sábado, 31 de enero de 2015

Evangelio del Domingo 4º del Tiempo Ordinario – Ciclo B


Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21-28

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:

– «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»

Jesús lo increpó:

– «Cállate y sal de él.»

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:

– «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»

Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor

Necrológica diocesana

El sacerdote Alfonso Carrandi Suardíaz, natural de Lué (Colunga) falleció el pasado jueves, 29 de enero. 

Ordenado en 1953, comenzó su labor ministerial como coadjutor de la parroquia de Santa María de Pola de Laviana. 

Desde entonces, hasta el año 1961 estuvo encargado de diferentes parroquias en la zona, como Santa María de Oviñana, San Andrés de Agues, San Pedro de Ladines. Tras un breve período en Villaviciosa y Avilés, pasó a ser párroco de Santa Eulalia de Bello y Santa María de Pelúgano, en el concejo de Aller. 

A partir de 1965, pasó a hacerse cargo de Pintueles y su filial, Cadanes, en Piloña, así como Santa María de Lodeña, San Martín de Torazo y Santa María de Anayo, donde permaneció hasta 1998, fecha de su jubilación. Desde entonces, residía en la casa sacerdotal, en Oviedo. El funeral tuvo lugar hoy en su parroquia natal de San Vicente de Lué . D. E. P.

viernes, 30 de enero de 2015

Despacho parroquial: "pasaba por aquí..."


No, por Dios. No nos pensemos que el despacho parroquial es tan solo un fleco puramente administrativo  de la parroquia. Me soprende que lo limitemos a un horario de mínimos o más aún, a un servicio que se presta “previa cita".

Por supuesto que una parte es la de los papeles. La gente necesita en un momento una partida de bautismo, hacer un expediente matrimonial, encargar una misa o informarse de los requisitos o trámites para bautizar al niño. Para estas cosas pienso que tiene que haber un horario “mínimo” de despacho, si se puede, y si no bien vale lo de pedir cita y quedar.

Pero lo más grande del despacho es ese “pasaba por aquí". Cada cual tiene sus manías, sus formas y sus modos. Cada cura las propias a la hora de atender su feligresía. Unos llevan mejor una cosa, otros otra, estos cuidan más este aspecto, otros prefieren aquél. Yo hablo de lo mío, de mis manías y descubrimientos. No mejores ni peores. Los míos.

Una de mis manías es el despacho, echarle horas. Tanto que ya por costumbre le echo tiempo y tiempo, hasta el punto que para trabajar, leer, hacer cosas me siento mucho más cómodo en el despacho que en casa. Acabo la misa de la mañana, desayuno y antes de las nueve ya estoy. Y por supuesto con la puerta de la calle entreabierta para que se sepa que hay gente. Más aún, a mis compañeros les pido que si tienen que estudiar o preparar cosas que procuren hacerlo en el despacho, sobre todo para asegurar la puerta abierta el mayor tiempo posible.

La gente se lo ha aprendido. Normal que cada día pasen tres o cuatro personas para las cosas más diversas, también buscar una partida de bautismo, pero eso es lo de menos. Pasan, saludan, charlamos, comentamos cosas, piden un consejo y bastantes acuden a confesarse. “ Como sé que siempre estáis por aquí". Anda que no tengo yo gente confesada a las cinco de la tarde…

Los mismos feligreses me preguntaban hace unos días que si merece la pena echar tantas horas al despacho. Les contaba que en una ocasión apareció por aquí alguien, lector del blog y del librejo ese “De profesión, cura". Llegaba desde la otra punta de Madrid y se presentó aquí diciendome que había leído en un libro que si queremos ser santos hay que empezar por una buena confesión y que a eso venía. Impactante confesión. Pues bien, solo lo de esta persona ya justifica por lo menos seis meses de despaho.

Horas y horas. Hasta para leer el periódico y hacerse unos solitarios en el ordenador. El despacho. Por cierto, son las once quince de la mañana y ya han venido cuatro: pasaba por aquí,salía  de la capilla y como estaba la puerta abierta…

Jorge Glez. Guadalix

Francisco: «En la parroquia he de preguntarme si hablo y practico la fe, la esperanza, la caridad»

Francisco: «En la parroquia he de preguntarme si hablo y practico la fe, la esperanza, la caridad»

«»Los que privatizan la fe cerrándose en élites que desprecian a los otros no siguen el camino de Jesús. Así lo ha asegurado el Santo Padre durante la homilía en la misa celebrada esta mañana en Santa Marta.

Al comentar la Carta a los Hebreos, el papa Francisco ha afirmado que Jesús es “el camino nuevo y vivo” que debemos seguir “según la forma que Él quiere”. Porque “existen formas equivocadas de vida cristiana”. Por eso, ha explicado que Jesús “da el criterio para no seguir los modelos erróneos. Y uno de estos modelos equivocados es privatizar la salvación”.

De este forma, el Papa ha afirmado que “es verdad, Jesús nos salva a todos, pero no genéricamente. Todos, pero cada uno, con nombre  y apellidos. Y esta salvación es personal”.

Realmente -ha añadido- yo soy salvado, el Señor me ha mirado, ha dado su vida por mí, ha abierto esta puerta, esta vía nueva para mí, y cada uno de nosotros puede decir ‘Por mí’”. Pero existe el peligro de olvidar que Él nos ha salvado de forma individual, pero en un pueblo, ha advertido el Pontífice. “El Señor siempre salva en el pueblo. Desde el momento en el que llama a Abraham, les promete hacer un pueblo. Y el Señor nos salva en un pueblo”, ha recordado.

Por eso el autor de esta Carta nos dice: “ Prestaremos atención los unos de los otros”. A propósito, el papa Francisco ha indicado que “no hay salvación solamente para mí. Si yo entiendo la salvación así, me equivoco; me equivoco de camino. La privatización de la salvación es un camino equivocado”.

Para no privatizar la salvación hay tres criterios que el Papa ha explicado en la homilía: La fe en Jesús que nos purifica, la esperanza que nos hace mirar las promesas e ir adelante y la caridad - es decir,prestar atención los unos a los otros, para estimularnos en la caridad y en las buenas obras.

Y Francisco lo ha explicado así: “Y cuando yo estoy en una parroquia, en una comunidad -la que sea- yo estoy allí, yo puedo privatizar la salvación y estar allí un poco socialmente solamente. Pero para no privatizarla debo preguntarme a mí mismo si yo hablo, comunico la fe; hablo, comunico la esperanza; hablo, practico y comunico la caridad”, ha observado. Asimismo, ha indicado que si en una comunidad no se habla, no se anima el uno al otro en estas tres virtudes, los componentes de esta comunidad han privatizado la fe. Cada uno busca su propia salvación, no la salvación de todos, la salvación del pueblo. Y Jesús ha salvado a cada uno, pero en un pueblo, en una Iglesia”.

Por otro lado el Santo Padre ha recordado que el autor de la Carta a los Hebreos da un consejo “práctico” muy importante: “no desertemos de nuestras reuniones, como algunos tienen costumbre de hacer”. Esto sucede --ha precisado el Papa-- cuando estamos en una reunión en la parroquia, en el grupo, y juzgamos a los otros, “hay una especie de desprecio hacia los otros. Y esta no es la puerta, el camino nuevo y viviente que el Señor ha abierto, ha inaugurado”.

Por esta razón, el Obispo de Roma ha indicado que “despreciando a los otros, desertando de la comunidad total, desertando del pueblo de Dios, han privatizado la salvación: la salvación es para mí y mi grupito, pero no para todo el pueblo de Dios. Y esto es un error muy grande”. Francisco ha definido este como “las élites eclesiales”.

Por eso, el Pontífice ha advertido que “en el pueblo de Dios se crean estos grupitos, piensan que son buenos cristianos, también -quizá- tienen buena voluntad, pero son grupitos que han privatizado la salvación”.

Finalmente, el Papa ha recordado que “Dios nos salva en un pueblo, no en las élites, que nosotros con nuestras filosofías o nuestra forma de entender la fe hemos hecho. Y estas no son las gracias de Dios”. A este punto, el Santo Padre ha invitado a preguntarse: “¿Tengo la tendencia de privatizar la salvación para mí, para mi grupito, para mi élite o no abandono del todo el pueblo de Dios, no me alejo del pueblo de Dios y siempre estoy en comunidad, en familia, con el lenguaje de la fe, de la esperanza y el lengua de las obras de caridad?”

Al concluir, Francisco ha pedido “que el Señor nos dé la gracia de sentirnos siempre pueblo de Dios, salvados personalmente. Eso es verdad: Él nos salva con nombre y apellidos, pero salvados en un pueblo, no en el grupito que hago para mí”.

Texto de Radio Vaticano traducido y adaptado por ZENIT

jueves, 29 de enero de 2015

Las tres miradas


No porque dediquemos un año a algo o a alguien va a comenzar la historia, pero sí que con este motivo podemos descubrir o profundizar con el asombro de una novedad ese algo o alguien que se nos propone mirar. El Papa Francisco ha querido que en este año miremos a Santa Teresa en particular y a esa vocación cristiana que representa la vida consagrada en general. Ya desde octubre y noviembre estamos en esto.

