendo gozosa al encuentro de Isabel, su prima. Ambas eran testigos de un milagro: recibir la vida cuando ésta no había llamado a la puerta, o cuando pasó de largo cada día. María jovencita, Isabel anciana, madres de aquel milagro de un Dios que tiene recursos e iniciativas, y es capaz de ofrecer en el momento más oscuro una luz que no declina, poniendo horizonte de esperanza en donde sólo había callejones sin salida. El arcángel Gabriel se lo dijo: asómate a la vida, y deletrea lo que allí Dios escribe, porque lo que parece imposible para tus posibilidades, Él lo hace posible con la gratuidad más gratuita.
Habría que poner nombre a nuestra prisa, a nuestros imposibles, cuando vemos cómo se cierran puertas, se conculcan derechos, se acumulan violencias y planean nubarrones de incertidumbre en nuestras vidas. Porque la fe cristiana no consiste en una evasión piadosa torciendo nuestros ojos a mundos irreales. La fe cristiana afronta la realidad pidiéndole prestada a María la mirada para ver que Dios hace milagros en nuestros imposibles posibilitando lo que es justo y bello, verdadero y bondadoso… en medio de tanta injusticia, mentira y malicia. María e Isabel se encontraron, y lo mejor de sus senos maternos, saltó de alegría. Dios hizo el resto''.
Homilía 8 de Septiembre de 2022
''Caen inevitables las hojas de nuestras calendas, y la vida sigue su curso entre sus días que acogen cada clima y cada circunstancia. No ha sido fácil venir de donde venimos en estos últimos años de pandemia insospechada. Y por eso tanto más grato resulta ver que volver a Covadonga es un regalo de alegría ante la vida reestrenada en su normalidad más deseada. Desde el primer día de la novena a la Santina que ayer concluíamos, el Santuario de la Virgen se llenó de gente buena que en numerosa y creciente muchedumbre se allegaba a la Santa Cueva trayendo cada uno sus lágrimas y sus sonrisas, sus debilidades y fortalezas, sus dudas y sus certezas.
Porque somos peregrinos de una tierra siempre nueva, de un cielo que nos aguarda de tantas maneras, de una belleza que no es ficticia, de una verdad que no engaña y de una bondad que nos hace amables cada día. Anoche fueron los jóvenes los que en horas sugestivas acudieron a la cita de la vigilia de oración. Todo un espectáculo de esperanza viendo a las generaciones más mozas hacerse peregrinas de un mundo nuevo y mejor que tiene el horizonte de una vida cristiana fresca. Sus cánticos y plegarias, la sana rebeldía ante lo que por doquier les engaña, daba una imagen preciosa que llenó esta Basílica de una juventud distinta, verdadera semilla del mejor de los mañanas.
Desde todos los rincones de nuestra geografía asturiana, y de allende los mares y los montes, hemos visto acudir a tantas personas que, como María hizo en el valle de Ain Karem para encontrar a su prima Isabel, han subido con prisa a la montaña en nuestro valle del Auseva. Hay una hendidura en la roca de esta montaña que ha hecho de su herida una oquedad habitable. Es la casa habitada en donde nos espera siempre la Madre, una casa encendida con brasas de hogar que a todos nos acoge desde nuestras intemperies con el abrazo amoroso de alguien que nos conoce, nos cuida y nos aguarda.
Siempre que he subido en Israel esa senda entre bosques en Ain Karem para llegar a la casa de Isabel y Zacarías, como llegó desde Nazareth la joven María, siento la emoción de cómo en mis adentros hay cosas que saltan de alegría cuando se exponen ante lo que es bello, bueno y verdadero. No sólo saltó en su seno el hijo de Isabel, sino su vida toda se hizo canto y alabanza porque alguien le traía un motivo para el gozo y la algazara. María llevaba algo más que un gesto amable de visita a la prima mayor. María llevaba en su seno también lo mismo que Isabel tenía en su entraña: ser ambas madres de un milagro.
Pero también aquí en los bosques que nos circundan he quedado conmovido cuando he subido con familias, con niños y jóvenes, adentrándonos en el misterio de sus sombras tupidas por los árboles hermanos, con las aguas cantarinas que ponían rumor a nuestros pasos, con la música de los trinos de tantos pájaros que la partitura que Dios edita cada mañana. ¡Qué hermosa cantata inédita con la que el Creador nos sorprende al levantar el alba amaneciendo y en el crepúsculo de cada tarde con la tramontana!
No sólo María subió con prisa a la montaña, sino que también nosotros estamos apresurados con las ganas de poder vivir las cosas con esa misma gracia. Porque lo que nos ha dicho el Señor se cumplirá, como siempre acontece en los que lo aman. Y ese cumplimiento significa que mi vida ha encontrado su camino para poder expresar de tantos modos lo que Dios eternamente silenció para decírmelo a mí y contarlo conmigo, lo que desde siempre Él retuvo para dármelo a mí y repartirlo conmigo. Así en María se cumplió tan bellamente su misión y su destino. A esto mismo estamos llamados nosotros sea cual sea nuestra edad, nuestra profesión y nuestra circunstancia''.
Homilía 8 de Septiembre de 2023
''Pasan los días como se deshojan nuestros bosques de hayas tan llenos de misterio y remembranzas. Hojas caídas como juguetes del viento que son, como ilusiones desprendidas del árbol del corazón, tal como rezaba el poema romántico de Espronceda.
Y en este imparable vaivén de un tiempo que nos empuja, tenemos la cita entrañable y esperada para acudir a Covadonga en la fiesta de nuestra Santina. Toda Asturias se viste de fiesta y proclama hoy precisamente su día en torno a la Señora que desde su santa Cueva nos cuida y nos mira en cada circunstancia. Fiesta de una región bella como la nuestra, fiesta de romería que pone alivio gozoso en estos primeros pasos del curso y que señala el punto de partida que comienza en estos aledaños como una historia inacabada que día a día seguimos escribiendo en el trozo asignado a nuestras manos.
