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jueves, 31 de octubre de 2024

Desde nuestro brocal: Aires de nostalgia verdadera

Se nos llena el aire de pensamientos cuya frescura no caduca jamás. Esto acontece siempre que llegado noviembre, nos paramos para pensar en tantos seres queridos que nos faltan. Han tenido su nombre, cumplieron año tras año su edad, escribieron una historia y nos dejaron un legado de bondad, de sabiduría, de belleza y verdad, que no podemos esquilmar dejándolo en el baúl de los recuerdos ni detrás de las bambalinas de nuestros olvidos imperdonables. 

Así nos llega siempre este mes ceniciento con sus brumas de otoño tardío, poniendo ante nuestra mirada este doble recordatorio que la comunidad cristiana siempre nos señala en la Iglesia: el recuerdo de todos los santos que en el mundo han sido, y el recuerdo de tantos fieles difuntos que nos citan en estas fechas. La expresión de “todos los santos” podría parecer que se trata de una especie de amalgama incierta que no tiene rostro en una especie de revoltijo piadoso donde caben de una tacada tantos hombres y mujeres que han vivido ejemplarmente sus vidas desde los valores del Evangelio y desde la tradición cristiana surcando los mares de la historia a través de los siglos de estos dos mil años de cristianismo. Pero, evidentemente no es este el sentido ni el significado de esta fiesta de tanto arraigo popular. Es más bien un ajuste de biografías en el elenco de los hombres y mujeres con los que de tantos modos se cruzó Jesucristo en sus vidas. 

Sabemos que el calendario cristiano está plaga do de nombres de niños, jóvenes, adultos, ancianos; unos han sido mártires dando el máximo testimonio de la fe; otros la han confesado en la trama cotidiana sin el derramamiento de su sangre; los hay que fundaron comunidades diversas saliendo al paso de necesidades varias en el campo de la educación, de la caridad, de la evangelización; encontramos a personas llamadas a la virginidad o al matrimonio; unos que llegaron hasta los finisterres más lejanos para llevar misioneramente el Evangelio, mientras que otros hicieron lo mismo sin salir de su propio ámbito familiar, profesional y geográfico; algunos encontraron en el claustro de sus monasterios su camino, mientras que otros fueron llamados al fragor de los cruces de caminos y en las encrucijadas de las mil situaciones humanas para acercar en ambos casos la Palabra de Dios que nunca engaña y la Pre presencia del Señor que siempre acompaña. Son los santos de nuestro calendario, que tienen su fecha en la agenda eclesial, su altar devoto, sus flores, lampadarios y peana. 

Pero es el caso de que hay muchos más, muchísimos más que no han recibido la canonización por parte de la Iglesia, aunque gozan del mismo destino y atributos habiendo sido canoniza dos discreta y clandestinamente sólo por Dios. No sabemos que son santos, pero el Señor ha reconocido en todos ellos esas mismas virtudes y ejemplos que la Iglesia reconoce en los hombres y mujeres que ella ha podido reconocer como santos. De tal manera, que la solemnidad de “todos los santos” es una fiesta inclusiva en la que se reúnen los que canoniza la Iglesia y los que sólo canoniza Dios, por así decir. 

Será una sorpresa cuando a todos nos llegue el momento del encuentro definitivo y eterno con el Señor, ver a toda esa pléyade de hermanos y hermanas que hicieron el bien, vivieron con sencillez su vida cristiana, dieron gloria a Dios con sus vidas, y han sido en su peregrinación y tras su llegada al cielo, una bendición para los hermanos. Ahí estarán tantos familiares, amigos, vecinos, compañeros… que compartieron con nosotros los mismos sudores y las mismas alegrías, nuestros llantos y nuestras sonrisas, las dificultades y las esperanzas. Ellos llegaron. Nosotros seguimos caminando. Es la cita prime riza de noviembre en todos los santos que nos concitan para dar gracias y para pedir por nuestros fieles difuntos. 

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

La Santina, con el manto negro de luto

(Iglesia de Asturias) Desde las Redes Sociales del Santuario de Covadonga, se ha hecho pública la imagen de la Santina con el manto negro de luto, en señal de duelo ante las terribles consecuencias de la Dana en diversas zonas de España. El texto que acompaña a la foto es el siguiente:

«En estos momentos dolorosos, en que tantas personas de nuestro país están sufriendo los efectos devastadores de esta Dana, desde el Santuario de Covadonga elevamos una oración conmovida a nuestra Madre del Cielo, la Virgen María, para que cuide de sus Hijos. “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre De Dios”. Encomendamos a las todas personas fallecidas, pedimos por todos los desaparecidos, por las familias que se han quedado sin hogar y por los que se están entregando generosamente para ayudar.

La Santina llevará el manto negro de luto hasta el domingo en señal de duelo. Que Dios les bendiga y la Santina les cuide».

miércoles, 30 de octubre de 2024

Cómo se puede ayudar a los afectados por la DANA

El Obispado de Albacete ante las consecuencias del temporal 

El Administrador diocesano de Albacete, D. Julián Ros, en la tarde del martes y en los primeros momentos de alarma por la DANA ha enviado un comunicado a todos los diocesanos diciendo: “Os ruego que nos unamos en oración por las personas no localizadas en Letur debido a la riada y acompañando la preocupación de los letureños. Gracias”

La parroquia de Letur ha comunicado que “con el corazón encogido y lleno de dolor, oramos por las personas desaparecidas y por sus familias, que la fuerza de la fe nos ayude y nos una a todos a hacer frente a estos duros momentos”. Invocan a la patrona de Letur, la Asunción de Ntra. Sra., “préndate tú de esta gente y haz que ponga todo empeño en coronarte la frente de cariño letureño”.

Cáritas Diocesana de Albacete ha habilitado sus números de cuenta para canalizar la solidaridad de todas personas interesadas en colaborar, indicando en el concepto LETUR:

GLOBALCAJA: ES12 3190 0090 7200 0974 2123
SANTANDER: ES72 0030 3001 7700 85024271
CAIXABANK: ES62 2100 7120 7313 0066 1211
UNICAJA: ES17 2103 7227 5600 3000 0580
BIZUM:38357

Cáritas Valencia ha habilitado una cuenta para recoger donativos que destinará a las personas a través de las Cáritas parroquiales de las zonas afectadas.

Cáritas Diocesana de Valencia lamenta las pérdidas humanas que se han producido en nuestra diócesis y se ha puesto a disposición de las Administraciones públicas para todo lo que pueda requerir de ella.

En estos momentos, la entidad se está coordinando con el Ayuntamiento de Valencia con el fin de apoyar a las personas que han sido alojadas en L’Alqueria del Basket y en el Complejo Municipal de la Pechina.

Asimismo, Cáritas Valencia ha habilitado dos cuentas para recoger donaciones económicas con las que apoyar a través de las Cáritas parroquiales de las zonas más afectadas como son La Ribera, la comarca de Utiel-Requena, la Hoya de Bunyol y el Área Metropolitana de Valencia a las personas damnificadas.

Las cuentas son de EMERGENCIA DANA VALENCIA Caixa Popular: ES19 3159 0078 5716 6338 6025 y Caixabank: ES02 2100 8734 6113 0064 8236. Las donaciones también pueden realizarse a través de su página web: www.caritasvalencia.org

Además, la entidad ha suspendido todas las actividades previstas para estos días, especialmente las de formación del voluntariado o de las personas participantes que estaban previstas para hoy y mañana.

Cáritas Valencia se une a la Iglesia de Valencia y a su arzobispo, que «ha puesto a disposición los medios necesarios ante la gravedad de la situación (…) y colaborará en todo lo necesario para que las personas pueden recobrar la esperanza, desde la cercanía y la solidaridad».

Cartas de condolencia a las diócesis de Valencia y Albacete por las terribles consecuencias de la Dana

(C.E.E.) Mons. Luis Arguello , presidente de la Conferencia Episcopal Española, y Mons. Francisco César García Magán, secretario general, han remitido una carta a Mons. Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, y otro escrito a Julián Ros, como administrador diocesano de Albacete, en el que muestran su dolor y cercanía ante los momentos difíciles que están viviendo en sus diócesis como consecuencia de la Dana que ha causado, de momento, más de 60 fallecidos y decenas de desaparecidos; además de numerosos daños materiales.

En nombre de todos los obispos, les hacemos llegar «nuestras sinceras condolencias por las pérdidas humanas, así como nuestra cercanía y oración por todos los que están sufriendo los daños materiales o físicos ocasionados por este tipo de situaciones catastróficas«, señalan en el escrito.