El próximo día 2 de febrero celebramos la jornada mundial de la vida consagrada. Con este motivo vale la pena que recuperemos en la comunidad cristiana lo que supone en nuestra vida eclesial el regalo de tantos hermanos y hermanas que testimonian el seguimiento del Señor en su consagración a Él y en su servicio a los hombres y mujeres a los que son enviados. Comunidades contemplativas que desde el silencio de sus claustros nos recuerdan que todos hemos de escuchar la Palabra de vida que nunca pasa y adorar la Presencia bendita con la que Dios siempre nos acompaña. Comunidades apostólicas que en todas las encrucijadas saben acercar una buena noticia en la educación de niños y jóvenes, en el compromiso por la justicia y la paz, en el arte y los medios de comunicación, en la atención de enfermos  y ancianos, en la solidaridad cristiana junto a los que sufren soledad, incomprensión, persecución o violencia, en la entrega misionera de ir hasta los confines de la tierra para anunciar a Jesús como Salvador.

Hay siempre un nombre de un hombre o una mujer que dieron comienzo a esta historia cristiana: San Benito, San Francisco, Santo Domingo, San Ignacio… Santa Clara, Santa Teresa, Beata madre Teresa de Calcuta… ¡Cuántos hombres y mujeres recibieron una llamada, se encontraron con Jesús y quedaron prendidos y prendados de alguna palabra del Maestro, de algún gesto suyo salvador! Sus vidas fueron un apasionado testimonio de esa Palabra de la que serían portavoces y de esa Belleza de la que serían portadores. Así fueron naciendo a través del tiempo los distintos caminos religiosos con su espiritualidad, con su acento evangélico, con su compromiso humano y eclesial.

El Papa Francisco ha propuesto una triple mirada a la vida consagrada en este año dedicado a ella. Él retoma una intuición de Juan Pablo II y nos invita a todos a estas tres formas de mirar a la vida consagrada en sus distintos carismas. En primer lugar la mirada al pasado. Se puede uno asomar a la historia que queda atrás sólo con la tristeza melancólica del tiempo que no volverá. Pero la mirada única que vale la pena es la de la gratitud de quien con un corazón agradecido no quiere olvidar. Gracias por los años y los siglos que nos contemplan desde un inmenso ayer.

En segundo lugar la mirada al futuro. Y podría sobrevenirnos un sentimiento de temor ante la incertidumbre de no saber en qué quedará, que sucederá en un mañana que no sabemos muy bien cómo  vendrá. Pero la mirada justa del futuro no puede ser otra que la esperanza, esa que nace en quien se sabe acompañado y sostenido por el Señor de la historia que quiere nuestro bien providencial.

Finalmente, la mirada al presente. Hay gente que se debate entre el aburrimiento mediocre y la frustración resentida. Sólo descubre con verdad humilde el presente quien lo mira apasionadamente, descubriendo en él las señales que Dios nos deja para sabernos acompañados y para indicarnos el rumbo del camino.

Agradecer el pasado, acoger el futuro esperanzados y vivir apasionados el momento presente. Es la triple mirada que nos permite entender el regalo que supone para la Iglesia y la humanidad el don de la vida consagrada.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

La Cofradía del Cristo de la Piedad y Nuestra Señora de la Soledad salta a la red


Desde ayer la Cofradía cuenta con correo electrónico dónde atenderá a todas las personas que estén interesadas en ponerse en contacto . 

La dirección es: cofradialugones@hotmail.com. Así mismo cuenta ya con un perfil en facebook .

miércoles, 28 de enero de 2015

Somos piedras vivas


Santo del día


Santo Tomás de Aquino nace en el castillo de Roccaseca (Italia) el año 1225. A los diecinueve años ingresa en la orden de Predicadores.

Por indicación de Fray Juan Teutónico, Maestro de la Orden, termina sus estudios en París y Colonia, bajo la guía de Fray Alberto Magno.

A los treinta y dos años Tomás de Aquino es maestro de la cátedra de teología de París. Escribe muchas obras que destacan por su profundidad, admirando a maestros y estudiantes por la claridad, la distinción, la sutileza y la verdad con que procedía en la explicación de tantas y tan distintas materias, como son de ver en los cuatro grandes libros que escribió sobre el Maestro de las Sentencias. Después de París, impartiría docencia en Roma y en Nápoles, dejando entre otras muchas obras la Suma Teológica.

Santo Tomás de Aquino murió en la abadía de Fossanova el día siete de marzo de 1274 cuando iba de camino al concilio de Lyon. Fue canonizado el dieciocho de julio de 1323 por Juan XXII. San Pío V, el once de abril de 1567, lo declaró Doctor de la Iglesia. León XIII, el cuatro de agosto de 1880, lo proclamó patrón de todas las universidades y escuelas católicas.

martes, 27 de enero de 2015

La Iglesia en España cuenta con medio millar de sacerdotes de fuera del país debido a la falta de vocaciones


(Efe/InfoCatólica) Bohigues ha admitido que «hay una necesidad de más sacerdotes», aunque a esta situación se está respondiendo desde diferentes frentes, con jóvenes extranjeros que se forman en los seminarios españoles, y se quedan, o laicos que realizan celebraciones dominicales.

«Hay una necesidad de sacerdotes, se van buscando soluciones y hay colaboración de otras iglesias», dado que hay seminarios «llenos» en Iberoamérica, África o Asia, mientras que el único continente que atraviesa esa escasez sacerdotal es Europa, ha indicado Bohgues.

El director del Secretariado de la Comisión Episcopal del Clero ha apuntado como retos marcados para los sacerdotes el lograr «más espiritualidad», pero también que «se reencuentre en su propio ministerio», de modo que «cuanto más ilusionados estén los sacerdotes más gente entregada habrá en las parroquias y, por lo tanto, en la sociedad».
Esas jóvenes hijas de p…
XLSemanal - 26/1/2015 ARTURO PÉREZ REVERTE
(los responsables de la publicación de éste en la H. Parroquial y “Blog” de la misma, hemos puesto puntos suspensivos en algunas palabras para evitar malsonancias, aún compartiendo el contenido y duro léxico de algunas palabras del autor).

Supongo que a muchos se les habrá olvidado ya, si es que se enteraron. Por eso voy a hacer de aguafiestas, y recordarlo. Entre otras cosas, y más a menudo que muchas, el ser humano es cruel y es cobarde. Pero, por razones de conveniencia, tiene memoria flaca y sólo se acuerda de su propia crueldad y su cobardía cuando le interesa. Quizá debido a eso, la palabra remordimiento es de las menos complacientes que el hombre conoce, cuando la conoce. De las menos compatibles con su egoísmo y su bajeza moral. Por eso es la que menos consulta en el diccionario. La que menos utiliza. La que menos pronuncia.
Hace dos años, Carla Díaz Magnien, una adolescente desesperada, acosada de manera infame por dos compañeras de clase, se suicidó tirándose por un acantilado en Gijón. Y hace ahora unas semanas, un juez condenó a las dos acosadoras a la estúpida pena -no por estupidez del juez, que ahí no me meto, sino de las leyes vigentes en este disparatado país- de cuatro meses de trabajos socioeducativos. Ésas son todas las plumas que ambas pájaras dejan en este episodio. Detrás, una chica muerta, una familia destrozada, una madre enloquecida por el dolor y la injusticia, y unos vecinos, colegio y sociedad que, como de costumbre, tras las condolencias de oficio, dejan atrás el asunto y siguen tranquilos su vida.
Pero hagan el favor. Vuelvan ustedes atrás y piensen. Imaginen. Una chiquilla de catorce años, antipática para algunas compañeras, a la que insultaban a diario utilizando su estrabismo -«Carla, topacio, un ojo para acá y otro para el espacio»-, a la que alguna vez obligaron a refugiarse en los baños para escapar de agresiones, a la que llamaban bollera, a la que amenazaban con esa falta de piedad que ciertos hijos e hijas de la grandísima p…, a la espera de madurar en esplendorosos adultos, desarrollan ya desde bien jovencitos. Desde niños. Que se lo pregunten, si no, a los miles de homosexuales que todavía, pese al buen rollo que todos tenemos ahora, o decimos tener, aún sufren desprecio y acoso en el colegio. O a los gorditos, a los torpes, a los tímidos, a los cuatro ojos que no tienen los medios o la entereza de hacerse respetar a hos… limpia. Y a eso, claro, a la crueldad de las que oficiaron de verdugos, añadamos la actitud miserable del resto: la cobardía, el lavarse las manos. La indiferencia de los compañeros de clase, testigos del acoso pero dejando -anuncio de los muy miserables ciudadanos que serán en el futuro- que las cosas siguieran su curso. El silencio de los borregos, o las borregas, que nunca consideran la tragedia asunto suyo, a menos que les toque a ellos. Y el colegio, claro. Esos dignos profesores, resultado directo de la sociedad disparatada en la que vivimos, cuya escarmentada vocación consiste en pasar inadvertidos, no meterse en problemas con los padres y cobrar a fin de mes. Los que vieron lo que ocurría y miraron a otro lado, argumentando lo de siempre: «Son cosas de crías». Líos de niñas. Y mientras, Carla, pidiendo a su hermana mayor que la acompañara a la puerta del colegio. La pobre. Para protegerla.
Faltaba, claro, el Gólgota de las redes sociales. El territorio donde toda vileza, toda ruindad, tiene su asiento impune. Allí, la crucifixión de Carla fue completa. Insultos, calumnias, coro de divertidos tuiteros que, como tiburones, acudieron al olor de la sangre. Más bromas, más mofas. Más ojos bizcos, más bollera. Y los que sabían, y los que no saben, que son la mayor parte, pero se lo pasan de cine con la masacre, riendo a costa del asunto. La habitual risa de las ratas. Hasta que, incapaz de soportarlo, con el mundo encima, tal como puede caerte cuando tienes catorce años, Carla no pudo más, caminó hasta el borde de un acantilado y se arrojó por él.
Ignoro cómo fue la reacción posterior en su colegio. Imagino, como siempre, a las compis de clase abrazadas entre lágrimas como en las series de televisión, cosa que les encanta, haciéndose fotos con los móviles mientras pondrían mensajitos en plan Carla no te olvidamos, y muñequitos de peluche, y velas encendidas y flores, y todas esas gilipolleces con las que despedimos, barato, a los infelices a quienes suelen despachar nuestra cobardía, envidia, incompetencia, crueldad, desidia o estupidez. Pero, en fin. Ya que hay sentencia de por medio, espero que, con ella en la mano, la madre de Carla le saque ahora, por vía judicial, los tuétanos a ese colegio miserable que fue cómplice pasivo de la canallada cometida con su hija. Porque al final, ni escozores ni arrepentimientos ni gaitas en vinagre. En este mundo de m…da, lo único que de verdad duele, de verdad castiga, de verdad remuerde, es que te saquen la pasta.

