(Iglesia de Asturias) Dirigida por Pablo Moreno, autor de películas como Fátima, Petra de San José o Luz de Soledad, “La Sirvienta” narra la historia de Vicenta María López Vicuña, fundadora de las religiosas de María Inmaculada. Una película protagonizada por Cristina González del Valle, con nombres tan conocidos como Assumpta Serna o Elena Furiase.
Se estrenará hoy viernes en Asturias, en Gijón se proyectará un único pase a las siete de la tarde en los Cines Yelmo Ocimax, y en Oviedo, en el salón parroquial de San Juan El Real, esta tarde, el sábado y el domingo, siempre a las seis de la tarde.
“Vamos a ver una película en la que se reflejan de fondo realmente las motivaciones profundas que llevaron a Vicenta María a seguir la labor social que ya habían comenzado sus tíos, pero que ella y otras compañeras llevaron adelante, mediante la institución que se fue creando poquito a poquito, hasta el día de hoy, donde gracias a Dios estamos en muchas partes del mundo”, afirma la religiosa de María Inmaculada en Oviedo, Alicia Fernández.
En Asturias se encuentran en Gijón, donde dirigen un centro de ESO y Formación Profesional, y también en Oviedo, con una residencia de estudiantes y un centro social. Allí llegaron hace ya más de cien años, por lo que son bien conocidas en la ciudad. Por su casa, en la calle San Vicente, junto a la Cocina Económica, pasan al año alrededor de 2.500 personas en busca de ayuda, principalmente trabajo, y en su mayor parte, mujeres llegadas de otros países.
Si el origen de la congregación se centró en el acompañamiento y cuidado de las mujeres que llegaban del campo a la ciudad para servir, el tiempo y el devenir de los cambios sociales han transformado estos cuidados en la atención a las personas inmigrantes, que llegan a nuestras ciudades para buscar trabajo, huyendo de la pobreza. “No es un cambio de fondo –sugiere la hermana Alicia–, sino que son cambios que se van dando en la sociedad. Hoy las jóvenes que Vicenta María acogía con ese amor y ese estilo tan suyo, no llegan de los pueblos, sino de Latinoamérica, África o Asia”.
“Antiguamente llegaban muy jovencitas –explica la hermana Alicia–, no sabían leer ni escribir, eran pobres y la única salida que tenían era servir en la ciudad. Es curioso porque Vicenta María deja escrito que “no se coloque a ninguna chica sin que sepa leer, escribir o hacer cuentas”, cuando a veces iban a casas donde la señora tampoco sabía leer ni escribir, pero es que el tiempo era el que era. Hoy no vienen con tanta pobreza de no saber leer o escribir, pero lo cierto es que tienen unas circunstancias donde intentamos también darles una formación en nuestros centros: cocina, plancha, ayuda a la dependencia… A todo eso le damos mucha importancia porque llegan a un lugar muy diferente de sus países de origen, y en la medida en que vengan preparadas, se van a encontrar mejor”.
La película narra la historia real de una mujer valiente y decidida, cuya confianza en Dios consiguió que la congregación de María Inmaculada se encuentre hoy diseminada por el mundo, ayudando a la mujer necesitada.
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