(La Voz del Trubia/ F. Romero) La parroquia de san Juan Bautista de la localidad ovetense de Caces está intentandp recaudar fondos para poder restaurar el retablo de los espejos, en estado semirruinoso a pesar de su valor histórico y artístico. Detrás de esta iniciativa está el nuevo cura de Ribera de Abajo, que agrupa las parroquias de Priorio, Caces, Puerto y Siones, y que está dispuesto a ofrecer batalla contra los elementos para conseguir conservar el rico patrimonio histórico artístico de sus templos. Alejandro González, de 45 años, llegó a esta jurisdicción del concejo de Oviedo el pasado mes de septiembre proveniente de Covadonga. Se ha arremangado y, junto a sus cerca de un centenar de feligreses, están trabajando para mejorar el patrimonio local. El principal escollo es que no cuentan con ningún tipo de financiación, así que la cuestión es echarle imaginación y mucho esfuerzo.
El objetivo ahora es recuperar el retablo «de los espejos» de la iglesia de San Juan Bautista, en pésimo estado de conservación a pesar de su valor. Sustituye al que tenía en el siglo XIX la iglesia y que se quemó. Éste fue traído de la Catedral, en donde estaba almacenado y que, a su vez lo habían trasladado desde el antiguo convento de San Francisco, cuyo solar ocupa hoy el parlamento regional, por lo que se calcula que data de 1755. Ya lo han visto expertos en restauración y, tras su primera investigación, apuestan por conservarlo ya que detrás de sus barnices y pátinas se esconde un gran tesoro, tanto en su policromía original como en el misterioso segundo plano, ahora invisible.
Y es que los expertos creen que los espejos fueron colocados muy posteriormente para tapar, posiblemente, pinturas originales que podrían corresponder a las escenas de la Pasión de Cristo. El coste de la restauración está en torno a los 24.000 €. Se ha abierto una cuenta para recaudar fondos: ES 13 2048 0000 2530 0076 8055 y ya se ha organizado un primer mercadillo solidario y, aunque el tiempo no contribuyó, al menos sirvió para recaudar unos primeros 700 €.
«Es un comienzo y además los restauradores nos han dicho que pueden empezar a trabajar aunque no podamos pagar aún, pero será una intervención larga y costosa» explica Alejandro González, respaldado en todo momento por Marcos Álvarez, otro dinamizador local de la zona. Además habrá rifas y el párroco está preparando un libro de recetas de cocina de los pueblos de Ribera de Abajo acompañadas de anécdotas y curiosidades locales que Alejandro ha ido recogiendo meticulosamente de los propios vecinos. Pretende con lo que se obtenga por la venta del libro recaudar otra parte para el retablo.
Lo que sí van a reparar este mismo año son las humedades del templo. Además se pintará y se limpiarán los arcos de medio punto dejando a la vista la piedra noble. No queda ahí la cosa. El objetivo de este cura con sus feligreses es recuperar también la capilla de San Miguel de Siones, que lleva 30 años sin uso y a la que hasta le habían robado la campana. Un plan valiente de un párroco bregado en África y que, además de limpiar los templos de su parroquia, dedica parte de su tiempo a aliviar y ayudar a los enfermos del HUCA.
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