(catedraldeoviedo.com) Cada año la Diócesis de Oviedo celebra el martirio de Santa Eulalia. Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en su honor compuso el poeta español Prudencio en el siglo cuarto. Joven en años pero no en fortaleza dio testimonio de gran valor en la persecución de Diocleciano.
Habiendo prohibido el emperador romano dar culto a Jesucristo, Eulalia, con solo doce años, se presentó ante el gobernador Daciano protestando valientemente contra las leyes que prohibían al Dios verdadero y que por ser injustas no podían ser obedecidas por los cristianos.
Daciano intentando salvarla de un doloroso martirio trató de convencerla primero con halagos y, posteriormente, mostrándole los tormentos de tortura. Sin dejarse amedrentar Eulalia respondió con seguridad: «Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más».
El juez ante semejante respuesta mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la joven murió quemada y axfisiada por el humo.
Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanca paloma que volaba hacia el cielo… La nieve cubrió el cadáver de quien había alcanzado la doble corona de la virginidad y la del martirio.
Había nacido en Mérida hacia el año 304. El papa Urbano VIII la proclamó patrona de la Diócesis de Oviedo y de la capital del Principado.
El Sr. Arzobispo presidirá la celebración eucarística a las doce del medio día en la catedral.
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