(Iglesia de Asturias) La Unidad Pastoral de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias de la mano de sus sacerdotes Juan José Blanco, Sebastián Castelli y Miguel Vilariño han logrado que más de treinta jóvenes se animen a acudir el próximo mes de agosto a la Jornada Mundial de la Juventud. Miguel Vilariño nos ha contado cómo ha sido posible.
¿Cómo fue todo el proceso para poder reunir a este grupo de chicos?
Cangas, Ibias y Degaña son muchos pueblos aunque es verdad que pertenecen a la población rural de esa España vaciada que se llama en la que en los pueblos tristemente cada vez hay menos jóvenes. Casi todos los participantes son de grupos de confirmación o bien chicos que ya se han confirmado y que ahora están estudiando en la universidad, pero que habitualmente suelen venir a Cangas. Les reunimos a todos y les explicamos lo que se iba a hacer: lo que era una JMJ, les dimos un poco de testimonio, les enseñamos algunos vídeos que hay por redes sociales… Hicimos una especie de preinscripción y allí se apuntó todo el mundo porque todos querían ir y te decían por su cuenta que sí, pero ninguno hablaba con sus padres a ver si podía. Con los universitarios que viven fuera de Cangas nunca perdimos el contacto y aprovechamos los grupos de whatsapp que había hechos para informarles y luego reunirnos con ellos.
¿Y se animaron?
En la preinscripción había unos cincuenta, pero sabíamos que ese era un número que iba a bajar. Decidimos entonces hacer una reunión de padres para ver cuántos podrían ir en realidad y a día de hoy estamos inscritos 33. Es un grupín, con chicos entre los 15 y 23 años, que irá a Lisboa con los demás jóvenes de la diócesis a rezar, a encontrarse con el Papa y a disfrutar de la experiencia que es una jornada mundial de la juventud que cada una se vive de una forma diferente en la vida. Yo les animaba en ese sentido a que es un modo especial de conocer a gente, de vivir la fe y de saber que hay más jóvenes en Asturias, en España y en el mundo que creen; es una manera de encontrarse con Dios y con la fe.
¿Crees que les ayudará en su vida de fe?
Pienso que que sí que siempre va a suponer un plus. La fe la hay que cuidarla día a día porque si no se apaga y es trabajo de los catequistas y los sacerdotes que acompañamos a estos chavales que esto no les suceda. Sabiendo que esos jóvenes en unos años se irán de Cangas del Narcea, porque hay que ser realistas, por lo menos debemos intentar que continúen con su vida de fe en otra parroquia. Nosotros tenemos una labor en una etapa de su vida y ojalá que dónde vayan se integren en esa parroquia, en algún grupo o movimiento. Hay que animar a eso, ayudar a aquellos que tienen inquietud, porque si no se van y la fe se apaga. Es importante también mostrar a los demás cómo vivimos nosotros la fe e intentar acercarla a otros con el ejemplo que es nuestra vida.
También acudiste como participante a alguna JMJ, ¿qué significó para ti esa experiencia?
Estuve en Madrid en 2011 y como seminarista en Cracovia. Me impresionaron las dos, pero quizás la que más me marcó fue la de Madrid no sé si por la juventud o por el proceso de fe que estaba viviendo. En ellas ves que hay más jóvenes en la Iglesia, que no somos los únicos, conoces más gente, ves los problemas de fe que tienen, las dudas, compartes; y en ese camino vas creciendo.
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