Además, ruegan que hagan llegar también «nuestras condolencias y oraciones» a sus diocesanos y, especialmente, a las familias afectadas.

Compromiso de ayuda de la CEE

Mons. Luis Argüello, a primera hora de esta mañana, a través de la red social X, también ha expresado sus «condolencias y oración por los fallecidos y todos los damnificados, así como el compromiso de ayuda de la CEE. Invoco a la Virgen de los Desamparados que consuele y sostenga a todos».


 

martes, 29 de octubre de 2024

Orate Fratres. Por Francisco Torres Ruiz

(In virga virtutis) Cuántas veces vamos a la Eucaristía y recitamos las oraciones como papagayos sin ser conscientes de lo que decimos. Uno de los casos más palmarios es la famosa oración “El Señor reciba de tus manos”, que solemos recitarla (o mejor dicho, musitarla) como quien tiene prisa por acabarla. En este artículo queremos hacer un breve comentario histórico-litúrgico y espiritual de esta oración para una mejor participación activa en la Santa Misa.

Para una mejor intelección de esta oración la dividiremos en dos partes: la que corresponde al ministro celebrante y la que corresponde a la asamblea.

1. «Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre, Todopoderoso».

Desde antiguo fue considerada como la introducción a la oración secreta (la actual oración sobre las ofrendas) y por tanto del canon romano. La fórmula ha variado en unos sitios u otros. En un primer momento se dirigía a los ministros asistentes, en otros lugares se añadía “fratres et sorores”, es decir “hermanos y hermanas” extendiendo así la invitación a todo el pueblo congregado (circunstantes). El texto actual lo hallamos en el s. XII en los ordinarios italianos. He aquí un cuadro comparativo de las distintas redacciones:

Misal Romano de 1570 
Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios, Padre Todopoderoso

Misal lionés 
 Orad por mi, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable ante la faz de Dios

Misal Cartujano 
Orad, hermanos, por mi, que soy un pecador, ante el Señor Dios nuestro

Misal Dominicano
  Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestra sea agradable a Dios

Esta oración es la apología más antigua del conjunto de oraciones del ofertorio, pues ya aparece en el Breviarium de Juan Archicantor. Veamos los aspectos de esta exhortación, detenidamente:

“Orad hermanos”: el verbo en modo imperativo indica que estamos no ante una oración propiamente dicha, sino más bien ante una monición exhortativa. El sacerdote ruega para que se pida por él, que ha sido puesto al frente de la comunidad y en nombre de esta se presenta ante Dios. Se trata de unir sus fuerzas a las de la comunidad para la gran oración que se avecina. Esta exhortación hace sentir al ministro como parte de la asamblea y le hace tomar conciencia de su papel como mediador de la misma ante Dios.

“este sacrificio”: la monición nos sitúa ante el gran misterio que va a trabarse en el altar, la actualización incruenta del sacrificio de Cristo en la Cruz. Se ha conservado la doble vertiente que este concepto tiene hoy en la liturgia: 1. La misa como sacrificio y 2. El sacrificio del banquete pascual. El Cordero inmolado en el ara del altar es para refección de los fieles y aumento de gracia.

“mío y vuestro”: esta doble referencia a los actores del sacrificio expresa la teología de la doble participación del único sacrificio de Cristo: el sacerdocio bautismal y el sacerdocio ministerial. El Concilio IV de Letrán afirma: “Nemo potest conficere hoc sacramentum (Altaris) nisi sacerdos rite ordinatus” (DS 802); es decir, que nadie puede confeccionar el sacramento del altar si no es un sacerdote convenientemente ordenado, de ahí la especificación “mio” pero también el pueblo ofrece y participa del mismo, por eso la expresión “vuestro”. Es, en definitiva, una forma de expresar la fe de la Iglesia y la participación activa en la celebración.

“sea agradable”: en latín “fiat acceptabile” una expresión muy presente en la liturgia en diversas formas “acceptabile”, “acceptabilem”, “acceptabilemque”. Y que en este momento de la celebración está estrechamente relacionado con el Canon Romano, donde vuelve a pedirse que el Espíritu Santo haga esta ofrenda “agradable a Dios”. Está inspirada en el texto paulino de Rm 12,1.

“a Dios Padre Todopoderoso”: es el sujeto al que va dirigida nuestra oración y deseo. Es el sacrificio del Hijo ofrecido al Padre en el Espíritu Santo. La primera Persona de la Trinidad va especificada con sus dos atributos más importantes que lo identifican “Padre” y “Todopoderoso”.

2. «El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia».

La respuesta a esta monición fue introducida más tarde en la liturgia. En un principio a la monición sacerdotal era recibida en silencio y no será hasta el s. XII, cuando la oración se dirige directamente a los fieles, el momento en que se redacte una respuesta fija para ella.

La primera respuesta que se fija es una centonización del salmo 19 y los versículos 3-5 del mismo. Remigio de Auxerre (+ 908) coloca los versículos 2-4 del mismo salmo. El devocionario de Carlos el Calvo coloca las palabras del Ángel a María en Lc 1,35. En el s. XI aparece la forma actual que se extenderá fuera de Italia debido a la difusión del misal de los frailes menores en el s. XIII.

Veamos algunos aspectos de esta respuesta:

“El Señor reciba de tus manos”: la fuerza recae en el verbo “suscipere” que significa “tomar”, “recibir”, “atender”, “volcarse sobre algo”. La asamblea litúrgica pide que Dios se digne atender aquello que va a ser ofrecido por manos del ministro en nombre de ellos. La expresión “mio” encuentra aquí su correlativo “tus manos”.

“este sacrificio”: seguimos en la teología del sacrifio-banquete ya expresada anteriormente. A continuación, se enumera la triple dimensión del sacrificio eucarístico.

“alabanza y gloria de su nombre”: es la primera dimesnión. Es un sacrificio expiatorio y laudativo. Expiatorio porque ha de ser “agradable/acepto” por parte de Dios; laudativo porque si para Dios es agradable entonces alabará su gloria y su nombre. Es decir, la expiación conlleva la alabanza.

“para nuestro bien”: es la segunda dimensión. La Eucaristía tiene un primer efecto en los que asisten a ella. La participación en los misterios santifica a los fieles.

“y el (bien) de toda su santa Iglesia”: es la tercera dimensión. También la Eucaristía conlleva un segundo efecto para toda la Iglesia, presente o no en la celebración. Este efecto se da en virtud del dogma de la comunión de los santos. La fuerza de la celebración traspasa los muros del templo y une a todos los fieles dispersos por el mundo entero.Valoración de conjunto

Tras este somero análisis podemos colegir que estamos ante uno de los textos más singulares de la celebración eucarística. Es difícil englobarla en el cuadro de las oraciones litúrgicas, puesto que por su literalidad parece más una monición al pueblo invitándolo a orar que una oración propiamente dicha. No obstante, la respuesta del pueblo recoge la invitación del ministro y la convierte en oración a Dios Padre.

Es una oración que se enmarca en el campo de la participación activa de los fieles en la liturgia. Potencia dicha participación y saca a la comunidad de los muros del templo para situarla en el conjunto del pueblo de Dios que se extiende por toda la tierra.

Sería bueno que al asistir a la Santa Misa no fuéramos mudos cual convidados de piedra sino parte activa e integrante de la celebración. Que los sacerdotes fuéramos conscientes de que la celebración no es solo cosa nuestra sino que debemos acercarnos al altar con la humildad que da el saber que el sacrificio no es solo mío sino “mío y vuestro”. Que los sacerdotes no cometan el despropósito de cambiar esta endíadis por expresiones “sacrificio nuestro”, “sacrificio de la Iglesia” o cosas semejantes.

También sería de desear que los fieles, al meditar y recitar esta oración se sintieran parte de la Iglesia, se tomaran su vida espiritual en serio porque en esta oración es donde se pone la vida en juego. Todo lo que vivimos, sufrimos, reímos, trabajamos, padecemos en la vida ordinaria tiene su repercusión y fin en el altar del Señor. Los pequeños sacrificios de la vida han de unirse al gran sacrificio de la Eucaristía.

Aprovechemos esta oportunidad y llevemos las fatigas de cada día a la mesa del Señor, descarguemos nuestros esfuerzos en sus manos. Presentemos nuestro cuerpo como Hostia viva, santa y agradable a Dios.

El Carbayu de Lugones y Viella, dignos de ser pueblo ejemplar. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Acaba de concluir la entrega del premio de Pueblo ejemplar Princesa de Asturias 2024 a la localidad cabraliega de Sotres, que durante no pocos años en el pasado siglo XX fue el primer destino de tantos sacerdotes asturianos que allí se estrenaron y atendieron desde aquellas alturas las parroquias vecinas de Bulnes, Tielve y Camarmeña. Uno de los párrocos fue Don José Antonio San Emeterio Escobedo -en la actualidad capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santander- publicó un libro que escribió en los años en que residió en la casa parroquial de Sotres, titulado ''Mientras cae la nieve…'', publicado en 1984. Esta obra es un retrato sincero de un sacerdote joven que comparte con sus feligreses en pleno corazón de los Picos de Europa la belleza de la naturaleza, la falta de medios, el frío y duro invierno. Entre 1973 y 1978 este sacerdote novato experimenta la mística del cura de aldea, la soledad de la casa rectoral donde escribe sus vivencias a la luz de la lumbre, y las peleas diarias pala en mano contra la nieve, para llegar hasta la cercana iglesia de San Pedro a postrarse ante el Señor frente al Sagrario y celebrar sobre el altar la misa de cada día sin más testigos que los celestiales, que llenan la Iglesia entre ángeles y Santos. Es un librillo sencillo; hoy ya no fácil de conseguir, pero que a mi modo de ver define a la perfección la ejemplaridad de vida de las buenas gentes de la montaña en Sotres.

No soy amigo de alfombras ni premios, pero sí soy capaz de ver y reconocer lo bueno que en las dos parroquias que atiendo observo. Hace años me alegraba mucho de ver en prensa la lista de candidaturas a Pueblo Ejemplar tanto de Lugones como de Viella. Pensaba para mis adentros: cuánto bueno y ejemplar hay en tantas vidas desconocidas y sacrificadas, en tantos proyectos que buscan el bien común y fomentar la unidad entre sus gentes... Si no me equivoco, Viella empezó a presentarse en 2010 y Lugones en 2003, y se presentó por última vez en 2021. En lo relativo a Lugones, tuvo un papel imprescindible en el empeño José Antonio Coppen, que tanto luchó por intentar ver a su pueblo así reconocido. Según el reglamento de la Fundación, el premio se concede ''al pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias que haya destacado de modo notable en la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, en iniciativas de impulso económico y social o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes''.

Creo que Lugones debería recuperar ese objetivo de seguir persiguiendo este sueño; quizás presentar Lugones al completo es complejo, pues nuestra Localidad presenta una realidad muy poliédrica y difícil de valorar en global; sin embargo, creo que se podría centralizar en una zona concreta, como por ejemplo El Carbayu. Siendo sinceros, al final los del Carbayu se sienten muy de Lugones, y los de Lugones presumen del Carbayu como su pulmón verde. La belleza del lugar, la unidad vecinal para sacar adelante una romería de la altura, y la buena fama y reconocimiento de la Virgen del Buen Suceso, asi como el Museo de la Romería de Manolito, son la joya de la Corona del igualmente cercano pulmón de La Acebera. Hay mucho y muy bueno de lo que hacer gala. Qué mejor forma que presentar El Carbayu como Pueblo ejemplar del próximo 2025 coincidiendo, además, con el Centenario de la Romería. 

Opino lo mismo de Viella: debería retomar ese ilusionante proyecto aunando tantas realidades vecinales, logros que sacan adelante cuando se trabaja en equipo y se hace esfuerzo por dar a conocer con sano orgullo su pueblo. Es Viella una localidad con poco más de mil habitantes, pero que cuando se ponen a ello son capaces de dotar al pueblo de bandera y escudo, hacer un cortometraje o lo que haga falta... Quizás ni siquiera sea necesaria toda la parafernalia de un galardón, pero es evidente que cuando hay un objetivo o meta clara se ponen más medios, esfuerzo e ilusión por llegar al objetivo. Yo, como Párroco ahí lo dejo y lanzo el guante, y si hay instituciones que se embarquen en esta aventura, no les faltara mi apoyo y colaboración absoluta. 

lunes, 28 de octubre de 2024

Santos Apóstoles Simón y Judas Tadeo

(COPE) La Iglesia como señala el Apocalipsis, tiene doce Columnas: Las de los Apóstoles del Cordero. Hoy es la Fiesta de los Santos Apóstoles Simón y Judas. Ambos son mencionados como integrantes del grupo de los Doce Apóstoles, tal y como recuerda el Evangelio: “Después de pasarse toda la noche en oración, Jesús bajó, llamó a los discípulos y escogió a Doce de ellos, a los que Él quiso, para que estuviesen con Él.

Estos son sus nombres: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro y su hermano Andrés. Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, Mateo, Felipe, Bartolomé –llamado Natanael-, Tomás –llamado el Mellizo-, Santiago el de Alfeo, Simón Zelotes, Judas Tadeo, y Judas Iscariote, que fue el que lo entregó.

A estos les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, y les envió a predicar el Evangelio”. Simón Zelotes, es originario de Caná de Galilea. Por su parte, Judas Tadeo es el que, en el Cenáculo, pregunta a Cristo después de que haya marchado el traidor, cómo es que se ha manifestado a ellos y no al mundo.

Ambos fueron testigos, junto con el resto del Colegio Episcopal, de la Vida y Ministerio de Jesús, así como de su Muerte y Resurrección. Tras su Ascensión a los Cielos y el envío del Espíritu Santo en Pentecostés, marchan a predicar la Buena Nueva.

Simón, predicará en Mesopotamia y Persia, y Tadeo, irá también hasta Persia. Ambos mueren mártires por el Nombre del Señor Jesús. San Simón será aserrado de forma brutal y San Judas caerá bajo la espada de la decapitación.

Los puntos fuertes de Dilexit Nos, según el P. Kern, rector del Sagrado Corazón en Paray-le-Monial

(Rel. / P. J. G.) Etienne Kern, director del santuario de Paray-le-Monial, lugar de las apariciones del  Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque, ha difundido un vídeo explicando 3 razones por las que recomienda leer la encíclica Dilxit Nos, que el Papa Francisco dedica al Corazón de Jesús. 

Es una encíclica, un texto profundo y trabajado

La primera razón, dice, es que una encíclica es un documento importante, y en este caso, profundo. "Es la cuarta encíclica sobre este tema en 150 años", detalla Kern. "Si este documento realmente merece llevar el nombre de encíclica es porque es rico, es profundo". Kern asegura que el Papa Francisco trabajó mucho tiempo en el texto y "convocó un montón de expertos". En el texto constata que "el corazón de Jesús es el centro unificador de la fe cristiana".

Es para todos, no solo para devotos

La "segunda buena razón para leer la encíclica Dilexit Nos", dice, es que es un texto para todos, no sólo para los especialmente apegados a esta devoción.

Alaba la riqueza de citas del texto (Padres de la Iglesia antigua, místicos, autores espirituales) y afirma que hay una gran historia de discernimiento espiritual bien conocido "para vivir bien esta devoción con buen fruto".

Responde a recelos, refuta desconfianzas

La "tercera buena razón" la dirige Kern a los que "tienen reservas o recelos o preguntas" respecto a esta devoción. El Papa las despeja "metódicamente, con mucha sencillez y pedagogía". Por ejemplo, responde a las acusaciones de que esta devoción sea poco trinitaria, sentimentalista, dolorista, etc... También responde a los que se siente incómodos con textos espirituales de Santa Margarita María de Alacoque. 

Los jesuitas fueron tradicionalmente los grandes difusores de esta devoción. Kern (que no es jesuita, sino sacerdote de la Comunidad de Emmanuel, de estilo carismático) dice que él se conmueve al comprobar que el Papa en el texto cita extensamente las apariciones de Paray-le-Monial y las vivencias recogidas por Santa Margarita María y su confesor, el jesuita San Claudio de la Colombiere. 

También cita a otros santos franceses: San Juan Eudes, San Francisco de Sales, el nuevo santo Carlos de Foucauld, Santa Teresita del Niño Jesús... De ahí deduce que "hay un alma profundamente teresiana [de Teresita de Lisieux] en el Papa y esta espiritualidad del Corazón de Jesús es releída a la luz de la experiencia de Santa Teresa del Niño Jesús".

Sirve para cristianos de estilos muy distintos

Kern asegura que Dilexit Nos puede ser una brújula para la vida espiritual de cristianos muy distintos, "sean más apegados a la tradición, o más apegados a lo que pasa en el mundo, se definan como tradicionalistas o carismáticos o progresistas... Independientemente de nuestras sensibilidades y nuestras pertenencias eclesiales, este texto es para nosotros, es profundamente unificador. Nos da un guía espiritual, el corazón de Jesús, para vivir la adoración, la compasión y la evangelización en el mundo de hoy".

