jueves, 31 de agosto de 2017

Novena a la Santina

(Iglesia de Asturias) Este miércoles, día 30 de agosto, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, inauguró el novenario en honor a Nuestra Señora de Covadonga, este año con el título “Muestra que eres Madre de todos nosotros”. Se trata de una novena muy especial, pues supondrá el comienzo de un Año Jubilar que el Papa Francisco ha concedido al Santuario, al conmemorarse el Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de Covadonga.

Dicha coronación fue concedida por Benedicto XV en 1917 y tenía lugar el 8 de septiembre de 1918. Al acto –que estuvo presidido por el cardenal Victoriano Guisasola, en presencia del obispo Francisco Gaztán y Urniza y otros prelados asturianos–, asistieron el rey Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia, el Príncipe de Asturias y el Gobierno municipal de la época. Al cumplirse los cien años de este gesto de cariño de la diócesis a su Patrona, el Santuario ha querido convocar un año de celebraciones que recuerden y renueven aquel momento.

Los actos del día 30 darán comienzo con la Santa Misa en la Basílica, a las 18 h., presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, en la que predicará sobre “María, Madre del Creador”. Posteriormente, acompañará a la imagen de la Santina en su recorrido procesional hasta la Santa Cueva.

El horario de la Novena será el siguiente:

30 de agosto: “María, Madre del Creador”, por Mons. Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo.
31 de agosto: “María, Madre de Cristo”, a cargo de d. Jorge Juan Fernández Sangrador, Vicario General de la diócesis
1 de septiembre: “María, Madre de la Iglesia”, por Andrés Fuentes Calero, Vicario Judicial de la diócesis.
2 de septiembre: “María, Madre de Misericordia”, a cargo de d. Antonio Vázquez Escobar, Vicario de Pastoral de la diócesis.
3 de septiembre: “María, Salud de los enfermos”, por d. Jesús Emilio Menéndez Menéndez, Vicario de Avilés-Occidente.
4 de septiembre: “María, Refugio de los pecadores”, a cargo de José Julio Velasco Bolaño, Vicario de Oviedo-Centro.
5 de septiembre: “María, Consuelo de los afligidos”, por d. Jaime Díaz Pieiga, Canciller del Arzobispado de Oviedo.
6 de septiembre: “María, Ideal de Santidad”, d. Sergio Martínez Mendaro, Rector del Seminario Metropolitano de Oviedo. 
7 de septiembre: “María, Virgen Fiel”, por el Abad de Covadonga, d. Adolfo Mariño Gutiérrez.

Este mismo día 7, a las 22:30 h., tendrá lugar, como es habitual, la Vigilia de jóvenes.

Horarios: Las jornadas comenzarán todos los días con una Eucaristía en la Basílica, a las 18 h., con el posterior rezo del Santo Rosario en procesión con la imagen de la Santina hasta la Cueva, en donde se canta la Salve y el himno a la Virgen de Covadonga.

El 8 de septiembre, festividad de Nuestra Señora de Covadonga, tendrá lugar una Eucaristía a las 12 h., presidida por el Cardenal Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Ricardo Blázquez, con la asistencia, además, de obispos de otras diócesis españolas.
Este año, la ofrenda a la Santina, signo de comunión entre Covadonga y los concejos y parroquias de toda Asturias, correrá a cargo del Concejo de Noreña.

Año Jubilar Mariano








Nueva pagina web del Santuario: 

http://www.realsitiodecovadonga.com/








Web para el Año 2018:

www.covadonga2018.org


Catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy quisiera regresar sobre un tema importante: la relación entre la esperanza y la memoria, con particular referencia a la memoria de la vocación. Y tomo como ícono la llamada de los primeros discípulos de Jesús. En sus memorias se quedó tan marcada esta experiencia, que alguno registró incluso la hora: «Era alrededor de las cuatro de la tarde» (Jn 1,39). El evangelista Juan narra el episodio como un nítido recuerdo de juventud, que se quedó intacto en su memoria de anciano: porque Juan escribió estas cosas cuando era anciano.

El encuentro había sucedió cerca del río Jordán, donde Juan Bautista bautizaba; y aquellos jóvenes galileos habían escogido al Bautista como guía espiritual. Un día llega Jesús, y se hizo bautizar en el río. Al día siguiente pasó de nuevo, y entonces el que bautizaba – es decir, Juan Bautista – dijo a dos de sus discípulos: «Este es el Cordero de Dios» (v. 36).

Y para estos dos fue la “centella”. Dejaron a su primer maestro y se pusieron en el seguimiento de Jesús. Por el camino, Él se gira hacia ellos y les plantea la pregunta decisiva: «¿Qué quieren?» (v. 38). Jesús aparece en los Evangelio como un experto del corazón humano. En ese momento había encontrado a dos jóvenes en búsqueda, sanamente inquietos. De hecho, ¿qué juventud es una juventud satisfecha, sin una pregunta de sentido? Los jóvenes que no buscan nada, no son jóvenes, son jubilados, han envejecido antes de tiempo. Es triste ver jóvenes jubilados. Y Jesús, a través de todo el Evangelio, en todos los encuentros que le suceden a lo largo del camino, se presenta como un “incendiario” de corazones. De ahí ésta pregunta que busca hacer emerger el deseo de vida y de felicidad que cada joven se lleva dentro: “¿Qué cosa buscas?”. Hoy quisiera preguntarles a los jóvenes que están aquí en la Plaza y a aquellos que nos escuchan a través de los medios de comunicación: “¿Tú, que eres joven, qué cosa buscas? ¿Qué cosa buscas en tu corazón?”.

La vocación de Juan y de Andrés comienza así: es el inicio de una amistad con Jesús tan fuerte que impone una comunión de vida y de pasiones con Él. Los dos discípulos comienzan a estar con Jesús y enseguida se transforman en misioneros, porque cuando termina el encuentro no regresan a casa tranquilos: tanto es así que sus respectivos hermanos – Simón y Santiago – son enseguida incluidos en el seguimiento. Fueron donde estaban ellos y les han dicho: “¡Hemos encontrado al Mesías, hemos encontrado a un gran profeta!”, dan la noticia. Son misioneros de ese encuentro. Fue un encuentro tan conmovedor, tan feliz que los discípulos recordaran por siempre ese día que iluminó y orientó su juventud.

¿Cómo se descubre la propia vocación en este mundo? Se puede descubrir de varios modos, pero esta página del Evangelio nos dice que el primer indicador es la alegría del encuentro con Jesús. Matrimonio, vida consagrada, sacerdocio: cada vocación verdadera inicia con un encuentro con Jesús que nos dona una alegría y una esperanza nueva; y nos conduce, incluso a través de pruebas y dificultades, a un encuentro siempre más pleno, crece, ese encuentro, más grande, ese encuentro con Él y a la plenitud de la alegría.

El Señor no quiere hombres y mujeres que caminan detrás de Él de mala gana, sin tener en el corazón el viento de la felicidad. Ustedes, que están aquí en la Plaza, les pregunto –cada uno responda a sí mismo– ustedes, ¿tienen en el corazón el viento de la felicidad? Cada uno se pregunte: ¿Yo tengo dentro de mí, en el corazón, el viento de la felicidad? Jesús quiere personas que han experimentado que estar con Él nos da una felicidad inmensa, que se puede renovar cada día de la vida. Un discípulo del Reino de Dios que no sea gozoso no evangeliza este mundo, es uno triste. Se convierte en predicador de Jesús no afinando las armas de la retórica: tú puedes hablar, hablar, hablar pero si no hay otra cosa. ¿Cómo se convierte en predicador de Jesús? Custodiando en los ojos el brillo de la verdadera felicidad. Vemos a tantos cristianos, incluso entre nosotros, que con los ojos te transmiten la alegría de la fe: con los ojos.