lunes, 26 de enero de 2015

Creación y evolución, y no creacionismo y evolucionismo


Estamos cerca de la fiesta de Santo Tomás de Aquino. Como ha escrito Benedicto XVI, Santo Tomás, en un momento de enfrentamiento entre dos culturas, la pre-cristiana de Aristóteles y la cultura cristiana clásica; en un momento en que parecía que la fe debía rendirse ante la razón, “mostró que van juntas, que lo que parecía razón incompatible con la fe no era razón, y que lo que se presentaba como fe no era fe, pues se oponía a la verdadera racionalidad; así, creó una nueva síntesis, que ha formado la cultura de los siglos sucesivos” (“Audiencia General”, 2.Junio.2010).

En cierto modo, esta situación vivida por Santo Tomás se reproduce en nuestra época. La ciencia, con todo su impulso, con toda su exactitud, parece imponerse, hasta con su ateísmo metodológico. La ciencia – en el sentido lógico y empírico -, las ciencias naturales, no saben nada de Dios. Ni saben ni pueden saberlo, ya que Dios no es un objeto más del conocimiento científico-natural. Dios no es un objeto, Dios es siempre un Sujeto.

Entre ciencia (natural) y teología no existe homogeneidad. Son dos tipos de discursos muy diferentes. Entre ciencia y fe, entre ciencia y teología, se requiere la mediación del pensamiento filosófico, que aúna, o pretende hacerlo, rigor y universalidad. Los límites de la ciencia que confinan con la fe no son científicos, son filosóficos.

“Lo que parecía razón incompatible con la fe no era razón”. Ni lo era, en los tiempos de Santo Tomás, ni lo es en los nuestros. Muchas veces se hace pasar por razón, y por ciencia natural, lo que no es tal. Por ejemplo, el evolucionismo, como interpretación última de lo real, como visión filosófica que excluya, de raíz, la existencia de un fin, no es un resultado que la ciencia, o la razón, nos obligue a aceptar como evidente.

“Lo que se presentaba como fe no era fe, pues se oponía a la verdadera racionalidad”. Y esto ha pasado, ayer, y puede seguir pasando hoy. El creacionismo no puede hacer de menos los resultados científicos y, si los toma en cuenta, o si presenta resultados alternativos, ha de evaluarlos en su propia consistencia de datos científicos, sin pretender, aunque sea de modo solapado, establecer una especie de atajo que lleve, casi forzadamente, de lo que parece fe sin serlo a lo que parece ser ciencia, quizá sin serlo tampoco.

Más allá del evolucionismo y del creacionismo sigue abierta la posibilidad, con ayuda de la filosofía, de un diálogo entre ciencia – teoría de la evolución – y teología – doctrina de la creación -. La acción creadora de Dios es una acción continua, inmersa en la historia, que no excluye, de por sí, el crecimiento, el desarrollo y el proceso.

San Agustín, con la mentalidad y el lenguaje de su época, no rechazaba comprender la creación como un acto divino que se despliega en el tiempo. Mucho más tarde, J.H. Newman comentaba en alguna carta a Pusey que no encontraba, en las hipótesis de Darwin, nada contrario a la religión.

El ejemplo de Santo Tomás nos debe mover a pensar, a estudiar, a discernir, a razonar. Para que la ciencia sea ciencia y la fe sea fe. Y, entre ambas, como un territorio común, está la filosofía. Porque las tres –ciencia, teología y filosofía – son modalidades de la razón humana, abierta de por sí a la verdad.

Guillermo Juan Morado.

Angelus: «El diablo es el padre de las divisiones» y «Dios tiene sed de nuestros corazones»

Angelus: «El diablo es el padre de las divisiones» y «Dios tiene sed de nuestros corazones»

(Religión en libertad) “Quien escucha a Jesucristo y lo sigue entra en el Reino de Dios", dijo el Papa Francisco antes de la oración mariana del Ángelus este domingo, tras ser recibido con una gran ovación por los fieles que llegaron a la Plaza de San Pedro a rezar con él. El Evangelio del día recoge el inicio de la predicación de Jesús en Galilea, justo tras el prendimiento de Juan el Bautista, y el Papa subrayó que "el anuncio de Jesús es similar al de Juan, con la diferencia sustancial de que Jesús no apunta a otro que tiene que venir, Jesús es Él mismo el cumplimiento de las promesas, Él mismo es la Buena Nuevaque hay que creer, acoger y comunicar".

"Jesucristo en persona es la palabra viva y actuante en la Historia", continuó Francisco: "Quien lo escucha y lo sigue entra en el Reino de Dios. Jesús es el cumplimiento de las promesas divinas porque Él es quien da al hombre el Espíritu Santo, el agua viva que quita la sed de nuestro corazón inquieto, sediento de vida, de amor, de libertad, de paz, sediento Dios".

El mismo Jesús reveló a la samaritana que nuestro corazón está sediendo de Dios cuando le dijo Dame de beber, palabras que han constituido el tema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que termina este domingo. Esta tarde el Papa irá a la basílica de San Pablo Extramuros para rezar por la unidad de todos los creyentes en Cristo: “Jesús nos quiere a todos unidos”, dijo.

"Dios, haciéndose hombre, ha hecho suya nuestra sed, no sólo del agua material, sino la sed de una vida plena libre de la esclavitud del mal y de la muerte", proclamó el Pontífice, quien añadió que también "Dios tiene sed de nosotros, de nuestros corazones, de nuestro amor".

Y al evocar el deseo de unidad, recordó que "es el diablo, lo sabemos, el padre de las divisiones, alguien que siempre divide, quien hace las guerras, quien hace tanto mal. Que esta sed de Jesús se convierta cada vez más en nuestra sed".

Después de rezar el Angelus y bendecir a los fieles, el Papa tuvo unas palabras de preocupación por la situación en Ucrania. Posteriormente, dos niños de la Acción Católica de Roma, Sara y Matteo, se asomaron junto al Pontífice a la ventana, desde donde la chica leyó un mensaje como conclusión a la caravana del proyecto Da vida a la paz, a través del cual se recaudaron fondos para diversos proyectos en Burkina Faso.

sábado, 24 de enero de 2015

Evangelio del Domingo 3º del Tiempo Ordinario – Ciclo B



Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

– «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:

– «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor

viernes, 23 de enero de 2015

Carta de una coneja:



Apreciado D. Jorge:

Permítame que me dirija a usted como desahogo. Soy católica y practicante desde niña y desde anoche además una coneja.
Tengo treinta y nueve años, casada desde hace quince y madre de cinco hijos. Desde que nos casamos supimos que queríamos estarabiertos a la vida como nos enseña la Iglesia, y hacerlo de una manera responsable.

¿Por qué cinco hijos y no ese número ideal de tres que ayer reivindicaba el santo padre? Mi marido y yo nos queremos de corazón y como fruto de nuestro amor fueron viniendo los peques. Los dos tenemos varios hermanos y no entendemos una familia sin niños.


La primera vino a los diez meses de la boda. El último tiene ocho meses. Estamos felices con nuestros hijos aunque no es la primera vez que me dicen lo de coneja.Pero una cosa es que te lo lance una amiga o algún vecino, y otra muy diferente que el propio papa lo pueda soltar como una gracia.


De novios y de casados hemos leído los dos tranquilamente la encíclica Humanae Vitae. Anoche, tristes por las palabras del papa Francisco, la hemos vuelto a repasar. Uno de sus párrafos afirma que “la paternidad responsable se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido".


Es lo que hemos intentado hacer. No considero que mi marido y yo seamos unos locos. Hemos deliberado y rezado mucho y los hijos han venido. Tampoco sabemos si vendrá alguno más. Nuestros hijos no pueden tener los caprichos y posibilidades de otros y necesitamos hacer cuentas para llegar a fin de mes, pero a ninguno le falta educación, colegio, atención médica y el cariño de sus padres y hermanos. También nos esforzamos en su educación católica, asisten a catequesis a la parroquia y cada domingo vamos juntos a misa.


Las palabras del papa en el avión hablando de conejos se me han clavado como un puñal tanto que anoche me acordaba de la Dolorosa y sus siete puñales en el corazón. Me he sentido despreciada, humillada, he sentido que el papa se reía de mí. Mi marido me dice que me tranquilice y que no me tome así las cosas, pero soy incapaz de ello.


