(Alfa y Omega) Bondad, compasión, servicio y alegría caracterizaron la labor pastoral y la vida del ya venerable Juan Sánchez Hernández, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.
Juan Sánchez Hernández fundó además el Instituto Secular de las Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote, aprobado como Instituto Secular de Derecho Diocesano por el Papa Pablo VI, en 1965, el mismo día que concluyó el Concilio Vaticano II.
El nuevo venerable de la Iglesia española nació en Villanueva del Campillo, en Ávila, el 9 de noviembre de 1902. Fue el menor de cinco hermanos. Su madre, Teresa, enviudó poco antes de que él naciera. Por ello, su infancia estuvo marcada por una gran pobreza material y, al mismo tiempo, por la profunda fe de Teresa.
En 1924 ingresó como aspirante en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, fundada por el Beato Manuel Domingo y Sol. El 26 de julio de 1925 fue ordenado sacerdote. Realizó su consagración definitiva en los Operarios en 1932. Fue formador en distintos seminarios como Toledo, Plasencia o Salamanca. Padeció la tuberculosis y también la guerra civil. Un período en el que se preocupó especialmente por los seminaristas llamados al frente. Durante aquellos años eran frecuentes sus vigilias en el seminario pidiendo la paz.
Entre 1938 y 1943 fue Director Espiritual del Pontificio Colegio Español de San José en Roma, fundado por el Beato Manuel Domingo y Sol en 1892. Pasó la segunda mitad de su vida en Madrid.
Juan Sánchez Hernández dejó escrito que su fin era «la formación y santificación de los sacerdotes». «Quiero dar a la Hermandad, en mi nada, un Apóstol del Clero», reconocía.
Falleció el 18 de julio de 1975, ocho días antes de que se cumplieran sus bodas de Oro sacerdotales.
Su causa de beatificación y canonización comenzó en el año 2000. En Madrid se abrió la fase diocesana que concluyó en 2002. Desde entonces, el proceso sigue su curso en Roma.
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