sábado, 28 de diciembre de 2024

Greccio, el Santuario franciscano donde todos los días es Navidad (I). La gruta y el convento primitivo

Incrustada en la roca, como un nido de águila, la ermita de Greccio es una extraordinaria fusión de arquitectura y naturaleza. Los límites de los edificios se pierden en los frondosos bosques de encinas que acogieron el ascetismo solitario de San Francisco.

San Francisco amaba entrañablemente a los habitantes de la aldea de Greccio y estaba unido por una profunda amistad con Giovanni Velina, tal vez señor feudal del lugar. El caballero del lugar apoyó al Santo en su proyecto de representar el Nacimiento del Niño.

El santuario se encuentra al inicio del camino que recorre
 el complejo que incluye el convento de los franciscanos

Desde entonces Greccio y su santuario se conoce como el primer belén del mundo.

La primera presencia de Francisco en la aldea de Greccio se suele colocar alrededor del año 1217. Por ese entonces el Santo moraba en la altura del monte san Francisco (como se llamó después), en el sitio donde hoy se observa una capillita construida en el año 1792. De allí descendía con frecuencia a predicar al pueblo.

El Santuario se encuentra a una altura de 638 metros de altitud atendido por una
 Comunidad de Padres Franciscanos

El santuario de Greccio se encuentra prácticamente pegado a una roca que cae casi perpendicularmente sobre el abismo. Ha sido necesaria la construcción de grandes contrafuertes para su seguridad.

Varias explicaciones se han dado sobre el motivo por el que San Francisco de Asís eligió este escarpado paraje para construir allí una ermita; pero el más evocador es sin duda el del niño al que al pobre de Asís hizo arrojar un tizón que, volando como un rayo, terminó su recorrido en la pared rocosa de un montículo, propiedad de un señor feudal de Greccio, conocido como Giovanni Velita. 

El Santuario de Greccio es uno de los cuatro santuarios erigidos por San Francisco en el Valle Sagrado,​ junto con el santuario de Fonte Colombo, el santuario del Bosque y el santuario de Poggio Bustone. Ubicado a unos 15 km de la capital de la provincia de Rieti, está incrustado el una roca de los montes Sabinos, a una altitud de 665 m snm, en las inmediaciones del antiguo pueblo medieval de Greccio, con una espléndida vista sobre la amplia cuenca del río Rieti .

La Capilla del Pesebre o de san Lucas es indudablemente el núcleo de todo el santuario. Después de los trabajos de restauración de 1947 se puso al descubierto la simplicidad del lugar donde se celebró la Navidad de 1223. La piedra que está debajo del altar debió ser el sitio donde se adaptó la cuna para el Niño. En el fondo de la bóveda se observan los restos de un fresco del siglo XV de la escuela umbra, que representa a la Virgen, al Niño y a san José (pesebre de Belén) y, a la izquierda, a Francisco arrodillado ante el Niño, con varias personas al fondo (pesebre de Greccio).

El Santuario es conocido en todo el mundo por haber sido elegido por el Poverello de Asís como escenario de uno de los momentos más altos y líricos de su existencia: la primera recreación de la Natividad de Belén en la historia del cristianismo, que tuvo lugar en la Nochebuena de 1223.

La noche de Navidad del año 1223 allí se reunión Francisco con frailes que habían llegado de los alrededores y vecinos de las granjas de la comarca,. Todos los asistentes se llenaron de una extraordinaria alegría, después un sacerdote celebró la misa en aquel mismo lugar, en la que Francisco, revestido con los ornamentos de diácono dio lectura al evangelio. La construcción de la capillita de san Lucas se suele remontar al año 1228 para consagrar el sitio donde Francisco había celebrado la Navidad.

Visita de San Juan Pablo II el 2 de Enero de 1983

Visita del Papa Francisco el 4 de enero de 2016

''Se multiplicaban allí los dones del Omnipotente; un varón virtuoso tiene una admirable visión. Había un niño que, exánime, estaba recostado en el pesebre; se acerca el santo de Dios y lo despierta como de un sopor de sueño. No carece esta visión de sentido, puesto que el niño Jesús, sepultado en el olvido en muchos corazones, resucitó por su gracia, por medio de su siervo Francisco, y su imagen quedó grabada en los corazones enamorados. Terminada la solemne vigilia, todos retornaron a su casa colmados de alegría'' (Celano)

El convento conserva frescos de la escuela de Giotto, de los siglos XIII-XIV.
Este representa a San Juan Bautista y la Natividad atribuido al Maestro di Fossa

Tomás de Celano en su Primera vida de San Franciso de Asís, narra la historia de la primera representación del belén dispuesta por encargo del Poverello en aquel lugar.​ No había en ella ninguna imagen, solo un pesebre vacío y junto a él un asno y un buey.

En el conventito primitivo todo nos habla de la sencillez y pobreza de los primeros tiempos

La presencia de los hermanos en el lugar del actual santuario debió darse poco tiempo después y su origen está ligado a una curiosa leyenda: Los habitantes de la aldea, entusiasmados por la predicación de Francisco, le pidieron que permaneciera con ellos. Juan Velita, un hombre rico y piadoso, decidió construir una morada fija en el poblado, para Francisco y sus compañeros. Dice la leyenda que éste no quería aceptar el ofrecimiento por temor a la disipación, pero que finalmente la aceptó con la condición de que el eremitorio fuera construido al menos a un tiro de piedra distante del pueblo. Pidieron a un niño que lanzara lo más lejos posible una antorcha encendida, que, para sorpresa de todos, fue a estrellarse contra un peñasco a dos o tres kilómetros de distancia. En ese sitio, entonces, excavaron algunas grutas y las acondicionaron para el alojamiento de los hermanos.

