El 30 de noviembre de 1921, hoy hace cien años, el borrianense Joan Baptista Luis Pérez, hasta aquel día obispo auxiliar de Toledo, fue promovido a la archidiócesis de Oviedo como nuevo arzobispo
(RD) El 30 de noviembre de 1921, hoy hace cien años, el borrianense Joan Baptista Luis Pérez, hasta aquel día obispo auxiliar de Toledo, fue promovido a la archidiócesis de Oviedo como nuevo arzobispo, permaneciendo como pastor de esta diócesis hasta su muerte, el 6 de noviembre de 1934. El arzobispo Luis Pérez tomó posesión de la diócesis el 1 de febrero de 1922 e hizo su entrada solemne en Oviedo el 3 de febrero siguiente.
Joan Baptista Luis nació en la localidad de Borriana, capital de la comarca de la Plana Baixa, el 1 de abril de 1874, en el seno de una familia humilde. Joan Baptista Luis estudió en el seminario de Tortosa y, con una beca, amplió estudios en el Colegio Español de Roma. Obtuvo el doctorado en Filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma y posteriormente, el doctorado en Teología en el seminario de Tarragona. Joan Baptista Luis Pérez fue ordenado presbítero el 25 de julio de 1896 en Roma, de manos del cardenal Parochi.
Canónigo y profesor de Derecho Canónico del seminario de Tarragona, fue también canónigo doctoral a la catedral de Murcia y fundador y director, en esta ciudad, del diario católico, “La Verdad”. En Murcia fundó también el “Círculo de Estudios Sociales”.
Desde el 1907 fue profesor de Derecho en el seminario de València y en 1909 fue nombrado vicario general de esta diócesis, convirtiéndose en un estrecho colaborador del arzobispo de València, Victoriano Guisasola, que en ser trasladado a Toledo, promovió a Joan Baptista Luis Pérez como su auxiliar en la diócesis manchega. Así, el nuevo obispo, Luis Pérez, fue ordenado en la iglesia del Salvador de Borriana, el 29 de mayo de 1915 por el arzobispo Guisasola.
Trasladado a Oviedo ahora hace cien años, el obispo Joan Baptista Luis Pérez destacó en su ministerio episcopal, por su intenso apostolado social, apostando por los sindicatos católicos para defender a los trabajadores. Durante su ministerio episcopal en la archidiócesis de Oviedo, promovió el Sínodo de 1923 y la asamblea mariana de Covadonga, en 1926. Joan Baptista Luis escribió una importante pastoral sobre los mineros que estaban en huelga en 1922 y, preocupado por la situación de pobreza de la gente, estableció cocinas económicas para los hijos de los trabajadores de las familias que pasaban dificultades, en pueblos como Laviana, Sotrondio o La Felguera.
Entre las pastorales y los libros que escribió el obispo Joan Baptista Luis, hace falta tener en cuenta los siguientes: La familia cristiana; La Santísima Eucaristía; Jesucristo y las relaciones económico-sociales; Los sindicatos católicos de obreros; San José, padre de Jesús; Carta a los mineros o El deber de la caridad ante la crisis del trabajo.
Como recordaba Tarancon en su libro, “Recuerdos de juventud”, cuando el futuro cardenal pasaba las vacaciones en su segundo año de Teología, visitó al obispo Joan Baptista Luis Pérez. Según escribía Tarancon en este libro, “fue una visita muy importante para mí y eso me hizo cambiar el criterio que de él teníamos sus paisanos”. Según Tarancon, Luis Pérez, con “fama de buen teólogo y de gran canonista”, era un hombre de pocas palabras y “en Borriana, su pueblo natal, tenía fama de huraño, insociable y hasta vanidoso”. El obispo de Oviedo, que acostumbraba pasar sus vacaciones de verano en el Grau de Borriana, “a penas salía de casa y no recibía visitas”.
El encuentro del joven Tarancon con el obispo Joan Baptista, “que duró casi una hora, se convirtió en una conversación interesantísima”, que dejó en Tarancon “una huella profunda", hasta el punto que “me hizo rectificar el juicio que de él tenían sus paisanos”. El obispo de Oviedo acogió a Tarancon, que iba acompañado de mossèn Francesc Llopis, “con una sencillez y simplicidad que yo no esperaba. Nos hizo abandonar el tratamiento de Vuestra Excelencia que le habíamos dado desde el primer momento”.
En relación al obispo de Oviedo, el seminarista Tarancon quedó “sorprendido de su claridad y madurez”, ya que “daba gusto escuchar sus explicaciones, clarísimas”.
El obispo Joan Baptista Luis Pérez les habló de la “la situación socio-laboral de Asturias, que él vivía muy íntimamente”. Les habló también “de los sindicatos católicos, especialmente del sindicato de Moreda, que tenía en aquella zona una influencia notable”. Al obispo, según el libro de Tarancon, “se le notaba que no estaba plenamente de acuerdo en el estilo que tenían esos sindicatos y que les había merecido el calificativo de “amarillos”. El obispo borrianense “los prefería más plenamente obreros, aunque reconocía que estaban haciendo un bien y que en ellos se podían formar líderes obreros de inspiración cristiana”.
El obispo de Oviedo “habló de la Acción Católica, y del trabajo que estaban realizando algunos sacerdotes y religiosos en el campo social”. Según Tarancon, el obispo de Oviedo “hablaba siempre con una sencillez y naturalidad que me sorprendían porque no me parecían propias de un obispo, porque a mi parecer, había de mantener siempre el rango de su dignidad”.
Después de su encuentro con el obispo de Oviedo, Tarancon estaba convencido que le “había hecho un bien extraordinario esta visita” y por eso “no comprendía cómo se había formado aquel clima entre sus paisanos”.
Joan Baptista Luis murió en Madrid el 6 de noviembre de 1934 y, trasladado al Principado de Asturias, fue enterrado en la capilla de Santa Eulalia de la catedral de Oviedo.
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