(Rel.) El pedigrí socialista de Francisco Vázquez es bastante impresionante: fue alcalde de La Coruña durante casi 23 años, secretario general del socialismo gallego 4 años, diputado por La Coruña 4 años y senador 6 años. Y después, embajador de España ante la Santa Sede.
Entrevistado en el digital El Español, critica la ley de eutanasia que impulsa toda la izquierda española con apoyo de Ciudadanos y nacionalistas.
"Hace años ni se planteaba esta cuestión [la eutanasia]. Es un reflejo del abandono de los valores y principios socialdemócratas, que son reformistas, por parte del PSOE. Desde Zapatero, pero más vehementemente desde hace dos o tres años, el Partido Socialista ha abandonado la socialdemocracia asumiendo posiciones radicales", denuncia.
"Obedece a un intento del Gobierno de provocar la división en la sociedad y desviar la atención de otra serie de problemas", arguye.
"Siempre se debe proteger el derecho a la vida"
"¿Cómo argumenta una persona de izquierdas su oposición a la eutanasia?", le preguntan.
"Siempre se debe amparar y proteger el derecho a la vida, sobre todo cuando se tiene una concepción social del Estado. La eutanasia produce una paradoja absurda: que a quienes como juramento hipocrático tienen como obligación proteger la vida [los médicos] se les encomienda acabar con ella", responde Vázquez.
No sólo los cristianos deben oponerse a esta práctica, sino cualquiera que defienda el derecho a vivir, argumenta.
"Yo soy católico, pero me remito a lo que decía el expresidente uruguayo Tabaré Vázquez. Él era socialista y agnóstico; vetó la ley del aborto por cuanto consideró que no se podía legislar contra el derecho a vivir, y argumentó que los avances científicos, clínicos y médicos demuestran que hay vida desde el primer momento de la concepción, y que esa vida tiene ya un entramado genético que marca la personalidad", recuerda.
Matar al enfermo es más barato que cuidarlo
Señala los "problemas jurídicos que han existido en países que han aplicado esta ley como Holanda y Bélgica".
"Pueden producirse situaciones en las que provocar la muerte responda a motivos económicos por parte del Estado. El sostenimiento y mantenimiento de enfermos terminales es costoso, y esto se puede dar", advierte.
(El Gobierno de Canadá incluso ha hecho el cálculo de lo que se ahorran matando enfermos terminales).
"Ante una situación en la que un enfermo quiere la muerte para evitarse el sufrimiento, se ha de desarrollar una red intensa de cuidados paliativos que impliquen la lucha contra el dolor". Esto ayudaría, según argumenta, a "permitir una vida digna": "Además de asistencia y mantenimiento al enfermo".
Los cuidados paliativos, la oposición al encarnizamiento terapéutico y a tratamientos extraordinarios desproporcionados, la sedación adecuada en los últimos momentos... todo eso son recursos éticos que se pueden aplicar, que acepta la ética y la moral cristiana, sin necesidad de recurrir a la eutanasia, que es matar enfermos.
El PSOE impone a las mayorías criterios radicales de minorías
Vázquez considera a los actuales líderes españoles del PSOE "radicales en el sentido del Partido Radical Italiano. Tratan de imponer criterios minoritarios a las mayorías. El programa fundamental en España ideológicamente es que se intenta no el reconocimiento y tolerancia a las minorías, sino la imposición a las mayorías de los criterios y principios de estas minorías. Y la obligación de acatarlo y hacerlo propio por medio de leyes incluso sancionadoras o de adoctrinamiento en la educación. Eso es radicalismo".
No solo es contrario a la eutanasia, sino a la forma y motivos que impulsan esta ley. "Yo soy contrario a la oportunidad de sacar en estos momentos la Ley de eutanasia, soy contrario a los procedimientos que se han seguido para el debate, la aprobación y promulgación de la ley", sentencia Vázquez.
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