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lunes, 30 de abril de 2018
Sinrazones en manada. Por Juan Manuel de Prada
(ABC) Toda la furia extraviada que ha desatado la sentencia del juicio a los bicharracos de «La Manada» nos sirve para mostrar cómo nuestra época ha abdicado de la razón teórica, para después tratar de combatir los efectos deletéreos de esa abdicación con torsiones y contorsiones estrafalarias de la razón práctica.
La razón teórica nos permite enunciar principios universales, acordes con la naturaleza de las cosas; y la razón práctica nos enseña a aplicar tales principios a las circunstancias mudables de la vida. Pero si la razón teórica abdica (o, todavía peor, se reprime, cohíbe o coarta, por sinrazones ideológicas), el juicio de la razón práctica será inevitablemente erróneo. La naturaleza de las cosas nos enseña, por ejemplo, que la vida o la integridad física de las personas es un bien que debe protegerse; y que, por lo tanto, cualquier acto que lo lesione tiene que ser castigado, independientemente de que la víctima haya prestado su consentimiento. Así, si yo pido a un amigo que me ampute un brazo, o que me salte la tapa de los sesos de un tiro, y mi amigo accede a hacerlo, la razón teórica dictamina que mi amigo ha transgredido la naturaleza de las cosas y por ello debe ser castigado; luego, en todo caso, quien lo juzgue podrá determinar (mediante un juicio de la razón práctica) si su culpa puede ser atenuada o agravada.
Pero esta secuencia lógica entre la razón teórica y la razón práctica se hace añicos –¡oh sorpresa!– cuando se trata de enjuiciar las conductas sexuales. La razón teórica nos enseña que el apetito sexual debe encauzarse, para no convertirse en una fuerza arrasadora de la dignidad y afectividad humanas; la razón teórica nos enseña que determinados actos sexuales son aberrantes, porque no buscan otra cosa sino obtener una burda satisfacción, lograda a costa de ultrajar a otra persona. La razón teórica nos enseña que cuando cinco hombres penetran en comandita a una mujer están perpetrando una aberración que merece un castigo severísimo, con independencia de que la mujer haya sido forzada o haya consentido tal aberración; pues una mujer que consiente en someterse a tal aberración tiene sin duda el consentimiento viciado, por culpa de algún trastorno mental o perversión afectiva (o bien por hallarse bajo los efectos de sustancias que han ofuscado su juicio). Y, sentado este juicio de la razón teórica, a la razón práctica le correspondería dirimir las circunstancias agravantes (intimidación, violencia, abuso de confianza, posición de superioridad, etcétera) o, en su caso, atenuantes. Pero la razón práctica sólo tendría que afinar el juicio de la razón teórica, que previamente habría establecido que ciertos actos sexuales depravados exigen un castigo severo.
Nuestra época, en cambio, niega que existan actos sexuales depravados en sí mismos. Y esta dimisión de la razón teórica se explica porque ella misma está depravada y no tiene valor para afirmar que una sexualidad que no se encauza se convierte en una fuerza destructiva. Lo hace porque se ha propuesto destruir una serie de afectos naturales y de instituciones creadas para preservarlas azuzando el desenfreno sexual. Y esta época depravada que ha fomentado sinrazones en manada, que ha promovido todas las formas de desenfreno sexual y auspiciando ideologías monstruosas que han reducido a escombros los afectos naturales y las instituciones creadas para protegerlos… ¡se pone furiosa porque la razón práctica de unos jueces no ha castigado más severamente a los bicharracos de "La Manada"! A esto se le llama poner tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias. De una época tan depravada puede decirse con justicia que en el pecado lleva la penitencia.
domingo, 29 de abril de 2018
Evangelio Domingo V de Pascua
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»
Palabra del Señor
sábado, 28 de abril de 2018
DAR FRUTO DE VERDAD. Por José María Martín OSA
1.- Acoger en lugar de excluir. Pablo, después de su conversión, se dirige a Jerusalén buscando el contacto con la primitiva comunidad cristiana. No le sería fácil, pues todos se acordaban del antiguo perseguidor y lo miraban con recelo. Además, los judíos le consideraban un traidor. La primera lectura de los Hechos presenta las dificultades con que se encontró san Pablo cuando intentó incorporarse a la comunidad cristiana de Jerusalén. La razón principal de estas dificultades se hallaba en que los miembros "antiguos" de la comunidad dudaban de la sinceridad de la conversión del miembro "nuevo". Ya desde el principio, aquella primera comunidad cristiana sintió la tendencia a encerrarse en sí misma y a poner obstáculos a la incorporación de los que no tenían exactamente la misma mentalidad. Este peligro es constante en la Iglesia. Y en el fondo proviene de una falsa idea de lo que realmente es la comunidad cristiana. A menudo confundimos la Iglesia con una sociedad meramente humana, en la que sólo cuentan los factores unitivos de las afinidades humanas. Por eso excluimos espontáneamente de nuestras comunidades a todos aquellos que no piensan como nosotros, que no viven como nosotros, que no "son de los nuestros". Para pertenecer a la Iglesia no es preciso pertenecer a un pueblo, a una civilización, a una clase social, o a un partido político determinado. Como dicen las palabras finales de la lectura, la única realidad capaz de vivificar, multiplicar y construir la Iglesia, es el Espíritu Santo, que supera todas las diferencias y rivalidades humanas.
2.- Por el amor demostramos que somos cristianos. Juan en su primera carta insiste una vez más en el amor, pero en un amor que no se contenta con hermosas palabras; pues debemos amar como Cristo nos ha amado, ya que "en esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio la vida por nosotros". Y éste es el amor que nos saca de dudas; por él conocemos si somos o no de la verdad; esto es, si hemos nacido de Dios y somos sus hijos. ¿Por qué andamos entonces siempre con complejos de ortodoxia y nos olvidamos tantas veces de la ortopraxis? Porque es aquí, en la ortopraxis o en la práctica correcta del amor, donde está el verdadero problema. Muchas veces, si nos examinamos a fondo, vemos que nuestra conducta no está a la altura de las exigencias del amor cristiano. Y el corazón nos acusa. Lo verdaderamente decisivo para la salvación es creer que Jesús es el Cristo y el Hijo de Dios (ésta es la fórmula más breve de la fe cristiana) y cumplir su mandamiento de amor, que resume todas las exigencias morales del evangelio. Ambas cosas están unidas inseparablemente, pues la fe es la aceptación de Jesucristo y el reconocimiento práctico de que él solo es el Hijo de Dios, el Señor. Por lo tanto, el que cree en el nombre de Jesucristo acepta y cumple lo que él mismo nos enseñó.
3.- Unidos a Jesús para dar fruto. “Quien no está unido a Cristo no es cristiano”, nos dice San Agustín. Lo mismo que el pasado domingo en el evangelio del Buen Pastor, nos sorprende ahora la afirmación absoluta de Jesús: "Yo soy la verdadera vid". No dice que fue o que será, pues él es ya la verdadera vid, la que da el fruto. Tales afirmaciones deben escucharse desde la experiencia pascual y con la fe en la resurrección del Señor. Jesús vive y es para todos los creyentes el único autor de la vida y el principio de su organización. De él salta la savia, y él es el que mantiene unidos a los sarmientos en vistas a una misma función: "dar fruto". "Dar fruto" es una expresión frecuentemente minimizada por los escritores de la vida espiritual, que la entienden muchas veces en el sentido de hacer buenas obras y alcanzar así la salvación del alma. Pero en el evangelio de Juan, "dar fruto" significa llevar a la madurez la misión de Cristo, esto es, llegar a la cosecha del reinado de Dios para que se manifieste lo que ha sido sembrado en la muerte de Cristo: la salvación del mundo, que es la gloria y la alegría del Padre (el "labrador"). Jesús es la cepa, la raíz y el fundamento a partir del cual se extiende la verdadera "viña del Señor". Entre los sarmientos y la vid hay una comunión de vida con tal de que aquéllos permanezcan unidos a la vid. Si es así, también los sarmientos se alimentan y crecen con la misma savia. Jesús ha prometido estar con nosotros hasta el fin del mundo, y lo estará si le somos fieles. El no abandona a los que no le abandonan.
2.- Por el amor demostramos que somos cristianos. Juan en su primera carta insiste una vez más en el amor, pero en un amor que no se contenta con hermosas palabras; pues debemos amar como Cristo nos ha amado, ya que "en esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio la vida por nosotros". Y éste es el amor que nos saca de dudas; por él conocemos si somos o no de la verdad; esto es, si hemos nacido de Dios y somos sus hijos. ¿Por qué andamos entonces siempre con complejos de ortodoxia y nos olvidamos tantas veces de la ortopraxis? Porque es aquí, en la ortopraxis o en la práctica correcta del amor, donde está el verdadero problema. Muchas veces, si nos examinamos a fondo, vemos que nuestra conducta no está a la altura de las exigencias del amor cristiano. Y el corazón nos acusa. Lo verdaderamente decisivo para la salvación es creer que Jesús es el Cristo y el Hijo de Dios (ésta es la fórmula más breve de la fe cristiana) y cumplir su mandamiento de amor, que resume todas las exigencias morales del evangelio. Ambas cosas están unidas inseparablemente, pues la fe es la aceptación de Jesucristo y el reconocimiento práctico de que él solo es el Hijo de Dios, el Señor. Por lo tanto, el que cree en el nombre de Jesucristo acepta y cumple lo que él mismo nos enseñó.
3.- Unidos a Jesús para dar fruto. “Quien no está unido a Cristo no es cristiano”, nos dice San Agustín. Lo mismo que el pasado domingo en el evangelio del Buen Pastor, nos sorprende ahora la afirmación absoluta de Jesús: "Yo soy la verdadera vid". No dice que fue o que será, pues él es ya la verdadera vid, la que da el fruto. Tales afirmaciones deben escucharse desde la experiencia pascual y con la fe en la resurrección del Señor. Jesús vive y es para todos los creyentes el único autor de la vida y el principio de su organización. De él salta la savia, y él es el que mantiene unidos a los sarmientos en vistas a una misma función: "dar fruto". "Dar fruto" es una expresión frecuentemente minimizada por los escritores de la vida espiritual, que la entienden muchas veces en el sentido de hacer buenas obras y alcanzar así la salvación del alma. Pero en el evangelio de Juan, "dar fruto" significa llevar a la madurez la misión de Cristo, esto es, llegar a la cosecha del reinado de Dios para que se manifieste lo que ha sido sembrado en la muerte de Cristo: la salvación del mundo, que es la gloria y la alegría del Padre (el "labrador"). Jesús es la cepa, la raíz y el fundamento a partir del cual se extiende la verdadera "viña del Señor". Entre los sarmientos y la vid hay una comunión de vida con tal de que aquéllos permanezcan unidos a la vid. Si es así, también los sarmientos se alimentan y crecen con la misma savia. Jesús ha prometido estar con nosotros hasta el fin del mundo, y lo estará si le somos fieles. El no abandona a los que no le abandonan.
viernes, 27 de abril de 2018
Orar con el Salmo del Día
Sal 2,6-7.8-9.10-11
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sión, mi monte santo».
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza».
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando.
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza».
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando.
jueves, 26 de abril de 2018
Carta semanal del Sr. Arzobispo
La confianza que nos humaniza
Es, quizás, una de las experiencias más gratificantes que podemos tener en la vida: alguien en quien podernos apoyar, alguien ante el cual no hay que fingir con engaño ni explicar cansinamente mil cosas para que nos pueda aceptar. Cabalmente esta es la experiencia del propio hogar con tu familia, la del pequeño círculo de amigos de verdad: saben quién eres, conocen tus límites sin despreciarte y también tus talentos sin aprovecharse de ti.