Responder al Dios lejano y despiadado del jansenismo

Etienne Kern, como rector del santuario, también ha comentado Dilexit Nos en los micrófonos de Radio Vaticano. Recuerda primero el contexto de las apariciones hace 350 años. En esa época, en Francia, triunfaba una religiosidad marcada por la corriente jansenista. En esa corriente, Dios parecía un juez lejano, implacable y despiadado, interesado solo en exigir una vida moral intachable. "Era un contexto abrumadoramente marcado por el miedo a Dios y al infierno", detalla el sacerdote.

"El remedio es el Sagrado Corazón. Y esto no sólo se aplica a ese periodo histórico. El jansenismo es un virus que no acaba de morirse en nuestras conciencias y en nuestra vida eclesial. Por eso, este remedio está más vigente que nunca, recordándonos, por un lado, que Dios está cerca, que nos ha amado con un corazón humano, -como dice el Concilio Vaicano ii- y, por otro, que Él es amor, que nos ama, que el suyo es un amor incondicional. Hagamos lo que hagamos, «él nos ha amado». Y es esta conmoción interior la que nos hace responder al amor con amor, no con un gran esfuerzo, no como una obligación moral que nos oprime, o una especie de imposición, sino como una conmoción, un traspasamiento del corazón, en el que amamos porque somos amados. Y, poco a poco, se produce una transformación que viene de dentro".

Responder a la ingratitud e indiferencia de los hombres

Jesús le dice a Santa Margarita María que le duele la ingratitud y la indiferencia de los hombres. Kern señala que eso también puede aplicarse hoy, "que es una época de ingratitud, de indiferencia hacia Dios y, en consecuencia, hacia nuestros hermanos. El vínculo social se desmorona y, por eso, cuando el Señor muestra su corazón, que es manso y humilde, invita a una especie de «milagro social», expresión que utiliza el Papa Francisco en su encíclica para que esta experiencia que tenemos de Dios transforme nuestra manera de actuar".

El Papa propone responder al amor de Jesús amando a los hermanos, algo que Kern señala que ya está en las Escrituras o que predicaban santos como San Vicente de Paúl. 

Ofrecer consuelo a los agobiados

"El Papa ofrece algo que unifica profundamente nuestra espiritualidad, nuestra adoración, nuestra interioridad y nuestra efusión de amor por los demás, en la compasión, en el compromiso social en nombre de la Iglesia, porque el Señor se ha identificado con los más débiles, con los más pequeños. La gente necesita encontrar consuelo en el Corazón de Jesús, encontrar descanso en el Corazón de Jesús, experimentar que Dios consuela, cura, repara. Porque es Dios quien repara. Y nosotros somos testigos de esta reparación y entramos en este movimiento de reparación humildemente, ocupando nuestro lugar y dejando que Dios actúe en nuestros corazones con fuerza y poder".

Kern constata su experiencia en el Santuario del Sagrado Corazón: "Las personas que vienen a Paray-le-Monial para encontrar descanso en el Corazón de Jesús experimentan la dulzura, la infinita dulzura de Dios y, al mismo tiempo, su poder de recreación, consuelo y reparación".

Eso también anima a ser misioneros. "Me parece que la encíclica del Papa Francisco cumple este papel de centro unificador, de síntesis, que dinamiza, alegra y envía", insiste Kern.

Reconciliar a los desestabilizados con el magisterio de Francisco

También cree que Dilexit Nos ayuda a entender el pontificado de Francisco. "Algunos ven el magisterio del Papa Francisco como muy político o muy comprometido socialmente. El Papa dice que esto sólo tiene sentido y sólo se puede entender si se tiene la clave. Y la clave es que Jesús es manso y humilde de corazón, movido a compasión ante las multitudes, como ovejas sin pastor. De esto habla el Papa y esto es lo que nos puede animar, y quizás reconciliar, sobre todo a los que están algo desestabilizados por el magisterio del Papa Francisco. Esto puede reconciliar profundamente todas las sensibilidades presentes en la Iglesia, que encontrará en este texto una especie de unanimidad, un solo corazón y una sola alma".

domingo, 27 de octubre de 2024

''Anda, tu fe te ha salvado''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


En este Domingo XXX del Tiempo Ordinario en que nos congregamos de nuevo entorno al altar, y compartimos la Palabra y el pan que es Jesucristo mismo, Dios nos acerca al sentido de la vista, no sólo la física, sino especialmente la espiritual. En el evangelio veremos cómo se cumple la profecía bellísima de Jeremías que se ha proclamado en la primera lectura: alguien que se sentía "resto" se verá salvado, pasará del confín de la oscuridad a la luz recobrando la vista del cuerpo y el alma. El que era un pobre ciego puede gritar de alegría, regocijarse y proclamar con toda verdad que ''El Señor ha salvado a su pueblo''. Hoy queremos acercarnos a esta palabra y hacerla nuestra, para que se disipen nuestras oscuridades cumpliéndose así también esta profecía en nuestras vidas: ''y yo los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por camino llano, sin tropiezos''.

En el evangelio tomado del capítulo 10 de San Marcos, no se nos habla de alguien anónimo, sino que el autor nos regala sobrados detalles: Jesús se encontraba a las afueras de Jericó, el hombre que le implora estaba pidiendo al borde del camino, se llamaba Bartimeo -hijo de un tal Timeo-... Estos datos a simple vista igual no nos dicen nada, pero en realidad nos están diciendo mucho, nos aclara que Jesús no se mueve en el anonimato ni en abstracto, sino que viene a nosotros y nos ama de corazón a corazón, conociéndonos. Si Jesús se paseara hoy por nuestro pueblo y curara a un enfermo, de poco nos serviría que nos dijeran que curó a un señor llamado José, de Lugones, o a una señora llamada María, de Viella; pero si nos dicen el hijo de la que vive en tal lugar, o marido cual señora, inmediatamente les ponemos rostro  y nombre. Lo que ocurrió años después de aquel milagro fue que la gente de Jericó no hablaba de que Jesús de Nazaret había devuelto la vista allí a un ciego, sino a Bartimeo, a nuestro paisano, al que siempre conocimos mendigando por su ceguera. 

Todos tenemos cegueras y oscuridades, todos somos mendigos de tanto inalcanzable, todos alguna vez en la vida nos vemos postrados, postergados, tirados al borde del camino por no ver la luz que Cristo nos regala unas veces, y otras porque los que pasan a nuestro lado tampoco logran ver que necesitamos ayuda, que necesitamos ver y previamente ser vistos caídos en la cuneta de la vida. Bartimeo siente que Jesucristo va pasar por allí, y le llama a gritos: «Hijo de David, ten compasión de mí». El ciego es consciente de que va a pasar ante su postración y es el único que podía cambiar su historia de fracaso en triunfo, era su única oportunidad de que su vida cambiara absolutamente: ¡tenía fe! Y era tal su certeza de que el Nazareno era su salvación que le dio igual que le mandaran callar o le regañaran, que le llamaran la atención o le recordaran que era un pecador que estaba pagando sus culpas o las de sus mayores. No perdamos de vista esto: un pobre mendigo ciego es el primero en confesar públicamente al Señor como Mesías. Sí; antes de que Pedro le diga ''tú eres el Mesías'' y antes de que entrando en Jerusalén el pueblo aclame ''Hosana al Hijo de David'', será Bartimeo el que muestre públicamente su fe reconociendo al Redentor del mundo.

Nos encontramos ante un pobre ciego que mendigaba, como era lo que les quedaba en aquellos tiempos a los discapacitados. Hoy, gracias a Dios, las personas con problemas de visión son tratadas con mayor dignidad, aunque siempre es mucho lo que queda para avanzar en su integración en el campo laboral eliminando barreras del entorno. Especial mención merece la atención que la Iglesia ha hecho en el tiempo en este campo; poniendo un ejemplo: aquí en Lugones tenemos una calle que se llama Luis Braille. Si preguntásemos quién fue este señor seguro que muchos sabrán responder que fue el inventor del sistema de lectura para personas invidentes y que lleva su apellido, pero lo que pocos conocen es que Luis Braille fue un chico francés católico, muy religioso, que durante prácticamente toda su estancia de vida en París fue el organista de la parroquia de San Nicolás de los Campos. A pesar de sus problemas de visión, dicen que tocaba como los ángeles y dejaba a los fieles que asistían a las celebraciones boquiabiertos. Traigo esto a colación por lo siguiente: ¿Qué tipo de ceguera sufro yo, o con qué tipo de ciego me identificarán los demás: ciego orgulloso o ciego mendigo?... Qué hermoso sería lograr ver nuestras cegueras y mendigar en oración a Dios lejos de orgullos y autosuficiencias y sentirse uno mismo mendigo de la gracia del Señor, sabedores de que sin Él no podemos nada. 

