R/. Instrúyeme, Señor, en tus leyes
Enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos.
Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes.
Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo.
Cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad.
Jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida.
Soy tuyo, sálvame,
que yo consulto tus leyes.
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