El papa ha dejado claro que la belleza de la Navidad no “desentona” con “la prueba” de vida que está viviendo el mundo, en relación a la pandemia de coronavirus, porque se trata de un periodo en el que se celebra por excelencia “la compasión” y “la ternura”.
“Su belleza es humilde y está llena de calor humano, brilla a través de gestos de amor concreto”, ha declarado el Papa. Francisco ha dejado claro de este modo que la “belleza” de la Navidad no es ni “superficial”, ni “evasiva” sino más bien “al contrario”, ya que abre el “corazón a la gratuidad” y puede generar “dinámicas culturales, sociales y educativas”.
“No es alienadora, no es superficial, no es evasiva; al contrario, ensancha el corazón, lo abre a la gratuidad, al donarse a sí mismo, y también puede generar dinámicas culturales, sociales y educativas”, ha dicho. El obispo de Roma ha contrapuesto la belleza de la Navidad -que es la de un Dios ''que se hizo carne'' a la belleza mundana que es ''falsa''.
El papa también se ha referido al Pacto Educativo Global, una iniciativa de la Congregación para la Educación Católica del Vaticano que tiene como objetivo “reavivar el compromiso por y con las nuevas generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e inclusiva, capaz de escucha paciente, diálogo constructivo y mutua comprensión”, según sus organizadores.
Así, ha reclamado una “amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de superar las fragmentaciones y contraposiciones” con el objetivo de “reconstruir el tejido de relaciones para una humanidad más fraterna”.
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