Por este motivo el cristiano –como la Virgen María– custodia la llama de su enamoramiento: enamorados de Jesús. Cierto, hay pruebas en la vida, existen momentos en los cuales se necesita ir adelante no obstante el frío y el viento contrario, no obstante tantas amarguras. Pero los cristianos conocen el camino que conduce a aquel sagrado fuego que los ha encendido una vez por siempre.

Y por favor, le pido: no escuchemos a personas desilusionadas e infelices; no escuchemos a quien recomienda cínicamente no cultivar la esperanza en la vida; no confiemos en quien apaga desde el inicio todo entusiasmo diciendo que ningún proyecto vale el sacrificio de toda una vida; no escuchemos a los “viejos” de corazón que sofocan la euforia juvenil. Vayamos donde los viejos que tienen los ojos brillantes de esperanza. Cultivemos en cambio, sanas utopías: Dios nos quiere capaces de soñar como Él y con Él, mientras caminamos bien atentos a la realidad. Soñar en un mundo diferente. Y si un sueño se apaga, volver a soñarlo de nuevo, recurriendo con esperanza a la memoria de los orígenes, a esas brazas que, tal vez después de una vida no tan buena, están escondidas bajo las cenizas del primer encuentro con Jesús.

Es esta pues, una dinámica fundamental de la vida cristiana: recordarse de Jesús. Pablo decía a su discípulo: “Recuérdate de Jesucristo” (2 Tim 2,8); este es el consejo del gran San Pablo: “Recuérdate de Jesucristo”. Recordarse de Jesús, del fuego de amor con el cual un día hemos concebido nuestra vida como un proyecto de bien, y a vivificar con esta llama nuestra esperanza. Gracias.

Santo del Día

San Ramón Nonato

(http://www.corazones.org) San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona.

Progresó tan rápidamente en virtud que, dos o tres años después de profesar, sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos". Enviado al norte de Africa con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos. Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos.

San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Conciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente. Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.

A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir. El Papa le llamó más tarde a Roma. San Ramón obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde. Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde le sorprendió una violenta fiebre que le llevó a la tumba. El santo tenía aproximadamente treinta y seis años cuando murió el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la capilla de San Nicolas de Portell.

El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Covadonga 2018


«Todas las fobias son negativas:la islamofobia o la cristianofobia»

Los cursos de La Granda reflexionan acerca del 500 aniversario de la reforma protestante, bajo la dirección de Martínez Camino

(El Comercio) Bajo el epígrafe genérico de ‘La reforma protestante 500 años después’, a lo largo del día de ayer, continuando en la fecha de hoy y siendo la clausura mañana, miércoles, los cursos de La Granda han congregado a un grupo de especialistas bajo la dirección de Juan Antonio Martínez Camino (Marcenado, Siero, 1954), que actualizan la histórica cuestión que produjo en el siglo XVI la escisión entre católicos y protestantes. El propio Martínez Camino, jesuita, obispo auxiliar de Madrid, quien fue secretario general de la Conferencia Episcopal Española de 2003 a 2013, ofrecerá mañana, a las 10.30 horas, una de las conferencias de estas jornadas, con el título de ‘Fracaso de la Reforma:cisma y «guerras de religión»’.

–¿Cuáles fueron las razones para que Lutero fijara el 31 de octubre de 1517 en la catedral de Wittenberg las 95 tesis que, finalmente, desembocarían en la reforma protestante?


–Tal vez se haya de decir previamente que las últimas investigaciones niegan que se fijaran las 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, sino que fueron difundidas mediante la imprenta. En cualquier caso, aquellas tesis contra el abuso de las indulgencias papales, como es evidente, tuvieron gran trascendencia, se divulgaron mucho y crearon otra Iglesia. Por cierto, ese mismo mes y año llegaba Carlos V a España, desembarcando en Tazones, por lo que hay doble motivo para celebrar estas jornadas en Asturias.

–¿Carlos V no fue defensor de Lutero?

–Estuvo en favor de que existieran acuerdos, presidió la Dieta de Worms, facilitó salvoconductos a los luteranos...;pero, lamentablemente, fracasó y se produjo la ruptura.

–El Papa Francisco, en un encuentro ecuménico a principios de este año, en Finlandia, explicaba que Lutero había querido renovar la Iglesia y no dividirla...

–Ese fue el propósito originario, que comparten algunos teólogos luteranos. Pero esa renovación solo se produjo en parte, mientras que se rompió la unidad de la Iglesia.

–500 años después, ¿se puede recuperar esa unidad?

–La unidad de los cristianos es un imperativo evangélico. El diálogo se mantiene ya desde principios del siglo XX, y lo que importa es que, más allá de las opiniones, nos entendamos a través de la Palabra de Dios y su Revelación en Jesucristo. No siempre ha sido fácil, por circunstancias políticas y geo-estratégicas. Hemos de acercarnos a la verdad evangélica humildemente.

–Hablar de la Reforma lleva aparejada la Contrarreforma...

–Lo que hubo fue una Reforma católica anterior y posterior a Lutero. En España el luteranismo no prendió porque el cardenal Cisneros había hecho una grandísima reforma. Y ahí están Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Francisco Javier... La Iglesia ha de estar constantemente reformándose, sin cerrar los ojos a la corrupción y al pecado. Pero una reforma que divide no consigue sus objetivos.

–Otra cita reciente del Papa Francisco alude a la distinción entre religión e idolatría, entendiendo que la segunda es la raíz del fanatismo y la violencia...

–Una distinción muy lúcida. La verdadera religión está en la revelación plena del poder infinito de Dios, que al ser asumido contiene la violencia por amor al otro. La idolatría es una confianza que no se deposita en la Cruz de Cristo. El objeto de confianza ha de ser Dios, que en su infinito poder y misericordia derrota la violencia. Es la salida del círculo infernal que pretende suprimir la violencia con violencia. Pero la idolatría no concierne solo a las religiones, la idolatría civil o secular ha sido causa de las mayores violencias de la Historia de la Humanidad, con diversos signos políticos.

Campos de concentración
–Al fondo, inevitablemente, la pregunta por el silencio de Dios ante el dolor de los inocentes...

–Es lo que se preguntaba en los campos de concentración nazis. ¿Dónde está Dios?Dios está con los que sufren. Así fue su muerte injusta en la Cruz. Esa es la fe verdadera que nos da esperanza, la de un Dios que puede sacar vida de la muerte como hizo que surgiera el todo de la nada.

–¿Cabe la razón en esas conclusiones?

–Solo con argumentos puramente racionales, no.

–¿Es difícil la relación de la Iglesia católica española y el Estado?

–Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Con respeto democrático. Pero la Iglesia tiene su propia lógica y aspira a su libertad, que es la de la salvación eterna de los hombres.

–¿El fundamentalismo islámico es pretexto para la islamofobia?

–Todas las fobias son negativas y engendran odio. Sea islamofobia o cristianofobia. Ni fobias ni tampoco ceguera. Lucidez ante la realidad.

martes, 29 de agosto de 2017

La Visitación de María y nuestras visitaciones. Por Rodrigo Huerta Migoya

La visita, una obra de caridad que nos enseñó Nuestra Señora

De mi bisabuela María aprendí una costumbre muy cristiana que la Virgen María nos enseñó: las visitas. Cuando yo era niño, recuerdo que mi bisabuela nos encargaba: si vais hacer la compra tomar este billete y me traéis una caja de pastas o dulces, ¿y eso?, preguntaba yo; es que tenemos que hacer una visita... Había que ir a ver a una cuñada que era viuda hacía un año, o a un vecino que se operó, o a una sobrina que tuvo una niña… Eran pequeñas obras de misericordia que ella llevaba muy al día y que no sólo se limitaban al enfermo, sino al que estaba sólo o a cualquiera que a su modo de ver estaba necesitado "una visita". Con los años, cuando ella ya no salía de casa y nos quedábamos solos, siempre me pedía que le marcara el número de alguien al que no podía visitar pero al que ella quería hacerle llegar su cercanía: gente de la familia o lejanos, daba igual, no era capricho sino casi una obligación que ella no podía omitir y le salía del alma.