La gruta del beato Juan de Parma. El lugar de la gruta está protegido por un techo. Desde allí se desciende a la gruta propiamente dicha: un espacio de 3 m. por 1,20, y 1,60 de altura. Juan de Parma, ministro general entre 1247 y 1257, fue acusado de apoyar algunas ideas joaquinistas y, como consecuencia, reducido al exilio en este lugar durante 32 años. Rehabilitado en 1289, fue enviado por el papa como nuncio apostólico a Constantinopla, pero murió en el camino (en Camerino) con 81 años.

En el año 1246 fue firmada en este eremitorio de Greccio la carta que acompaña los testimonios de los tres compañeros: León, Rufino y Ángel, y que ahora antecede a la Leyenda de los Tres Compañeros. Todo permite suponer que aquí no sólo se redactó la carta sino también los testimonios que habían de servir para la redacción de la segunda biografía de Celano. En la imagen fresco del comienzo del siglo XVII con instrumentos de la Pasión.

En el fondo de este dormitorio se puede observar la llamada Celda de san Francisco, otro espacio estrecho y austero excavado en la roca viva. Aquí tuvo lugar, por tanto, el episodio de la almohada de plumas, regalo de Juan Velita, que no dejaba dormir al Santo.

Se presume que desde ese momento hubo presencia permanente de los frailes en este lugar. Fue aquí donde se llevó a cabo la memorable celebración de la Navidad en 1223, después de la cual probablemente Francisco permaneció morando en este lugar hasta la primavera de 1224.

El refectorio, que había sido destruido en el siglo XIX para ampliar una capilla, fue reconstruido en 1955 con las mesas y el lavaplatos. Aquí pudo haber tenido lugar la famosa reprimenda que dio Francisco a sus hermanos cuando entró a pedir limosna vestido como un peregrino mientras ellos almorzaban suntuosamente.

Al lado izquierdo del Refectorio se puede observar la llamada «cantina», 
un pequeño repostero empotrado en la roca.

Estando Francisco en Greccio dio una lección de pobreza a los hermanos 
en la celebración de la Pascua (2 Cel 61; LM 7,9; LP 74; EP 20).

Inscripción en fresco señalando la cantina del Santo

Hacia el año 1270 se remonta la construcción del pequeño claustro y de las otras dependencias, las cuales sufrieron reformas y ampliaciones con el correr del tiempo.

Restos del púlpito de San Bernardino de Siena 

Escaleras del primitivo convento

En el piso superior hay otro dormitorio, de la segunda mitad del siglo XIII, 
todo de madera, con celdas a ambos lados.

En este Convento San Buenaventura se hospedó en más de una ocasión 
en sus visitas como Superior General de la Orden

Belén napolitano colocado en la celda de San Buenaventura

Interior del dormitorio de San Buenaventura

El dormitorio mide apenas 7 metros de longitud por 1,40 - 2,00 metros de anchura

El dormitorio de san Buenaventura, llamado así porque corresponde a las ampliaciones hechas durante el generalato del santo doctor, consiste en un corredor con celdas de madera a ambos lados, en las cuales se hospedaron varios santos varones de la Orden, como el mismo san Buenaventura y san Bernardino de Siena

Detalle de una de las celdas de los Frailes

Coro de los hermanos del siglo XVII

Atril original del coro de hermanos con el candil para poder ver el cantoral

Acceso del coro al templo. “Si cor non orat in vanum lingua laborat”
 ( “si el corazón no ora, en vano trabaja la lengua”)

Nótese la simplicidad de las sillas y el original sistema de iluminación.

Salida del Coro hacia el dormitorio de San Buenaventura

Sillería del Coro

''Le canto con la boca a Dios con el corazón''


Vista del retablo

Bóveda de la iglesia 

Templo de San Francisco construida sobre el lugar de la Gruta

Altar de la iglesia de San Francisco

''Te adoramos Santísimo Señor Jesucristo,
aquí y en todas las iglesias que hay en todo el mundo
y te bendecimos, pues por tu santa cruz
redimiste al mundo'' (San Francisco de Asís)

Lámpara del Santísimo

Letrero que recuerda que estamos en la primera iglesia 
dedicada a San Francisco (1228)

Coro iglesia de San Francisco (Siglo XIII)

Cristo en madera del siglo XIV

Una representación de fray Juan de Parma.

Descendimiento, pintura sobre madera del siglo XV

Virgen con el Niño, pintada sobre madera en forma
de circunferencia por Biaggio D'Antonio

Una reproducción de la aparición del ángel a san Francisco

Primera iglesia dedicada a San Francisco después de su canonización en 1228, como dice Tomás de Celano: "ahora aquel lugar ha sido consagrado al Señor, se ha construido encima un altar en honor de San Francisco y se le ha dedicado una iglesia" (1Cel. 87).

Campana para llamar a los hermanos al templo

El oratorio de san Francisco (o Capilla nueva), a la izquierda del coro, está presidida por el cuadro que representa a san Francisco secándose los ojos con un pañuelo. Hay quienes afirman que es el retrato más antiguo del santo, mandado hacer por su amiga Jacoba de Settesoli. Por desgracia es una hipótesis difícil de comprobar. El cuadro está hecho sobre un lienzo pegado a la tabla, y esta técnica se comenzó a emplear después del siglo XV. Queda latente la hipótesis de que sea la copia fiel de otro cuadro más primitivo. De todas maneras, este cuadro tiene un particular atractivo, aun con su diseño erróneo, quizá por su mismo aire primitivista.

Relieve contemporáneo en cerámica representando a San Francisco 
en el momento de recibir los estigmas 

''Nos comprometemos a llevar cada mañana vuestras oraciones a la Gruta, 
encomendándolas a la intercesión de San Francisco''

Pintura del Siglo XVI

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