La cuestión de la confianza es algo que aprendemos apenas abrimos nuestros ojos. Siendo como somos seres que nacemos en la más total dependencia, nuestros primeros pasos en la vida son fruto del mucho amor por parte de quienes más nos quieren, que deciden por nosotros pensando en nuestro bien. Y a base de dejarnos cuidar, terminamos por aprender qué significa vivir en un descuido; a base de experimentar el cobijo de quien nos protege por amor, llegamos a saber y a valorar agradecidamente el regalo de la confianza.
Esto ha pasado a nuestro lenguaje corriente, y los padres y los amigos nos avisan su cautela: fíate o no te fíes, cuando algo o alguien merodea nuestra vida. Así, una de las dádivas más hermosas que se nos pueden dar en la vida, es el tener cerca a alguien de quien podamos fiarnos. Una confianza tejida de gestos amables, de palabras sabias, de silencios elocuentes, de respeto maduro, de ternura delicada, de paciencia inmensa, de alegría sincera. Todos tenemos esta experiencia junto a las personas en las que hemos sido bendecidos, las que verdaderamente nos han querido.
Así le ocurrió a San Pablo, tan pagado de sí mismo y tan seguro de sus incertidumbres, hasta que se encontró con Cristo y sólo entonces pudo decir aquello que le valió por toda una vida: “sé de quién me he fiado” (2 Tim 1,12). Bien pudo él comparar sus falsas confianzas de antaño, con la que encontró en el Señor, cuando sin cita previa, Jesucristo se le cruzó en aquel día y hora, en su camino de Damasco,cuando descabalgó para siempre sus desconfianzas para empezar a fiarse de Dios como con sus padres hacen los niños.
Vivimos despiadadamente en un mundo que no propicia la confianza mutua, y vemos cómo a diario se dan las traiciones vengadoras, los rencores resentidos, sin que podamos apoyarnos en alguien que valga la pena. Está en el controvertido maremágnum de la política cuando no es honesta. Pero puede suceder en otros ámbitos si no cuidamos esta delicada planta de la confianza. Y cuando nos hacemos desconfiados, todo se torna sospecha, insidia, adversidad. Ya no es hermano quien tengo al lado o enfrente, sino que es rival que conmigo se pelea porfiando lo que yo he conquistado o al que arrebatar lo que yo no tengo todavía.
Entonces la vida se hace bronca, incierta, imponiendo un desgaste en las relaciones humanas omitiendo la humilde verdad de que todos somos necesarios y nadie es imprescindible. Toda historia de soberbia orgullosa que acaba en el desprecio del otro, como toda historia de envidia codiciosa que acaba en violencia, bebe de la desconfianza que nos enfrenta olvidando que al hermanarnos Dios que nos creó, nos hizo dependientes unos de otros. No se trata de una dependencia que humilla y esclaviza, sino una dependencia que completa y complementa. Es el mismo misterio del mismo Dios: tres Personas distintas que se aman con esa complementariedad de un Eterno Amante que es el Padre, que quiere a un Eterno Amado que es el Hijo, en un Eterno Amor que es el Espí- ritu Santo. Es la confianza divina de la que somos imagen y semejanza para hacer fraternamente un mundo distinto y mejor.
+Fray Jesús Sanz Montes O. F. M.
Arzobispo de Oviedo
Alfie, un choque entre antropologías. Por Luigi Negri
Nuestro pensamiento se dirige con profundo afecto a Alfie, por la extraordinaria batalla que está llevando a cabo para mantener intacta su vida. Pero también a los miles y miles de personas que en Inglaterra y en muchos otros países del mundo, incluida Italia, se han manifestado para expresar la cercanía del pueblo a este pequeño hijo del pueblo que debe morir porque su imagen de vida no corresponde a la imagen de vida dominante.
El pueblo ha sabido librar esta gran batalla. Cualesquiera que sean los resultados, porque la crueldad y la irracionalidad no pueden ser vencidos ni siquiera por las manifestaciones; cualquiera que sea la conclusión, lo que hemos tenido ante nuestros ojos es un gran asunto del pueblo, en el que todos hemos podido participar con mayor o menor determinación.
Pero esta gran experiencia del pueblo señala, también, a los horribles culpables de toda esta historia. Esta eugenesia que, en sustancia, no tiene nada que envidiar a la eugenesia nazi, pues parece ser su continuación, algo increíble dados los tiempos en que vivimos.
Se ha decretado la muerte de un niño absolutamente normal en sus reacciones, y que muchísimas horas después de la suspensión de la ventilación vive, respira, reacciona con sus propias fuerzas.
Quienes tienen la intención de sacrificar la vida de Alfie a su concepción enferma de la eugenesia asumen una responsabilidad terrible. Y, así, aparecen en el horizonte de nuestras conciencias imágenes que creímos desaparecidas para siempre. Esos horrorosos experimentadores que utilizaron la carne viva del pueblo alemán, y no solo, en Auschwitz y en otros campos de concentración.
Creo que ellos solo fueron los encargados de abrir este camino que, con Alfie, ha llegado a sus terribles consecuencias. Esto no quita que, de alguna manera, mantengamos la esperanza en un epílogo distinto y que estemos agradecidos a la intensa actividad llevada a cabo en estos momentos por la Santa Sede.
Sin embargo, la cuestión ya está abierta. La cuestión que San Juan Pablo II vio y mostró con gran claridad. Dos antropologías se enfrentan en el mundo. Por una parte, una que posee una potencia desmesurada: la antropología del hombre dueño de sí mismo y que quiere ejercer su dominio sobre la realidad. Por la otra, la antropología de un hombre abierto al misterio, que busca en el camino hacia el Misterio llevar a cumplimiento de manera plena su propia humanidad. Cultura de la vida, cultura de la muerte. Ciertamente, la cultura de la vida es, en casi todo el mundo, enormemente minoritaria en este momento. Pero es necesario que quien se sienta protagonista de ella siga su camino, continúe su batalla.
El problema de la vida y de la muerte no es un problema estadístico. El problema de la vida y de la muerte es un choque de antropologías. Y es necesario dar toda la fuerza y la consistencia a la antropología de la verdad para que pueda triunfar sobre el mal, que parece invencible, pero que, ciertamente, no lo es.
El pequeño Alfie resume, hoy, toda la grandeza ideal de nuestros pueblos y juzga toda la mezquindad y la depravación de tantas -demasiadas- instituciones o estructuras científicas. Y aquí quiero dedicar un pensamiento al triste espectáculo de la Iglesia inglesa, espectáculo al que nunca habríamos pensado tener que asistir: su silencio y su claro apoyo al comportamiento de los médicos del Hospital Alder Hey. No puedo no considerar esto una grave traición a la verdad y la libertad del pueblo.
Creo que la batalla está en sus inicios y que es necesario rezar a la Virgen para que ayude, a quienes defienden la intangibilidad de la vida y su destino al bien, a no retirarse.
Publicado en La Nuova Bussola Quotidiana
Traducción de Helena Faccia Serrano.
miércoles, 25 de abril de 2018
El cura progre. Por Carlos López Díaz
La Iglesia, al abrir de par en par sus puertas, quiso facilitarle la entrada a los de afuera, sin pensar que más bien les facilitaba la salida a los de adentro.
Un día, un cura ya mayor fue enviado a una nueva parroquia de un barrio trabajador. Desde el principio trató de demostrar a los feligreses que, pese a su edad, era un sacerdote de ideas avanzadas, cercano a los pobres y con mente abierta.
En su primera homilía dominical habló a favor de los refugiados, de las dificultades de los jóvenes para encontrar empleo y aludió vagamente a la hipocresía de condenar el aborto y no, al mismo tiempo, la pena de muerte. Al final de la misa, algunos feligreses se acercaron a darle la bienvenida, y aprovecharon incluso para felicitarle por el sermón.
Al domingo siguiente, observó que la asistencia había disminuido. El cura pensó que se trataría de “deserciones” de los más tradicionalistas y conservadores, descontentos con su homilía de la semana pasada, a diferencia de los que no dejaron de acudir. Así que en atención a estos últimos, siguió en la misma línea “avanzada”. Esta vez se mostró favorable a que los divorciados vueltos a casar pudieran comulgar, y tuvo palabras de comprensión con los “otros modelos de familia”. No percibió la menor incomodidad por sus palabras; al contrario, algunos feligreses, a la salida de la iglesia, le saludaban sonrientes.
El domingo siguiente, el templo estaba medio vacío. En bancos enteros de las primeras filas no había nadie. El cura por primera vez se sintió inquieto y esta vez pensó que quizás los que se habían marchado lo juzgaban aún excesivamente conservador. Así que pronunció su sermón endureciendo el borrador inicial con una redacción más explícita de la que tenía prevista, aunque sin modificar sus ideas. Llegó a decir que los sacramentos no tenían realidad sustancial, sino que eran meros simbolismos, prácticamente prescindibles. Se mostró sin ambages contrario al celibato sacerdotal y por último terminó apoyando que la Iglesia donara todas sus riquezas y se desprendiera de “ritualismos vacíos”, para volver a la pureza primitiva del Evangelio. Un feligrés, entusiasmado, inició unos aplausos, que empezaron a ser seguidos por otros, y que el propio sacerdote, azorado, hubo de cortar.
El domingo siguiente, sólo había en misa un matrimonio de ancianos. A la salida, y sin ocultar su desconcierto, el cura abordó a los dos únicos asistentes. Tras agradecerles que hubieran acudido a la eucaristía, les preguntó directamente si conocían las causas del descenso de asistencia.
–Tal vez –quiso sonsacarles el sacerdote, un tanto herido– los fieles se sienten más atraídos por otra parroquia cercana, con un cura joven que seguramente es muy abierto y moderno…
-Oh, no, en absoluto, mosén –respondió la anciana–, la gente habla muy bien de usted. Lo que pasa es que algunos curas dan a entender que no hace falta ir a misa ni creer en el catecismo, que basta con ser buenos. Y claro, hay tantas cosas que hacer los domingos…–La anciana dijo esto con una inocente sonrisa, sin que nada indicara que estaba aludiendo a su interlocutor, salvo quizás un cierto brillo en su mirada.
–Entonces… ¿por qué ustedes siguen viniendo a misa? –preguntó el cura ya francamente intrigado.
–Bueno –dijo la anciana casi con tono de disculpa–, es que mi marido y yo estamos algo sordos, y durante los sermones nos quitamos los audífonos. Quizás por eso seguimos siendo católicos –dijo la anciana con la misma sonrisa, aunque quizás un brillo algo más penetrante en sus ojos.
El Papa invita a luchar contra el demonio y pedir discernimiento
(ACI Prensa) El Papa Francisco dijo en la Misa que presidió en Santa Marta que “siempre existirán resistencias al Espíritu Santo” y esto lo puso en relación a la “rigidez” que poseen algunos, a los que recomendó “discernir los signos de los tiempos”.
“Siempre existirán resistencias al Espíritu Santo, siempre, siempre hasta el fin del mundo. Que el Señor nos dé la gracia de saber resistir a lo que tenemos que resistir, a lo que viene del maligno, a lo que nos quitar la libertad y sepamos abrirnos a la novedad, pero solo esas que vienen de Dios, con la fuerza del Espíritu Santo, y nos dé la gracia de discernir los signos de los tiempos para tomar las decisiones que nosotros debamos tomar en ese momento”, pidió.