Y no olvidemos la ceguera el alma, la puramente espiritual. Entre los doce apóstoles no nos consta que hubiera ningún invidente y, sin embargo, Jesús en diferentes pasajes del evangelio les llama ciegos y les reprocha cómo no pueden ser capaces de ver lo que tienen delante. Se nos olvida muchas veces ejercitar la vista del alma, la mirada desde la fe. El domingo pasado veíamos también cómo los discípulos discutían por ver quien quien se colocaría a su derecha o a su izquierda. Y aquí, en esta escena a la salida de Jericó camino de Jerusalén, el ciego es escuchado en su súplica, más no se acerca Jesús a Bartimeo, sino que lo manda llamar. Esta llamada no fue sólo para acercarse en ese momento, sino a seguirlo ya de por vida. Bartimeo era invidente, pero los ojos del alma los tenía mejor que nadie, por eso cuando el Señor lo llama soltó hasta el manto y dio un salto. Todo esto lo sabemos, pero lo importante no es que Jesús se interese por lo que necesita el ciego, sino que lo mira con misericordia, lo toca, lo cura, lo saca del borde del camino para ponerle de nuevo en marcha. A Bartimeo le salva su fe, esa que queda patente cuando llama a Jesús “Rabbuní” (maestro), pero su historia no termina en una curación milagrosa, lo verdaderamente importante y también milagroso es que esa respuesta a la llamada de Cristo se prolonga: Bartimeo no va a buscar a su familia para celebrar que puede ver, ni se queda en Jericó para empezar a disfrutar la vida de luz tras dejar de ser un marginado, Bartimeo ''lo seguía por el camino''; su fe y convicción le hace seguir los pasos del Señor hacia Jerusalén, hacia su meta, que es lo mismo que decir hacia la cruz que igualmente será redentora para los que lo siguen hasta el final. 

Evangelio Domingo XXX del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».

Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí».

Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?».

El ciego le contestó:
«“Rabbuní”, que recobre la vista».

Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor

sábado, 26 de octubre de 2024

Volver al Corazón. Sobre la encíclica del papa "Dilexit nos". Por Guillermo Juan Morado

(La puerta de Damasco) Con fecha del veinticuatro de octubre de 2024 el papa Francisco ha publicado su cuarta encíclica, titulada “Dilexit nos” – “Nos amó” –, sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo. No se aparta el pontífice de la entraña del cristianismo, el amor de Cristo, ni de las actuales necesidades del hombre, que busca sentido y orientación para su existencia, que precisa retornar a su interior para no perder su propio centro.

Hay que realizar la síntesis de todas las dimensiones que nos constituyen: los deseos, la inteligencia, la voluntad, la imaginación y los sentimientos. “Necesitamos que todas las acciones se pongan bajo el «dominio político» del corazón”, dejándose moderar por su latido. Solo el corazón, lo más profundo de nosotros mismos, es capaz también de unir los fragmentos, superando la dispersión del individualismo. La urgencia de esta tarea, recuperar el corazón, es patente, “viendo cómo se suceden nuevas guerras, con la complicidad, tolerancia o indiferencia de otros países, o con meras luchas de poder en torno a intereses parciales”.

El Corazón sagrado “es el principio unificador de la realidad, porque «Cristo es el corazón del mundo; su Pascua de muerte y resurrección es el centro de la historia, que gracias a él es historia de salvación»”. En los gestos y en las palabras de Jesús se expresa la proximidad, la compasión y la ternura de Dios. Sobre todo, en el gesto supremo de la cruz, su palabra de amor más elocuente: «Me amó y se entregó por mí», dice san Pablo.

La Iglesia no deja de contemplar el misterio santo del Corazón del Señor. Citando al teólogo español Olegario González de Cardedal, el papa recuerda que, por el influjo del pensamiento griego, la teología durante mucho tiempo relegó el cuerpo y los sentimientos, pero «lo que no resolvió la teología en teoría lo resolvió la espiritualidad en la práctica. Ella y la religiosidad popular han mantenido viva la relación con los aspectos somáticos, psicológicos, históricos de Jesús. Los Vía Crucis, la devoción a sus llagas, la espiritualidad de la preciosa sangre, la devoción al corazón de Jesús, las prácticas eucarísticas […]: todo ello ha suplido los vacíos de la teología alimentando la imaginación y el corazón, el amor y la ternura para con Cristo, la esperanza y la memoria, el deseo y la nostalgia. La razón y la lógica anduvieron por otros caminos». El amor de Cristo es, sí, infinito y divino, pero es también espiritual y sensible. El avance de la secularización no aconseja alejarse de esta concreción, de la síntesis encarnada del Evangelio.

La historia de la espiritualidad cristiana se ha alimentado, desde el principio, del amor que brota del Corazón traspasado de Cristo. El papa menciona, entre muchos otros santos, a santa Gertrudis de Helfta, religiosa cisterciense que “narró un momento de oración en el cual reclinó la cabeza en el Corazón de Cristo y escuchó sus latidos. En un diálogo con san Juan Evangelista le preguntó por qué en su Evangelio él no había hablado de lo que vivió cuando tuvo esa misma experiencia. Concluye Gertrudis que «la dulzura de esos latidos se reservó para los tiempos modernos, de manera que, escuchándolos, pueda renovarse el mundo envejecido y tibio en el amor de Dios»”.

Quizá sea ya nuestro mundo ese mundo envejecido al que alude la santa, necesitado, para no morir de aburrimiento, de escuchar esos latidos de vida. Lejos de conducir a una vivencia intimista de la fe, la devoción al Sagrado Corazón se plasma en el compromiso comunitario y social, en la reparación de un mundo deformado por el odio y la violencia, así como en el compromiso misionero, en la irradiación del amor del Corazón de Cristo.

Honda reflexión de Ana Blandiana en los Princesa de Asturias sobre la poesía como espacio de salvación

(Rel./ C. L.) La poesía salvó a muchos presos en las cárceles comunistas y aún puede salvar a muchas personas en el mundo postmoderno, deliberadamente vaciado de la sustancia que aportaba el cristianismo: ésta podría ser la síntesis del discurso de la escritora rumana Ana Blandiana al recibir este viernes por la tarde, en el Teatro Campoamor de Oviedo, el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024.

Poetisa, narradora, ensayista, Ana Blandiana (pseudónimo literario de Otilia Valeria Coman, nacida en 1942) fue hija de un profesor y sacerdote ortodoxo encarcelado por el régimen comunista y fallecido al poco de abandonar la prisión. Eso le complicó las cosas desde pequeña. En cuanto hija de un "enemigo del pueblo", se le prohibió estudiar en la universidad tras la aparición en 1959 de su primer poema en una revista, aunque su inmenso talento le permitió seguir publicando y encabezando diversas iniciativas de protesta y libertad en el ámbito cultural.

Tras la caída del comunismo, su empeño ha sido eliminar su herencia de podredumbre material y moral y aliviar las consecuencias que ha dejado en la sociedad rumana.

La poesía, espacio de salvación

Al inicio de su discurso, recordó que Rumanía es "un lugar enclavado entre varios imperios enemigos y enemistados entre sí": "Nuestra latinidad, exiliada en el otro extremo del continente, nos ha singularizado y nos ha dado, junto con la conciencia de que somos diferentes de los que nos rodean, el sentimiento de soledad en la historia".

De ese sentimiento de soledad del que -confiesa- nunca ha podido distanciarse, "ha germinado, como una solución de supervivencia, la poesía", por cuyo papel "en nuestro mundo secularizado, tecnificado, informatizado y globalizado" versó su disertación.

"¿Puede la poesía salvar al mundo?", se preguntó. Y para responder acudió a recuerdos de su propia vida personal, en un relato impactante de cuando "en las cárceles comunistas de Rumanía se produjo una auténtica resistencia a través de la poesía". El papel y el lápiz estaban prohibidos a los presos, así que componer un poema exigía "tres personas: la que lo componía, la que lo memorizaba y la que lo transmitía a través del alfabeto morse".

