(Aleteia) Belén, donde nació Jesús, ha cancelado las fiestas públicas de Navidad de este año, pero el contexto es más complejo que la guerra actual
La noticia de que el ayuntamiento de Belén (Palestina) ha anunciado la retirada de todos los adornos navideños «en señal de duelo por las almas de los mártires y en solidaridad con nuestro pueblo de Gaza» ha conmocionado al mundo. La ciudad donde nació Jesús tiene ahora un alcalde cristiano, Vera Baboun, que gobierna en coalición con políticos musulmanes.
Poco antes, las iglesias cristianas de Tierra Santa emitieron una declaración conjunta en la que aconsejaban a los fieles dar prioridad al aspecto espiritual de la Navidad sobre las celebraciones «innecesariamente festivas», ya que, debido a la guerra en curso, «se ha creado una atmósfera de tristeza y dolor», en la que «miles de civiles inocentes, entre ellos mujeres y niños, han muerto o sufrido heridas graves». El texto no menciona a los bandos en conflicto, por lo que ha sido interpretado de diferentes maneras en todo el mundo: por un lado, como un signo de la búsqueda de la paz; por otro, como una demostración de la disminución de la autonomía de los cristianos palestinos.
Fuerte descenso de la población cristiana
De hecho, la disminución del número de cristianos palestinos es sorprendente. Representaban el 11% de la población local en 1922, descendiendo al 6% en 1967 y en la actualidad a menos del 1%.
Concretamente en Belén, que por razones obvias es una ciudad de inconmensurable importancia para los cristianos, la población cristiana era del 84% en 1922, pero ya había descendido al 28% en 2007. Hoy, todas las estimaciones la sitúan por debajo del 20%.
Los cristianos palestinos, en su mayoría árabes, se concentran en unas pocas ciudades, como la propia Belén, Nazaret y la capital, Ramala, fundada en el siglo XVII por árabes cristianos.
Además de minoritarios, los cristianos están fragmentados: únicamente en Ramala, con solo 40 mil habitantes, en su inmensa mayoría musulmanes, hay una decena de tradiciones cristianas diferentes, entre ellas la católica romana y la ortodoxa griega, que son las dos más numerosas, y también, en menor medida, la copta, la greco-católica, la luterana y la anglicana, entre otras.
La acelerada reducción de la presencia cristiana en Palestina suele «explicarse» de forma simplista como debida a la emigración. Pero, ¿por qué tienen que emigrar los cristianos
1 RESTRICCIONES RELIGIOSAS
Ehab Hassan es un cristiano palestino que ahora vive en Estados Unidos y no tiene intención de regresar a Palestina. Él mismo afirma que en Estados Unidos tiene libertad y seguridad para criticar a las autoridades palestinas, algo que no tendría en su propia tierra. Entrevistado por el periódico brasileño Gazeta do Povo, Hassan dijo que nació en una familia musulmana, pero se convirtió al cristianismo en 2015 y era el único cristiano en su pueblo.
Lo que llama la atención en su relato es la información de que las iglesias cristianas de Ramala se mostraron muy reacias a aceptarlo como miembro: una de ellas tardó tres años en aceptarlo. ¿Y por qué? Hassan lo resume así: los cristianos están relativamente protegidos por el gobierno local, siempre que no intenten convertir a los musulmanes. Por eso, las iglesias temen represalias si aceptan conversos musulmanes.
2 DESCONFIANZA EN LAS AUTORIDADES
En 2020, el Centro Palestino de Política e Investigación publicó una encuesta que mostraba que el 23% de los cristianos palestinos tenían intención de abandonar el territorio, porcentaje que se elevaba a más del 50% en el grupo de edad de 18 a 29 años. También mostraban desconfianza tanto hacia las autoridades palestinas como hacia las israelíes: el 62% decía creer que Israel pretendía expulsarlos, mientras que el 77% afirmaba temer a los fundamentalistas islámicos.
3 DISCRIMINACIÓN RELIGIOSA
Por lo que respecta a las oportunidades sociales y económicas en Palestina, el 43% de los cristianos palestinos entrevistados afirmaron creer que los musulmanes no quieren su presencia; el 44% afirmó que existe discriminación religiosa a la hora de buscar trabajo; algo más del 50% consideró que la Autoridad Palestina debería promover mejor las oportunidades laborales para los cristianos.
4 GAZA, UN CASO APARTE
Las difíciles condiciones de vida de los cristianos mencionadas anteriormente se refieren a la zona de Palestina conocida como Cisjordania, separada de la Franja de Gaza. En Gaza, región bajo control del grupo terrorista Hamás, la situación es incomparablemente más dramática. Ehab Hassan resume: «La situación en Gaza es mil veces peor que en Ramala». En Gaza quedan menos de mil cristianos.
5 OPRESIÓN POLÍTICA
Incluso en Cisjordania, la participación de los cristianos en la vida política está cada vez más condicionada a su adhesión pública a las directrices de la mayoría islámica y antiisraelí. Ehab Hassan señala en su entrevista con Gazeta do Povo que no es habitual escuchar a los líderes cristianos locales criticar a las autoridades palestinas: «No se puede criticar libremente a la comunidad musulmana ni a las autoridades musulmanas. Acusan a Israel de todo, pero nunca dicen nada de Hamás».
Cancelación de la navidad en Belén
Dadas las circunstancias, es difícil saber hasta qué punto la cancelación de las festividades navideñas en la misma ciudad en la que nació Jesús no se debe al temor a las represalias locales. Lo que no es difícil de prever es que, con las restricciones a la actividad misionera, la discriminación religiosa cotidiana y la opresión política sistemática, cada vez quedarán menos cristianos en Palestina para celebrar las Navidades en un futuro próximo.
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