Otra escena que llevaré siempre grabada fue un día de navidad; iba mi madre con una cazuela, mi padre, mi hermana y yo camino de casa de mi abuela para comer, cuando vimos a un extraño a la entrada de casa. Mi padre y yo nos poníamos en lo peor, pues no sabíamos de dónde había salido aquel extraño hombrecillo que vestía humildemente. Al instante salió mi abuelo y le mandó subir a casa, y cuando llegamos ya estaba mi bisabuela abrazándole y mandándole pasar a salón. Al parecer era un primo de mi abuelo que había quedado huérfano y que sufría un pequeño retraso mental, aunque apenas se le notaba pues conversaba con perfecta normalidad y tenía una memoria prodigiosa cuando hablaba de detalles de la familia. En la familia le habían perdido la pista y mi abuelo lo encontró un día por Gijón, cerca de la pensión en la que residía desde hacía poco. Mi bisabuela al tener noticia, comentó que había que traerlo un día a casa, pues además de bueno y de una vida desgraciada era de la familia. Así la nuestra, como aquella de ''Plácido'', de Berlanga, cumplimos con el dicho de ‘’siente un pobre en su mesa’’, aunque en el trascurro de la comida nos dimos cuenta de que los pobres éramos nosotros, pues él sin tener apenas nada, era el hombre más feliz del mundo con su mínima pensión y su pequeño cuarto en una fonda. Antes de marchar mi bisabuela volvió a darme otra lección cuando la ví casi a escondidas darle dinero (ella siempre hacía estas cosas lo "callando" de todos).

Esa caridad que sólo puede salir de corazones que laten desde el de Jesús, no era algo aislado; prácticamente todas las personas mayores de mi familia, los vecinos y parientes lo hacían. Es triste observar también como ahora en las familias ya no se da con tanta frecuencia aquellas costumbres que nuestros mayores nos legaron. Ahora cada cuál vive en su casa, en su mundo y con sus problemas, por lo que los problemas ya sobran de antemano.

Igualmente recuerdo a una tía bisabuela a la que siempre quise mucho y que se llamaba Ángeles, aunque todos la llamábamos ''tita geles'' y que vivía en Ceares. Aquella mujer nunca me expliqué cómo lo hacía, pero siempre aparecía en el momento preciso tratando de ayudar a todo el mundo. No había enfermo que ella no visitara con un pequeño regalo bajo el brazo; no había funeral y a veces hasta aniversario en el que no apareciese con un ramo de flores; no existía persona que ella conociese y estuviera pasando por un momento delicado ene el que ella no se hiciera presente... era todo bondad, alegría y positivismo. Se quedó viuda muy joven y tuvo que sacar a la familia adelante, incluso se hizo cargo de su suegra con tal amor y dedicación que la gente comentaba ya entonces ''parece más hija que nuera''. Era de esas personas que uno piensa que no podía tener ni enemigos, pues hasta el más lejano que se cruzara en su camino podía acabar recibiendo un turrón, un brazo de gitana o algún que otro dulce de los que ella tan preparaba magistralmente. No había kilómetros ni distancias para la misa que hubiera por alguien; aunque fuera un día corriente allí aparecía Tita Geles con su sonrisa para rezar por ese de la familia. No sólo ofrecía su hombro, sino que con ella estaba garantizada la oración. Estos gestos tan humildes y sencillos son una imitación de lo que María quiso hacer. La Virgen estaba en cinta y era un camino largo el tenía que recorrer para llegar a Casa de Isabel, sin embargo no le importó y fue presurosa allá dónde sabía que podía hacer el bien.

 Sobre este entrañable relato, el Papa Francisco nos regaló una idea en una audiencia durante su primer año de pontificado, donde dijo: « María es modelo de caridad, como vemos en la Visitación, pues ella no sólo ayuda a su prima, sino que le lleva a Cristo, la perfecta alegría que viene del Espíritu y se manifiesta en un amor oblativo. Es modelo también de unión con Cristo, sea en su tarea cotidiana, sea en el camino de la cruz, hasta unirse a Él en el martirio del corazón»

No perder de vista lo que celebramos

Celebrar la fiesta de Santa Isabel no es realmente festejar ni honrar a Santa Isabel, sino a Santa María por Isabel, la santa entre las santas. La Madre de Dios es la protagonista principal, aunque lógicamente la esposa de Zacarías juega también un papel muy relevante en esta escena. Parece algo lógico, pero hoy en día no podemos dar nada por supuesto, pues aunque las fiestas permanecen hay también mucha ignorancia religiosa que acaba elevando a "verdad" lo que no lo es.

No es lo mismo santa, virgen, que Santa Virgen; como tampoco es lo mismo cura, fraile o monje. Una santa es por ejemplo Santa Mónica, pero no es virgen ya que fue madre. Cuando hablamos de la Virgen nos referimos a María Santísima, la única que fue virgen antes, en y después del parto. Y luego nos encontramos santas a las que calificamos de vírgenes por su castidad ante el martirio o consagración religiosa, dos casos podrían ser por ejemplo Santa Lucía por un lado y Santa Teresa por 
otro. Por eso en nuestro tiempo es muy importante tener algo de cultura religiosa para poder opinar en estos temas.

¿Quién es entonces el personaje protagonista de esta Fiesta? Pues yo decía que María, pero va ser que ni tan siquiera, pues hay "un pequeño sujeto" que aunque no omitido sí aparece escondido en el vientre de su madre, y este es Cristo. Es el Señor que a través de su madre se encuentra con su primo el precursor, que salta de alegría en el seno de Santa Isabel. El Altísimo frente al profeta del Altísimo, como había cantado su Padre en el Benedictus.

La bendición de madres gestantes en la pastoral arciprestal

Durante el pasado curso los sacerdotes de Oviedo pusieron sobre la mesa la situación actual de la pastoral del bautismo de párvulos. Después de haber madurado el tema a fondo hicieron público un documento orientativo con el subtitulo ‘’Hacia un itinerario común en el arciprestazgo de Oviedo’’. En dicho texto nacido a la luz del vigente directorio de Catequesis de la Archidiócesis de Oviedo se habla de los momentos del acompañamiento de la Iglesia en una ocasión tan primordial como es el nacimiento para Cristo por el bautismo.

Curiosamente, en dicha reflexión pastoral se señala un momento previo a tener presente, como sería la bendición de las madres gestantes. Dice el texto lo siguiente: ‘’Si bien es cierto que habitualmente cuando se solicita el bautismo el niño ya ha nacido, esta bendición no deja de ser una oferta altamente significativa para toda la comunidad en cuanto partícipe de la alegría de la vida que es don de Dios’’.

‘’En el bendicional está previsto el rito de bendición de las madres antes del parto donde se encomienda una especial protección a la Virgen María’’.

‘’Ofertarlo en la información parroquial haciendo el llamamiento de forma regular y constante’’.

‘’Procurar que la celebración no sea privada. Es mejor en el marco de las celebraciones habituales de la parroquia que expresen la acogida, alegría y apoyo de toda la comunidad’’.

En nuestra parroquia desde hace ya siete años venimos celebrando precisamente esto: la bendición de las madres gestantes, en el marco de la fiesta grande en la que pedimos a Nuestra Señora de la Visitación y a Santa Isabel que intercedan por las futuras madres, ayudándolas especialmente en el momento de dar a luz y en la educación cristiana de sus hijos.

Aclaración de prensa

En la crónica publicada ayer en el periódico La Nueva España sobre la celebración que tuvo lugar el domingo en nuestra parroquia, el informante de la noticia sufre un "lapsus" seguramente involuntario, al afirmar que: ''Hasta 2010, la única imagen que salía en la procesión era la de Santa Isabel, pero desde entonces la acompaña la de la Virgen María''.