Disculpe que le robe su tiempo. Pero desde hace meses vengo leyendo su blog y con alguien tenía que desahogarme. Haga con este correo lo que quiera. Publíquelo, tírelo a la papelera o ríase de esta coneja. Pero tenía que soltarlo.


Rece por nosotros. Con todo afecto,

Jorge Glez. Guadalix

La Iglesia en Níger suspende sus actividades por la violencia de los musulmanes tras la portada de Charlie Hebdo

  
DE FORMA INDEFINIDA

Los Obispos de Níger han suspendido «hasta nuevo aviso» todas las actividades de la Iglesia Católica «Tras el saqueo de iglesias y de infraestructuras de nuestra institución y por la profanación de nuestros lugares de culto». Lo afirma un comunicado enviado a la Agencia Fides después de que entre el viernes 16 y el sábado 17 de enero varias iglesias y comunidades religiosas del Níger sufrieran daños graves a causa de las manifestaciones de protesta contra la publicación del semanario francés Charlie Hebdo.

jueves, 22 de enero de 2015

Marcha de la Iglesia


La deseable unidad y el ecumenismo de sangre

Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo

Desde 1908 se viene celebrando una semana de oración para pedir por la unidad de los cristianos. Todos cuantos confesamos a Cristo como nuestro divino Salvador hecho hombre para redimirnos, nos unimos en esta plegaria para pedir al Señor lo que Él mismo pidió en aquella última Cena: Padre, que todos sean uno, para que el mundo crea. Es una oración del mismo Jesús, que en esta semana hacemos nuestra.

Desde el respeto de unos por otros, sin injerencias y sin indebidas rivalidades que en algunos momentos se han dado, los cristianos hemos de anunciar a Jesucristo como la Buena Noticia que tantos hermanos están esperando. El lema de este año recuerda la exclamación de aquella mujer samaritana junto al pozo de Sicar: “Dame de beber”. Hay mucha sed de verdad, de esperanza, de amor y belleza, en este mundo a veces despiadado que nos araña la vida y secuestra en ella lo que da significado. El pozo es una parábola de lo que necesitamos, y cobra todo su sentido cuando junto al brocal encontramos a quien se nos presenta como el Agua Viva. De esto hemos de dar testimonio de unidad todos los cristianos… para que el mundo crea, para que los sedientos de tantas preguntas puedan ver que su sed tiene respuesta.

Me ha parecido actual y urgente lo que los obispos de la Comisión episcopal de Relaciones Interconfesionales han escrito con motivo de esta efeméride. Hago mías las palabras finales de su mensaje: la persecución y discriminación de cristianos en muchos países de Oriente Medio, África y Asia de mayoría musulmana. «Hemos denunciado esta barbarie, pero esta no ha hecho más que aumentar en ferocidad y en extensión, dándose en muchas regiones que han sido cuna del cristianismo y que vieron el florecimiento de importantes comunidades cristianas en los primeros siglos de nuestra era, que forjaron una rica cultura que es patrimonio de todos. Ahora, olvidando la que ha sido la historia de estas regiones, despreciando su cultura originaria, ignorando el derecho fundamental a la libertad religiosa, se discrimina a los cristianos, se les niega el derecho de ciudadanía al mismo nivel que los demás, se les persigue y se cometen contra ellos las peores atrocidades con casi total impunidad.

Muchos cristianos han sido asesinados y muchas familias han tenido que abandonar sus ciudades, casas y templos, quedando la presencia cristiana en estos lugares diezmada o extinguida por completo. Todo esto no puede dejar indiferente a nadie de buena voluntad y menos a los que compartimos la misma fe, unidos más que nunca por ese «ecumenismo de la sangre», como tan acertadamente lo ha llamado el papa Francisco. Condenamos todo esto con la mayor firmeza, pedimos encarecidamente a todos los que pueden hacer algo, también a nuestros hermanos musulmanes, que pongan fin a esta barbarie, y nos comprometemos como pastores y cristianos a mostrarles nuestra cercanía afectiva y efectiva. ¡Que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2015 impulse a todos los cristianos hacia la unidad visible tan deseada por el Señor y nos lleve a una solidaridad real con los hermanos nuestros que sufren persecución a causa de su fe y a comprometernos con ellos por la libertad y la paz!

Duele el silencio y la indiferencia al tratar estas malas noticias que apenas encuentran eco en los medios de comunicación y ninguno en las tribunas políticas. Pero la unidad de los cristianos testimonia en nuestra plegaria que hacemos nuestra la oración de Jesús junto al brocal de nuestras heridas.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

miércoles, 21 de enero de 2015

Martirologio Romano - día 21 de enero


Memoria de santa Inés, virgen y mártir, que siendo aún adolescente ofreció en Roma el supremo testimonio de la fe y consagró con el martirio el título de la castidad.Victoriosa sobre su edad y sobre el tirano, suscitó gran admiración entre el pueblo y adquirió mayor gloria ante el Señor. Hoy se celebra el día de su sepultura.

2. Conmemoración de san Publio, obispo de Atenas, en Grecia, que dio testimonio de Cristo con su martirio. (s. II)

3. Pasión de los santos mártires Fructuoso, obispo, y Augurio y Eulogio, sus diáconos,en Tarragona, ciudad de la Hispania Citerior. En España se celebra su conmemoración el día de ayer.

4. En Troyes, en la Galia Lugdunense, hoy Francia, san Patroclo, mártir. (c. s. III)

5. En Pavía, en la región italiana de Liguria, san Epifanio, obispo, que en tiempo de invasiones bárbaras trabajó esforzadamente a favor de la reconciliación de los pueblos, así comoen la redención de los cautivos y en la reconstrucción de la ciudad arruinada. (496)

6. En los montes ceranos al lago de Zurich, territorio de Helvecia, hoy Suiza, san Meinrado, presbítero, dedicado primero a la vida cenobítica y después a la eremítica, que fue asesinado por unos desalmados. (c. 861)

7. En el monte Mercurio, en la antigua región de Lucania, hoy Italia, san Zacarías, llamado "Angélico", maestro de la vida cenobítica. (c. 950)

8. En la ciudad de Londres, Inglaterra, beatos Eduardo Stransham y Nicolás Wheeler, presbíteros y mártires, que durante el reinado de Isabel I fueron condenados a muerte por ser sacerdotes y sufrieron el martirio en Tyburn. (1586)

9. También en Londres, san Albano Roe, de la Orden de San Benito, y beato Tomás Green, ambos presbíteros y mártires, los cuales, ya ancianos, durante el reinado de Carlos I dieron su vida por Cristo al ser ahorcados en Tyburn, después de haber pasado en la cárcel diecisiete años el primero y catorce el segundo. (1642)

10. En el monasterio de Benigamin, región de Valencia, España, beata Josefa María de Santa Inés, virgen de la Orden de Agustinas Descalzas. (1696)

11. En la ciudad de Laval, Francia, beatos presbíteros Juan Bautista Turpín du Comier y otros trece compañeros(*), mártires, que por su constante fidelidad a la Iglesia católica fueron guillotinados durante la Revolución Francesa. (1794)

12. En la aldea de Daegu, Corea, san Juan Yi Yun-il, mártir, que siendo padre de familia, campesino y catequista soportó azotes y luxación de todos sus miembros, a pesar de lo cual se mantuvo constante en la fe cristiana y culminó con sereno espíritu el martirio al ser decapitado. Fue la última víctima de la gran persecución sufrida en esta nación.(1867)
_________________
(*) Sus nombres son: beatos Juan Bautista Triquerie, de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, Juan María Gallot, José Pellé, Renato Luis Ambroise, Julián Francisco Morvin de la Gérardière, Francisco Duchesne, Jacobo André, Andrés Duliou, Luis Gastineau, Francisco Migoret Lambardière, Julián Moulé, Agustín Manuel Philippot y Pedro Thomas.

Oración por la unidad de los cristianos de un santo del siglo I

santo

Nos habla san Clemente Romano, del siglo I. Los primeros cristianos están dispuestos a dar su vida por la unidad de la Iglesia. Se esfuerzan por mantener unido el rebaño de Cristo, que empieza a verse atacado y zarandeado por herejías, infidelidad, etc.