Así pudieron componerse miles de poemas que pasaban de celda en celda y de prisión en prisión: "En sus libros de memorias o recuerdos los presos políticos describen, como un ritual sagrado, el momento de la transmisión de los nuevos poemas, cuando un preso era trasladado de una cárcel a otra. Y luego, tras la apertura de las cárceles, el primer pensamiento de los liberados era transcribir lo que habían memorizado, sin los nombres de los autores o con nombres que presuponían muchas veces equivocadamente, en una verdadera sinfonía de resistencia espiritual, un intento de convertir el misterio de la poesía en un arma de defensa contra la locura".

"Esta es la prueba", dijo, "de que, en circunstancias extremas, cuando sentían peligrar su propia esencia, los hombres recurrían a la poesía como medio de salvación. Cuando en la poesía se escondían las últimas moléculas de libertad, la gente, asfixiada por la represión, las buscaba, las encontraba y las respiraba para sobrevivir".

El vacío de fe y de fervor religioso

Entonces planteó Blandiana la gran cuestión sobre la que hizo reflexionar a los presentes: "Lo que ayer nos salvó del miedo, del odio y de la locura, ¿no puede salvarnos hoy de la soledad, de la indiferencia, del vacío de fe, del exceso de materialismo y consumismo y de la falta de espiritualidad?".

Citó la célebre frase de André Malraux (1901-1976), “El siglo XXI será religioso o no será”, para interrogarse con cierto tono de angustia: "Si estamos demasiado cansados y faltos de fervor religioso, ¿no podríamos salvarnos poniendo la poesía en el lugar del vacío?"

Vamos hacia un mundo donde los robots parecerán superiores a los humanos, así que "tendremos que intentar situarnos por encima de todo lo que ellos no entienden" y por tanto no pueden expresar, ellos "nunca comprenderán el sufrimiento y la obstinación por expresar lo inexpresable, puesto que el misterio no se puede definir ni vencer".

Una vez descrito el horror antihumano del comunismo (le escuchaba, entre otros, el comunista Ernest Urtasun, ministro de Cultura) e identificada la falta de espiritualidad y de fervor religioso con el "vacío", la Premio Princesa de Asturias de las Letras elogió el papel desempeñado por el cristianismo en la Historia y su arrumbamiento por lo que, sin nombrarlo, fue una perfecta definición del materialismo dialéctico, del odio marxista como motor del mundo.

"Al final del Imperio Romano, que parecía ser el fin del mundo", recordó, "el cristianismo trajo la buena nueva, el evangelio del amor al prójimo que, a pesar de los vaivenes de la historia, ha conseguido mantenernos en equilibrio durante más de dos mil años hasta que, a partir del siglo XX, se ha impuesto el odio (de clase o de raza, entre mujeres y hombres, entre hijos y padres). La poesía moderna es la expresión desgarradora de este desequilibrio existencial".

Resistencia a la postmodernidad fluida

Tras esa solemne y emotiva proclamación de que el mundo moderno ha acabado con dos mil años de amor y equilibrio bajo el cristianismo para sustituirlos por el odio y el desequilibrio característicos del presente, Blandiana, doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca, citó el "¡Me duele España!" de quien fuera su rector, Miguel de Unamuno, exclamación que afirmó como muy importante en su formación "intelectual y espiritual".

"He utilizado la angustia del filósofo español ante el destrozo de su país como un punto de apoyo en el universo actual, en el que las naciones se difuminan ante las ideologías, como un ancla en la profundidad del tiempo, en cuya superficie se estrellan las olas siempre cambiantes de la posmodernidad, a las que me resisto porque me duele España, me duele Rumanía, me duele el mundo", casi declamó, en algunos momentos con la voz quebrada.

"Estoy vinculada para siempre a España", dijo, también porque en todo el universo hispánico su obra ha sido conocida traducida al español. Y por eso terminó con un sutil y clásico elogio de la monarquía, al señalar que el nombre del premio que recibía, en cuanto alusivo a lo principesco, "combina el misterio de la poesía y el misterio de la realeza, tan extrañamente relacionados entre sí en la medida en que la gente, sin entenderlos y sin saber para qué sirven, siente que sin ellos todo sería menos bello y menos bueno".

viernes, 25 de octubre de 2024

Desde nuestro brocal: El panorama incierto actual

Nos hemos acostumbrado quizás a los titulares repetitivos donde se nos habla de las guerras en curso que siguen asolando nuestra historia más actual. Sabemos que hay muchas más guerras que las que pueden acaparar nuestra atención cotidiana, y que algunas de ellas son escaramuzas diminutas entre pueblos rivales o tribus étnicas enfrentadas desde siempre. Sobrecoge pensar que algunas de ellas son tan absurdas (toda guerra es siempre absurda) que se han declarado para dar salida al armamento que se estaba quedando obsoleto y que había que darle salida, aunque se pague el alto precio de la sangre de tantos hombres y mujeres, muchos de ellos niños y ancianos totalmente inocentes a los enjuagues de los poderosos. 

Pero esas guerras actuales son la escenificación de una violencia diaria cuando en el corazón anida la venganza que corroe, la insidia que divide, el terror que deshumaniza el alma. Del ámbito casi privado en lo personal y en lo doméstico, se va al toma y daca regional, nacional e internacional que no tiene ya mesura ni cortapisas a la hora de arrasar de un modo cruel y aterrador segando vidas, destruyendo historias, borrando huellas en una especie de apocalipsis maldito que no tiene ya ni medida ni control, introduciendo una espiral de violencia que llamará a más violencia. 

El gran escritor inglés Thomas Stern Eliot, hablaba de lo que sucede cuando el hombre abandona a Dios: que siempre le quedarán tres ídolos a los que seguir dando culto, a los que de tantos modos continuar adorando. Él señalaba estos tres: el poder, la usura y la lujuria. Toda una proclama de los males que nos aquejan en estos días revueltos con políticos corruptos y mendaces que quedan retratados en esta fotografía del derrumbe de los imperios de la vanidad ensoberbecida y la ambición pretenciosa. Y es lo que mayormente me viene a la mente cuando me asomo cada día a lo que en el escenario más local o en el más internacional constatamos como deriva de un derrotero en el que los valores sólidos desde lo que hemos construido nuestra sociedad y nuestra civilización, está quedando dilapidada por la ansiedad del poderío con cualquier maña sin rubor, de la riqueza a cualquier precio consumista, del placer en cualquier perversión inconfesable. Lo decía un pensador contemporáneo profesor de teología, como fue Henri de Lubac: cuando hacemos un mundo sin Dios, lo hacemos contra el hombre. Verdadera impronta de lo que estamos asistiendo como escenario terrible de actualidad. 

Sabemos que los estados pueden ser aconfesionales, pero las personas siempre seremos creyentes. Puede parecer presuntuosa esta afirmación, pero bien pensada creo que es incontestable. Porque todos tenemos una relación con Dios lo queramos o no: para confesarlo con la fe cristiana o para censurarlo desde la ideología laicista. En este sentido no hay creyentes y ateos, sino creyentes e idólatras, es decir, creyentes en el verdadero Dios o idólatras de los dioses falsos, como señalaba Eliot. Cada uno sabe luego qué fruta prohibida consume, qué torres de Babel indebida levanta o ante qué becerros de oro adora… para llegar a ser como Dios, vieja y única tentación humana que se verifica en las dictaduras de los mandamases sin escrúpulos que sólo quieren perpetuar sus poltronas y controles a base de mentiras tramposas e injusticias avasalladoras sin entrañas. 

Por este motivo la memoria cristiana será siempre subversiva para quienes tienen una idea totalitaria y excluyente de la vida: de la familia que confunden y destruyen, de la vida que manipulan y siegan en cualquiera de sus tres tramos (naciente, creciente y menguante), de la libertad que ellos pervierten con leyes liberticidas. Es normal ante este panorama que los cristianos pidamos la palabra y ofrezcamos nuestro testimonio, aunque caliente y enfade a quienes no pueden controlarnos. En ello estamos.

 + Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

Rouco: «El magisterio de Juan Pablo II es uno de los más importantes en la historia de la Iglesia»

(Rel.) Este martes, el cardenal Antonio María Rouco Varela, de 88 años, protagonizó un coloquio en el Casino de Madrid organizado por el Instituto Karol Wojtyla con motivo del cuadragésimo aniversario del segundo viaje de Juan Pablo II a España, el 10 de octubre de 1984.