No es así, sino justo al revés. La única imagen que procesionaba al principio era la de la Virgen Maria -La Visitación- (que se pone en camino y va a visitar a su prima Isabel) y la que se adquirió en el citado año fue la de Santa Isabel, precisamente para deshacer en entuerto y dejar claro que la que siempre había salido (Santa Isabel no existía como imagen en la Parroquia) era la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de La Visitación.

lunes, 28 de agosto de 2017

Adiós a un cura y maestro vital. Por Juan Pablo Somiedo

Hay sucesos y nombres que permanecen en nuestra memoria sin importar la edad que tengamos como si hubiesen logrado superar la única batalla que nunca se gana, que es la batalla contra el tiempo.

Aún recuerdo nítidamente como conocí a D. Antonio (el don ni se quita ni se pone, se deja donde está). Yo era todavía un niño, de apenas 18 años que apenas comenzaba a aventurarme en esa compleja aventura que llamamos vida. Había escuchado de algún modo la voz de Dios o quién sabe si Dios la mía y había dado el paso para ingresar en el Seminario.

Uno de los requisitos formales que había que entregar, entonces como ahora, era la partida de bautismo. Y allí me fui yo a la Parroquia de San Juan de Ávila a por el certificado. Al entrar en la sacristía vi a D. Antonio situado al fondo, en su escritorio. Me preguntó si quería algo. Y al responder el motivo de mi visita y que iba a ingresar en el Seminario, los ojos parecieron iluminársele. Al mismo tiempo, creo que supo leer en mi mirada el miedo a lo desconocido y a un ámbito que yo desconocía completamente, pues no había tradición de curas, frailes o monjas en mi familia que me pudiese servir de guía. Debo decir que, desde ese primer instante, me sentí no solo acogido y protegido, sino también querido.

Ahí comenzó una relación que se prolongaría durante años, primero durante los estudios de filosofía, después en teología y finalmente ya como cura. D. Antonio fue verdaderamente mi maestro de vida.

Pero con el paso del tiempo, no fui yo solo, sino que D. Antonio fue el sostén de casi podemos decir que una generación entera de curas. Siempre ayudaba a los seminaristas y con ello nos dio un ejemplo y una lección de amor a la Iglesia difícilmente superable. Era desprendido, apenas guardaba nada para sí, todo era para su Iglesia o para sus seminaristas. Siempre defendía a sus compañeros curas, aunque alguna vez tuviera que pagar el precio con el vicario de turno.

Así era él. No le importaba acompañarnos al médico cuando estábamos enfermos o caminar con nosotros a las dos de la mañana por la playa cuando nos atenazaban las dudas o los problemas. Tenía la facultad de entender justamente lo que las personas necesitaban en cada momento, un don que muy pocos curas tienen y que yo, por supuesto, nunca he tenido.

Recuerdo que era cura en unas parroquias rurales de la cuenca minera asturiana el fatídico día que sonó el teléfono avisándome de su terrible accidente. Desde aquel instante ya nada fue igual ni para Antonio ni para mí. Ahora, años después, despido a mi manera al que fue mi maestro vital. Él y yo discrepábamos en muchos puntos de vista eclesiales, pero él siempre respetó mi opinión y yo la suya.

La última vez que fui a visitarlo apenas me conocía salvo por algunos momentos breves de lucidez, como si Dios quisiera hacer resurgir el pábilo vacilante. Fui acompañado, apenas dije nada, tan solo estreché su mano. Eso y una mirada sincera bastó para que el maestro entendiera todo lo que le quería decir el discípulo. Y quizás fuera la mejor forma porque dudo que el nudo de la garganta me dejara hacerlo correctamente. No quise llorar allí pero sí lo hice fuera.

Sea como fuere, D. Antonio ya encontró las manos de Dios, unas manos grandes y fuertes, pero que aprietan con amor, ternura y misericordia, como a él le gustaba decir en sus homilías. A buen seguro ya se ha encontrado también con San Juan de Ávila, a quien supo construirle una parroquia con su nombre y sobre cuyas reliquias tantas eucaristías celebró, incluyendo mi primera misa y la de otros muchos curas. Descansa en paz amigo, descansa en paz maestro.

Evangelio de la Visitación

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de Maria, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Palabra del Señor.

domingo, 27 de agosto de 2017

Necrológica Diocesana

Falleció en la mañana de hoy el Rvdo. Sr. D. Antonio Rodriguez Villasonte y Cancio.

Natural de Pesoz dónde nació el 8 de noviembre de 1937

Cursó sus estudios entre Covadonga y Oviedo donde los concluyó siendo ordenado en 1968 por manos de Monseñor Vicente Enrique y Tarancón.

Sus destinos fueron:

Ecónomo de San Juan de Santianes y sus filiales de San Juan de Prado y San Miguel de Campiello, así como Encargado de Santo Emiliano de Taja, Santa María Magdalena de Urria y San Pedro de Villamayor, en Teverga (1968 - 1969)

Capellán del Hospital Municipal de Llanes y Encargado de San Roque del Acebal (1969-1970)

Ecónomo de San Andrés de Valdebarzana (Villaviciosa) y Encargado de Nuestra Señora del Rosario de Celada, con su filial de San Bartolomé de Pandenes (1970-1971)

Coadjutor de Santo Tomás de Cantorbery - Avilés (1971 - 1975)

Regente de San Cipriano de Pillarno y su filial de San José de Pedregosas (1975-1994)

Párroco de San Juan de Ávila - Avilés (1994 - 2007)

Fue el impulsor del nuevo y actual templo de San Juan de Ávila en el barrio del Quirinal, consagrado tras muchos esfuerzos en el año 2005 por Monseñor Carlos Osoro Sierra.

La noche del domingo 13 de agosto de 2006 fue atropellado en la Calle Gonzalez Abarca de Avilés cuando regresaba de visitar a su hermana. Consecuencia del accidente quedó impedido en todos los sentidos, sin poder regresar ya a su querida Parroquia.

Jubilado desde Enero de 2007, su familia dispuso ingresarle en el Asilo Santa Teresa de Jesús Jornet, que las Hermanitas de los Ancianos Desamparados regentan en la villa avilesina. Allí se ha venido configurando con la cruz del Señor a lo largo de esta última década.

Descanse en Paz


LA VIDA DE LOS QUE EN TI CREEMOS, SEÑOR,
NO TERMINA, SE TRANSFORMA.

(PREF. DE DIFUNTOS)

sábado, 26 de agosto de 2017

Avisos

Parroquia de San Félix Mártir


1. Dadas las peticiones de muchos fieles que nos han hecho llegar su deseo de participar en las Charlas sobre la historia de nuestra parroquia en el último siglo  hemos aceptado posponerlas para el inicio del curso pastoral para facilitar tanto a los que se encuentran fuera como a los que en estos días de fiesta no se podrían sumar.

2. Estaba previsto que el Sr. Arzobispo de Oviedo presidiera las celebraciones del día grande de las fiestas de la Visitación de María a su Prima Santa Isabel, sin embargo, por un contratiempo en su agenda no le será posible. Pero nos envía su saludo a la vez que nos asegura que el próximo año hará lo posible para estar con nosotros en esta festividad. En su lugar presidirá y predicará la Eucaristía el Rvdo. Sr. D. Luis Marino Fernández Solís (sacerdote diocesano de Oviedo).

3. Informamos también que este martes se cerrará la inscripción para participar en la Peregrinación a la Novena de Nuestra Señora de Covadonga.

Lugones a 26 de Agosto de 2017


Evangelio Domingo XXI del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-20):


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Palabra del Señor

Preguntas de vida. Por Fray José Antonio Segovia O.P.

