Sí; absolutamente sí. Y no tuvimos antes un disgusto serio "de milagro". La sobrecarga de tensión en una instalación que era de postguerra, "remendada" según necesidades presentadas en el tiempo, hizo que se produjera un cortocircuito en el propio cuadro de luces el cual se incendió parcialmente, y cuyo conato incendio pudo haberse extendido a la propia y obsoleta instalación con consecuencias fatales.
Saltaban los automáticos con frecuencia cuando había sobrecarga en la red (sobre todo en invierno, cuando las aulas del cate, la propia iglesia, sacristía y despachos, están a pleno rendimiento). Necesitábamos más potencia pero ésta no se nos concedía por HC porque la instalación no lo soportaba.
Íbamos "tirando" porque cambiar la instalación era muy caro y llevaba aparejado cambiar también la iluminación (que eran de bombillas y focos antiguos de alto consumo). Tras "el susto" no nos quedó otra y nos tiramos -una vez más- "a la piscina". La totalidad de la obra ha supuesto más de 25.000€ sufragados íntegramente con la colaboración de todos y recursos de la propia Parroquia. Con ello hemos garantizado de nuevo la seguridad y mejorado la iluminación, ahorrando a la vez casi un 30% en facturación.
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