Fue una escala de cinco horas en Zaragoza, un alto en su viaje apostólico a la República Dominicana. En la homilía de la misa en la basílica del Pilar, el Papa exaltó la gesta evangelizadora de España en América, "una tarea ingente y secular que tuvo su origen aquí, en tierras ibéricas. Una siembra generosa y fecunda la de aquellos misioneros españoles y portugueses que sembraron a manos llenas la Palabra del Evangelio, en un esfuerzo que llega hasta hoy, y que constituye una de las páginas más bellas en toda la historia de la evangelización llevada a cabo por la Iglesia".

Para valorar la figura de San Juan Pablo II, Rouco fue entrevistado ante más de doscientas personas por Bieito Rubido, director de El Debate, y José Francisco Serrano Oceja, autor del reciente ensayo histórico Iglesia y poder en España. 

Pero antes, ambos periodistas le hicieron algunas preguntas personales sobre su trayectoria episcopal.

Del "rayo en la cabeza"... a Aznar, Zapatero y Rajoy

El cardenal contó que cuando le propusieron en 1976 ser obispo auxiliar de Santiago de Compostela, fue como recibir "un rayo encima de la cabeza": recién cumplidos los cuarenta años, contento con su sacerdocio como profesor y canonista (era rector de la Universidad Pontificia de Salamanca) y en un momento en el que "la asimilación del Concilio Vaticano II era complicada", el cargo no le apetecía nada. "Y para ser obispo hay que ser algo santo y yo no lo era", añadió.

Le dejaron varias semanas para pensarlo, y al final dijo que sí. Relató diversos momentos gratos de su experiencia de 18 años en la diócesis compostelana (ocho como auxiliar, diez como titular) y su llegada en 1994 a Madrid, sobre cuya "riqueza espiritual" por la abundancia de carismas activos no ahorró elogios, además de señalar como novedad para él encontrarse un ambiente menos marcado por el nacionalismo.

En 1998 fue elevado al cardenalato y en 1999 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española, cargo que desempeñó durante cuatro mandatos (1999-2005 y 2008-2014). A una pregunta directa sobre el poder que se le atribuye durante ambos periodos, destacó que "son los obispos los que tienen la responsabilidad" sobre sus diócesis, y el secretario general sobre los asuntos de la conferencia, relativizando el de su presidente, aparte del que le corresponde al presidir todas las comisiones.

Sobre su relación con los presidentes del Gobierno durante esos dos periodos no profundizó. Dijo que fueron "cordiales" con José María Aznar, "amables" (marcó la diferencia, con risas de los presentes) con José Luis Rodríguez Zapatero y "entre gallegos" (más risas) con Mariano Rajoy.

Un magisterio sin parangón en la historia

Entrando en materia sobre Juan Pablo II, Rouco señaló que no le conocía cuando fue elegido. De hecho, escuchó el nombramiento -se entiende que en la radio del vehículo- cuando se dirigía a un pueblo a unas confirmaciones, y de primeras el apellido Wojtyla le sonó a africano.

En la primera vez que se saludaron, cuando fue presentado al Papa por el futuro cardenal Santos Abril (quien en aquel momento, como diplomático, trabajaba en la Secretaría de Estado), Rouco le habló en alemán -idioma que domina por sus veinte años de estudio allí y sabía que el Papa conocía- y se encontró con la sorpresa de ser respondido en español.

En diciembre de 1981 le vio durante la visita ad limina de los obispos de Galicia. Pensaron que se suspendería, porque tuvo lugar al día siguiente del golpe de mano del general Wojciech Jaruzelski para reforzar la represión comunista en Polonia. Pero el Papa polaco mantuvo la agenda y durante la comida preguntó por la situación de España "de forma bastante intensa”, entereza de ánimo que impactó a los prelados gallegos.

"El magisterio de Juan Pablo II es uno de los más importantes en la historia de la Iglesia", no dudó en afirmar Rouco, "desde el punto de vista cuantitativo y desde el punto de vista cualitativo. Él vio que el problema central de la Iglesia después del Concilio Vaticano II era la fe en Dios. Y trató todos los grandes temas de la fe con una profundidad cada vez mayor”, sobre todo a través de sus encíclicas.

Dos encíclicas sobre Cristo, al principio y al final

El cardenal hizo un repaso de todas ellas y su contenido, desde la Trinidad en sus primeras encíclicas a los fundamentos de la moral en Veritatis Splendor o su aplicación en Evangelium Vitae, donde ofrece respuestas “claras, transparentes” sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana.

Juan Pablo II "empezó su pontificado anunciando a Cristo en Redemptor Hominis y lo terminó anunciando que a Cristo hay que encontrarlo en la Eucaristía" con Ecclesia de Eucharistia, "un texto bellísimo".

"La riqueza del magisterio de Juan Pablo II creo que no tiene comparación en la historia de la Iglesia", reiteró.

Tuteándose con un sabio

También con Benedicto XVI mantuvo un trato frecuente, aunque, a diferencia de lo que le había pasado con su predecesor, ya había conocido y tratado mucho a Joseph Ratzinger, como obispo y como teólogo, antes de ser elevado a la sede de Pedro. Cuando Ratzinger, con todo el peso de su celebridad como teólogo y sus dos décadas como prefecto de la Doctrina de la Fe, le dijo "creo que nos tenemos que tratar de tú", fue un momento "maravilloso".

Rouco destacó el interés con el que Ratzinger, antes y después de ser elegido Papa, por lo que se estaba haciendo con la Universidad de San Dámaso en Madrid: “Decía que el servicio a la fe que teníamos que prestar era muy importante para la Iglesia”.

Sobre Francisco, destacó que también le había tratado mucho antes de 2013, por la estrecha vinculación que el recién elegido Papa Jorge Bergoglio había tenido con los obispos españoles a través de la predicación de ejercicios espirituales.

En una última pregunta, ya del público, sobre la oración que recomienda para mantener unida la familia, el cardenal Rouco apuntó al Santo Rosario y a la popular devoción de rezar tres avemarías antes de acostarse.

Las aguas turbulentas de la actualidad. Por Monseñor Jesús Sanz Montes ofm

Andamos con aguas turbulentas bajo el puente de la historia de nuestros días. No hay momento en el que no nos sobresalte la penúltima noticia del escándalo político de turno, del ademán de dictadura totalizadora, de la mentira obscena de quien exhibe sin despeinarse sus tramposas aspiraciones que jamás declara. Y cunde el desánimo en una sociedad casi narcotizada por tanta lluvia tóxica que impide la legítima defensa, la valiente toma de conciencia, la reacción serena de una alternativa deseada.

Parece que se cumple lo que decía el sociólogo Gilles Lipovetsky, cuyos títulos provocativos ya nos señalarían el escenario crítico y sórdido en el que nos movemos actualmente: 'una era del vacío' donde el individualismo nos aísla y enfrenta, una 'ética indolora' en la que haciendo las cosas mal, ha dejado de dolernos en la conciencia sin que aparentemente pase nada, entrando así en el 'imperio de lo efímero' siendo engullidos por una moda pasajera que nos enajena y engaña. Sería la más corrosiva construcción de una sociedad sin el fundamento firme de la roca, como advertía Jesús en su célebre parábola (Mt 7, 21-27), haciendo un mundo verdaderamente líquido como ha repetido hasta la saciedad Zigmunt Bauman, tan falto de solidez que termina siendo gaseoso.

Corremos ese riesgo de habituarnos a esta deriva política, que ya ni siquiera advertimos el momento preocupante y crítico que vivimos, haciéndonos vulnerables inadvertidamente hasta convertirnos en 'zombis' de un vulgar Halloween sin percatarnos de nuestra orfandad desahuciada y terminal. Por este motivo la presencia y la palabra de la Iglesia resulta nefanda e insoportable a algunos de nuestros observadores políticos o plumillas mediáticos. Y no tardan en responder destemplados, con mensaje sincronizado desde sus variadas tribunas y titulares, cada vez que un cristiano –máxime si además es obispo– toma la palabra para decir con mesura de juicio, con templanza literaria, pero con audacia profética llamando a las cosas por su nombre, que algunos no soportan tener que escuchar.

El mutismo y la invisibilidad es lo que desean algunos como escenario de la presencia cristiana en toda la trama social: en la cultura, las artes varias, la opinión pública y publicada, los debates éticos y políticos, los desafíos sociales y culturales, etc. Como mucho se nos permitiría seguir respirando en alguna sacristía recoleta o en algún anfiteatro virtual mientras desamortizan nuestro espacio para otro tipo de sainetes de imperativo popular con derecho al campanario si el aforo de marras fuese estrecho o ineficaz. Pero resulta que tenemos el derecho y el deber de acercar también nuestra palabra, esgrimir nuestras razones, exponer nuestras reservas ponderadas o nuestra crítica constructiva en la edificación de la ciudad secular de la que también nosotros formamos parte. Por este motivo, no aceptamos las nuevas catacumbas que algunas siglas políticas y sus terminales mediáticos nos imponen sin más, confinándonos allí como apestados, sin voz ni voto, empujándonos a la inanidad.