Las preguntas y su repercusión en la vida y en la fe. El Evangelio de hoy nos sitúa ante la fe cristiana, “dejándonos interpelar” por Jesucristo, y recibiendo la “revelación de Dios”, como fuente de bienaventuranza. En la Biblia Dios pregunta a las personas; las personas preguntan a Dios; y el hombre se pregunta: ¿Quién soy yo? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Quién es Cristo para mí? 
Las preguntas son más necesarias aún que las respuestas. Las preguntas nos mueven, nos despiertan, pero sobre todo nos comprometen, porque crean una relación personal. Por eso, las preguntas de Dios y a Dios, nos ayudan a entrar en conversación con El y a dar a la escucha de su Palabra el valor de sentido para la vida. Como seres humanos, como creyentes, como pobres y buscadores, necesitamos preguntarnos y dejarnos preguntar, porque lo que ignoramos es siempre más que lo que sabemos.

 La formulación de preguntas es el mejor camino para el encuentro con la verdad... La pregunta del otro sobre mí, y mi relación con él, es necesaria para la madurez humana y espiritual. Así ocurre con la pregunta de Jesús hoy: “¿Quien dice la gente que es el Hijo del Hombre? Y vosotros ¿quien decís que soy yo?, centra hoy nuestra oración y nuestra reflexión, encontrando en la relación que supone esa pregunta, infinidad de respuestas a toda nuestra vida.

Predicador de la Fiesta de la Visitación 2017

El domingo día 27 celebraremos en la Parroquia la Festividad de la Visitación de María a su Prima Santa Isabel. Dicha celebración contará con la predicación del Rvdo. Sr. D. Luis Marino Fernández Solís, Párrroco de la UPAP Villamayor - Sevares (Piloña).

Datos sobre el Padre Predicador

Nació en Pravia el 20 de mayo de 1984 aunque ya de muy niño se trasladó con su padres a la Villa de Avilés.

Tras concluir los estudios elementales en el Colegio San Fernando de Avilés ingresó en el Seminario Metropolitano de Oviedo dónde obtuvo la licenciatura de Estudios Eclesiásticos.

Recibió la ordenación sacerdotal de manos de Monseñor Díaz Merchán el 10 de junio de 1984

Sus destinos han sido:

Miembro del equipo sacerdotal de las Parroquias de Santa María de Cerredo, Santiago de Degaña, San Luis de Tablado, San Pedro de Taladrid, Santa Eulalia de Larón, Santa María de Sisterna y San Jorge de Tormaleo (1984-1985)

Párroco de San Pedro de Villayón, Santa María de Oneta y San Bartolomé de Parlero (1985 -1997)

Administrador Parroquia de San Salvador de Rionegro - Valdés (1989-1990)

Párroco de Santiago de Arbón (1991-1997)

Administrador Parroquial de Santiago de Ponticiella (1992-1993)

Párroco de San Pedro de Villamayor, Santa María de la O de Miyares con San Lázaro de Vallobal, San Martín de Borines, San Antonio de Pesquerín y San Román de Villa con la Asunción de Villa (Desde 1997 a la actualidad)

Párroco de San Pedro de Sevares, San Vicente de Cereceda, San Pablo de Sorribas y Santa María de los Montes (Desde 2008 a la actualidad)


viernes, 25 de agosto de 2017

‘’FUE A PRISA A LA MONTAÑA’’. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

          Otro año más celebramos la fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. El Evangelista San Lucas es quien nos narra este acontecimiento familiar: la conversación entre las dos primas, las cuales se encontraban en “estado de buenaesperanza” (motivo por el que Santa Isabel es también patrona de las madres gestantes). Por eso nuestra fiesta no es sólo un acontecimiento “familiar”, sino que es también un canto de vida, y un canto a la vida.

 El Evangelio señala que “María fue a prisa a la montaña”. En la Biblia, como en muchas otras tradiciones religiosas, la montaña no es sólo un simple lugar geográfico. La montaña es un lugar simbólico y teológico. La montaña es una “metáfora”; una forma de hablar del lugar sagrado donde Dios se manifiesta, donde se encuentra con sus elegidos, con su pueblo, con la humanidad… Las cumbres de las montañas en la Biblia han sido símbolos de grandes encuentros de Dios con el hombre, y lugares donde se han dado hechos que han marcado el curso de la historia. La revelación bíblica ensalza a quienes levantan su mirada para invocar la piedad del Dios creador del cielo y de la tierra: “Levanto mis ojos los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?... El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 120, 1-2)

A continuación, encontramos el famoso diálogo entre Isabel y María. Isabel sabe el secreto que porta María en su seno. Un secreto que sólo había sido desvelado por el ángel en la Anunciación a María. Isabel es también, desde ahora, conocedora y partícipe de este secreto. Desvelado ya y reconocido el mismo, Isabel proclama un himno: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el Fruto de tu vientre”. María es bendecida por Dios para ser la cuna de Dios en la tierra.

Ante tal misión, de los labios de María brotan las bellísimas palabras del “Magnificat”: Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava y desde ahora todas las generaciones me llamarán “dichosa”.

Tres fueron pues los beneficios que María llevó consigo: 

1. En primer lugar, llenó de gloria aquella casa: ¿De dónde a mí tanto bien -exclama Isabel- que venga la madre de mi Señor a visitarme?... Si la visita de un personaje de la tierra honra sobremanera a quien le hospeda, ¿qué no habría que decir Isabel del honor recibido de Aquella que acoge al Hijo Unigénito del Padre hecho hombre? 

2. Inmediatamente, también “el Bautista” (primo de Jesús y como él aún no nacido) se estremeció y exultó de gozo en el seno de su madre y quedó santificado por la presencia de Jesucristo. Fue el bautismo del Bautista.

3. Por último Isabel, iluminada por el Espíritu de Dios, prorrumpió en una aclamación profética: en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre… y súbitamente, inspirada de nuevo por el Espíritu exclama: ¡bienaventurada Tú, María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!

Miremos entonces este momento de la vida de María aplicándolo a una visión propia: ¿Qué nos dice María a nosotros hoy? También si nos lo proponemos todos podemos “dar a luz” a Jesucristo en nuestro mundo predicando con el ejemplo de un corazón convertido y abierto a Él. Lo más importante es orar, meditar y “rumiar” la Palabra de Dios en nuestro corazón y tratar de llevarla a la práctica. Después, los éxitos o los fracasos, serán, una vez más, cosa nuestra…
                                                                                                                     

  Joaquín, -Párroco-

“LA IGLESIA NECESITA SACERDOTES VALIENTES, NO ADULADORES DE QUIENES LOS ODIAN”: Por Alfonso Ussía

Al señor Arzobispo no le ha gustado lo que ha dicho su cura. El señor Arzobispo está instalado, quizá por obligación, en el cómodo edificio de lo políticamente correcto, y su sacerdote está en su verdad. Conozco al cura desde muchos años atrás. Fue el relevo de otro cura, don José Luis Martín-Descalzo en ABC. Un sacerdote poeta, gran escritor, diabético y con elevado sentido del humor. Don Santiago Martín trabajó y escribió durante 14 años en ABC. De ahí pasó a hacerlo en LA RAZÓN, y retornó a sus orígenes. Tiene tres carreras universitarias. Es sacerdote de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Madrid. Un hombre de Dios, pausado, inteligente, medido y brillante con la palabra y con la pluma. Si don Santiago Martín se ha atrevido a decir en un púlpito lo que tantos cristianos piensan, hay que buscar la causa en otras esferas. Quizá don Santiago ha dicho en su sitio lo que el señor Arzobispo no se ha atrevido a decir en el suyo. Quizá don Santiago ha dicho con claridad meridiana y valentía razonada en su sitio, lo que algún político cobarde se ha callado en el suyo. Quizá don Santiago Martín se ha visto arrastrado por la verdad de su verdad y herido por las muertes y el dolor de las víctimas de un atentado, ha hablado en su sitio con el resplandor sincero de la Iglesia perseguida y se ha dejado de sandeces y valdanismos porteños. El señor Arzobispo de Madrid tendría que agradecer públicamente a su sacerdote su compromiso con la verdad de su verdad.