Sobre los rígidos, explicó que siempre “vuelven sobre la misma pregunta, son incapaces de salir de ese mundo cerrado, son prisioneros de las ideas. Han recibido la ley que era vida, pero la han ‘destilado’, la han transformado en ideología y así dan vueltas, dan vueltas y son incapaces de salir de cualquier novedad porque para ellos es una amenaza”.
El Papa puso de ejemplo a los discípulos, quienes “permanecieron dóciles al Espíritu Santo para hacer algo que era más que una revolución”, “un cambio fuerte” y en el centro estaba “el Espíritu Santo: no la ley, el Espíritu Santo”.
“La Iglesia era una Iglesia en movimiento, una Iglesia que iba más allá de sí misma. No era un grupo cerrado de elegidos, una Iglesia misionera. Es más, el equilibrio de la Iglesia, por así decir, y era precisamente la movilidad, en la fidelidad al Espíritu Santo”.
Francisco mencionó que “alguno decía que el equilibrio de la Iglesia se asemejaba al de una bicicleta: está parada y va bien cuando está en movimiento; si tú la dejas parada, cae. Es un buen ejemplo”.
Del Oficio del Día
Del Tratado de san Ireneo, obispo, Contra las herejías
(Libro 1, 10, 1-3: PG 7, 550-554)LA PREDICACIÓN DE LA VERDAD
La Iglesia, esparcida por el orbe hasta los confines de la tierra, ha recibido de los apóstoles y de los discípulos de los mismos aquella fe cuyo objeto es: un solo Dios, Padre todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; y un solo Hijo de Dios, Jesucristo, que por nuestra salvación se hizo hombre; y el Espíritu Santo, que, por boca de los profetas, anunció de antemano los designios de Dios; y la venida al mundo, la encarnación en el seno de María, la pasión y resurrección de entre los muertos, la ascensión corporal del amado Jesucristo, Señor nuestro, así como su futura venido desde el cielo, en la gloria del Padre, para recapitular todas las cosas y resucitar corporalmente a todo el género humano, para que, según ha dispuesto el Padre invisible, ante Cristo Jesús, nuestro Señor y Dios, salvador y rey, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo y toda lengua lo proclame, y él juzgue a todos con justicia.
La Iglesia, habiendo recibido, como hemos dicho, esta predicación y esta fe, aunque esparcida por todo el mundo, la guarda con diligencia, como si todos sus hijos habitaran en una misma casa; y toda ella cree estas mismas verdades, como quien tiene una sola alma y un solo corazón, y, en consecuencia, las predica, las enseña y las transmite, como quien tiene una sola boca. Porque, si bien en el mundo hay diversidad de lenguajes, el contenido de la tradición es uno e idéntico para todos.
Y lo mismo creen y transmiten las Iglesias fundadas en Germania, así como las de los iberos, las de los celtas, las del Oriente, las de Egipto, las de Libia y las que se hallan en el centro del mundo; pues, del mismo modo que el sol, creatura de Dios, es uno e idéntico en todo el mundo, así también la predicación de la verdad brilla en todas partes e ilumina a todos los hombres que quieren llegar al conocimiento de la verdad.
Y ni el que posee dotes oratorias, entre los que presiden las Iglesias, enseñará algo diverso a lo que hemos dicho (ya que nadie está por encima de su maestro), ni el que está privado de estas dotes aminorará por ello el contenido de la tradición. En efecto, siendo la fe única e idéntica para todos, ni la amplía el que es capaz de hablar mucho sobre ella, ni la aminora el que no es capaz de tanto.
RESPONSORIO 1Co 1, 17-18. 21
R. Cristo me envió a evangelizar, y no con sabiduría de palabras, a fin de no quitar eficacia a la cruz de Cristo. * Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación es fuerza de Dios. Aleluya.
V. Como en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes.
R. Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación es fuerza de Dios. Aleluya.
martes, 24 de abril de 2018
NUESTRO CEMENTERIO
Recientemente se me ha sugerido la posibilidad de ajardinar la única parcela libre que queda en el cementerio, y, personalmente como párroco y administrador de los bienes de la Parroquia (y el cementerio es parte) no me pareció mal la idea, pero tiene sus dificultades que aclararé más adelante.
Con ello aprovecho para matizar una publicación del diario "El Comercio" en Mayo del año pasado donde su titular decía: ''El párroco de Lugones pide ayuda al Ayuntamiento para la ampliación del cementerio''. Evidentemente no dije tal cosa, únicamente aludí a que sería ideal que el Ayuntamiento nos ayudara a mejorar el cuidado del cementerio, y con ello me refería a mejorar los accesos, el aparcamiento, la limpieza y cuidado del entorno, etc.
La verdad que así lo han hecho poco a poco y públicamente lo quiero agradecer (aunque los contenedores exteriores en época de "difuntos" no se recogen adecuadamente o son insuficientes, y la basura se desborda dejando mala imagen). Desde que soy Párroco de Lugones núnca me he planteado ampliar el cementerio; en estos años era prioritario generar un sistema de financiación para dignificar un lugar que en 2008 daba pena y dolor. Al hilo, cabría recordar que el Servicio Público de enterramientos es competencia legal de los ayuntamientos en aquellos municipios de más de cinco mil habitantes (Ley de Bases de Régimen Local) y que la Iglesia está supliendo este servicio en muchos de ellos con sus cementerios, financiados exclusivamente con recursos propios. Por ello, si el Ayuntamiento careciendo de cementerio propio no nos ayudase en la conservación o ampliación futura -llegado el caso- del nuestro, estaría haciendo una dejación de sus funciones y que la Parroquia -sin obligación ninguna- le está supliendo. Pues cabe recordar, igualmente, que para dar sepultura en él sólo se exige el cumplimiento de la legalidad civil y canónica que lo rige; no si el difunto iba o no a misa o si era más o menos creyente. Muy posiblemente, si el titular del cementerio fuese de otra confesión religiosa, el Ayuntamiento tendría un serio problema que hoy por hoy la Iglesia Católica no le plantea.
Respecto a la parcela que de momento está libre, se supone que en ella se construirán el día que haga falta otras baterías nueva de nichos. Sería bonito, ciertamente, que estuviese de momento ajardinada, incluso con algunos bancos para sentarse, pero sería igualmente una pena tener que eliminarla después para construir los nichos más pronto o más tarde, y a cuyo fin está destinada. No obstante, lo valoraremos.
Nuestro empeño principal sigue siendo el cuidado y la conservación, pues el lugar donde se encuentra ubicado es una zona con muchísima humedad; no en vano se llama ''monte las ranas o cantaranas'', y esa humedad es la que hace que todo se deteriore a una velocidad de vértigo: la pintura (hay que retocarla cada año), las aceras; que, aunque la mayoría son nuevas, se ponen negras cada poco; los aleros, cubiertas, muros, canalones, alcantarillas... Por ello este Párroco no está inicialmente por construcción de nuevos nichos -aunque todo tendrá que llegar- sino por recuperar de momento los abandonados y olvidados en el tiempo o que no cumplen la normativa, y por dar permanente dignidad a todo el Camposanto.
En el día a día sigue habiendo mucho por hacer y aún muchos objetivos por cumplir para que nuestro cementerio no sólo tenga "un jardín" sino sea todo él el jardín del descanso de los que esperan en Dios para volver a alabarlo.
Joaquín, Párroco
«Necesitamos una, dos, cien Covadongas, multiplicar las voces críticas con el poder», pide Esparza
(Rel.) El sábado 21 de abril se celebró en Talavera de la Reina, en el Colegio Orden de Nuestra Señora, el Encuentro de 10º Aniversario de ReligiónEnLibertad, en el que participaron redactores, blogueros, articulistas y patronos de la Fundación Nueva Evangelización, responsable de nuestro diario digital.
- Qué está pasando (en España y el mundo, con la fe, los valores y la sociedad)
- Qué debemos hacer (los cristianos y la gente que cree en la virtud y el bien)
Resumimos algunas de las ideas principales:
1 - Lo que antes llamábamos izquierda y derecha ahora son lo mismo, piensan lo mismo y hacen lo mismo; en España aún tienen algún desacuerdo respecto a temas de historia, pero son indistinguibles en valores, temas de ética, familia, vida...
2 - En España y Occidente se permite cierto folclor religioso y sus manifestaciones, pero por lo general el poder trabaja para ocultar la religión y la pregunta religiosa
3 - Mayo del 68 (la modernidad, la revolución) ha ganado, y como ya lo tiene conseguido casi todo, perderá su impulso y morirá. ¿Qué le sustituirá?
4 - Por primera vez, hay en la historia una civilización que proclama que sólo la técnica y su eficacia dan sentido y dan respuestas, y que niega todo valor a la religión; y esta civilización es la actual y hegemónica en Occidente.
5- De reaccionar contra la autoridad religiosa (Renacimiento), contra la autoridad de los clásicos (Ilustración) y contra la autoridad política tradicional (Revolución Francesa) hemos pasado a reaccionar contra uno mismo, en el individualismo extremo de la Ideología de Género, donde cada uno impone si se le ha de considerar hombre o mujer por su mera decisión. Es un individualismo extremo.
6- Este individualismo "hasta la locura" lo aprueba y fomenta el capitalismo y el espíritu burgués actual. Cuando decimos que ha triunfado Mayo del 68 decimos que ha triunfado una mezcla de capitalismo sin límite y pensamiento "progre" radical. "El mundo 'single', los individuos que están solos, consumen más que el mundo familiar, con su lógica de contención y austeridad".
7 - Para consumir más, hay que acabar con las trabas morales y fomentar el consumismo hedonista; hundir la familia forma parte de eso. Que haya menos niños también lo encauza. Lo siguiente será "tratar con el exceso de viejos".
8 - Para camuflar el desastre (poblacional, económico, familiar y humano) hay que distraer a la gente con entretenimiento infinito y barato; Internet ha sido muy útil para eso.
9 - Los descontentos deberían (deberíamos) protestar al poder... pero ya no sabemos quién es el poder, dónde está ni a quién protestar. Ya casi no tienen poder los políticos. Las cosas grandes las decide gente que nadie vota.
10- El Apocalipsis ya está aquí, y no consiste en que un ángel toque una trompeta y todos lo vean; más bien, consiste en que todo se cae, todo se deshace, mientras la gente está distraída enganchada a su ordenador.
¿Qué debemos hacer?
1- "Necesitamos una, dos, cien Covadongas", dijo Esparza, aprovechando que el santuario asturiano celebra su Jubileo. "Hay que multiplicar las voces críticas". Pueden ser asociaciones, pueden ser autores, pueden ser colegios...
2- Internet, la red, permite suscitar esas voces, esas "Covadongas" contra el poder que parece hegemónico. Por desgracia, Internet no da dinero. Hay que apoyar esas voces con financiación, recursos, ánimos...
3- Sí vale la pena insistir en Internet: "las redes a menudo son más reales que la llamada política real", insistió Esparza.
4- Los cristianos y las personas que creen en los valores del bien común deben organizarse, protestar y "lograr que el poder te tema". "Si el poder no te teme es que eres irrelevante. Si el poder no te teme, estás perdido".
5- Actuar significa cambiar de mentalidad para muchos. "Hay que dejar de pensar que somos 'gente de orden'; el orden ya no es lo que era en la época de tus abuelo. Hoy el orden es que con tus impuestos pagan el Orgullo Gay mientras cierran viviendas sociales".