(...)
En este día de Covadonga, que tiene la fecha de nuestra edad y el domicilio de nuestra circunstancia, María nos dice dos mil años después algo de todo esto que a mí Dios me gritó en Irina. Porque la Virgen, cuando con su embarazo incipiente fue al encuentro de su prima Isabel, nos dice el Evangelio que ambas madres se saludaron. E Isabel sintió en su seno que el pequeño Juan saltaba de alegría. ¡Me lo enseñó mi madre llevando mis pequeñas manos a su vientre gestante para sentir que en él se movía gozoso el hermanito que venía!
(...)
María subió con prisa a la montaña, y en ese encuentro con su prima escenificaron otra manera de vivir y convivir tan distinta, tan respetuosamente cristiana, tan enriquecedoramente complementaria. Y esto aprendemos en este día de una fiesta tan nuestra acudiendo a este Santuario donde tuvo comienzo la historia a la que pertenecemos, donde nutrimos nuestras razones para la esperanza, donde aprendemos a escribir entre todos nuestro momento histórico.
A Covadonga acuden hombres y mujeres de tantas edades y de tantos lares. Aquí vemos pasear la alegría de la familia, la ilusión de los niños y jóvenes, las lágrimas dulcemente enjugadas de nuestros mayores y las sonrisas compartidas con gozosa algazara. Aquí nos allegamos con nuestras dudas, nuestras preguntas y nuestras heridas, y aquí se nos regala la certeza que humildemente nos abraza, las respuestas serenas que nos traen la paz y el bálsamo que los arañazos de la vida restaña. Bien lo saben quienes aquí cuidan de la casa de nuestra Santina como un lugar de acogida, reconciliación y reconquista de cuanto nos hace mejores hijos de Dios y cercanos hermanos de los que ha puesto a nuestro lado.
En este día festivo asturiano, con la Santina recorremos los tramos que nos irán abriendo los meses por delante según vayan llegando con sus climas varios los retos en las estaciones del año que nos llegarán paso a paso y… partido a partido. Ante la Señora ponemos nuestros anhelos ilusionados, nuestros pesares preocupados, y la decisión de salir al encuentro del otro, sea quien sea, con la mirada que aprendemos en los ojos de la Santina y en el respeto de aquel encuentro que nos enseña a enriquecernos y complementarnos''.
"¿Jesús Sanz Montes o Carlos Osoro?": "Merchán y el Papa Francisco"
FAMILIA
''Para justificar la ruptura de los lazos familiares se mentaliza a la gente con fórmulas extrañas de matrimonio, de familias inestables, de promoción femenina, de autorrealización de las personas etc., de suerte que los hogares donde nacimos y crecimos hace hace años se califican de fórmulas anticuadas, ya sin valor, y llamadas a desaparecer pronto. En este intento de catalogar como obsoletos y antiguos los lazos familiares se recurre hoy con frecuencia a identificarlos con el pasado cristianismo de nuestro pueblo'' (Gabino Díaz Merchán. Evangelizar en un mundo nuevo, 2017)
"No podemos ser indiferentes al futuro de la familia, comunidad de vida y de amor, alianza insustituible e indisoluble entre el hombre y la mujer, lugar de encuentro entre generaciones, esperanza de la sociedad" (Papa Francisco, Vaticano 30/05/2023)
ABORTO
"No hay razones válidas que puedan hacer honesto un acto, que priva de la vida a los que nada pueden hacer por conservarla si la sociedad no les protege" (Gabino Díaz Merchán, Entrevista Hoja Diocesana Esta Hora Enero 1983)
"No se debe esperar que la Iglesia cambie su posición en este tema. Quiero ser completamente honesto al respecto. No es un tema que esté sujeto a supuestas reformas o "modernización". No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana''. (Papa Francisco, Conferencia de prensa durante el vuelo de regreso de México 17/02/2016)
HOMOSEXUALIDAD
''Entre nosotros son todavía objeto de interés periodístico, porque son anormales e infrecuentes. Pero hemos de mantener el discernimiento necesario para no resignarnos a considerarlas como inevitablemente normales en el futuro''. (Gabino Díaz Merchán, Homilía 08/09/1985)
"Ya hay demasiado mariconeo" (Papa Francisco, Palabras a los Obispos de la Conferencia Episcopal Italiana 21/05/2024)
IGLESIA - POLÍTICA
''Hay personas para quienes toda participación de la Iglesia en asuntos es intromisión indebida en asuntos propios de la autoridad civil o en materia reservada a los partidos políticos. Esta manera de pensar parte de un principio falso: que la autoridad civil y los partidos que aspiran a conseguir el poder tienen competencia exclusiva sobre todo lo que afecta a la convivencia social de un pueblo''. (Gabino Díaz Merchán, Discurso de apertura de la XL Asamblea Plenaria de la C.E.E.)
“La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad”. (Papa Francisco, Mensaje para la 52ª Jornada Mundial de la Paz 08/12/2018)
''Algunos pocos consideraban el marxismo como adelantado de la lucha por la libertad y los derechos de los trabajadores, silenciando la realidad totalitaria de los marxismos históricos'' (Gabino Díaz Merchán, Evangelizar en un mundo nuevo 2017)
''Propone una visión cristiana de los derechos humanos capaz de poner en discusión a nivel teórico y práctico la pretensión totalitaria del Estado marxista y de la ideología atea sobre la que se fundaba'' (Prefacio para el libro Liberar la libertad. Fe y política en el tercer milenio 2018
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