Don Santiago Martín, el cura, no ha dicho nada atentatorio ni falso. Que los culpables son los asesinos, los terroristas. Pero que una parte de culpa la tiene Ada Colau por haber desoído la recomendación del Ministerio del Interior de instalar bolardos preventivos allí donde se reúnen más ciudadanos para pasear. Y que también la alcaldesa de Madrid ha despreciado la recomendación porque los bolardos «coartan la libertad». Y el cura, ha coincidido parcialmente con la aseveración de las dos alcaldesas comunistas. En efecto, coartan la libertad, pero no la libertad de los pacíficos, sino la libertad de los asesinos. Y al final de su homilía, ha formulado una pregunta. ¿Qué hubiera pasado si el Gobierno municipal de Barcelona fuera de un partido de derechas?

Voy a responder a don Santiago, el buen cura. Se habría montado la marimorena. Se habría exigido la inmediata dimisión del Gobierno municipal. Se habrían convocado manifestaciones y escraches ante el Ayuntamiento de Barcelona y el domicilio particular de la Alcaldesa. Y las palabras vaticanas del Santo Padre se hubiesen leído en un tono más áspero y endurecido. Porque el comunismo –y eso no lo ha dicho el cura pero lo escribo yo–, la ideología más asesina y brutal de la historia de la humanidad, siempre gozará de la bula y la comprensión de todos los cobardes. El comunismo está más del lado de los terroristas que dispuesto al amparo de las víctimas. Prueba de ello, la vergonzosa actitud «observadora» de los diferentes guateques comunistas en el Pacto Antiyihadista. El comunismo aprueba y financia la construcción de mezquitas, y aplaude la destrucción de imágenes sagradas católicas en nuestras iglesias. El comunismo no considera relevante que uno de los tiranos que lo financian haya dado un golpe de Estado en Venezuela y asesinado a ciento cincuenta venezolanos, cincuenta de ellos, estudiantes. El comunismo tolera la tortura y la indefensión de los presos políticos. El comunismo recibe grandes cantidades de dinero de regímenes que cuelgan a los homosexuales de lo alto de las grúas, lapidan a las mujeres y permiten que niñas de ocho años sean vendidas como ganado a un viejo sádico que desea la posesión de su cuerpo. Todo ello lo aprueba el comunismo «porque hay que respetar las culturas ajenas». Pero no la nuestra. Y los bolardos coartan la libertad. Sí, pero de los asesinos. A mí un bolardo me importa un bledo. Paso entre bolardo y bolardo, y aquí paz y después, gloria.

Don Santiago Martín ha hablado porque su conciencia cristiana se lo ha exigido. Con tranquilidad y cordura. Sin odio. Pero también sin miedo. Conoce el idioma y maneja a la perfección ideas y palabras. Les aseguro que don Santiago Martín es un buen sacerdote y una gran persona. El señor Arzobispo no puede enfadarse con don Santiago. No lo hizo con Rita Maestre cuando gritó «¡Arderéis como en el 36!», a la que disculpó con pronta misericordia. Y no me parece correcto que acuda a un programa de televisión a desautorizar a su cura.

La Iglesia, perseguida hoy en día en España, necesita sacerdotes valientes, no políticamente correctos ni aduladores de quienes los odian. Juan Pablo II venció con su firmeza al comunismo que torturó a su país. No se calló ni se cayó. Lo de ahora, por desgracia, es diferente. Pero este cura no merece advertencia ni sanción alguna. Todo lo contrario.
Gracias, querido cura.

jueves, 24 de agosto de 2017

Entrevista al Canónigo Penitenciario de Covadonga


Papa Francisco: «La muerte y el odio no tienen la última palabra»

En unos días especialmente trágicos y convulsos, el Santo Padre no se ha privado de hablar de esperanza. En la audiencia general de este miércoles ha continuado con su ciclo de catequesis sobre esta virtud cristiana, una esperanza que «nos quiere edificar».

Pero primero, el Papa Francisco ha recordado las tristezas que sacuden a muchos lugares del mundo, entre ellos y de nuevo, Barcelona: «He saludado a algunas personas de Barcelona: ¡Cuántas noticias tristes de allí! He saludado a muchos del Congo, ¡y cuántas noticias tristes de allí!, por citar sólo algunas». Ha enumerado otras de estas «noticias tristes» que nos trae la crónica de nuestros días, como «el rostro de horror de los niños en las guerras, el llanto de las madres, los sueños rotos de muchos jóvenes, los refugiados que afrontan terribles viajes y son tantas veces explotados...».

Sin embargo, y quizá precisamente para responder a esta lista de llagas en la Humanidad, el Papa ha ofrecido una profunda y consoladora catequesis en la que ha explicado que no podemos quedarnos en que la Creación de Dios sea solo este relato sombrío. Si bien ha reconocido que «hay un Padre que llora con nosotros, un Padre que conoce nuestros sufrimientos», ese mismo Padre tiene preparado «un futuro distinto» en el que se cifra la «gran visión de la esperanza cristiana». Porque ser cristiano «implica una nueva perspectiva: Una mirada llena de esperanza»: «Creemos y sabemos que la muerte y el odio no son las últimas palabras pronunciadas sobre la parábola de la existencia humana».

Con esta frase, el Santo Padre no solo ha querido animar a los fieles, descorazonados por las distintas situaciones de dolor de nuestro tiempo, sino también dar una explicación de fe al sentido del sufrimiento. De ahí que haya invitado a todos a no pensar que «la vida del hombre no tiene sentido», sino que «lo mejor está por venir» porque «en el horizonte del hombre hay un sol que ilumina siempre». El Papa ha recordado a los fieles que esta es la esencia del cristiano y lo ha hecho con una comparación muy gráfica: El cristiano es una persona de primavera, «que ve los brotes de un mundo nuevo», más que una persona de otoño, «que ve las hojas amarillentas de las ramas».

Por último, el Papa Francisco ha invitado a tener confianza en Cristo, porque «el futuro no nos pertenece» pero es «Él quien nos espera al final, nos acompaña ahora y nos consuela en el camino»; y, sobre todo, porque «el Reino de Dios está creciendo como un gran campo, incluso en medio de la cizaña». Por eso el Papa ha apelado a hacer crecer la esperanza y ha recordado que en la Jerusalén Celeste, «será hermoso descubrir en ese instante que nada ha sido en vano, ninguna sonrisa ni tampoco ninguna lágrima».

En el turno de los saludos en italiano, el Pontífice no ha pasado por alto otro sufrimiento, el de los afectados por el terremoto del lunes en la isla italiana de Ischia. Fallecieron dos personas y hay numerosos destrozos, especialmente en el norte de la isla.

Lugones conquista su fiesta

Los vecinos celebran haber sustituido al fin el Carmín por el 28 de agosto, ante el mayor arraigo que tiene Santa Isabel para la parroquia | Este año la localidad celebrará, el próximo lunes, su propio día festivo local

(el comercio) El 18 de julio de 2016 pasó a la historia en Lugones como el último Carmín que fue fiesta local en la parroquia más poblada de Siero. La localidad se ganó el derecho a celebrar como fiesta local el bollu de Santa Isabel (28 de agosto). La vieja demanda vecinal fue impulsada por la Sociedad de Festejos de Santa Isabel que, a través de una campaña de firmas durante la semana de las fiestas, recabó más de 2.500 rúbricas solicitando el cambio en el registro municipal. El 9 de mayo del pasado año la Consejería de Empleo, Insdustria y Turismo aprobaba el cambio de festivos.

Óscar García Rilo, presidente de la Sociedad de Festejos de Santa Isabel, explica que «este año tenemos el festivo local coincidiendo con las celebraciones y es algo muy importante. Hace dos años realizamos la recogida de firmas y era un clamor; hay que reconocer que Siero es un concejo muy grande y, a decir verdad, festividades como el Carmín o los Güevos Pintos nunca las hemos sentido muy nuestras en Lugones».