6- ¿Qué aconseja a quien quiera escribir, filmar, argumentar contra ese poder hegemónico? "Que tus argumentos sean mejores que los del contricante", exhortó a un joven redactor de ReL que le preguntó. "E intenta entender los argumentos del contrincante: ¿por qué los usa?".
7- La respuesta debe tener una triple dimensión: la religiosa, la identitaria (la patria, la historia) y la comunitaria (comunidades vivas, reales). "Hay que dar vida a estos tres campos".
8- La defensa cristiana de la sociedad ha de entender que una sociedad cristiana no es solo la que "hace misa": es la que defiende los derechos humanos, el prójimo, la razón...
9- A quien no ve la importancia de la religión, hay que explicarle que lo religioso forma parte del hombre, que si se reprime se generará una neurosis, también a nivel social; la religión es socialmente necesaria, y la más racional es el cristianismo, que durante 2.000 años ha hecho filosofía y ha trabajado por los hombres.
10- Todo eso debe servir para limitar el poder, y no solo el de los políticos, que ya no mandan mucho, sino también el económico, el mediático... hoy son cosas que van juntas.
lunes, 23 de abril de 2018
Santo del Día
San Jorge, mártir.
(https://preguntasantoral.blogspot.com) La redacción más antigua de la vida y martirio del santo se halla en el corpus de obras atribuido al papa San Gelasio (20 y 21 de noviembre). De esta "passio" hay múltiples copias de las diversas Iglesias orientales, las cuales siempre han venerado a este insigne mártir. San Ambrosio de Milán (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal) tiene algún sermón dedicado al santo, por lo que sería conocido en su momento. En el siglo X San Simeón Metafrastes (27 de septiembre y 28 de noviembre, Iglesias Griegas) hace más extensiva la passio, en la que ya se menciona al conocido dragón, aunque sin hablar de princesas, sino únicamente como símbolo del mal.
Según esta "passio", los padres de Jorge eran Santos Geroncio y Policronia (24 de abril), cristianos naturales de Persia y Capadocia, respectivamente. El niño Jorge nació en Capadocia y fue educado en la piedad cristiana. Siendo adolescente reveló inclinación a la milicia, por lo cual, entró a servir en el ejército del emperador. Servía al Imperio en Capadocia cuando la primera persecución de Diocleciano, a finales del siglo III, y como era cristiano abiertamente, fue apresado y llevado a comparecer ante el monarca. Este le conminó a que sacrificara a los dioses, pero Jorge se negó, por lo cual padeció varios tormentos en el potro y además sería apaleado. El santo fue puesto frente al mago Atanasio, que pretende hacer los mismos portentos que Jorge, pero no puede, por lo que se convierte a la fe cristiana. También convierte a Anatalio, un General, y a toda su cohorte. Finalmente, el emperador le condena a ser decapitado, como así se hizo. Las fechas del martirio varían, desde 284, imperando Diocleciano, hasta 303, imperando Daciano.
Según esta "passio", los padres de Jorge eran Santos Geroncio y Policronia (24 de abril), cristianos naturales de Persia y Capadocia, respectivamente. El niño Jorge nació en Capadocia y fue educado en la piedad cristiana. Siendo adolescente reveló inclinación a la milicia, por lo cual, entró a servir en el ejército del emperador. Servía al Imperio en Capadocia cuando la primera persecución de Diocleciano, a finales del siglo III, y como era cristiano abiertamente, fue apresado y llevado a comparecer ante el monarca. Este le conminó a que sacrificara a los dioses, pero Jorge se negó, por lo cual padeció varios tormentos en el potro y además sería apaleado. El santo fue puesto frente al mago Atanasio, que pretende hacer los mismos portentos que Jorge, pero no puede, por lo que se convierte a la fe cristiana. También convierte a Anatalio, un General, y a toda su cohorte. Finalmente, el emperador le condena a ser decapitado, como así se hizo. Las fechas del martirio varían, desde 284, imperando Diocleciano, hasta 303, imperando Daciano.
LA RUTA DE LA RECONQUISTA
(turismoasturias) Hoy es posible recorrer el camino que en su huida siguieron las huestes cordobesas confiando su fuga a la protección de los Picos de Europa. Saliendo del Monte Auseva, el derrotado ejército de Alkama debió atravesar los bellos paisajes de Orandi, el río Cares, Bulnes, Pandébano, Áliva y Espinama hasta llegar a Cosgaya, donde un desprendimiento del monte Subiedes acabó arrojando al río Deva a los últimos supervivientes de la expedición.
ETAPA 1: Sotres - Poncebos
La ruta se inicia en el pueblo cabraliego de Sotres donde se coge la carretera que conduce a Arenas de Cabrales. Sotres es el pueblo más alto de Asturias, pueblo de gran belleza limítrofe con Cantabria y punto de entrada al macizo de Andara. En Sotres, la Iglesia de San Pedro, es una iglesia popular con pórtico lateral, cabecera cuadrada destacada en altura, huecos adintelados y espadaña de doble arco.
Al llegar a una curva cerrada a la derecha, parte una pista de tierra (a la izquierda y en bajada) que sigue la orientación del valle del río Duje y que conduce a Áliva, a un km escaso, aparecen un conjunto de cabañas por las que se interna una pista, la seguiremos.
Se abandona la pista de Áliva cogiendo la de la derecha que desciende entre las cabañas y cruza el río Duje. A partir de aquí va ganando altura por fuerte pendiente. Mirando hacia atrás tenemos una excepcional vista de esta parte del Macizo de Andara Ali como el pueblo de Sotres. Cuando la pendiente se suaviza sale a la derecha un sendero que se dirige hacia el collado de Pandébano que tenemos enfrente de nosotros y al que llegamos después de pasar junto a las cabañas de Canero. Conviene no dirigirse hacia la parte izquierda del collado sino hacia la derecha para luego coger bien el camino de descenso a Bulnes.
Al llegar al collado tenemos una excepcional vista a ambos lados del mismo, pudiendo contemplar a la izquierda como sobresale la cima del Naranjo de Bulnes (Pico Urriellu). La ruta inicia un descenso pasando junto a las cabañas de Ente los Bosquines. Poco después el camino da unas revueltas para pasar por una zona donde tenemos la roca caliza a la derecha llegando poco después junto a unos prados desde donde podemos contemplar la silueta del Pico Urriellu sobresaliendo sobre la canal de Balcosín y la de Camburero. Poco después se llega a Bulnes.
Bulnes esta a 649 metros sobre el nivel del mar. Está dividido en dos barrios: Bulnes de Arriba o El Castillo: Es más viejo y dispone de menos edificaciones. Bulnes de Abajo o La Villa: Posee más servicios y edificaciones.
Bulnes es un antiquísimo pueblo quizás de origen romano, se supone que aquí se estableció un campamento que vigilaba la zona desde el barrio de Arriba, donde aún hay restos de una torre de observación (de eso el barrio del Castillo). También en escritos del historiador Sánchez de Albornoz se hace mención a la existencia de este pueblo cuando los moros pasaron por aquí huyendo del desastre de Covadonga a través de la Canal de Culiembru, Canal de Piedrabellida, Amuesa, Bulnes, Pandébano y Áliva.
Desde la entrada en funcionamiento del funicular el pueblo ha experimentado una importante transformación, tanto de las calles e infraestructuras como el incremento de los establecimientos dedicados a la hosteleria. Sus habitantes tradicionalmente han vivido de la ganadería y la elaboración del queso de cabrales, pero actualmente es un importante centro turístico fundamentalmente de gentes practicantes del montañismo o de amantes de la naturaleza.
Atravesamos el pueblo dejando a la izquierda la antigua rectoral y su iglesia y el cementerio a la derecha donde se encuentra una placa en su pared exterior dedicada a Luís Martínez González, con el sobrenombre familiar de "El Cuco", nacido en Luanco (Asturias) el 7 de agosto de 1901, un ovetense que fue el primer muerto en el Pico Urriellu, y que esta enterrado en este cementerio, que antiguamente estaba techado para poder enterrar a los muertos.
Las historias del Naranjo de Bulnes. Francisco Ballesteros Villar A la salida del pueblo se coge un ancho camino que nos conduce junto a la boca del túnel del funicular, que dejamos a la derecha, continuando por un sendero que nos conduce junto al puente Colinas, desde donde se puede acceder al barrio del Castillo. El sendero se adentra en la Canal del Tejo llevando a la izquierda el río e iniciando un vertiginoso descenso entre unas impresionantes paredes cortadas en vertical. Poco después el desfiladero se estrecha en el lugar conocido como Voluga los Muertos donde existen dos cruces grabadas en la roca en recuerdo de dos vecinos de Bulnes que fueron arrastrados por un alud al fondo del río. Cruzamos lugares como la Posa Les Fuentes, Martiñanu, Las Salidas, Les Cruces y el Alto del Seu Lisar, que ofrecen todos, buenas vistas hacia pueblo de Camarmeña, ubicado en el extremo opuesto. Seguimos el descenso por la margen derecha del barranco describiendo fuertes zigs zags, y salvando grandes desniveles en una senda tallada en la roca y al pie del abismo, hasta llegar al puente del Jardu y poco después por el puente de la Jaya, que ya se cita ya en algunas crónicas en la época del rey Felipe II. Nada más cruzar el puente, comienza la ascensión, que nos conduce a la entrada de Poncebos.
ETAPA 2: Poncebos - Vega de Comeya
Al llegar a la carretera la ruta gira a la izquierda compartiendo camino con la ruta del Cares, ascendiendo durante un corto trecho hasta el Collado de la Jaya donde iniciamos un descenso y proseguir con la ruta que avanza tallada en las paredes verticales por encima del río Cares ajustándose las rugosidades de las laderas que están surcadas por pequeños arroyos. Avanzamos por un territorio cuando la vegetación empieza a escasear y donde los procesos erosivos son los protagonistas. Conos de deyección, canchales de piedras se acumulan en las laderas hasta alcanzar el cauce del río de color esmeralda, que así definió Lueje. Pronto llegamos a la casería de la Viña que nos queda a la izquierda, lugar donde desemboca la canal de La Raya que procede de Ostón. Mientras, en la vertiente opuesta se dibuja la canal de Sabugo.
Nos encontramos en la majada de Culiembru que siglos atrás estuvo habitada, según un texto estudiado por Guillermo Mañana Vázquez, procedente de un manuscrito para el Diccionario Histórico de Asturias de Martínez Marina, en el que da fe en el año 1801. También consta que en el año 1757 y tras permanecer unos años escondida en unos árboles por los pastores, la imagen de San Julián, bajo cuya advocación estaba su iglesia, fue trasladada a Camarmeña y allí permanece, junto a la sepultura del obispo ermitaño Francisco Ardavín, que era natural de Villaviciosa.
En este lugar abandonamos la ruta del Cares para coger un camino que sale a la derecha y que pasa por encima de la canal. Nada más pasarla nos encontramos con una fuente en una zona poblada de nogales donde debemos llenar las cantimploras ya que es muy posible que no volvamos a encontrar agua hasta la majada de Arnaedo. A partir de este punto el camino inicia un fuerte ascenso que pronto deja los nogales por debajo nuestro pasando junto a la fuente de la Gonzonera (puede no tener agua) y dirigirnos hacia el embudo de la derecha para llegar a Posadoiro, llamado Ali por ser el lugar donde los vecinos paraban para tomar fuerzas y remontar los duros repechos de la Canal de Culiembru.