TEXTOS DE LOS PRIMEROS SIGLOS SOBRE LA UNIDAD DE LA IGLESIA

1. (De San Clemente, que ocupó la sede romana en los últimos años del siglo primero, se conserva una carta a la Iglesia de Corinto, en la que exhorta a aquella comunidad, amenazada de graves disensiones internas, a mantenerse en la unidad…)

Pediremos con insistente súplica, haciendo nuestra oración, que el artífice de todas las cosas guarde integro en todo el mundo el número contado de sus elegidos, por medio de su amado Hijo Jesucristo. (SAN CLEMENTE ROMANO, Epístola a los Corintios, 59, 2 – 61, 3)

2. Un ejemplo maravilloso de oración por la unidad, en primer lugar en la petición por los más necesitados…

Te pedimos, Señor, que seas nuestra ayuda y defensa. Libra a aquellos de entre nosotros que se hallan en tribulación, compadécete de los humildes, levanta a los caídos, socorre a los necesitados, cura a los enfermos, haz volver a los miembros de tu pueblo que se han desviado; da alimento a los que padecen hambre, libertad a nuestros cautivos, fortaleza a los débiles, consuelo a los pusilánimes; que todos los Pueblos de la tierra sepan que Tú eres Dios y no hay otro, y que Jesucristo es tu siervo, y que nosotros somos tu pueblo, el rebaño que Tú guías. (SAN CLEMENTE ROMANO, Epístola a los Corintios,59, 2–61, 3)

3. Militemos, pues, hermanos, con todo fervor, bajo sus órdenes intachables. Consideremos a los que se alistan bajo las banderas de nuestros emperadores. ¡Con qué disciplina, con qué prontitud, con qué sumisión ejecutan cuanto se les ordena! No todos son prefectos, ni todos tribunos, ni centuriones, ni quincuagenarios y así de los demás grados, sino que "cada uno en su propio orden" (1 Cor 15, 23) ejecuta lo mandado por el emperador y por los jefes superiores. Los grandes no pueden subsistir sin los pequeños ni los pequeños sin los grandes. En todo hay cierta templanza y en ello radica la utilidad. (SAN CLEMENTE ROMANO, Epístola a los Corintios, 37-38)

4. Tomemos el ejemplo de nuestro cuerpo: la cabeza nada puede sin los pies, ni los pies sin la cabeza; los miembros más insignificantes de nuestro cuerpo son necesarios y útiles al cuerpo entero y colaboran mutuamente en bien de la conservación del cuerpo entero. Que se conserve también entero este cuerpo que formamos en Cristo Jesús. (SAN CLEMENTE ROMANO, Epístola a los Corintios, 37-38)

Del libro:
ORAR CON LOS PRIMEROS CRISTIANOS
Gabriel Larrauri (Ed. Planeta)

martes, 20 de enero de 2015

Fe y razón, y no fe o razón


Un articulista de un periódico (http://www.atlantico.net/) se ha tomado la molestia de leer un texto mío titulado ``Islam, razón y religión´´. Se lo agradezco mucho, ya que el mayor homenaje que se le puede tributar al que escribe algo es hacer el esfuerzo de leer ese algo. Si, por añadidura, se redacta un escrito para disentir de lo leído, contraponiendo unas razones a otras, se va más allá de la mera cortesía para entrar en el terreno de una alta consideración. Por tanto,muchas gracias.

Yo me imagino – quiero suponerlo – que mi interlocutor no me considera un ser privado de razón, absolutamente incapacitado para discurrir o para aportar argumentos que sostengan mis propias convicciones. Y quiero suponerlo porque, sin esa base, el diálogo resultaría imposible. Yo creo que la razón une. Y creo también que si algo me convence a mí puede, en principio, convencer a otros.

En el fondo, me parece que mi interlocutor me concede más de lo que aparentemente me concede: Claro que contra los excesos, dice, “es necesario luchar a través de la razón”. Y añade, y en ello también estoy de acuerdo, que es necesario apostar por la cultura, por la enseñanza, por la razón, por el conocimiento y por “la lucha contra las mafias organizadas, contra los intereses de las multinacionales, a quienes el individuo les trae sin cuidado y no es más que un instrumento de explotación”.

Quizá, en el fondo, lo que me distancie de mi interlocutor – pese a esas coincidencias – sea solo una letra, la “o”, una conjunción disyuntiva, en lugar de la “y”, una conjunción copulativa. Es decir, él opta por la alternativa (o una cosa o la otra), y yo por la unión (una cosa y la otra).

La fe no es, en modo alguno, una alternativa a la razón. La fe es, de hecho, un ejercicio de la razón como cualquier otro. Ni más ni menos. El hombre que cree, por el hecho de creer, no violenta de ningún modo su naturaleza racional. Claro que no podrá creer cualquier cosa; habrá que ver si cuenta con buenas razones para creer esto o lo otro, pero creer, de por sí; tener fe, de por sí, no contradice la racionalidad humana.

Como el espacio de un artículo es reducido, me limito a remitir a dos textos, cuya lectura puede resultar interesante para alguien que no busque cerrar los expedientes antes de analizarlos: “Ensayo para contribuir a una Gramática del Asentimiento”, de J.H. Newman, y “Fe y razón”, de R. Swinburne. Ambos autores – distantes en el tiempo – coinciden no solo en su común filiación oxoniense, sino en la defensa motivada de la racionalidad de la creencia y de la fe.

¡Claro que la ciencia es muy importante! ¿Quién lo pone, seriamente, en duda? Pero la ciencia no es la razón, sin más, ni el conocimiento  humano, sin más. La ciencia, y el conocimiento científico, es solo una parcela – por destacable que sea – del conocimiento humano y del uso humano de la razón.

La tesis según la cual el conocimiento humano se reduce exclusivamente al conocimiento científico no es un postulado científico, sino dogmático, como bien ha recordado el filósofo de la ciencia G. Radnitzky: el cientificismo es “la creencia dogmática de que el modo de conocer llamado ‘ciencia’ es el único que merece el título de conocimiento, y su forma vulgarizada: la creencia de que la ciencia eventualmente resolverá todos nuestros problemas o, cuando menos, todos nuestros problemas ’significativos’. Esta creencia está basada sobre una imagen falsa de la ciencia. Muchos e importantes filósofos, desde Nietzsche a Husserl, Apel, Gadamer, Habermas, Heelan, Kisiel, Kockelmans y otros, han considerado el ciencismo como la falsa conciencia fundamental de nuestra era”.

Hay otra cosa también que me distancia de mi interlocutor: El aparente desprecio que parece destilar hacia el “tercer mundo”. Como si cultura y riqueza coincidiesen sin más. El llamado “tercer mundo” tiene sus problemas, pero también los tiene la vieja Europa, esa Europa laica y descreída en exceso que, borracha de soberbia ilustrada, no sabe ya ni por qué ni para qué vivir. Es como si Prometeo hubiese dimitido de sus afanes, o como si Baco no consiguiese despertar de la resaca. Solo queda Narciso, tan débil, tan autocomplaciente, tan poco amigo de creer y de razonar que se ahoga contemplando su propia imagen. Con el aplauso de las multinacionales, que solo se preocupan por afianzar su narcisismo consumista.

Guillermo Juan Morado

Infancia Misionera 2015


lunes, 19 de enero de 2015

Se siente. No hay cuarta vía


La Iglesia es la institución que es y tiene las normas que tiene. En ella hay cosas que pueden cambiarse y de hecho se han ido cambiando, y cosas que no.

A uno no tienen por qué entusiasmarle todas las cosas que la Iglesia enseña y pide a los católicos.Supongo que hay cosas que nos encantan, otras que están bien, y otras que no acabamos de entender o que incluso positivamente nos disgustan. A nadie se nos pide que nos maraville todo, se nos pide que acatemos con alegría y confianza.

¿Qué hacer cuando hay cosas de la iglesia que a uno no sólo no le gustan, sino que le disgustan o que incluso está convencido en su fuero interno que deberían ser modificadas? Pues hay tres vías, y no se me ocurren más:

1. Aceptar lo que hay, desde el convencimiento de que quizá uno no lo tiene todo tan claro ni es tan sabio, y si la iglesia lo dice por algo será. Y aceptarlo con buena disposición de ánimo, que es mucho más que aguantarse. Aceptarlo con “deportividad”.

2. Luchar por los medios establecidos para que las cosas que pueden cambiarse lo hagan a mejor. Es inútil pretender que la iglesia acepte el aborto, ya que el quinto mandamiento viene de Dios y no somos quienes para dispensarlo, o el adulterio que está comprendido en el sexto. Pero por ejemplo la liturgia hoy se puede hacer en lengua vernácula cuando antes estaba limitada a la lengua latina. Es decir, que hay cosas que de hecho cambian. Pero para eso hay unos cauces que son los que deben seguirse y aprovecharse.

3. Abandonar el barco y marchar a tierras donde uno se sienta mejor cuidado y más comprendido. Porque no tiene sentido estar en una institución que en lugar de darme la paz del corazón me tiene de los nervios.

Lo que no vale es esa cuarta vía hoy tan reivindicada por algunos sectores de la Iglesia de hacer lo que me venga en gana por imperativo (seamos claros, por la excusa) de la propia conciencia. Es esa gente que directamente hace lo que quiere porque le sale de sus principios más personales. En su primer jueves santo como pontífice lo recordaba el papa Francisco: así no se reforma la iglesia. Usted está en la iglesia y esto es lo que hay. Por tanto si no está de acuerdo en cómo funciona la institución le quedan tres posibilidades: aguantar y aceptar (vía 1), luchar desde dentro con los medios que tenemos para que la cosa cambie(vía 2) o apuntarse a otra historia (vía 3).

No. No se está echando a nadie de la iglesia, no empecemos con esto. Da igual la iglesia que un club de baloncesto. Si a usted no le gusta el reglamento le quedan esas tres vías: aguantarse,  cambiarlo con los medios establecidos o jugar a otro deporte. Lo que no puede ser es que por sus santas narices haya que aguantar que juegue al baloncesto a patadas con el balón. Pues no. Y esto sirve igual para el baloncesto, la iglesia o su comunidad de vecinos. Nadie comprendería que si las normas de la comunidad dicen que a partir de las doce de la noche silencio, como yo no estoy de acuerdo me pase las noches tocando la trompeta. Pues no. Es facilito.

