(José Manuel Vidal).- Atilano Rodríguez nos recibe al pie de la sede de la Congregación de los Santos. El obispo de Sigüenza-Guadalajara, como el resto de prelados españoles, se encuentra en Roma participando de la visita "Ad Limina" que la Iglesia española realiza a Francisco. Una visita en la que el Papa marcará el futuro, días antes de la sucesión de Rouco Varela. ¿Tiene ya su voto? "Ni lo he pensado aún".
¿Cómo ha sido el encuentro con los responsables de la Congregación de los Santos?
Muy bien, muy positivo.
¿Traía alguna propuesta desde Guadalajara?
Bueno, tenemos la causa del obispo de Sigüenza, que fue asesinado durante la persecución religiosa en España, y que es una causa amplia pero está paralizada. Vamos a ver si podemos ponerla de nuevo en proceso de realización de cara al futuro.
¿Cómo se llama el obispo?
Don Eustaquio Nieto.
¿Hay santos modernos en Guadalajara?
Sin duda alguna. Allí, cada día que recorro los pueblos, veo los testimonios de fe de la gente sencilla. Gente buena de nuestras aldeas que no solamente ha recibido la fe, sino que ahora la está manteniendo y transmitiéndola a hijos y nietos. Hoy día, desgraciadamente, en los pueblos de nuestra provincia de Guadalajara quedan ya muy pocos niños, porque la mayor parte de la población ha emigrado. No obstante, hay que dar siempre gracias a Dios por la fe de los mayores, que es una llama viva.
¿Quedan también en los pueblos de Guadalajara curas y obispos que "huelen a oveja"?
Bueno, en la medida en que el Papa Francisco nos está marcando trayectoria de futuro, tenemos que convertirnos. Tenemos que acercarnos cada día más al Señor, y desde ahí estar muy cerca de las necesidades de tanta gente, en todos los órdenes (espiritual, humano, material...). La Iglesia tiene como misión fundamental evangelizar, y el anuncio del Evangelio debemos hacerlo por medio del testimonio.
¿Qué le dice la gente sobre el Papa?
La gente en general está experimentando la sensación de que con las palabras y el testimonio del Papa hay un aire nuevo en la vida de la Iglesia. Por lo tanto, yo veo una predisposición, no solamente para entender la misión del sucesor de Pedro, sino también para acoger el mensaje que él nos propone.
¿Hay una ilusión renovada respecto a la Iglesia y respecto a la fe?
Sí. En lo que más lo palpo es en mis visitas pastorales y en la relación con los sacerdotes, en los distintos consejos, etc. Aunque él no lo dice demasiado, observo una inquietud por el impulso de la Nueva Evangelización que tanto nos recordó el Papa Juan Pablo II y después el Papa Benedicto XVI. Veo un nuevo ardor en grupos importantes de población, y veo al mismo tiempo el deseo de buscar nuevos caminos y nuevas formas para el anuncio del Evangelio.
¿Qué sintió cuando vio a los dos papas juntos, escenificando una comunión total? ¿Le pareció algo histórico?
Realmente es un hecho histórico. No tengo noticia de que esto haya ocurrido en otro momento. Pero sobre todo, lo que más me ha llamado la atención, no fue solamente la fraternidad o el cariño que se profesan el Papa emérito y el Papa actual entre sí, sino ver esa universalidad de la Iglesia representada en la celebración, en primer lugar por los cardenales procedentes de sitios tan distintos, y por otra parte, por la participación de tantos fieles, de tantos creyentes de distintos ambientes y de distintos países, congregados en definitiva por una misma fe en torno al sucesor de Pedro. Viviendo la misma esperanza y la misma caridad.
¿La birreta para el cardenal Sebastián fue un orgullo añadido?
Por supuesto. Yo a don Fernando lo aprecio y lo quiero mucho. Ha sido un hombre que ha prestado servicios extraordinarios a la Iglesia española, y creo que también a la sociedad. Por lo tanto, para mí ha sido un motivo de gran alegría y de gran felicidad que se le haya concedido este reconocimiento por parte del Santo Padre a una persona con unos méritos extraordinarios.
¿Tiene pensado lo que le va a decir al Papa?
Me imagino que, como vamos en grupo, habrá alguien de la provincia que sea el que le proponga algún tema de conversación, y a partir de ahí dialogaremos todos. Pero en principio no tengo nada pensado.
¿Cree que va a romper el protocolo?
No sabemos.
¿Cree usted que les va a marcar un poco la hoja de ruta de lo que quiere para la Iglesia española?
Pienso que más o menos nos indicará o nos repetirá, teniendo en cuenta la realidad de España, los aspectos que nos viene recordando constantemente: que la Iglesia debe salir a las periferias con una perspectiva misionera, desde la comunión, para llegar a esos grupos marginados por la sociedad. Pero no marginados porque se hayan alejado de la fe, sino marginados también en diferentes aspectos humanos: en la soledad, en la pobreza material... Creo que más o menos nos hablará de esto. Pero es sólo una hipótesis.
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