El párroco de Lugones, Joaquín Manuel Serrano, subraya que «era una cosa que se llevaba tiempo buscando, si bien hay diversidad de opiniones; yo, de entrada, no veo mal Santa Isabel como festividad local de Lugones, aunque, como párroco, he de admitir que tengo devoción por San Félix». En esta línea, el sacerdote explica que «en Lugones el recuerdo celebrativo tenía bastante poco que ver con los Güevos Pintos y el Carmín. De hecho, aquí la gente muchas veces andaba desorientada cuando llegaban dichas fechas, porque veían los comercios cerrados». «Si es cierto que se necesitaba una fiesta local», concluye.
Escasa identificación

Christian Álvarez, presidente de la Asociación Lugones se Mueve, recalca que «este festivo era necesario y consecuente; en Lugones no nos sentimos arraigados al concejo de Siero, e incluso los visitantes desconocen que Lugones pertenece a Siero, por lo que carecía de sentido que el lunes del Carmín fuese festivo, ya que muchos comerciantes no sabían que hacer con sus negocios; unos abrían y no se respiraba ese ambiente de fiesta, otros cerraban sorprendiendo a los visitantes».

Insiste en el hecho de que «nadie en Lugones celebra El Carmín o los Güevos Pintos» y añade que «esto tendría que aplicarse a todo el concejo, también Valdesoto, El Berrón, Carbayín... tienen sus fiestas y deberían celebrarlo de verdad». Sergio García, portavoz de Ciudadanos en Siero y Vecino de Lugones apunta que «los vecinos querían un día de festividad propia, ya que las que se estaban realizando hasta la fecha solo se circunscribían a la Pola, sin que aquí tuviera ninguna o casi ninguna repercusión y pasaban como otros días normales», añade. Elena Sobrevela, vecina de la localidad, cree que estamos ante «una buena medida». Parecida es la opinión de Marino Beronda, en vista de que «Santa Isabel es la fiesta que tenemos». José Manuel García, lugonense «de pación» desde hace 48 años, cree que también «el Carbayu» podría asentarse como festivo local. Senén Álvarez cree que es positivo celebrar «algo propio», si bien la fuerza de la costumbre de asumir las fiestas de Pola de Siero le hizo olvidar que el próximo lunes es festivo en Lugones.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Tierra conquistada. Por Juan Manuel de Prada

Tras la masacre perpetrada en la Rambla, todos los botarates con mando en plaza han afirmado muy solemnes que Cataluña seguirá siendo “tierra de acogida”. Pero, ¿a qué acogida se refieren? Cataluña fue, en efecto –como nos recuerda Cervantes–, “albergue de extranjeros”; pero eso ocurría cuando Cataluña cultivaba las virtudes teologales. Hoy Cataluña (con signos más acelerados de pudrición que el resto de España, incluso) se ha quedado sin virtudes teologales y es un páramo donde campa por sus fueros el separatismo, que ha fomentado la inmigración islámica, para poner coto a la procedente de Hispanoamérica (que trae en los labios el maldito idioma español). Resulta, en verdad, llamativo que Cataluña concentre el mayor volumen de población mahometana de todas las regiones españolas; resulta inquietante que una de cada tres mezquitas radicadas en territorio catalán prediquen la doctrina salafista; resulta, en fin, sobrecogedor que en Cataluña se sigan abriendo nuevas mezquitas, pese a las protestas vecinales sistemáticamente silenciadas por los medios de adoctrinamiento de masas.

Convendría saber si esta avalancha ha sido favorecida por los separatistas catalanes. Convendría saber si, en su afán por alcanzar sus aberrantes propósitos políticos, los separatistas han promovido la inmigración de musulmanes, que aprenden más fácilmente catalán y en segunda generación votan entusiásticamente en favor de propuestas independentistas (pues aceleran la extinción de España y la resurrección de Al Andalus). Convendría saber, en fin, el grado de responsabilidad que esta patulea ha tenido en la islamización de Cataluña. Tal vez sea muy difícil establecerlo con completa seguridad; pero de lo que no cabe ninguna duda es de que siempre han mirado con agrado todo lo que ahoga la españolidad en tierras catalanas.

Hace apenas un par de meses, un podemita converso al islam y colaborador de Ada Colau proclamaba con orgullo azufroso desde su vomitorio de Twitter que “la práctica religiosa musulmana en Cataluña es superior a la católica”. Y, en los próximos años, esta tendencia no hará sino agudizarse, pues la población musulmana seguirá creciendo (en volandas de unas elevadas tasas de natalidad y de la lenidad de unos gobernantes que dejan chiquito al conde don Julián). Ni siquiera serán necesarias masacres como la que el otro día se perpetraba en la Rambla de Barcelona. La modernidad se presentó, con su supermercado ideológico, como un sucedáneo religioso que podría sustituir fácilmente un sistema de civilización completo como el que proporcionó el cristianismo. Pero una civilización no se puede sostener sobre un pensamiento antiteológico, sobre paparruchescas invocaciones a la libertad e inanes minutines de silencio. El pensamiento antiteológico no crea una civilización, sino que actúa corrosivamente sobre la civilización preexistente, creando un vacío religioso que inevitablemente es ocupado por otra religión. Y entre todas las formas de pensamiento antiteológico ocupa un lugar preponderante el nacionalismo, que aúna en mezcla aberrante elementos propios del liberalismo y el colectivismo. El nacionalismo ha sido el sucedáneo idolátrico que ha reducido a escombros las auténticas tradiciones catalanas, vendiendo a sus adeptos un sueño de endiosamiento nacional. Pero sobre los escombros de la civilización derruida no se alzara la torre del endiosamiento humano, sino una teología satánica que se impondrá sin dificultad sobre una tierra sin fe, esperanza ni caridad. Sin virtudes teologales no se puede ser “tierra de acogida”, ni albergue de extranjeros. Sólo se puede ser tierra conquistada.

Artículo publicado en ABC el 19 de agosto de 2017.

El cardenal Ricardo Blázquez presidirá la misa solemne del 8 de septiembre, en Covadonga

(lne) El cardenal y arzobispo de Valladolid Ricardo Blázquez Pérez, además de presidente de la Conferencia Episcopal Española, presidirá la misa solemne de la festividad de Nuestra Señora de Covadonga y Día de Asturias, el próximo 8 de septiembre, a las 12:00 horas, en la basílica del santuario mariano de Covadonga. Esa misma jornada, la ofrenda a la Santina estará a cargo del concejo de Noreña.

El novenario en Covadonga, dentro del hilo conductor del Año Jubilar Mariano 2017-2018, arrancará el 30 de agosto, a las 18:00 horas, con la Eucaristía, bajo el titulo "María, Madre del Creador", que presidirá el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, a la que seguirá la tradicional procesión hasta la santa cueva. Al dia siguiente, segundo de la novena, el encargado será el cangués Jorge Juan Fernández Sangrador, Vicario General.

Del Oficio del Día

SEGUNDA LECTURA

De los Escritos de santa Rosa de Lima, virgen
(Al médico Castillo: edición L. Getino, La patrona de América, Madrid 1928, pp. 54-55)

CONOZCAMOS EL AMOR DE CRISTO, QUE EXCEDE TODO CONOCIMIENTO

El Salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:

«¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación. Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engañe: ésta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!»

Oídas estas palabras, me sobrevino un ímpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen:

«Oíd, pueblo; oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma.»

Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad, se había de ir por el mundo, dando voces:

«¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro inestimable de la gracia. Esta es la mercancía y logro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conociera las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres.»

RESPONSORIO 1Co 1, 27. 28-29; Sal 137, 6

R. Lo necio del mundo lo ha escogido Dios para confundir a los sabios; ha escogido lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; * de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
V. El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio.
R. De modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.

ORACIÓN.
Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a consagrarse solo a ti, en la austeridad y en la penitencia, concédenos, por su intercesión, que sepamos seguir, en este mundo, el camino que conduce a la verdadera vida, para que lleguemos a gozar del torrente de tus delicias allá en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

lunes, 21 de agosto de 2017

Santo del día


San Pío X, Pontífice.