Y lo curioso del asunto es que la gente, cuanto más demócrata se cree, más utiliza la cuarta vía: la de hacer lo que me da la gana en aras de mi supuesta libertad. No y no. Democracia no es hacer lo que me viene en gana. Es cumplir escrupulosamente lo que todos nos hemos dado. No nos confundamos

Jorge Glez. Guadalix

No te olvides

sábado, 17 de enero de 2015

Evangelio del Domingo II del Tiempo Ordinario – Ciclo B


Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
– «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
– «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron:
– «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo:
– «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
– «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
– «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

Palabra del Señor

viernes, 16 de enero de 2015

La parroquia de Lugones celebra San Antón con la sexta bendición de mascotas


Gonzalo BENGOA (LNE)

La parroquia de San Félix de Lugones celebra el próximo domingo, 18 de enero, la fiesta de San Antón con una bendición de mascotas y animales domésticos. La bendición tendrá lugar al mediodía, tras la misa de los niños y antes de la de los mayores, según anunció el párroco, Joaquín Serrano.

Los vecinos y feligreses podrán llevar a sus mascotas, de cualquier tipo, para su bendición. Ésta será la sexta ocasión en la que la parroquia lugonense celebra de esta forma la fiesta de San Antón y que cuenta con una gran aceptación y simpatía.

Los perros y gatos son los animales más habituales en este acto, aunque son muchos los feligreses que acuden a la bendición con otras mascotas como pájaros, peces o tortugas

El Papa reconoce lo obvio: la libertad de expresión tiene un límite


(Infocatolica) “No puedes jugar con la religión de los demás. No puedes insultar su fe o reírte de ella… En la libertad de expresión hay límites“.

Son palabras del Papa Francisco a los periodistas en el avión que le llevaba de Sri Lanka a Filipinas. Deja así claro que él tampoco es Charlie. Que no vale todo. Que condenar el atentado contra los responsables de la revista Charlie Hebdo no significa alabar el tipo de libertad de expresión de la publicación. Porque esa libertad se construye en base al ataque y la burla de lo que es considerado como más sagrado por millones de ciudadanos.

Es de esperar que las declaraciones del Santo Padre produzcan cierto revuelo entre los medios de comunicación que han canonizado civilmente a la revista blasfema francesa, pero lo que ha dicho el Papa lo piensa cualquier católico con un mínimo de respeto por su fe, por Dios y por la Iglesia.

Hemos sabido también que los responsables de la Revue Etudes han dado marcha atrás y han retirado tanto viñetas de Charlie Hebdo ofensivas contra el catolicismo como, lo que era peor, un editorial alabando una libertad de expresión en la que tenía sitio ese material. Lo que ocurre es que no lo han hecho por convencimiento sino por la presión de multitud de católicos que estaban escandalizados con la revista jesuita francesa.

Me imagino que el sentido común llegará a la totalidad de los medios de comunicación católicos o propiedad de la Iglesia. No se puede decir que en todos ellos haya prevalecido el respeto a lo sagrado por encima de un ilimitado derecho a la libertad de expresión. El Papa ha hablado claro. No existe derecho a blasfemar. No existe derecho a mofarse de la fe de la gente.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD; Interesante también el hecho de que el papa Francisco haya hecho referencia al discurso del papa Benedicto XVI en Ratisbona:

Papa Benedicto, en un discurso habló de esta mentalidad post-positivista, de la metafísica post-positivista, que llevaba a creer que las religiones o las expresiones religiosas eran una especie de sub-cultura, toleradas, pero poca cosa, no forman parte de la cultura iluminista. Y esta es una herencia de la Ilustración. Hay mucha gente que habla mal, que se burla de la religión de los demás.

jueves, 15 de enero de 2015

San Antón en Lugones 2015


Je suis chrétien, seulment (Yo soy cristiano, solamente)


Es una ventana que muestra un horizonte oscuro, como cambiando los contornos de la esperanza por los trazos de la tristeza. Sus brumas nos imponen un rictus de preocupación, y en algunos casos un razonable miedo y sobresalto. ¿Qué cuadro nos dibuja este momento tras nuestro cristal blindado cuando nos asomamos al ventanal de estos días? Que la vida es vulnerable. Mucho. Que no hay paraguas atómico ni medidas de seguridad ante gente que decide segarte la vida si no te pliegas a sus dictámenes y credos. En nombre de un dios inexistente que se les aparece en el fantasma de su fanatismo para pedirles que maten al infiel a sangre fría o a sangre caliente, se alejan del verdadero Dios clemente y misericordioso, un Dios que no odia lo que Él ha creado y que siempre es amigo del hombre, como dice la Biblia. Por eso no hay fisura en la condena que tantos hemos hecho ante este último atentado contra la vida que ha asesinado vilmente a unas personas, independientemente de lo que ellas pensasen, creyesen, escribieran o dibujasen. La vida vale más que todo eso, es más sagrada que todo eso, motivo por el cual “eso” (lo que piensan, creen, escriben o dibujan) es menos importante, tan infinitamente inferior que jamás legitima que por ello te puedan asesinar.

Pero dicho esto, deberíamos abrir una reflexión sobre la indignación dolida de nuestro herido occidente ante este ataque por parte de unos extremistas radicales. La revista francesa L’homme nouveau ha publicado un artículo sereno, lúcido y valiente por firmarlo contracorriente cuando estábamos en el punto álgido de la tragedia de los asesinatos de París en estos días. Frente al eslogan que ha sido repetido por doquier como un mantra, esta otra revista francesa ha dicho lo siguiente: «Yo no soy Charlie: la libertad de expresión y la libertad de prensa no dan derecho a insultar, despreciar, blasfemar, a pisotear o burlarse de la fe o de los valores de los ciudadanos, ni a atacar de modo sistemático a las comunidades musulmana o cristiana. No, yo no soy Charlie y nos choca ver a Mahoma como una boñiga con turbante o a Benedicto XVI sodomizando niños. No es cuestión de tolerancia o librepensamiento: el insulto es una violencia. Charlie murió por haber minimizado los riesgos del Islam radical. Pensó que por vivir en un país cristiano podía insultar de forma segura. Yo no soy Charlie, pero soy cristiano. No he pensado ni por un solo instante que tenían que morir, o que habían encontrado lo que merecían. Paz a sus almas y que Dios les acoja, si ellos quieren, en su misericordia. Pero yo no soy Charlie».

Yo sólo soy cristiano. Por eso condeno esta matanza, al tiempo que leo con agrado a los que tienen la lucidez de condenar los execrables atentados que han acabado con estas vidas, y tienen la libertad de denunciar también la violencia que entraña siempre el insulto, el desprecio, la mofa, la ridiculización, la blasfemia, todo lo que injustamente hiere hasta la ofensa los sentimientos y las creencias de las personas que los tienen y las profesan, porque esto a su modo también es violencia.

Hay gente que está siendo asesinada por estos fanáticos extremistas por tener sencillamente un nombre cristiano, una fe cristiana, una vida cristiana. En Siria, Afganistán, Nigeria, Libia… matan a cristianos, secuestran a niñas cristianas, expulsan a cristianos de su tierra, roban sus casas y sus iglesias, sin que casi nadie de Occidente lo denuncie, ni se hagan conjuras intergubernamentales, ni se convoquen manifestaciones callejeras, ni se lloren a los que inocentes de toda provocación y ofensa, son masacrados sencillamente por ser diferentes, por ser cristianos sin serlo contra nadie.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

miércoles, 14 de enero de 2015

Hoy hemos despedido a una gran amiga de esta Parroquia , Mercedes García Gonzalez D. E. P.

La blasfemia según el Catecismo


Hay un número muy interesante del Catecismo de la Iglesia Católica, el 2148, referido a la blasfemia. Dice así:

“La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir contra Dios —interior o exteriormente— palabras de odio, de reproche, de desafío; en injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, en abusar del nombre de Dios. Santiago reprueba a “los que blasfeman el hermoso Nombre (de Jesús) que ha sido invocado sobre ellos” (St 2, 7). La prohibición de la blasfemia se extiende a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los santos y las cosas sagradas. Es también blasfemo recurrir al nombre de Dios para justificar prácticas criminales, reducir pueblos a servidumbre, torturar o dar muerte. El abuso del nombre de Dios para cometer un crimen provoca el rechazo de la religión.

La blasfemia es contraria al respeto debido a Dios y a su santo nombre. Es de suyo un pecado grave”.

La condena que el Catecismo hace de la blasfemia abarca, de un modo sabio, el reproche hacia las acciones o palabras que se dirigen contra Dios, así como hacia las acciones o palabras, que abusando del nombre de Dios, se dirigen contra los demás en forma de crímenes, de tortura o de muerte.

A Dios se le injuria cuando se profana su Nombre o cuando se profana lo sagrado, lo santo, lo consagrado a Él. Pero se le injuria también cuando, pretendidamente en su Nombre, se agravia a los demás.

Una sociedad civilizada sería aquella en la que se fomentase el respeto hacia Dios y hacia las realidades sagradas. Reconocer lo sagrado como sagrado impone un límite; nos recuerda que no todo es lo mismo ni todo es igual. Nos recuerda que muchas realidades – ante todo Dios, pero también el hombre, en tanto que criatura de Dios – no son disponibles y manipulables a nuestro gusto, sino que merecen reconocimiento, veneración, consideración.

¿Merecen también respeto las creencias de quienes practican otras religiones? Sin duda, sí, porque, incluso en las otras religiones, se puede atisbar, y algo más que atisbar, la virtud de la religión, que nos dispone a dar a Dios lo que, como criaturas, le debemos. En primer lugar, la adoración.

Y también merecen respeto porque quienes profesan esas otras creencias son seres humanos, cuya conciencia y cuya libertad religiosa debemos custodiar como un bien a proteger. Solamente se puede restringir esa libertad si supone una amenaza real para el bien común.

