miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cómo educar personas libres en la sociedad de la comunicación

 
Entrevista a la psicóloga María Jesús Álava, coautora del libro "La buena educación"
 
No hay libertad sin responsabilidad, y no hay responsabilidad si no damos valor a quienes somos. Así se presenta una conferencia sobre la libertad que pronuncia esta tarde en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo la psicóloga María Jesús Álava Reyes, organizada por el Teléfono de la Esperanza.

Según la experta, coautora del libro La buena educación, hoy resulta especialmente necesario ayudar a pensar a los niños, adolescentes y jóvenes y prepararles frente a posibles acosos, humillaciones y vejaciones, facilitados por su acceso, a menudo poco controlado, a internet.

En la siguiente entrevista a Aleteia, Álava Reyes, destaca la importancia de que los padres pasen tiempo con sus hijos y les acompañen también en el uso de internet y los videojuegos.


¿Qué retos plantea la educación hoy? Usted va a destacar hoy en su conferencia el valor de ser uno mismo para la responsabilidad y la libertad…

Se trata de ver cómo podemos contribuir a hacer niños que el día de mañana sean adultos auténticamente libres, con capacidad de pensar, de razonar, de observar, con criterio propio.

Es necesario que les ayudemos a pensar para que no sean manipulables. Estamos viendo que los niños y los adolescentes y jóvenes actuales tienen mayor inmadurez y más vulnerabilidad que hace unos años.

Los padres controlan menos su entorno. Les estamos sobreprotegiendo mucho y no les preparamos para el mundo real.

No saben decir que no, siguen de una forma muy preocupante a los líderes negativos que tienen a su alrededor en esos momentos, e incluso sufren acosos, humillaciones, vejaciones, ,… sin recursos para saber defenderse de ellos.

Nos preocupa que tengan menos habilidades en el día a día, que en una sociedad supuestamente de la comunicación cada vez se sientan más solos a pesar de que puedan estar conectados en el mundo.

Pueden pasarse horas chateando, contestando mensajes y luego son incapaces de relacionarse con las personas que tienen al lado.

En muchos casos, la inmadurez se traduce en un comportamiento mucho más hostil en casa.

Al darnos cuenta de que existe este problema, queremos concienciar a padres y educadores, trabajar con los niños y los jóvenes directamente para que esta situación pueda revertir.

Al sobreprotegerles y favorecer en ellos el consumismo, empiezan por no dar valor a las cosas y acaban por no dar valor a las personas.

Y también cierto endurecimiento que vemos en las relaciones con los demás y con el entorno.

Hay jóvenes generosos pero nos gustaría que la generosidad de nuevo estuviera más implantada.

Nos preocupa cómo mienten muchos de ellos, desde el anonimato más enorme, precisamente porque a veces llevan como mundos paralelos de los que los padres no son demasiado conscientes.

Los padres están muy perdidos , aunque se pueden preocupar mucho por ellos. Cuando vienen al psicólogo, a menudo son situaciones dramáticas y pensamos que no estamos valorando su labor ni apoyándoles en su día a día: el mejor equipo de una familia son los profesores del colegio de los hijos.

¿Qué papel juega internet en la educación o deseducación de los hijos?

No sólo internet, también los videojuegos, las comunicaciones,… Están obsesionados con los videojuegos, chatean mucho, se meten a veces en determinados espacios que no controlan, cuelgan fotos y cuentan cosas de las que luego se arrepienten.

De cada diez niños, cuatro pueden sufrir algún tipo de acoso o extorsión a través de internet. No les hemos preparado para defenderse de esto. Por eso a veces son mundos un poco en paralelo, los que pueden vivir.

Antes sabíamos más cuáles eran sus amigos, qué hacían… Ahora tenemos un desconocimiento y a veces sólo a través de sus conductas o en su fracaso escolar vemos que han cambiado de amigos.

¿La buena educación hoy sigue siendo la de siempre?

En lo esencial sí, debería ser la de siempre, adaptada por supuesto al mundo actual, pero con la que los chavales sepan comportarse, sigan unas normas de convivencia, cortesía y sobre todo respeto, a los mayores y a los demás en general, y que sea un ejemplo también de flexibilidad en su actuación diaria.

En el libro La buena educación, con Susana Aldecoa contamos una experiencia de un colegio en Madrid donde se intenta que los niños lleguen a ser adultos libres, piensen, tengan autoestima,…

El no también ayuda a crecer: existe la necesidad de poner pautas, normas, límites a los niños.

¿Los padres acompañan suficientemente a sus hijos?

Un estudio que realizamos con más de 500 niños con dificultades reflejó que en su inmensa mayoría pasaban poco tiempo con sus padres, apenas los veían, estaban con otras personas que no eran sus padres: este es un problema esencial que vemos constantemente.

Sigue existiendo un problema de conciliación entre la vida profesional y la familiar. Es uno de los principales problemas que sufren los niños hoy.
 
Patricia Navas González

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