Llevamos años con una gestión política en tantos sitios que no nos ha dejado indiferentes, y que sigue queriendo arrancar y deconstruir toda huella que tenga una inequívoca referencia al acontecimiento cristiano. Hay modelos de gobernanza que pesan en nuestra conciencia ciudadana y en nuestra visión cristiana de la vida, cuando en estos años llenos de sobresaltos, hemos podido contemplar recortes que soslayan las libertades censurándote e imponiéndote una cosmovisión de la sociedad que determina tantas cosas. Lo verificamos en España, en otros lares europeos a través de sus instituciones legislativas y parlamentarias, y en los países hermanos de la América hispana que se han deslizado hacia el populismo (Cuba, Nicaragua, Venezuela, México, Ecuador, etc.) con el carácter marxista e indigenista de una falsa liberación que venimos comprobando.

El gran escritor inglés Thomas Stern Eliot, hablaba de lo que sucede cuando el hombre abandona a Dios: que siempre le quedarán tres ídolos a los que seguir dando culto, a los que de tantos modos continuar adorando. Él señalaba estos tres: el poder, el dinero y la lujuria. Toda una proclama de los males que nos aquejan en estos días revueltos con políticos corruptos y mendaces que quedan retratados en esta fotografía del derrumbe de los imperios de la vanidad ensoberbecida y la frívola ambición. Es lo que mayormente me viene a la mente cuando me asomo cada día a lo que en el escenario más local o en el más internacional constatamos como deriva de un derrotero en el que los valores sólidos desde lo que hemos construido nuestra sociedad y nuestra civilización, está quedando dilapidada por la ansiedad del poderío con cualquier maña sin rubor, de la riqueza a cualquier precio consumista, del placer en cualquier perversión inconfesable (poder, dinero y lujuria). Lo decía un teólogo contemporáneo, Henri de Lubac: cuando hacemos un mundo sin Dios, lo hacemos contra el hombre. Verdadera impronta de lo que estamos asistiendo como escenario terrible de actualidad.

Sabemos que los estados pueden ser aconfesionales, pero las personas siempre seremos creyentes. Puede parecer presuntuosa esta afirmación, pero bien pensada creo que es incontestable. Porque todos tenemos una relación con Dios lo queramos o no: para confesarlo con la fe o para censurarlo desde la ideología. En este sentido no hay creyentes y ateos, sino creyentes e idólatras, es decir, creyentes en el verdadero Dios o idólatras de los dioses falsos, como señalaba Eliot. Cada uno sabe luego qué fruta prohibida consume, qué torres de Babel indebida levanta o qué becerros de oro adora… para llegar a ser como Dios, vieja y única tentación humana que se verifica en las dictaduras de los mandamases sin escrúpulos que sólo quieren perpetuar sus poltronas y controles a base de mentiras tramposas e injusticias avasalladoras sin entrañas. Lástima que jamás reparen en el daño que hacen a la sociedad, pudriendo las democracias con la decadencia infame que ellos introducen en su demencial uso y abuso de las reglas de juego que amañan a su favor.

Por este motivo la memoria cristiana será siempre subversiva para quienes tienen una idea totalitaria y excluyente: ante la familia que confunden y destruyen, ante la vida que siegan en cualquiera de sus tres tramos (naciente, creciente y menguante), ante la libertad que pervierten con leyes liberticidas. Memoria cristiana que ama la belleza, no traiciona la verdad, ejerce la bondad y está abierta a la transcendencia. Es normal ante este panorama que los cristianos pidamos la palabra y ofrezcamos nuestro testimonio, aunque irrite y soliviante a quienes no pueden controlarnos. En ello estamos. Paz y bien.

+ Jesús Sanz Montes, ofm, 
arzobispo de Oviedo

jueves, 24 de octubre de 2024

6 claves de Dilexit Nos sobre el Sagrado Corazón de Jesús: «Documento sobrenatural que nos restaura». Por José María Alsina Casanova

El pasado 5 de junio el Papa anunció que prepararía un documento sobre el Corazón de Jesús y pidió oraciones para realizar este trabajo. Su promesa se ha cumplido este 24 de octubre con la publicación de la cuarta encíclica de su Pontificado. Es también la cuarta encíclica de un Papa dedicada al Corazón de Jesús, y la primera después del Concilio Vaticano II.

En su alocución Francisco expresó que deseaba con este documento recoger "las preciosas reflexiones – sobre el Corazón de Jesús- de anteriores textos magisteriales y una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras. Creo que nos hará mucho bien meditar sobre diversos aspectos del amor del Señor que pueden iluminar el camino de la renovación eclesial; pero también que digan algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón" (Audiencia, 5 de junio de 2024). En esta explicación el Papa resume lo que nos ha dejado ahora en el documento publicado hoy.

El anuncio del pasado 22 de octubre de la Sala Stampa della Santa Sede para la presentación del documento indicaba: "Enciclica Dilexit nos". ¡Nueva sorpresa de este Pontificado! Sorpresa por el rango de encíclica que le da el Papa a este documento subrayando el lugar central que el sucesor de Pedro, en sintonía con los anteriores pontífices, ha querido dar al misterio del Corazón de Jesús en su misión de conducir la nave de la Iglesia.

¿A que nos puede llevar la lectura de esta encíclica?

1.-Quita "pre-juicios" sobre lo que significa el Corazón de Jesús. Ante las "reticencias" respecto a la "devoción", "expresión" o "espiritualidad" señalada como "sentimentalista", "anticuada", "dolorista"… nos introduce en la profundidad de su contenido antropológico, teológico, espiritual y pastoral. "Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y pro-ponernos su amistad: «nos amó primero" (1 Jn 4,10 (n. 1).

2.-Recorre un camino que va desde el misterio del corazón del hombre, como centro unificador del ser humano, al Corazón de Cristo, cuyos rasgos de ternura, cercanía y compasión se nos revelan en el Evangelio. "Necesitamos recuperar la importancia del Corazón (n. 47).

3.-Introduce en la Teología del Corazón de Cristo como clave para la comprensión del misterio divino y humano de la Encarnación, significado en la imagen del Corazón de Jesús, expresión del triple amor humano, filial y divino del Verbo Encarnado. "Veneramos esa imagen que lo representa, pero la adoración se dirige sólo a Cristo vivo, en su divinidad y en toda su humanidad" (n. 49). "Allí podemos encontrar el Evangelio entero, allí está sintetizada la verdad que creemos, allí está cuanto adoramos y buscamos en la fe, allí está lo que más necesitamos" (n.89).

4.- Invita a acudir a la Escritura, a la teología de los santos, al magisterio de los Papas y al "sensus fidei" la fe del pueblo de Dios, para aprender a beber de esta fuente de agua viva que sacia el corazón de todo hombre. "No es un amor que simplemente se declara, sino que su costado abierto es manantial de vida para los amados, es aquella fuente que sacia la sed de su pueblo" (n.101).

5.- Muestra cómo la devoción al Corazón de Jesús, ilumina la comprensión sobre el valor de nuestras oraciones y sacrificios. La unión con su Corazón comunica la capacidad de consolar y reparar el mal y el pecado convirtiéndonos en instrumentos y artífices de la renovación de la vida en la Iglesia y en el mundo. "La devoción del consuelo no es ahistórica o abstracta, se hace carne y sangre en el camino de la Iglesia" (n. 157).

6.- Impulsa a un auténtico compromiso misionero, desde la experiencia de enamoramiento de Cristo, integrando la vida interior con la acción social, uniendo la compasión por los que sufren con la entrega al amor misericordioso de Cristo. "Un corazón humano que hace espacio al amor de Cristo a través de la confianza total y le permite expandirse en la propia vida con su fuego, se vuelve capaz de amar a los demás como Cristo, haciéndose pequeño y cercano a todos" (n 203).

El Papa con su cuarta encíclica ha ofrecido a toda la Iglesia y a la humanidad un documento sobrenatural que desciende hasta lo más profundo del corazón del hombre de hoy indicando el remedio para restaurarlo: el descubrimiento del amor humano y divino del Corazón de Cristo.

**El autor de este análisis, el P. José María Alsina Casanova, es el superior de los Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón