El Cabildo maneja «menos de un millón de euros», del que tienen que salir nueve nóminas entre otros «gastos muy grandes»
(El Comercio/ D. LUMBRERAS)
La situación presupuestaria «ajustada» impedirá realizar grandes intervenciones este año en la Catedral, que se centrará en labores de «mantenimiento» ordinario. Así lo asegura el deán del templo, Benito Gallego.
El líder del Cabildo explica que las numerosas inversiones del año pasado en restauraciones han dejado los ahorros exhaustos. En 2017 se afrontaron las reparaciones del Arca Santa y la Puerta de la Limosna, así como la limpieza del retablo mayor. Total, en números redondos: 126.000 euros de gasto.
Este año, además, ha habido también gastos de relieve. En enero, concluyó la reparación de la vidriera de la Capilla de Santa Bárbara dañada por la borrasca 'Bruno' del pasado diciembre, que el Ayuntamiento, en su orden de arreglo inmediato, cifraba en 30.500 euros de coste. También ese mes se terminaron de habilitar dos huecos en la Capilla de Covadonga para futuros sepulcros de arzobispos de Oviedo, por aproximadamente otros 20.000 euros.
«Estamos recuperándonos», resume Gallego. Ahora se dedican a los arreglos pequeños, como la sustitución de cuatro bancos muy deteriorados, el suelo de la capilla de Santa Eulalia o el nuevo palio estrenado en Corpus.
El Cabildo maneja un presupuesto de «menos de un millón de euros» del que tienen que salir «nueve nóminas ordinariamente, que han subido», así como la luz y la calefacción, que son «gastos muy grandes». La única vía de financiación son las limosnas de los fieles y las entradas de los visitantes. El año pasado fueron unos 100.000, pero el deán advierte que no todos abonan la entrada entera (ocho euros) y esa cifra habría que multiplicarla solamente por tres.
«El Obispado procuramos que no dé nada, que se lo proporcione a las parroquias, que lo necesitan», señala el deán, y con la llegada del nuevo equipo de gobierno renunciaron a los 20.000 euros de subvención municipal anual. Y cierra la puerta a volver a pedirla. «No vale la pena que estén pensando que nos lucramos», zanja.
Esperando a Madrid
Así las cosas, las grandes obras pendientes, el cambio del suelo del campanario de la torre gótica (60.000 euros, por lo complicado del acceso) y los retablos de la girola (unos 100.000 en total), así como los más de 357.000 que se calculaba que costaría reparar las 24 vidrieras góticas de la nave sur se quedan en el cajón.
Por otro lado, el Cabildo aguarda la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado, donde se prevé una inversión de 395.000 euros en dos años para restaurar la Capilla de Los Vigiles. Así lo comprometió el ya exsecretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, en su visita a Oviedo en abril.
Al deán las autoridades le han «dado a entender» que las obras empezarán en noviembre y se prolongarán hasta marzo de 2019. Será el año que viene cuando el Cabildo, de su bolsillo, añada un baptisterio, del que carece un templo, al margen de la iniciativa pública: «Lo tendría que asumir la Catedral».
La Capilla de Los Vigiles es una singular obra del siglo XVII, en la que cabe resaltar el retablo de la Anunciación -que el deán asegura que «está desprendido»-, la estatua orante del obispo que le da nombre por ser su promotor -Juan Vigil de Quiñones-, los relieves y la sillería de labra escultórica. La cubierta se cambió en 1997 para solucionar las filtraciones y el Principado encargó en 2008 un primer proyecto de restauración, a la espera de ejecutarse.
La situación presupuestaria «ajustada» impedirá realizar grandes intervenciones este año en la Catedral, que se centrará en labores de «mantenimiento» ordinario. Así lo asegura el deán del templo, Benito Gallego.
El líder del Cabildo explica que las numerosas inversiones del año pasado en restauraciones han dejado los ahorros exhaustos. En 2017 se afrontaron las reparaciones del Arca Santa y la Puerta de la Limosna, así como la limpieza del retablo mayor. Total, en números redondos: 126.000 euros de gasto.
Este año, además, ha habido también gastos de relieve. En enero, concluyó la reparación de la vidriera de la Capilla de Santa Bárbara dañada por la borrasca 'Bruno' del pasado diciembre, que el Ayuntamiento, en su orden de arreglo inmediato, cifraba en 30.500 euros de coste. También ese mes se terminaron de habilitar dos huecos en la Capilla de Covadonga para futuros sepulcros de arzobispos de Oviedo, por aproximadamente otros 20.000 euros.
«Estamos recuperándonos», resume Gallego. Ahora se dedican a los arreglos pequeños, como la sustitución de cuatro bancos muy deteriorados, el suelo de la capilla de Santa Eulalia o el nuevo palio estrenado en Corpus.
El Cabildo maneja un presupuesto de «menos de un millón de euros» del que tienen que salir «nueve nóminas ordinariamente, que han subido», así como la luz y la calefacción, que son «gastos muy grandes». La única vía de financiación son las limosnas de los fieles y las entradas de los visitantes. El año pasado fueron unos 100.000, pero el deán advierte que no todos abonan la entrada entera (ocho euros) y esa cifra habría que multiplicarla solamente por tres.
«El Obispado procuramos que no dé nada, que se lo proporcione a las parroquias, que lo necesitan», señala el deán, y con la llegada del nuevo equipo de gobierno renunciaron a los 20.000 euros de subvención municipal anual. Y cierra la puerta a volver a pedirla. «No vale la pena que estén pensando que nos lucramos», zanja.
Esperando a Madrid
Así las cosas, las grandes obras pendientes, el cambio del suelo del campanario de la torre gótica (60.000 euros, por lo complicado del acceso) y los retablos de la girola (unos 100.000 en total), así como los más de 357.000 que se calculaba que costaría reparar las 24 vidrieras góticas de la nave sur se quedan en el cajón.
Por otro lado, el Cabildo aguarda la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado, donde se prevé una inversión de 395.000 euros en dos años para restaurar la Capilla de Los Vigiles. Así lo comprometió el ya exsecretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, en su visita a Oviedo en abril.
Al deán las autoridades le han «dado a entender» que las obras empezarán en noviembre y se prolongarán hasta marzo de 2019. Será el año que viene cuando el Cabildo, de su bolsillo, añada un baptisterio, del que carece un templo, al margen de la iniciativa pública: «Lo tendría que asumir la Catedral».
La Capilla de Los Vigiles es una singular obra del siglo XVII, en la que cabe resaltar el retablo de la Anunciación -que el deán asegura que «está desprendido»-, la estatua orante del obispo que le da nombre por ser su promotor -Juan Vigil de Quiñones-, los relieves y la sillería de labra escultórica. La cubierta se cambió en 1997 para solucionar las filtraciones y el Principado encargó en 2008 un primer proyecto de restauración, a la espera de ejecutarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario