Este año está resultando en Covadonga especialmente luminoso con todas las actividades en curso. El corazón de la Diócesis asturiana es ese bello rincón en donde una querida Madre nos acoge y se desvela por todos nosotros sus hijos, seamos quienes seamos, y estemos donde estemos. Es la hermosa experiencia de quien viviendo en el Principado o habiendo tenido que salir de nuestra tierrina, se allega a la Santina con una visita física o volando con el corazón desde su lugar.
Son muchas las actividades que estamos llevando a cabo con motivo de este triple centenario que celebramos en Covadonga: el primer centenario de la coronación canónica de la Virgen, el primer centenario del Parque Nacional de Covadonga/Picos de Europa, y el décimo tercer centenario del comienzo de nuestra historia tras la victoria de Don Pelayo. Nosotros, como comunidad cristiana diocesana, hemos organizado muchas actividades de carácter religioso como vamos dando cuenta y los medios de comunicación nos relatan. También hay un compromiso social importante, a través de una iniciativa con Cáritas diocesana para un centro de acogida para toxicómanos. Pero tenemos varios compromisos de carácter misionero y cultural también. Quisiera destacar el que tendrá lugar los días 16-17 de junio, acogiendo allí las primeras Conversaciones de Covadonga.
Hay una remembranza con otras iniciativas remotas, como las Conversaciones Católicas de Gredos. Intelectuales católicos de primer orden se daban cita en aquellos años de la década de 1950 para alumbrar los retos que el mundo planteaba como verdadero desafío a los cristianos. Las cuestiones eran diversas: sociales, religiosas, políticas, económicas, culturales y un largo etc. Y los nombres eran de verdadero lujo: Alfonso Querejazu, Julián Marías, Rof Carballo, Laín Entralgo, López Aranguren, Luis Felipe Vivanco, Ruíz Jiménez, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, Ramón Ceñal y Baldomero Jiménez Duque, entre otros.
Encuentros de gente inquieta, con honda conciencia cristiana y un compromiso cultural, social y político, más allá de los avatares coyunturales de ese periodo en la vida española. Un auténtico laboratorio de ideas audaces, de sueños sin quimeras, de juicios ponderados que fue tejiendo la trama de amistad y pensamiento que tuvo su fecunda repercusión en aquellos momentos. Un escenario de libertad y compromiso desde la urdimbre hispana y cristiana con los variados factores que cada cual podía aportar.
Desde que soy obispo, siempre quise poner en marcha un foro que tuviera esa referencia intelectual y cultural que, a la luz de la tradición cristiana y nuestros valores y virtudes, pudiésemos “conversar” de una manera abierta dentro de esta sociedad plural y democrática en la que hemos de tener nuestro espacio también los cristianos.
En estas primeras Conversaciones de Covadonga, queremos abordar el hecho en sí de ese lugar y todos sus significados: el encuadre natural de una montaña con su belleza propia y desbordante y cómo representa una hermosa estampa de la creación querida por Dios y cantada por sus santos; pero también lo que tiene de historia con toda su hondura a través del pueblo que en ese lugar nace y de los reyes cristianos que lo acompañan, sin olvidar cómo Covadonga y su advocación mariana es el corazón creyente de una Iglesia diocesana que ha permeado toda Asturias, yendo más allá de nuestra región y de nuestra nación allende los mares; finalmente, hay una proyección en Europa, como bien subrayó el Papa San Juan Pablo II en su primer viaje a España cuando fue peregrino a los pies de la Santina. Esto nos proponemos en esta primera edición. Será un regalo el comienzo y su continuación.
+Fray Jesús Sanz Montes O. F. M.
Arzobispo de Oviedo
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