«Cuando nos retiramos del ruido del mundo, en silencio, ganamos una nueva perspectiva sobre el ruido del mundo», afirmó el purpurado «Retirarse en silencio es llegar a conocernos a nosotros mismos, a conocer nuestra dignidad». Para el cardenal, el silencio es una condición necesaria para permitirle a Dios obrar plenamente en la vida de los fieles: «Si nos damos a las cosas efímeras e insignificantes, nos vamos a entender a nosotros mismos como efímeros e insignificantes; si nos damos las cosas bellas y eternas, nos entenderemos a nosotros mismos como bellos y eternos».
La reflexión del cardnal sobre el silencio y la vida cristiana fue antecedida por el rezo de las Vísperas, presididas por el cardenal Thomas Collins, Arzobispo de Toronto, quién lideró la oración junto a un par de seminaristas que se ordenarán como sacerdotes en mayo. La conferencia del Prefecto había sido preparada para una audiencia de estudiantes universitarios, por lo cual hizo varias referencias a la necesidad de darle un lugar apropiado a la tecnología de forma que no sea un obstáculo para la vida espiritual. «Los desafío a todos ustedes: piensen diferente sobre lo que significa relajarse y descansar. Busquemos el silencio porque en el silencio llegamos a conocer a Dios y a conocernos a nosotros mismos», exhortó el purpurado.
La conferencia tuvo lugar en la Catedral de St. Michael debido a que las entradas gratuitas del evento inicial, a desarrollarse en la iglesia de San Basilio en el campus de la Universidad del St. Michael, se agotaron rápidamente y se demostró que el templo no tendría la capacidad necesaria para suplir la demanda. Las reflexiones del purpurado giran en torno a los contenidos de su último libro «El poder del Silencio: Contra la dictadura del ruido».
Con información del Catholic Herald
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