Las leyes deben garantizar, asimismo, estos derechos – el derecho a la libertad de las conciencias y a la libertad religiosa - , pero han de hacerlo, a la hora de frenar la blasfemia, con firmeza y moderación, con sensatez. Sabemos, la realidad es testigo de ello, como, en algunos países, se invoca con excesiva frecuencia las leyes anti-blasfemia para perpetrar auténticas barbaridades; para cometer blasfemias aun peores de las que, supuestamente, se pretenden evitar.

Guillermo Juan Morado.

Necrológica diocesana


Ha fallecido el Rvdo. Don Santos Sanchez Bernardo después de días ingresado tras el atropello sufrido el pasado sábado. Este buen sacerdote había nacido hace 81 años en Moreda de Aller. Muy niño aún empezó a trabajar como pinche de albañil hasta que a los doce años sintió la llamada del Señor. Aquel joven allerano se lo comunicó a su Párroco Don Eloy, quién le llevó para el seminario.


Fue ordenado sacerdote en el año 1960. Su primer destino fue como coadjutor en Ciaño. Después sería destinado a la Villa del adelantado dónde trabajo sin descanso hasta este sábado en que sufrió el accidente. En Avilés empezó en la Parroquia de Santo Domingo de Miranda, haciéndose cargo después de una Parroquia nueva, la del Santísimo Cristo de la Misericordia en el barrio de la Carriona. Así mismo, Don Santos, ha sido durante muchos años capellán del cementerio municipal de Avilés.


Hombre sencillo y cercano, era todo un entendido de música litúrgica y tenia un gran habilidad como organista. Muchísimas son las familias a las que Don Santos acompañó al despedir a sus seres queridos, ahora les toca a los avilesinos despedir al padre espiritual de ese gran campo santo de la Carriona dónde cada año, el 1 de Noviembre, celebraba su cumpleaños trabajando por el Reino de los cielos, confiando a los difuntos.
Descanse en paz.

martes, 13 de enero de 2015

Jornada del Emigrante

Elogio del cura egoísta


Ya. Si ya sé que suena mal, pero verán como al final se me entiende todo. ¿Curas egoístas? ¿Curas pensando en sí mismos? Vergonzoso… si justo lo que tienen que hacer es todo lo contrario: olvidarse de sí mismos, pensar en Cristo y en la Iglesia, en los pobres.Pues sí, y no, y según y depende.

¿Piensan ustedes que un griposo está en las mejores condiciones para hacer un trabajo por los demás? ¿Un deportista puede rendir al máximo si no se cuida, si no entrena?¿Puede alguien trabajar duro sin una alimentación correcta, su tiempo de descanso, de ocio?

Demasiados son los sacerdotes que desgraciadamente hemos visto quemados por no cuidarse lo suficiente. Eran tantas las urgencias pastorales y sociales que muchas veces ni comer en serio, ni descansar lo mínimo, sacando el tiempo que no se tiene a base de renunciar incluso a la oración, la vida sacramental, la formación continua. Sacerdotes que de repente un día se encontraron a sí mismos desfondados, agotados, sin ilusión. Sacerdotes trabajadores hasta dar la vida… pero que no supieron cuidarse.

Es verdad que la Iglesia necesita sacerdotes, que la evangelización nos apremia, que los pobres nos esperan. Pero malamente seremos útiles los curas si no nos hacemos un pelín egoístas en cosas tales como la constancia en el rezo de la liturgia de las horas, la oración personal, la vida sacramental que tiene que ser más que una tarea que cumplimos, sino sobre todo nuestra fuente más pura de espiritualidad con la oración. La mayor y mejor fuente de espiritualidad del sacerdote diocesano es el ejercicio del ministerio, por eso no somos funcionarios, sino ministros del señor.

Egoístas para sacar cada día un rato para estar a solas con el Señor. Egoístas para sacar tiempo para leer un buen libro o un documento interesante. Egoístas para celebrar la eucaristía con mimo.

Ojo. Que ya sé que las exageraciones siempre son malas. Y que igual que hay curas que se quemaron con tanta actividad, también los hay que se cuidan tanto que no salen de su propio invernadero. El medio justo ese de la virtud que anda que no es difícil encontrar.

Si de verdad quieren sacerdotes santos, alegres, ilusionados, entusiasmados por su ministerio, preocupados por cada persona, alégrense de que sean curas que recen, mediten, lean, se formen y se traguen un novelón también de cuando en cuando. Muy triste cuando alguien te dice que no lee porque no tiene tiempo, que no reza por sus muchísimas ocupaciones, que ni se sienta a confesar y ni siquiera celebra a diario porque a veces no le queda ni un rato. Penoso. Porque entonces, ¿a qué dedicamos el tiempo?

Un día nos puede pasar. Se complicó todo de tal manera que uno acabó la jornada como buenamente pudo. Pero un día. Si esto es la tónica… malo, muy malo. Y un aviso para los proclives al invernadero: rezamos, estudiamos, nos cuidamos… para algo. Tan malo es eso de “si tengo tiempo” rezo o celebro, como “si tengo tiempo” voy un rato al despacho.

Jorge Glez. Guadalix

lunes, 12 de enero de 2015

La parroquia de Lugones gana el concurso de belenes del Ayuntamiento de Siero


informa G.BENGOA LNE

El nacimiento que montó la parroquia de San Félix de Lugones ganó, por segundo año consecutivo, el III Concurso de Belenes de Siero. El párroco Joaquín Serrano se mostró satisfecho por el galardón. El sacerdote afirmó que en Lugones hay intención de organizar una asociación belenista, 


sábado, 10 de enero de 2015

El Bautismo del Señor – Ciclo B Domingo 11 de Enero


Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 7-11

En aquel tiempo, proclamaba Juan:

– «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo.»

Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán.

Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia Él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:

–«Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»

Palabra del Señor

Vio rasgarse el cielo


Juan es el precursor de Jesús. Su bautismo de agua, de penitencia, que expresa el deseo de ser purificados de los pecados, es todavía imperfecto y provisional puede desconcertarnos a nosotros, como desconcertó a los primeros cristianos, que Jesús fuese bautizado por Juan. Jesús no tenía pecado ni, en consecuencia, necesidad de ser purificado. Además, Jesús es superior a Juan.

¿Cuál es, entonces, la razón de su Bautismo? Santo Tomás de Aquino indicaun motivo de ejemplaridad: “Cristo quiso ser bautizado para inducirnos al bautismo con su ejemplo”. Y añade: “por eso, a fin de que su incitación fuese más eficaz, quiso ser bautizado con un bautismo que evidentemente no necesitaba para que los hombres se acercasen al bautismo que necesitaban”.

El Señor, haciéndose bautizar por Juan, se acerca más a nosotros; se introduce entre los pecadores, se hace solidario con nosotros compartiendo, por decirlo así, nuestra suerte para de esa manera transformala en camino de salvación.

San Marcos escribe en su evangelio la visión que, apenas salió del agua, tuvo Jesús:vio rasgarse el cielo y al Espíritu Santo bajar hacia Él como una paloma (cf Mc 1,9-11). El cielo no simplemente se abre, sino que se rasga. Se cumple así el deseo expresado por el profeta Isaías: “¡Ojalá rasgases el cielo y bajarse!” (Is 63,19).

En el Bautismo de Jesús, Dios ha rasgado de un modo irrevocable los cielos, que ya no podrán cerrarse de nuevo. Se anticipa, en el Bautismo del Señor, lo que acontece en su Pascua, cuando en el momento de su muerte “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mc 15,38).

A través de esta cortadura de gracia, Dios derrama su Espíritu en la tierra. Al igual que el Espíritu Santo sobrevuela en el momento de la creación las aguas originales del caos (cf Gn 1) desciende ahora hacia Jesús como una paloma. En Él, en Jesús, comienza la nueva creación, el mundo reconciliado con Dios.

La audición explica el sentido de la visión: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”. Jesús es el Hijo en quien el Padre se complace. En esta relación única y singular de Jesús con el Padre es introducido cada uno nosotros por la recepción del sacramento del Bautismo. Como comenta Benedicto XVI: “las palabras que resonaron desde el cielo sobre el Hijo unigénito llegan a ser verdaderas para todo hombre y toda mujer que renace por el agua y por el Espíritu Santo: Tú eres mi Hijo amado”.

El Bautismo se revela como un camino que viene de Dios a nosotros y que nos permite a nosotros unirnos a Él. Jesús abre ese camino sumergiéndose en las aguas del Jordán, haciéndose accesible a los pecadores, para abrir la puerta de la esperanza e indicarnos el sendero que debemos recorrer para encontrarlo y para sentirnos amados por Él.

Al celebrar el Bautismo de Jesús y al hacer memoria de nuestro Bautismo debe aflorar en nuestros corazones un sentimiento de gratitud por esos cielos rasgados que permiten que Dios, por su Espíritu, nos recree como criaturas nuevas, como hijos adoptivos. Y a la vez una petición sincera para que, con ayuda de la gracia, podamos perseverar en el cumplimiento de la voluntad de Dios.

Guillermo Juan Morado.

«Mil cursos de yoga, zen y esas cosas» no te darán la libertad del hijo de Dios Padre, dice el Papa

«Mil cursos de yoga, zen y esas cosas» no te darán la libertad del hijo de Dios Padre, dice el Papa

(Radio Vaticano/ Rel)
El Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina del viernes celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta explicó que los dolores de la vida pueden hacer que una persona se encierre en sí misma, mientras el amor la hace libre porque descubre a Dios como Padre, algo que ni los cursos de yoga ni de zen pueden lograr. Este poder sólo lo tiene el Espíritu Santo.

El Papa meditó sobre el episodio del Evangelio de Marcos – en el que los discípulos se asustan al ver a Jesús que camina hacia ellos sobre el agua – y que concluye con una consideración acerca del porqué de aquel susto: los Apóstoles no habían comprendido el milagro de los panes porque “su corazón estaba endurecido”.

Vida dura y murallas de protección
Un corazón puede  ser de piedra por muchos motivos, observó Francisco. Por ejemplo, a causa de“experiencias dolorosas”. Sucede a los discípulos de Emaús, temerosos de hacerse ilusiones “otra vez”. Le sucede a Tomás que rechaza creer en la Resurrección de Jesús.

El Pontífice también indicó que “otro motivo que endurece el corazón es la cerrazón en sí mismo”.

“Hacer un mundo en sí mismo, cerrado. En sí mismo, en su comunidad o en su parroquia, pero siempre cerrazón. Y la cerrazón puede girar en torno a tantas cosas: pensemos en el orgullo, en la suficiencia, pensar que yo soy mejor que los demás, también en la vanidad, ¿no? Existen el hombre y la mujer espejo, que están encerrados en sí mismos para verse a sí mismo continuamente , ¿no? Estos narcisistas religiosos, ¿no? Tienen el corazón duro, porque están cerrados, no están abiertos. Y tratan de defenderse con estos muros que crean a su alrededor”.

La seguridad de la prisión
También está quien se atrinchera detrás de la ley, aferrándose a la “letra” a lo que establecen los mandamientos. Aquí – afirmó el Papa – lo que endurece el corazón es un problema de “falta de seguridad”. Y quien busca solidez en lo que dicta la ley está seguro – añadió Francisco con un poco de ironía – como “un hombre o una mujer en la celda de una cárcel detrás de los barrotes: es una seguridad sin libertad”. Es decir, lo opuesto de lo que “vino a traernos Jesús, la libertad”.

“El corazón, cuando se endurece, no es libre y si no es libre es porque no ama: así terminaba el Apóstol Juan en la primera Lectura. El amor perfecto disipa el temor: en el amor no hay temor, porque el temor supone un castigo y quien teme no es perfecto en el amor. No es libre. Siempre tiene  temor de que suceda algo doloroso, triste. Que me vaya mal en la vida o que ponga en peligro mi salvación eterna…Tantas imaginaciones porque no ama. Quien no ama no es libre. Y su corazón estaba endurecido, porque aún no habían aprendido a amar”.

El Espíritu vuelve libres y dóciles
Entonces, se preguntó Francisco: “¿Quién nos enseña a amar? ¿Quién nos libera de esta dureza?”

“Tú puedes hacer mil cursos de catequesis, mil cursos de espiritualidad, mil cursos de yoga, zen y todas estas cosas. Pero todo esto jamás será capaz de darte la libertad de hijo. Es sólo  el Espíritu Santo quien mueve tu corazón para decir ‘Padre’. Sólo el Espíritu Santo es capaz de disipar, de romper esta dureza del corazón y hacer un corazón… ¿blando?… No sé, no me gusta la palabra… “Dócil”. Dócil al Señor. Dócil a la libertad del amor”.

viernes, 9 de enero de 2015

Vidi Aqvam


¿Misas largas?


La liturgia de la misa o la de los otros sacramentos emplea las palabras justas. Sólo alguna vez unas palabras complementarias pueden resultar oportunas, adecuadas al momento, pero teniendo en cuenta que la misa no es un 'parque temático de ideas, ni una clase, ni una conferencia. No es necesario añadir 'mensajes' al mensaje. Cuando el sacerdote celebra la misa, es como un director de orquesta que interpreta una partitura: ya está escrita. En un concierto para no iniciados, cabe explicar brevemente en qué consiste la partitura, pero debemos confiar en la sabiduría del auditorio; en el plano religioso es lo mismo, la fe es sencilla y la celebración también puede ser correcta y sencilla. 

Como decía Benedicto XVI, una homilía que no vaya más allá de los diez minutos, la oración de los fieles y unos cantos adecuados en los que toda la asamblea pueda participar y todo va bien. Pero, a veces, oímos que las misas son muy largas. La razón suele ser por los cantos y las moniciones. Una monición es una advertencia o consejo. En la misa, en algunas ocasiones, las advertencias son oportunas y en otras, sobran. Casi nunca son obligatorias y, como dice el proverbio, «si tu palabra no es mejor que el silencio, cállate». 

En una reunión de catequistas dieron estas razones: «En mi parroquia se canta todo, hasta las peticiones: a la entrada, el Gloria, el Santo, el ofertorio, en la comunión, en la acción de gracias, en la despedida. Y el coro no está para dar un concierto, está para servir a la liturgia», dijo un catequista. Otros expusieron cómo hacen moniciones al comienzo, antes de cada lectura, antes del Evangelio, al Padre nuestro y al final. Algunas moniciones son más largas que la propia lectura. En el ofertorio se pueden hacer más de diez ofrendas delante del altar, una por cada grupo de catequesis y cada una con su monición correspondiente.

Un catequista expuso que en su parroquia se para la misa cinco minutos en el ofertorio cuando se pasa la cesta. En la oración de los fieles puede haber más de quince peticiones y como se suelen repetir se dio el caso de pedir por la salud de una persona fallecida hace meses. Después de la bendición, vienen los avisos, las reflexiones, el recuerdo a los enfermos, los deseos de buen fin de semana. y si la homilía es un poco larga, la misa se puede alargar un poco. Y acabamos mirando el reloj y pensando en lo que tenemos que hacer.

Javier Vilumbrales , Sacerdote Adscrito a la Basílica de Gijón

jueves, 8 de enero de 2015

Mis memorias de África: navidades negras


Tendría que pararme para dar gracias, poner nombre  y lugar con su fecha, a lo que Dios me ha permitido vivir estos días inolvidables: unas navidades negras en Benín que son más blancas que la nieve de nuestras montañas en estos días tan nevadas. He dicho cosas, he brindado gestos, he compartido mi tiempo y mis plegarias con todos ellos. Pero es incomparable lo que el Señor me ha dado en ellos como contrapartida no pactada a la poquedad con la que yo me he allegado a estos hermanos misioneros y a las gentes que como Iglesia viva ellos cuidan y acompañan.

Pobres de tantas cosas que a nosotros nos sobran, y ricos de las más importantes que a nosotros a raudales nos faltan. Dios ha nacido también en Benín, y tiene su piel oscura como los niños de allí, y habla su lengua Baribá. Jesús tiene allí una joven mamá, preciosa negrita de ojos grandes y corazón tierno, que le canta nanas con el ritmo del tam-tam, con su vestido de color estampado y el tocado a juego en la cabeza como femenino turbante. José, el padre adoptador para dar nombre y estirpe al Niño Dios que ha nacido de una doncella virgen, tiene esos mismos rasgos, y sus manos tersas saben de faenas artesanas en su taller de madera. Así se los han encontrado los Reyes Magos junto al establo de una choza de paja y barro, en medio de la selva. Así me los he encontrado yo también en estos días de tanta gracia y tantos inmerecidos dones.

Creo que es mucho más duro evangelizar y acompañar a nuestro pueblo cristiano en Asturias, en España, en Europa… que allí en Bembèrèkè, Benín y África. A nuestros misioneros les faltan tantas comodidades, recursos y herramientas, pero al dejarse la piel por estos hermanos, reciben como pago la alegría de ver que Dios hace milagros, que pone nombre a la esperanza, que las personas crecen y maduran al amparo de la gracia del Señor y con la compañía de una Iglesia que la sienten como su casa. También hay gozo cuando comprueban que el mensaje que traen no es algo particular suyo que tenga su medida, sus intereses o trastiendas, sino que es un mensaje del que ellos son tan sólo humildes mensajeros que también a ellos les alcanza. Esta es la razón por la que envío a nuestros jóvenes diáconos dos meses a nuestra misión de Bembèrèkè como parte de su formación antes de recibir la ordenación sacerdotal. No es un tiempo de vacaciones exóticas, ni un safari religioso, sino la ocasión única en sus vidas de poder ver y escuchar lo que en estos lugares Dios grita y regala a quien tiene sus oídos y su corazón dispuestos a acoger un mensaje imborrable.

Y junto a la pobreza de quien tiene una vida precaria en necesidades básicas de alimentación , higiene, sanidad, educación y cultura, todo ello objeto también de lo que nuestros misioneros afrontan y resuelven sin demagogia populista, está la riqueza de toda esta gente sencilla que señala en su humanidad tierna y en su fe sincera ese cúmulo de valores que tal vez otros hemos perdido, descuidado, o no valorado debidamente. Es una mezcla de pobreza y riqueza, de necesidades palmarias y de sobreabundancias manifiestas, un mundo lleno de contrastes que constatas en África. El balance final es que esta gente te gana, te conquista, te engancha, por esto quien va no quiere volver, y quien tiene que irse cuando puede regresa.

Viene ahora  el encuentro con la misión que se me ha confiado en el día a día, bajando de la nube dulce de estos recuerdos al surco cotidiano donde la vida se decide entre la esperanza y el dolor, el cansancio y las ganas, la entrega a Dios en el humilde servicio a los hermanos que aquí y ahora se me confían. Feliz año nuevo.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo