El colectivo califica de ''rácana'' la aportación municipal, a la que piensa renunciar para volver a poner en marcha colectas y recogida de alimentos
(A. Illescas/ Lne) Cáritas Lugones afirma estar al límite. Cada vez hay más familias inmigrantes que acuden a solicitar ayuda al colectivo y los recursos municipales, aportados por el Ayuntamiento a través de un convenio, no llegan. Es más, los responsables de la entidad no solo califican de ''rácana'' la aportación del concejo, sino que afirman que hay una ruptura total con el equipo de gobierno por los últimos acontecimientos en su relación.
De hecho, Cáritas Lugones asevera que, llegados a este punto, renuncia a la subvención nominativa municipal, al entender que se coarta su independencia y ''racanean la ayuda'', disminuyéndola en 1000 euros. Inciden que la situación del colectivo es ''límite en lo económico'', ya que el número de personas necesitadas en la localidad se ha incrementado, especialmente debido a la inmigración ilegal.
''Atendemos a muchas personas y familias sin papeles que no reciben acogida por parte de servicios sociales al estar en situación irregular'', explica Joaquín Serrano, párroco de la localidad.
La pandemia ha agudizado la necesidad -atienden de manera continuada a unas setenta familias, cuarenta inmigrantes- y, sin embargo, ven como ''se reducen las ayudas para estos fines cuando deberían incrementarse''. Esta circunstancia, mezclada con la sensación de ser ''una sucursal de los servicios sociales, perdiendo nuestra independencia'', ha llevado a la sección parroquial a renunciar al convenio con el Ayuntamiento.
La relación con el Consistorio comenzó hace una década. Entonces les propusieron un acuerdo que ''nos permita preservar nuestra independencia y criterio, dialogando anualmente con el gobierno local''. Sin embargo, según cuenta Serrano, el dialogo entre las partes fue desapareciendo ''y en los últimos años se limitaba a acudir a firmar y sacar la foto''.
Mientras, sin embargo, dicen haber ido perdiendo independencia, hasta el punto de estar dando cobertura a parte importante de los que se quedan fuera del radar de los servicios sociales. ''Casi atendemos a más gente que ellos y nuestros recursos salen todos de las colectas de la Parroquia'', añaden desde el colectivo.
Ahora, cuando les quedan sólo ''ochocientos euros en la cuenta'', se ven muy ajustados y cada vez con más gente acudiendo a pedir ayuda. ''Esta yendo en aumento, especialmente en el caso de personas magrebíes, de religión musulmana, que vienen incluso con familia y no tienen nada'', explican.
Comida y techo
A Cáritas Lugones llegan pidiendo ''comida y un sitio donde dormir''. Su integración social, como explica el párroco, ''no es nada fácil''. Abunda en que, no suelen explicar ''nada de cómo han llegado ni en que situación se encuentran''. Algo que no sucedía tanto con la inmigración desde Latinoamérica. ''Antes la tendencia era que vinieran colombianos o ecuatorianos, que solían encontrar trabajo y se adaptaban bien. Ahora, de esta parte del mundo suelen llegar más cubanos y venezolanos'', añade.
Las personas que ahora llegan a solicitar apoyo al colectivo, dice el párroco, ''no tienen opciones a conseguir trabajo ni nada, al no tener documentación en regla''. Que la sección de Cáritas en Lugones pueda seguir atendiendo al gran número de familias que lo urgen en la actualidad, dependerá de la ayuda de los particulares. Este fin de semana, de hecho, llevarán a cabo la colecta de navidad. ''Viendo como está la cosa, se volverá al modelo más primitivo , recogiendo incluso alimentos, para poder dar respuesta a lo prioritario'', concluye Serrano, molesto por el desenlace de la relación entre el gobierno municipal y la Cáritas de la parroquia.
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