(ewtn) José Sarto, después Pío X, nació en Riese, poblado cerca de Venecia, Italia en 1835 en el seno de una familia humilde siendo el segundo de diez hijos.

Todavía siendo niño perdió a su padre por lo que pensó dejar de estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manutención de la familia, sin embargo ésta se lo impidió y pudo continuar sus estudios en el seminario gracias a una beca que le consiguió un sacerdote amigo de la familia.

Una vez ordenado fue vicepárroco, párroco, canónigo, obispo de Mantua y Cardenal de Venecia, puestos donde duró en cada uno de ellos nueve años. Bromeando platicaba que solamente le faltaban nueve años de Papa.

Muchas son las anécdotas de este santo que reflejan tanto su santidad como su lucha por superar sus defectos, entre ellas destacan tres:

Siendo Cardenal de Venecia se encontró con un anciano al que la policía le había quitado el burro que tenía para trabajar; al enterarse el Cardenal se ofreció a pagar la multa que le cobraban y a acompañarlo a recoger el burro porque exigían al anciano que lo respaldara una persona de confianza. Ante la negativa del anciano para que lo acompañara el Cardenal afirmó que si una obra buena no costaba no merecía gran recompensa

Cuando era un sacerdote joven, José Sarto, estando con su hermana se quejó de dolor de muelas lo que provocó que ella lo criticara y lo tachara de quejoso y flojo respondiéndole con una bofetada. Sintiéndose avergonzado se disculpó por ser tan violento, defecto que fue corrigiendo. Asimismo, una vez de visita en el Colegio de San Juan Bosco fue invitado a almorzar en la pobreza de ese colegio, donde al salir buscó un mejor lugar para comer, aunque después se volvió más y más sacrificado.

En 1903 al morir León XIII fue convocado a Roma para elegir al nuevo Pontífice. En Roma no era candidato para algunos por no hablar francés y él mismo se consideraba indigno de tal nombramiento.

Durante la elección los Cardenales se inclinaron en principio y por mayoría por el Cardenal Rampolla, sin embargo el Cardenal de Checoslovaquia anunció que el Emperador de Austria no aceptaba al Cardenal Rampolla como Papa y tenía el derecho de veto en la elección papal, por lo que el Cardenal Rampolla retiró su nombre del nombramiento. Reanudada la votación los Cardenales se inclinaron por el Cardenal Sarto quien suplicó que no lo eligieran hasta que una noche una comisión de Cardenales lo visitó para hacerle ver que no aceptar el nombramiento era no aceptar la voluntad de Dios. Aceptó pues convencido de que si Dios da un cargo, da las gracias necesarias para llevarlo a cabo.

Escogió el nombre de Pío inspirado en que los Papas que eligieron ese nombre habían sufrido por defender la religión.

Tres eran sus más grandes características: La pobreza: fue un Papa pobre que nunca fue servido más que por dos de sus hermanas para las que tuvo que solicitar una pensión para que no se quedaran en la miseria a la hora de la muerte de Pío X; la humildad: Pío X siempre se sintió indigno del cargo de Papa e incluso no permitía lujos excesivos en sus recámaras y sus hermanas que lo atendían no gozaban de privilegio alguno en el Vaticano; la bondad: Nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadosos con quien necesitara de él.

Una vez que fue elegido Papa decretó que ningún gobernante podía vetar a Cardenal alguno para Sumo Pontífice.

Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejías en boga en esa época: Modernismo, la cual la combatió en un documento llamado Pascendi estableciendo que los dogmas son inmutables y la Iglesia si tiene autoridad para dar normas de moral; la otra herejía que combatió fue la del Jansenismo que propagaba que la Primera Comunión se debía retrasar lo más posible; en contraposición Pío X decretó la autorización para que losn iños pudieran recibir la comunión desde el momento en que entendía quien está en la Santa Hostia Consagrada. Este decreto le valió ser llamado el Papa de la Eucaristía.

Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de ordenar y actualizar el Derecho Canónico. Promovió el estudio del Catecismo.

Murió el 21 de agosto de 1914 después de once años de pontificado.

Desde la Sagrada Familia - Barcelona


domingo, 20 de agosto de 2017

Evangelio del Domingo XX del Tiempo Ordinario


Lectura del santo evangelio según san Mateo (15,21-28):

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada.
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.»
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»
En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra del Señor

sábado, 19 de agosto de 2017

Una mujer cananea se puso a gritar. Por Raniero Cantalamessa

Si Jesús hubiera escuchado a la mujer cananea a la primera petición, sólo habría conseguido la liberación de la hija. Habría pasado la vida con menos problemas. Pero todo hubiera acabado en eso y al final madre e hija morirían sin dejar huella de sí. Sin embargo, de este modo su fe creció, se purificó, hasta arrancar de Jesús ese grito final de entusiasmo: "Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas". Desde aquel instante, constata el Evangelio, su hija quedó curada. Pero, ¿qué le sucedió durante su encuentro con Jesús? Un milagro mucho más grande que el de la curación de la hija. Aquella mujer se convirtió en una "creyente", una de las primeras creyentes procedentes del paganismo. Una pionera de la fe cristiana. Nuestra predecesora. 

¡Cuánto nos enseña esta sencilla historia evangélica! Una de las causas más profundas de sufrimiento para un creyente son las oraciones no escuchadas. Hemos rezado por algo durante semanas, meses y quizá años. Pero nada. Dios parecía sordo. La mujer cananea se presenta siempre como maestra de perseverancia y oración.

Quien observara el comportamiento y las palabras que Jesús dirigió a aquella pobre mujer que sufría, podía pensar que se trataba de insensibilidad y dureza de corazón. ¿Cómo se puede tratar así a una madre afligida? Pero ahora sabemos lo que había en el corazón de Jesús y que le hacía actuar así. Sufría al presentar sus rechazos, trepidaba ante el riesgo de que ella se cansara y desistiera. Sabía que la cuerda, si se estira demasiado, puede romperse. De hecho, para Dios también existe la incógnita de la libertad humana, que hace nacer en él la esperanza. Jesús esperó, por eso, al final, manifiesta tanta alegría. Es como si hubiera vencido junto a la otra persona.

Dios, por tanto, escucha incluso cuando... no escucha. En él, la falta de escucha es ya una manera de atender. Retrasando su escucha, Dios hace que nuestro deseo crezca, que el objeto de nuestra oración se eleve; que de lo material pasemos a lo espiritual, de lo temporal a lo eterno, de los pequeño a lo grande. De este modo, puede darnos mucho más de lo que le habíamos pedido en un primer momento.

Con frecuencia, cuando nos ponemos en oración, nos parecemos a ese campesino del que habla un antiguo autor espiritual. Ha recibido la noticia de que será recibido en persona por el rey. Es la oportunidad de su vida: podrá presentarle con sus mismas palabras su petición, pedirle lo que quiere, seguro de que le será concedido. Llega el día, y el buen hombre, emocionadísimo, llega ante la presencia del rey y, ¿qué le pide? ¡Un quintal de estiércol para sus campos! Era lo máximo en que había logrado pensar. A veces nosotros nos comportamos con Dios de la misma manera. Lo que le pedimos comparado a lo que podríamos pedirle no es más que un quintal de estiércol, nimiedades que sirven de muy poco, es más, que a veces incluso pueden volverse contra nosotros.

San Agustín era un gran admirador de la cananea. Aquella mujer le recordaba a su madre, Mónica. También ella había seguido al Señor durante años, pidiéndole la conversión de su hijo. No se había desalentado por ningún rechazo. Había seguido al hijo hasta Italia, hasta Milán, hasta que vio que regresaba al Señor. En uno de sus discursos, recuerda las palabras de Cristo: "Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; tocad y se os abrirá", y termina diciendo: "Así hizo la cananea: pidió, buscó, tocó a la puerta y recibió". Hagamos nosotros también lo mismo y también se nos abrirá.