La diócesis de Oviedo, con 400 sacerdotes menos que en 1950, pide a la Obra un párroco para Ventanielles con el que paliar el apuro pastoral
(lne/ Javier Morán) El hecho puede pasar inadvertido, pero su utilidad es indiscutible para examinar en perspectiva la evolución de la Iglesia en Asturias. Si hace 20 o 40 años se hubiera dado que la Prelatura del Opus Dei se hiciera cargo de una parroquia diocesana, la noticia hubiera sido sorpresiva. Ahora examinaremos por qué, pero lo que toca en este momento es subrayar que la disminución del número de sacerdotes coloca a la región en un apuro pastoral que ha conducido a una petición y acuerdo del arzobispo Jesús Sanz Montes con la Prelatura para que uno de sus sacerdotes, José Miguel Urios, sea nombrado párroco de La Sagrada Familia (Ventanielles) y de la Natividad de Nuestra Señora, así como capellán del HUCA, en el que colabora el también sacerdote de la Obra José Antonio Gómez Haces.
Antes de hacer otras consideraciones, tomemos algunos de los datos que publica el Anuario Pontificio acerca de Asturias.
Año 1950. Población: 1.300.040; católicos: 1.300.000; sacerdotes diocesanos: 718; sacerdotes religiosos: 175; parroquias: 1.150.
Año 1980. Población: 1.170.650; católicos: 1.152.505; sacerdotes diocesanos: 637; sacerdotes religiosos: 188; parroquias: 944 (un buen número han pasado en 1954 a Lugo, León o Astorga).
Año 2000. Población: 1.081.834; católicos: 1.032.069; sacerdotes diocesanos: 517; sacerdotes religiosos:163; parroquias: 943.
Año 2019. Población: 1.028.244; católicos: 976.832: sacerdotes diocesanos: 318; sacerdotes religiosos: 80; parroquias: 932.
Adviértase que todos los datos son descendentes, pero se resiste el número de parroquias, que sique próxima al millar, una cifra elevadísima que sólo puede registrarse en diócesis como Lugo, Astorga, Santiago, Orense, León…, es decir, las de la antigua cristiandad en España. En cambio, el número de sacerdotes diocesanos ha pasada en los últimos 70 años de 718 a 400 menos, cifras que incluyen tanto a los activos como a los jubilados. En cuanto a la media de edad del clero hace ya bastante tiempo que superó los 65 años.
En cuanto a los sacerdotes religiosos (miembros de órdenes y congregaciones religiosas), su número ha descendido asimismo a menos de la mitad. Dichos religiosos se han ocupado y ocupan de sus respectivas obras pastorales, especialmente colegios, pero también centros de Formación Profesional, centros sociales o comunidades específicas.
Este último dato es relevante, puesto que a las órdenes y congregaciones se les reconoce un carisma, un espíritu particular que ejercitan en sus propias obras. Sólo excepcionalmente algunos grupos religiosos conducen parroquias, como es el caso de Dominicos, Carmelitas o Claretianos en Oviedo, y la razón es que ya disponían de templos en determinados espacios urbanos que se convirtieron en parroquias hacia 1970, momento de redistribución diocesana en vista del generalizado crecimiento urbano de los sesenta y setenta.
En cuanto a la Prelatura del Opus Dei, fue en 1951 cuando el juez y numerario Carmelo de Diego Lora creó el primer centro en Oviedo. Una década después la Obra creada en 1928 por San Josemaría Escrivá establecería centros como el de Peñavera o trabajaría en La Felguera o Langreo. En algún momento tendría que escribirse la historia del Opus en Oviedo, pues sostenemos aquí que ha sido uno de los pilares del Oviedo católico (una de las dos almas de la ciudad, siendo la otra la liberal), especialmente por el número de profesionales repartido en sectores como la Justicia, Universidad, medicina, comercio, etcétera.
En este punto conviene recapacitar sobre la idea de que el Opus siempre se ha dedicado a sus obras y a sus gentes, ya que dicha descripción se verificaría igualmente en todos los grupos religiosos, o carismas. La obra cuenta en la actualidad con 15 sacerdotes propios que atienden sus centros pastorales, llevan las capellanías de los dos colegios de Fomento de Centros de Enseñanza (Los Robles y Peñamayor), y se ocupan de la formación y dirección espiritual de numerarios, supernumerarios, jóvenes, etcétera. También se ocupan de sacerdotes diocesanos agrupados en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
Y retornando al comienzo, en tiempos del arzobispo Gabino Díaz Merchán (1969-2002) hubiera sido sorpresivo encomendar al Opus alguna parroquia, pues la diócesis contaba con abundantes sacerdotes. En la época de Carlos Osoro (2002-2010) todavía era razonable la cifra de curas, aunque ya comenzaban a registrarse estrecheces en zonas rurales. Pero el factor demográfico de envejecimiento ha sido demoledor en los últimos años. Cierto número de diáconos permanentes impulsados por Sanz Montes tratan de suavizar algo las adversas circunstancias, pero medidas más drásticas en cuanto a la creación de ministerios (especialmente con mujeres), serían ya imprescindibles por parte del Vaticano. Mientras, la agonía será dura y habrá que pedir muchos favores.
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