En este punto tenemos a la derecha la Cueva del Posadoiro en medio de la pared, cuyo acceso se hace a través de un camino construido sobre un muro de piedra. Poco a poco se va ascendiendo dando múltiples revueltas por la estrecha canal y donde merece la pena hacer un alto para contemplar al otro lado el camino del Pandu Culiembru, la Canal de Piedra Bellida y el Collado de Cerreo por donde se supone huyeron los árabes hacia Cantabria. Reanuda la marcha se llega al fondo de la canal donde el embudo se abre y la ruta da un giro a la derecha para llegar poco después a las praderias donde se asienta la majada de Ostón.
"Ostón era un lugar habitado antes del siglo XVII. Figuraba un censo de nueve vecinos que repartían los terrenos y arrendaban a particulares. Posteriormente quedó despoblado, pasando a poder a la Casa de Los Cebos de Bulnes, o heredados por los vecinos, según algunas sentencias judiciales de la época." La Majada de Ostón sita en un incomparable lugar con sus cabañas construidas en una especie de peña sobre el impresionante desfiladero del Cares. Esta asentada en una terraza o rellano con una elegante proa, llamada la Pica de Ostón. Muy cerca hay una fuente pero no se encuentra en Ostón, sino en Valdelafuente, a unos 7 minutos de la majada, a la derecha de la misma y a la que llegamos siguiendo las sendas del ganado. La ruta continúa dejando las cabañas a nuestra espalda y pegada la pared de piedra de la derecha, cuando esta da un brusco giro a la derecha, debemos girar con ella introduciéndonos en un pequeño valle que tiene una cabaña derruida, al llegar a ella volvemos a girar a la izquierda para dirigirnos a la ladera que tenemos enfrente y una vez en ella volver a girar a la izquierda y ascender por una zona de pradera donde se intercalan pedreras recorriendo el valle de La Texa hacia el collado desde donde tenemos una excepcional vista del camino que hemos recorrido con el macizo central al fondo.
Nada más pasar el Collado junto a un pequeño abrevadero se abre a nuestros ojos la explanada de los Corros y Vega Maor, con un pequeño montículo en medio, con corros de piedra y cabañas pastoriles, muchas de las cuales están en estado ruinoso y al fondo los Collados de Camplengo a la derecha y de Sierra Buena hacia el que nos tenemos que dirigir. Nada más introducirnos en ella tenemos a la derecha una pequeña lagunilla. Seguimos de frente hacia el montículo que se encuentra en medio de la vega. Una vez pasado este y las cabañas nos dirigimos hacia el collado de la izquierda pasando junto al Pozo de losTexos. "El Pozo de los Texos fue explorado por primera vez en 1963 por el Oxford University Cave Club y después por OJE y GE Palermo en el 73. Posteriormente un grupo de Barcelona SIE lo logró enlazarlo con el Pozo Cabeza Muxa, al que le dieron 907 metros de profundidad y con dirección hacia Culiembru, cerca del Cares. El sumidero fue explorado por el Northern Pennine Club (UK) en 1988 que bucearon a una profundidad de 28 m. Está confirmada la conexión del sistema Texos-Cueres-Muxa-Culiembru. "
Información sacada de la web Grupo de espeleología Gorfolí Una vez llegados al Collado de Sierra Buena Sierra Buena, flanqueado por la izquierda por Cabeza La Xatera (1.503 m) y por la derecha por Cabeza Cayarga (1.528 m), es un privilegiado mirador para poder admirar las numerosas cumbres de Los Llerosos, aparece a nuestros ojos un paisaje más suave donde la piedra caliza sobresale sobre el verdor de los prados y brézales y, al fondo la Sierra del Cuera antesala del Mar Cantábrico. Descendemos por el estrecho sendero en busca de los amplios prados de la majada de Arnaedo pasando junto a un abrevadero en el fondo de la majada, al pie de la ladera.
Un poco antes de llegar a las cabañas podemos refrescarnos en el agua de la fuente que nos encontramos a la derecha junto a unas peñas. Una vez pasadas las cabañas giramos a la derecha para pasar junto a una pequeña escotadura en el cantón de rocas Justamente aquí observamos una grabación en una peña que data del año 1890, a nombre del pastor Aurelio Fernández Sueros. Se continúa por la pradera hacia el este para bordear el pico de nuestra izquierda y continuar hacia un collado encima de la majada de Parres.
En este collado tenemos dos opciones para continuar con la ruta, una consiste en bajar por el estrecho valle de la izquierda y la otra es continuar por la derecha hacia las cabañas de Parres y atravesar la peña caliza donde se junta con la otra alternativa. Desde aquí continuamos hacia el norte en busca de la Majada de las Mantegas.
Atravesamos la majada pasando junto a mangas ganaderas, usadas para cerrar el ganado, e introducirnos en el Jorcau del Cantón a los pies del Cantón de Texeu.
En medio del estrechamiento sale un camino a la izquierda, que es por el que tenemos que ir. Se desciende fuertemente hacia las Llampazas primero y luego a la Vega de Comeya.
La vega de Comeya está situada en la vertiente Norte del Macizo Occidental de los Picos de Europa o Picos del Cornión, inmediatamente al norte de los Lagos de Covadonga.
Se trata de una depresión cerrada, de aproximadamente 1,2 km2 de extensión, limitada al sur y oeste por escarpes calizos y al norte por una suave cresta modelada sobre rocas cuarcíticas. El fondo de esta cuenca es prácticamente plano y está surca do por un pequeño arroyo que se pierde en un sumidero o «pónor» situado en su extremo noroccidental. Está surcada por una turbera en la que se pude encontrar plantas carnívoras y vegetación de turbera y una abundante muestra de anfibios y donde existió una explotación minera de manganeso ligada a Buferrera, siendo lugar de decantación en amplias balsas del mineral previo a su transporte hasta Covadonga. Todavía podemos contemplar restos de la Fábrica y de los barracones, como La Concentradora y también de las torres del cable aéreo por donde descendía el mineral para su tratamiento.
En 1958 la Compañía de Minas de Covadonga concluyó sus trabajos mineros en la zona de Buferrera; no obstante se dedicó a partir de esta fecha a la recuperación del mercurio existente en las escombreras mediante unas balsas de decantación instaladas en le vega de Comeya. Con el fin de mejorar la extracción de este mineral líquido se llegó incluso a montar un lavadero del tipo Caminet. Una vez en el llano hemos debemos de arrimarnos a las verticales paredes de Paré del Arcu situadas a la izquierda de la Vega hasta encontrar el manantial de aguas de Jupioru, que nace a partir de una gran fisura en la peña. Continuamos ascendiendo por el collado de la izquierda, no debiendo continuar por la pista que nos conduciría a la cuesta de la Huesera primero y luego a la Cruz de Priena encima de Covadonga después.
Una vez en la carretera se debe girar a la izquierda y ascender unos metros hasta la majada de Teón donde sale a la derecha una pista.
Se abandona la carretera de los Lagos para coger la pista de la derecha que se desciende hacia la Majada de Fana donde se encuentra una plantación de árboles totalmente rodeados por una muria de piedra.
Justo cuando la pista da un giro de 180º a la izquierda se abandona para continuar por la pequeña canal de Vega Jondos que nos lleva a un collado desde donde tenemos una bonita visión de la Vega las Traviesas encajonada entre un hayedo y una pared rocosa. Descendemos hacia la el fondo de la Vega siempre pegados a la pared de la derecha llegando junto a una fuente donde se inicia la ascensión en busca del collado de la Bobia antesala de la loma de Severin, donde se aloja la majada del mismo nombre y donde al final de la misma damos vista a la Majada de las Mestas. Descendemos por la Cuesta del Pandal en busca del río las Mestas. Siguiendo el descenso por la herbosa pradera salpicada con algún que otro bosquete de acebos nos encontramos en medio de uno de estos con la bifurcación a la derecha del camino que nos lleva a la carretera de los lagos a través de la majada de Les yaceries, se sigue el descenso en busca de fondo del valle por donde discurre el río Mestas.
Una vez en sus inmediaciones, la ruta da un giro a la derecha para continuar pegada al río que cruzamos dos veces para llegar junto a una portilla, punto de entrada a la Vega de Orandi.
La Vega de Orandi es uno de esos lugares mágicos de la orografía asturiana un valle sin salida formado por un río que acaba por sumirse en una cueva de origen cárstico, surcado por el río Deva cuyo nombre remite a un origen divino, del de la diosa cántabra mater Deva. El agua del río llega hasta una cueva de origen cárstico, por donde se infiltra produciendo un ruido bronco hasta reaparecer a unos 800 m bajo la Santa Cueva de Covadonga. El camino se continúa subiendo a la derecha del sumidero, rodeados de espinos albares y avellanos hasta llegar al Collado de Orandi, para después descender por un camino serpenteante bajo un bosque de hayas con tilos, fresnos acebos, etc., el trazado es en ziz-zag en la parte final para salvar el gran desnivel, a través del bosque de La Matona hasta llegar a los pies de la Santa Cueva.
Cuentan las crónicas, con esa carga de fantasía que engrandece las historias perdidas en el tiempo, que un caudillo asturiano de nombre Pelayo, al mando de un grupo de montañeses y astures, consiguió derrotar a las hasta entonces invencibles tropas musulmanas, dirigidas por Alkama, en la mítica batalla de Covadonga. Corría el año 722 de nuestro tiempo y Pelayo era nombrado primer monarca del Reino de Asturias. Era el comienzo de la Reconquista y de la veneración del Real Sitio de Covadonga.
Actualmente, las dos torres de la Basílica, constituyen la primera imagen de Covadonga para el peregrino indistintamente el camino que hayamos cogido para llegar a ella. Cada año miles de creyentes y turistas acuden a la Cueva Santa, una gruta natural encajada en un farallón el monte Auseva, para ver a la Santina sita en una gruta don de se encuentran el sepulcro del rey Pelayo y su esposa y frente a la talla de la Virgen. La gruta es también un excelente balcón para asomarse al estanque que hay debajo y en el que brillan cientos de monedas representando otras tantas ilusiones y deseos. Del interior de la peña, justo por debajo de la capilla, surge el río Deva en forma de una bella cascada que agita las aguas de ese remanso artificial y que alimenta la Fuente de los Siete Caños, de la que cuentan las leyendas que las mujeres que beben de los siete chorros se casan en el plazo de un año. Hasta allí podemos bajar por la escalera que algunos fieles prefieren subir de rodillas en señal de promesa.
La ruta se inicia en el pueblo cabraliego de Sotres donde se coge la carretera que conduce a Arenas de Cabrales. Sotres es el pueblo más alto de Asturias, pueblo de gran belleza limítrofe con Cantabria y punto de entrada al macizo de Andara. En Sotres, la Iglesia de San Pedro, es una iglesia popular con pórtico lateral, cabecera cuadrada destacada en altura, huecos adintelados y espadaña de doble arco.
Al llegar a una curva cerrada a la derecha, parte una pista de tierra (a la izquierda y en bajada) que sigue la orientación del valle del río Duje y que conduce a Áliva, a un km escaso, aparecen un conjunto de cabañas por las que se interna una pista, la seguiremos.
Se abandona la pista de Áliva cogiendo la de la derecha que desciende entre las cabañas y cruza el río Duje. A partir de aquí va ganando altura por fuerte pendiente. Mirando hacia atrás tenemos una excepcional vista de esta parte del Macizo de Andara Ali como el pueblo de Sotres. Cuando la pendiente se suaviza sale a la derecha un sendero que se dirige hacia el collado de Pandébano que tenemos enfrente de nosotros y al que llegamos después de pasar junto a las cabañas de Canero. Conviene no dirigirse hacia la parte izquierda del collado sino hacia la derecha para luego coger bien el camino de descenso a Bulnes.
Al llegar al collado tenemos una excepcional vista a ambos lados del mismo, pudiendo contemplar a la izquierda como sobresale la cima del Naranjo de Bulnes (Pico Urriellu). La ruta inicia un descenso pasando junto a las cabañas de Ente los Bosquines. Poco después el camino da unas revueltas para pasar por una zona donde tenemos la roca caliza a la derecha llegando poco después junto a unos prados desde donde podemos contemplar la silueta del Pico Urriellu sobresaliendo sobre la canal de Balcosín y la de Camburero. Poco después se llega a Bulnes.
Bulnes esta a 649 metros sobre el nivel del mar. Está dividido en dos barrios: Bulnes de Arriba o El Castillo: Es más viejo y dispone de menos edificaciones. Bulnes de Abajo o La Villa: Posee más servicios y edificaciones.
Bulnes es un antiquísimo pueblo quizás de origen romano, se supone que aquí se estableció un campamento que vigilaba la zona desde el barrio de Arriba, donde aún hay restos de una torre de observación (de eso el barrio del Castillo). También en escritos del historiador Sánchez de Albornoz se hace mención a la existencia de este pueblo cuando los moros pasaron por aquí huyendo del desastre de Covadonga a través de la Canal de Culiembru, Canal de Piedrabellida, Amuesa, Bulnes, Pandébano y Áliva.
Desde la entrada en funcionamiento del funicular el pueblo ha experimentado una importante transformación, tanto de las calles e infraestructuras como el incremento de los establecimientos dedicados a la hosteleria. Sus habitantes tradicionalmente han vivido de la ganadería y la elaboración del queso de cabrales, pero actualmente es un importante centro turístico fundamentalmente de gentes practicantes del montañismo o de amantes de la naturaleza.
Atravesamos el pueblo dejando a la izquierda la antigua rectoral y su iglesia y el cementerio a la derecha donde se encuentra una placa en su pared exterior dedicada a Luís Martínez González, con el sobrenombre familiar de "El Cuco", nacido en Luanco (Asturias) el 7 de agosto de 1901, un ovetense que fue el primer muerto en el Pico Urriellu, y que esta enterrado en este cementerio, que antiguamente estaba techado para poder enterrar a los muertos.
Las historias del Naranjo de Bulnes. Francisco Ballesteros Villar A la salida del pueblo se coge un ancho camino que nos conduce junto a la boca del túnel del funicular, que dejamos a la derecha, continuando por un sendero que nos conduce junto al puente Colinas, desde donde se puede acceder al barrio del Castillo. El sendero se adentra en la Canal del Tejo llevando a la izquierda el río e iniciando un vertiginoso descenso entre unas impresionantes paredes cortadas en vertical. Poco después el desfiladero se estrecha en el lugar conocido como Voluga los Muertos donde existen dos cruces grabadas en la roca en recuerdo de dos vecinos de Bulnes que fueron arrastrados por un alud al fondo del río. Cruzamos lugares como la Posa Les Fuentes, Martiñanu, Las Salidas, Les Cruces y el Alto del Seu Lisar, que ofrecen todos, buenas vistas hacia pueblo de Camarmeña, ubicado en el extremo opuesto. Seguimos el descenso por la margen derecha del barranco describiendo fuertes zigs zags, y salvando grandes desniveles en una senda tallada en la roca y al pie del abismo, hasta llegar al puente del Jardu y poco después por el puente de la Jaya, que ya se cita ya en algunas crónicas en la época del rey Felipe II. Nada más cruzar el puente, comienza la ascensión, que nos conduce a la entrada de Poncebos.
ETAPA 2: Poncebos - Vega de Comeya
Al llegar a la carretera la ruta gira a la izquierda compartiendo camino con la ruta del Cares, ascendiendo durante un corto trecho hasta el Collado de la Jaya donde iniciamos un descenso y proseguir con la ruta que avanza tallada en las paredes verticales por encima del río Cares ajustándose las rugosidades de las laderas que están surcadas por pequeños arroyos. Avanzamos por un territorio cuando la vegetación empieza a escasear y donde los procesos erosivos son los protagonistas. Conos de deyección, canchales de piedras se acumulan en las laderas hasta alcanzar el cauce del río de color esmeralda, que así definió Lueje. Pronto llegamos a la casería de la Viña que nos queda a la izquierda, lugar donde desemboca la canal de La Raya que procede de Ostón. Mientras, en la vertiente opuesta se dibuja la canal de Sabugo.
Nos encontramos en la majada de Culiembru que siglos atrás estuvo habitada, según un texto estudiado por Guillermo Mañana Vázquez, procedente de un manuscrito para el Diccionario Histórico de Asturias de Martínez Marina, en el que da fe en el año 1801. También consta que en el año 1757 y tras permanecer unos años escondida en unos árboles por los pastores, la imagen de San Julián, bajo cuya advocación estaba su iglesia, fue trasladada a Camarmeña y allí permanece, junto a la sepultura del obispo ermitaño Francisco Ardavín, que era natural de Villaviciosa.
En este lugar abandonamos la ruta del Cares para coger un camino que sale a la derecha y que pasa por encima de la canal. Nada más pasarla nos encontramos con una fuente en una zona poblada de nogales donde debemos llenar las cantimploras ya que es muy posible que no volvamos a encontrar agua hasta la majada de Arnaedo. A partir de este punto el camino inicia un fuerte ascenso que pronto deja los nogales por debajo nuestro pasando junto a la fuente de la Gonzonera (puede no tener agua) y dirigirnos hacia el embudo de la derecha para llegar a Posadoiro, llamado Ali por ser el lugar donde los vecinos paraban para tomar fuerzas y remontar los duros repechos de la Canal de Culiembru.
En este punto tenemos a la derecha la Cueva del Posadoiro en medio de la pared, cuyo acceso se hace a través de un camino construido sobre un muro de piedra. Poco a poco se va ascendiendo dando múltiples revueltas por la estrecha canal y donde merece la pena hacer un alto para contemplar al otro lado el camino del Pandu Culiembru, la Canal de Piedra Bellida y el Collado de Cerreo por donde se supone huyeron los árabes hacia Cantabria. Reanuda la marcha se llega al fondo de la canal donde el embudo se abre y la ruta da un giro a la derecha para llegar poco después a las praderias donde se asienta la majada de Ostón.
"Ostón era un lugar habitado antes del siglo XVII. Figuraba un censo de nueve vecinos que repartían los terrenos y arrendaban a particulares. Posteriormente quedó despoblado, pasando a poder a la Casa de Los Cebos de Bulnes, o heredados por los vecinos, según algunas sentencias judiciales de la época." La Majada de Ostón sita en un incomparable lugar con sus cabañas construidas en una especie de peña sobre el impresionante desfiladero del Cares. Esta asentada en una terraza o rellano con una elegante proa, llamada la Pica de Ostón. Muy cerca hay una fuente pero no se encuentra en Ostón, sino en Valdelafuente, a unos 7 minutos de la majada, a la derecha de la misma y a la que llegamos siguiendo las sendas del ganado. La ruta continúa dejando las cabañas a nuestra espalda y pegada la pared de piedra de la derecha, cuando esta da un brusco giro a la derecha, debemos girar con ella introduciéndonos en un pequeño valle que tiene una cabaña derruida, al llegar a ella volvemos a girar a la izquierda para dirigirnos a la ladera que tenemos enfrente y una vez en ella volver a girar a la izquierda y ascender por una zona de pradera donde se intercalan pedreras recorriendo el valle de La Texa hacia el collado desde donde tenemos una excepcional vista del camino que hemos recorrido con el macizo central al fondo.
Nada más pasar el Collado junto a un pequeño abrevadero se abre a nuestros ojos la explanada de los Corros y Vega Maor, con un pequeño montículo en medio, con corros de piedra y cabañas pastoriles, muchas de las cuales están en estado ruinoso y al fondo los Collados de Camplengo a la derecha y de Sierra Buena hacia el que nos tenemos que dirigir. Nada más introducirnos en ella tenemos a la derecha una pequeña lagunilla. Seguimos de frente hacia el montículo que se encuentra en medio de la vega. Una vez pasado este y las cabañas nos dirigimos hacia el collado de la izquierda pasando junto al Pozo de losTexos. "El Pozo de los Texos fue explorado por primera vez en 1963 por el Oxford University Cave Club y después por OJE y GE Palermo en el 73. Posteriormente un grupo de Barcelona SIE lo logró enlazarlo con el Pozo Cabeza Muxa, al que le dieron 907 metros de profundidad y con dirección hacia Culiembru, cerca del Cares. El sumidero fue explorado por el Northern Pennine Club (UK) en 1988 que bucearon a una profundidad de 28 m. Está confirmada la conexión del sistema Texos-Cueres-Muxa-Culiembru. "
Información sacada de la web Grupo de espeleología Gorfolí Una vez llegados al Collado de Sierra Buena Sierra Buena, flanqueado por la izquierda por Cabeza La Xatera (1.503 m) y por la derecha por Cabeza Cayarga (1.528 m), es un privilegiado mirador para poder admirar las numerosas cumbres de Los Llerosos, aparece a nuestros ojos un paisaje más suave donde la piedra caliza sobresale sobre el verdor de los prados y brézales y, al fondo la Sierra del Cuera antesala del Mar Cantábrico. Descendemos por el estrecho sendero en busca de los amplios prados de la majada de Arnaedo pasando junto a un abrevadero en el fondo de la majada, al pie de la ladera.
Un poco antes de llegar a las cabañas podemos refrescarnos en el agua de la fuente que nos encontramos a la derecha junto a unas peñas. Una vez pasadas las cabañas giramos a la derecha para pasar junto a una pequeña escotadura en el cantón de rocas Justamente aquí observamos una grabación en una peña que data del año 1890, a nombre del pastor Aurelio Fernández Sueros. Se continúa por la pradera hacia el este para bordear el pico de nuestra izquierda y continuar hacia un collado encima de la majada de Parres.
En este collado tenemos dos opciones para continuar con la ruta, una consiste en bajar por el estrecho valle de la izquierda y la otra es continuar por la derecha hacia las cabañas de Parres y atravesar la peña caliza donde se junta con la otra alternativa. Desde aquí continuamos hacia el norte en busca de la Majada de las Mantegas.
Atravesamos la majada pasando junto a mangas ganaderas, usadas para cerrar el ganado, e introducirnos en el Jorcau del Cantón a los pies del Cantón de Texeu.
En medio del estrechamiento sale un camino a la izquierda, que es por el que tenemos que ir. Se desciende fuertemente hacia las Llampazas primero y luego a la Vega de Comeya.
La vega de Comeya está situada en la vertiente Norte del Macizo Occidental de los Picos de Europa o Picos del Cornión, inmediatamente al norte de los Lagos de Covadonga.
Se trata de una depresión cerrada, de aproximadamente 1,2 km2 de extensión, limitada al sur y oeste por escarpes calizos y al norte por una suave cresta modelada sobre rocas cuarcíticas. El fondo de esta cuenca es prácticamente plano y está surca do por un pequeño arroyo que se pierde en un sumidero o «pónor» situado en su extremo noroccidental. Está surcada por una turbera en la que se pude encontrar plantas carnívoras y vegetación de turbera y una abundante muestra de anfibios y donde existió una explotación minera de manganeso ligada a Buferrera, siendo lugar de decantación en amplias balsas del mineral previo a su transporte hasta Covadonga. Todavía podemos contemplar restos de la Fábrica y de los barracones, como La Concentradora y también de las torres del cable aéreo por donde descendía el mineral para su tratamiento.
En 1958 la Compañía de Minas de Covadonga concluyó sus trabajos mineros en la zona de Buferrera; no obstante se dedicó a partir de esta fecha a la recuperación del mercurio existente en las escombreras mediante unas balsas de decantación instaladas en le vega de Comeya. Con el fin de mejorar la extracción de este mineral líquido se llegó incluso a montar un lavadero del tipo Caminet. Una vez en el llano hemos debemos de arrimarnos a las verticales paredes de Paré del Arcu situadas a la izquierda de la Vega hasta encontrar el manantial de aguas de Jupioru, que nace a partir de una gran fisura en la peña. Continuamos ascendiendo por el collado de la izquierda, no debiendo continuar por la pista que nos conduciría a la cuesta de la Huesera primero y luego a la Cruz de Priena encima de Covadonga después.
Una vez en la carretera se debe girar a la izquierda y ascender unos metros hasta la majada de Teón donde sale a la derecha una pista.
Se abandona la carretera de los Lagos para coger la pista de la derecha que se desciende hacia la Majada de Fana donde se encuentra una plantación de árboles totalmente rodeados por una muria de piedra.
Justo cuando la pista da un giro de 180º a la izquierda se abandona para continuar por la pequeña canal de Vega Jondos que nos lleva a un collado desde donde tenemos una bonita visión de la Vega las Traviesas encajonada entre un hayedo y una pared rocosa. Descendemos hacia la el fondo de la Vega siempre pegados a la pared de la derecha llegando junto a una fuente donde se inicia la ascensión en busca del collado de la Bobia antesala de la loma de Severin, donde se aloja la majada del mismo nombre y donde al final de la misma damos vista a la Majada de las Mestas. Descendemos por la Cuesta del Pandal en busca del río las Mestas. Siguiendo el descenso por la herbosa pradera salpicada con algún que otro bosquete de acebos nos encontramos en medio de uno de estos con la bifurcación a la derecha del camino que nos lleva a la carretera de los lagos a través de la majada de Les yaceries, se sigue el descenso en busca de fondo del valle por donde discurre el río Mestas.
Una vez en sus inmediaciones, la ruta da un giro a la derecha para continuar pegada al río que cruzamos dos veces para llegar junto a una portilla, punto de entrada a la Vega de Orandi.
La Vega de Orandi es uno de esos lugares mágicos de la orografía asturiana un valle sin salida formado por un río que acaba por sumirse en una cueva de origen cárstico, surcado por el río Deva cuyo nombre remite a un origen divino, del de la diosa cántabra mater Deva. El agua del río llega hasta una cueva de origen cárstico, por donde se infiltra produciendo un ruido bronco hasta reaparecer a unos 800 m bajo la Santa Cueva de Covadonga. El camino se continúa subiendo a la derecha del sumidero, rodeados de espinos albares y avellanos hasta llegar al Collado de Orandi, para después descender por un camino serpenteante bajo un bosque de hayas con tilos, fresnos acebos, etc., el trazado es en ziz-zag en la parte final para salvar el gran desnivel, a través del bosque de La Matona hasta llegar a los pies de la Santa Cueva.
Cuentan las crónicas, con esa carga de fantasía que engrandece las historias perdidas en el tiempo, que un caudillo asturiano de nombre Pelayo, al mando de un grupo de montañeses y astures, consiguió derrotar a las hasta entonces invencibles tropas musulmanas, dirigidas por Alkama, en la mítica batalla de Covadonga. Corría el año 722 de nuestro tiempo y Pelayo era nombrado primer monarca del Reino de Asturias. Era el comienzo de la Reconquista y de la veneración del Real Sitio de Covadonga.
Actualmente, las dos torres de la Basílica, constituyen la primera imagen de Covadonga para el peregrino indistintamente el camino que hayamos cogido para llegar a ella. Cada año miles de creyentes y turistas acuden a la Cueva Santa, una gruta natural encajada en un farallón el monte Auseva, para ver a la Santina sita en una gruta don de se encuentran el sepulcro del rey Pelayo y su esposa y frente a la talla de la Virgen. La gruta es también un excelente balcón para asomarse al estanque que hay debajo y en el que brillan cientos de monedas representando otras tantas ilusiones y deseos. Del interior de la peña, justo por debajo de la capilla, surge el río Deva en forma de una bella cascada que agita las aguas de ese remanso artificial y que alimenta la Fuente de los Siete Caños, de la que cuentan las leyendas que las mujeres que beben de los siete chorros se casan en el plazo de un año. Hasta allí podemos bajar por la escalera que algunos fieles prefieren subir de rodillas en señal de promesa.
Evangelio Domingo IV de Pascua
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):
En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
Palabra del Señor
sábado, 21 de abril de 2018
«Yo soy el Buen Pastor». Por Raniero Cantaamessa
Se llama al IV domingo del tiempo pascual «domingo del Buen Pastor». Para comprender la importancia que tiene en la Biblia el tema del pastor hay que remontarse a la historia. Los beduinos del desierto nos brindan hoy una idea de la que fue, en un tiempo, la vida de las tribus de Israel. En esta sociedad la relación entre pastor y rebaño no es sólo de tipo económico, basada en el interés. Se desarrolla una relación casi personal entre el pastor y el rebaño. Pasan días y días juntos en lugares solitarios, sin nadie más alrededor. El pastor acaba conociendo todo de cada oveja; la oveja reconoce y distingue entre todas la voz del pastor, quien frecuentemente habla con las ovejas.
Esto explica por qué Dios se ha servido de este símbolo para expresar su relación con la humanidad. Uno de los salmos más bellos del salterio describe la seguridad del creyente de tener a Dios como pastor: «El Señor es mi pastor, nada me falta...».
Posteriormente se da el título de pastor, por extensión, también a quienes hacen las veces de Dios en la tierra: los reyes, los sacerdotes, los jefes en general. Pero en este caso el símbolo se divide: ya no evoca sólo imágenes de protección, de seguridad, sino también las de explotación y opresión. Junto a la imagen del buen pastor hace su aparición la del mal pastor, la del mercenario. En el profeta Ezequiel encontramos una terrible acusación contra los malos pastores que se apacientan sólo a sí mismos, y a continuación la promesa de Dios de ocuparse Él mismo de su rebaño (Ez 34, 1 ss.).
Jesús en el Evangelio retoma este esquema del buen y mal pastor, pero con una novedad: «¡Yo -dice- soy el Buen Pastor!». La promesa de Dios se ha hecho realidad, superando cualquier expectativa. Cristo hace lo que ningún pastor, por bueno que fuera, estaría dispuesto a hacer: «Yo doy mi vida por las ovejas».
El hombre de hoy rechaza con desdén el papel de oveja y la idea de rebaño, pero no se percata de que está completamente dentro. Uno de los fenómenos más evidentes de nuestra sociedad es la masificación. Nos dejamos guiar de manera supina por todo tipo de manipulación y de persuasión oculta. Otros crean modelos de bienestar y de comportamiento, ideales y objetivos de progreso, y nosotros los seguimos; vamos detrás, temerosos de perder el paso, condicionados y secuestrados por la publicidad. Comemos lo que nos dicen, vestimos como nos enseñan, hablamos como oímos hablar, por eslogan. El criterio por el que la mayoría se deja guiar en la propias opciones es el Così fan tutti [Así lo hacen todos] de mozartiana memoria.
Mirad cómo se desarrolla la vida de la multitud en una gran ciudad moderna: es la triste imagen de un rebaño que sale junto, se agita y se amontona a hora fija en los vagones del tren y del metro y después, por la tarde, regresa junto al redil, vacío de sí y de libertad. Sonreímos divertidos cuando vemos una filmación a cámara rápida con las personas que se mueven a saltos, velozmente, como marionetas, pero es la imagen que tendríamos de nosotros mismos si nos miráramos con ojos menos superficiales.
El Buen Pastor que es Cristo nos propone hacer con Él una experiencia de liberación. Pertenecer a su rebaño no es caer en la masificación, sino ser preservados de ella. «Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad» (2 Corintios 3, 17), dice San Pablo. Allí surge la persona con su irrepetible riqueza y con su verdadero destino. Surge el hijo de Dios aún escondido, del que habla la segunda carta de este domingo: «Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos».
Nota pública de los obispos de Pamplona-Tudela, Bayona, Bilbao, Vitoria y San Sebastián.
1.- La Iglesia católica presente en las diócesis de Pamplona-Tudela, Bilbao, Vitoria y San Sebastián y Bayona, valora lo que de positivo tiene la “Declaración sobre el daño causado” de la banda terrorista ETA, después de 60 años de historia de muerte y de sufrimiento. Deseamos de todo corazón que el saludo bíblico “Paz a vosotros” se enraíce en nuestra tierra para siempre.
2.- En esta circunstancia, reiteramos nuestra solidaridad de una forma especial con todas las víctimas de la violencia y con sus familiares, de un modo especial con aquellos cuyos atentados no han podido todavía ser esclarecidos y padecen el sufrimiento añadido de la impunidad. Su memoria y la oración por ellos debe estar siempre entre nosotros. No podemos por menos de recordar el mensaje de las bienaventuranzas predicado por Jesucristo, que hoy resuena como especialmente dirigido a todos ellos (Cfr. Mt 5).
3.- La Iglesia ha recibido de Jesucristo la vocación a ser instrumento de paz y de justicia, de consolación y de reconciliación. A lo largo de todos estos años, muchos de los hombres y mujeres que conforman la Iglesia han dado lo mejor de sí mismos en esta tarea, algunos de forma heroica. Pero somos conscientes de que también se han dado entre nosotros complicidades, ambigüedades, omisiones… por las que pedimos sinceramente perdón. Como seguidores de Jesús de Nazaret, somos conscientes de que estamos llamados a vivir en una actitud permanente de conversión, sirviendo humildemente a la verdad y acogiendo a aquellas personas que desean emprender un camino nuevo.
4.- Además del inmenso y prolongado sufrimiento infligido por la violencia, nuestro pueblo ha padecido un daño espiritual y social incalculable, provocado por las ideologías totalitarias e idolátricas que alimentaron el fenómeno terrorista. En el momento presente, nuestra sociedad tiene que afrontar el reto de la reconstrucción moral y de la reconciliación. La Iglesia quiere contribuir a esta tarea consciente de que la reconstrucción moral está en íntima conexión con los valores evangélicos.
5.- La deseada disolución de ETA ofrece nuevas posibilidades para la normalización, que debieran de ser aprovechadas por todos. Pensamos en la oportunidad de atender las peticiones de los familiares de los presos inmersos en diversas necesidades humanitarias. También es importante que el retorno de los excarcelados a sus lugares de origen se realice de forma que las víctimas del terrorismo no se sientan humilladas.
6.- La clave de la paz y la reconciliación está en la sinceridad del corazón humano. Solamente desde la humildad puede construirse la paz en la justicia. La verdadera reconciliación solo es posible si existe un auténtico arrepentimiento y una sincera petición de perdón; además de una disposición real a reparar el mal causado en la medida de lo posible.
Que el Dios de la misericordia nos ilumine a todos para avanzar por el camino de la paz.
2.- En esta circunstancia, reiteramos nuestra solidaridad de una forma especial con todas las víctimas de la violencia y con sus familiares, de un modo especial con aquellos cuyos atentados no han podido todavía ser esclarecidos y padecen el sufrimiento añadido de la impunidad. Su memoria y la oración por ellos debe estar siempre entre nosotros. No podemos por menos de recordar el mensaje de las bienaventuranzas predicado por Jesucristo, que hoy resuena como especialmente dirigido a todos ellos (Cfr. Mt 5).
3.- La Iglesia ha recibido de Jesucristo la vocación a ser instrumento de paz y de justicia, de consolación y de reconciliación. A lo largo de todos estos años, muchos de los hombres y mujeres que conforman la Iglesia han dado lo mejor de sí mismos en esta tarea, algunos de forma heroica. Pero somos conscientes de que también se han dado entre nosotros complicidades, ambigüedades, omisiones… por las que pedimos sinceramente perdón. Como seguidores de Jesús de Nazaret, somos conscientes de que estamos llamados a vivir en una actitud permanente de conversión, sirviendo humildemente a la verdad y acogiendo a aquellas personas que desean emprender un camino nuevo.
4.- Además del inmenso y prolongado sufrimiento infligido por la violencia, nuestro pueblo ha padecido un daño espiritual y social incalculable, provocado por las ideologías totalitarias e idolátricas que alimentaron el fenómeno terrorista. En el momento presente, nuestra sociedad tiene que afrontar el reto de la reconstrucción moral y de la reconciliación. La Iglesia quiere contribuir a esta tarea consciente de que la reconstrucción moral está en íntima conexión con los valores evangélicos.
5.- La deseada disolución de ETA ofrece nuevas posibilidades para la normalización, que debieran de ser aprovechadas por todos. Pensamos en la oportunidad de atender las peticiones de los familiares de los presos inmersos en diversas necesidades humanitarias. También es importante que el retorno de los excarcelados a sus lugares de origen se realice de forma que las víctimas del terrorismo no se sientan humilladas.
6.- La clave de la paz y la reconciliación está en la sinceridad del corazón humano. Solamente desde la humildad puede construirse la paz en la justicia. La verdadera reconciliación solo es posible si existe un auténtico arrepentimiento y una sincera petición de perdón; además de una disposición real a reparar el mal causado en la medida de lo posible.
Que el Dios de la misericordia nos ilumine a todos para avanzar por el camino de la paz.
Mons. Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela
Mons. Mario Iceta, obispo de Bilbao
Mons. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián
Mons. Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria
Mons. Juan Antonio Aznárez, obispo auxiliar de Pamplona
Mons. Marc Aillet, obispo de Bayona
viernes, 20 de abril de 2018
Lo que la liturgia no es. Por Rodrigo Huerta Migoya
He querido fijarme en dos conceptos para enfocar unos aspectos que no pertenecen ni pueden encajar en la liturgia, pues en ésta entran muchas realidades, pero otras, sin embargo, no tienen acomodo en el ámbito celebrativo.
La primera de ellas la he venido en denominar brevedad, y con ello me refiero al intento reductivo del tiempo de duración de una celebración. La brevedad no es mala, e incluso la Iglesia en muchos documentos relativos a la liturgia aboga porque no se prolonguen de forma llamativa e innecesaria ningún rito sacramental. Ahora bien; hay que tener un término medio entre lo que la Iglesia entiende por esto y lo que muchos quieren entender.
Por ejemplo, la Iglesia da facilidad para que el sacerdote que preside la eucaristía sea auxiliado por ministros extraordinarios de la comunión con el fin de que no se prolongue en exceso este momento, pongamos en un templo repleto de fieles, lo cual no implica que se "atropellen" los ritos o se omitan partes de éstos; o se haga, por economizar el tiempo, un "totum revolutum" con intervenciones en lugares distintos a los previstos por la propia liturgia: sede, altar, ambón, atril...
También en ocasiones, en la celebración diaria de la eucaristía, algunos sacerdotes acomodan expresiones y hacen adaptaciones de cosecha propia que pueden desdibujar el rostro bello del memorial de la Pasión, muerte y resurrección del Señor.
Cada parte de la santa misa está concebida para ser celebrada en un lugar determinado (sede, ambón, altar, atril...) por lo que cambiar ese orden establecido, aunque se haga desde la mejor de las intenciones y buscando el bien de los fieles, desvirtúa un poco el sentido litúrgico de estas ubicaciones, su simbología y significado. Hay sacerdotes recurren al ambón para todo: avisos, incoar el credo y las preces; otros hacen lo mismo pero desde el altar, justificando esto desde lo pragmático para el pueblo y el celebrante. Ello, al final, no ayuda a los fieles a saber participar dignamente en una celebración (otra cuestión que daría para otra reflexión). Simplificaciones o indicaciones excesivas, como el que "radia" un partido, desnaturalizan y a veces banalizan la grandeza de lo que se está haciendo. En algunas ocasiones el silencio puede ser el mejor aliado para la dignidad celebrativa.
De forma errónea por los acomodos antedichos, se han ido introduciendo en la liturgia pequeñas matizaciones o gestos que aunque parezcan insignificantes, inofensivos e incluso enriquecedores, no contribuyen en nada a la correcta celebración del Misterio, pues la misa no la dice el sacerdote para el público -como alguno dice- sino que la celebración es ante todo de cara a Dios.
En ningún sitio pone que el celebrante tenga que decirle al acólito ''muchas gracias'' cuando le acerca el incensario o el lavabo (y sin embargo los hay que por un encumbrado concepto de la buena educación son más fieles a ello que a las palabras de la consagración). Igualmente llama la atención empezar con el "buenos días" o "buenas tardes" antes incluso de la señal de la Cruz, cuando la Cruz ya lo dice y resume todo...
No son pocos los experimentos que buscan desmenuzar la complejidad de la misa para que los niños del catecismo la disfruten y vivan mejor; que no digo yo que sea malo e incluso catequético, pedagógico o pastoral, pero por desgracia en lo que respecta a la Sagrada Liturgia creo que ya los ha sufrido todos e incluso más. Sustituir homilías por representaciones teatrales, llenar la misa de palmadas, globos y trapecistas para ser original, aún con la mejor intención, desnaturaliza todo lo que ya está "inventado" y además es preceptivo. El Papa Francisco, nada más y nada menos, ha puntualizado recientemente que ''la Eucaristía no es un espectáculo; es ir a encontrar la pasión y la resurrección del Señor''.
Y el segundo punto: la equidad e igualdad, o el quedar bien. Esto se observa claramente en las concelebraciones donde casi nunca se cumple lo establecido y se dan situaciones atípicas y hasta pintorescas, con repartos "solidarios" de tareas por encima de lo definido y prescrito en el propio Misal. Por ejemplo en las intervenciones de los concelebrantes; a veces parece que nadie sabe lo que tiene que hacer o qué le corresponde hacer. Y en la línea, igualmente, cuando hay una única casulla y son dos los sacerdotes, "pues salimos ambos de estola y así vamos iguales". He aquí una "equidad" ramplona y fuera de lo litúrgico.
Y no digamos ya en la doxología. Aquí se vuelve a convertir lo sencillo en complicado. Si hay tres sacerdotes o más, no se trata de que nadie se quede sin hacer nada por esa "solidaridad celebrativa" y se repartan entonces en la elevación cálices, patenas y copones entre éstos y todos se apresuren a decirlo todo. Está muy claro: ''El sacerdote toma la patena con el pan consagrado y el cáliz...''
Y es que la doxología ha de ser realizada por el celebrante, auxiliado únicamente si en la misma participa un diácono, el cual mantiene el cáliz elevado hasta que el pueblo responde amén, pero, sin embargo, la participación de los sacerdotes concelebrantes en la doxología no es preceptiva sino opcional. A esto las rubricas son claras al decir: ''la pronuncia solamente el sacerdote principal y, si parece bien, juntamente con los demás concelebrantes''.
Incluso es más conveniente que cuando son concelebraciones muy numerosas se evite la participación de todos los sacerdotes porque al final se consigue justamente que el pueblo fiel se una, cuando tampoco debería hacerlo. No vivimos buenos tiempos para la liturgia, pero es muy importante su lenguaje y cuidado hasta que el Dueño de la Casa vuelva.
jueves, 19 de abril de 2018
Orar con el Salmo del Día
Sal 116,1.2
R/. Ir al mundo entero y proclamad el Evangelio
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.
Carta semanal del Sr. Arzobispo
JRJ: la nueva esperanza
Y en ese ambiente de naturaleza, paisaje del mismo Dios que la creó, les iba transmitiendo a Jesucristo como ese amigo que vive, que nos conoce, que se pone a caminar a nuestro lado como hizo, tras su resurrección, con los discípulos. San Juan Pablo II les despertaba la pasión por la belleza de la vida cristiana, y de aquellos encuentros salieron tantas familias cristianas donde chicos y chicas se conocieron, salieron tantas vocaciones a la vida consagrada, y tantas vocaciones al sacerdocio que fueron llenando los seminarios. Por este motivo, quiso aquel querido y recordado papa proponer ese sueño de convocar a toda la juventud cristiana en las llamadas JMJ, Jornadas Mundiales de la Juventud. Eso sucedía en Roma en 1985. Así ha nacido esta preciosa edición de nuestra primera JRJ, Jornada Regional de Jóvenes. Irá rotando por las cuatro Diócesis que componen la Provincia Eclesiástica: Oviedo, Astorga, León y Santander.
María fue la propuesta que les acercamos a esos casi 500 jóvenes: una primera cristiana, la más grande y cercana que Dios ha puesto a nuestra vera. María vivió pidiendo que se hiciera vida y entraña la Palabra que Dios mismo guardó para Ella. No hizo otra cosa sino vivir esa Palabra cuando Dios se la decía llenando de luz sus pasos e incluso cuando Dios con una aparente oscuridad la silenciaba. Por eso María fue dichosa entre todas las mujeres, por haber creído, por haber acogido, por haber cantado y contado la Palabra de Dios para la que nació bienaventurada. Es lo que hemos querido recordar en Covadonga, dentro del primer centenario de la coronación de nuestra Santina.
Subí con ellos desde Cangas de Onís por el bosque para unirme a su andanza. La vida se abre en ellos llenando de esperanza el horizonte de una humanidad distinta. No hubo botellón, ni se arracimaron indignados con pancarta de encargo; no corrió el humo de la droga porrera ni hubo colocón pastillero, tampoco alcohol siempre prematuro que desinhibe la mesura y traiciona la verdad trucando con chantaje los encantos. Chicos y chicas acompañados por sacerdotes, seminaristas, catequistas, religiosas, de nuestras parroquias, colegios y asociaciones católicas, mochila en ristre hasta Covadonga por el valle Auseva.
Fue preciosa la vigilia de oración. Un silencio todo lo envolvía y la noche puso su escenario de penumbra, que era rasgado por las antorchas de nuestras velas, permitiendo iluminar discretas nuestros rostros donde brillaban los ojos que buscan a Dios. Colocamos nuestras pequeñas luminarias a los pies de la Santina, como quien se hace mendigo de una luz mayor, esa que nace de lo alto y que nos regala el Señor que nace de María.
Quiera el Señor que volvamos a la vida de cada día, donde están los estudios, los trabajos, las preguntas, las relaciones, los proyectos sin dibujar vocacionalmente y los sueños enamorados. Ahí, por donde cotidianamente se pasean nuestros pasos, ahí se nos regala el don de sabernos acompañados por Jesús que nos da su paz resucitada, que pone su mano en nuestro hombro y cambia con su luz nuestra mirada.
+Fray Jesús Sanz Montes O. F. M.
Arzobispo de Oviedo
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