sábado, 13 de septiembre de 2025

10 cosas que hacer al peregrinar al Cristo de Candás


1° Hacer la novena y peregrinar: Los nueve días previos, las personas que puedan, acudan a diario para vivir el novenario del Santo Cristo de Candás. Las personas enfermas o que están lejos la pueden rezar en casa desde el día 5 al 13 de septiembre. La novena al Santo Cristo fue compuesta por un devoto anónimo en el siglo XIX. Son unas oraciones que recorren de forma teológica toda una catequesis de la pasión y muerte del Señor. 

2° Venerar el Santo Lignum Crucis. El día 13 de Septiembre, para concluir de forma solemne el novenario del Santísimo Cristo, se da a venerar la reliquia del Santo "Lignum Crucis". Se tratan de dos pequeñísimas astillas de la verdadera cruz en la que murió nuestro Redentor y que se conserva en este Santuario, tan vinculado al madero redentor. Concluida la eucaristía de las 20'00 horas se da a venerar el "Lignum Crucis" a los fieles. 

3° Llevar rosas y claveles. Siguiendo una tradición popular, las flores que se le llevan al Cristo son rosas y claveles, pero no de cualquier color, sino rojas; dado que es el color litúrgico propio de la festividad de la Exaltación de la Cruz que nos recuerda a la sangre que por nosotros derramó el Señor en pago de nuestros pecados. Muchas personas que viene a cumplir una promesa y darle gracias al Santo Cristo por una gracia concedida, suelen traerle centros o ramos de rosas y claveles rojos que le depositan a sus pies. 

4° Confesarse. A lo largo del mes de septiembre, mes de la Cruz, son muchas las personas que se acercan a venerar la imagen del Santo Cristo de Candás. El esfuerzo de subir hasta el Santuario por las escaleras, además de las cuestas empinadas de la villa candasina, son un símil de la propia vida cargada de dificultades, la propia subida del Señor al Calvario y su viacrucis: ¡Cuántas veces nos sentimos como el Señor subiendo a Jerusalén! La mejor forma de irnos tras haber peregrinado a los pies de Jesús Crucificado es acercándonos al sacramento de la confesión, dejando ahí tanto de lo que llevamos a cuestas, lo que nos pesa y nos hace vivir lejos de Dios y de los hermanos. son muchas las personas se van en paz sabiéndose reconfortadas y abrazadas en el confesionario por este Cristo que siempre tiene los brazos abiertos esperando nuestro regreso a casa. 

5º Participar de una de las eucaristías y comulgar. Una vez que hemos confesado no podemos irnos de Candás sin recibir a Cristo mismo. La talla del Santo Cristo es una imagen muy bella, pero no podemos olvidar que arriba en el Santuario o en la procesión sólo vemos un reflejo de cómo es el Señor; sin embargo, donde en realidad está es en el altar; en el Sagrario, ahí sí está Cristo mismo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Peregrinar a Candás y visitar únicamente al Cristo o sólo acompañarle en la procesión es como quien va a un concierto y en la puerta compra una postal del cantante y se vuelve a casa directamente: ni ha visto al cantante ni ha disfrutado del concierto, y se conforma con una postal cuando podía haber entrado y conocerle en persona. Esto es parecido: algunos se quedan tan sólo en lo externo perdiéndose todo lo interior, que es lo que realmente enriquece el alma. Para facilitar que todos los fieles puedan participar de la eucaristía hay cinco celebraciones a lo largo del día, la más concurrida es la del mediodía, llamada "misa de peregrinos" tras la procesión, aunque para no quieren sufrir la aglomeración de éstos se celebran las otras misas. El horario es: 08'00 h. - 10'30 h. - 12'00 h. - 18'00 h. y 20'00 h. 

6º Subir al Camarín del Cristo a pié o de rodillas. Un acto de piedad especial es la subida al Camarín, según se entra en la nave central a la izquierda del presbiterio; se encuentra señalado con la palabra "Santuario". En su inicio están las escaleras que nos lleva ante la imagen del Santísimo Cristo de Candás. Esta escalera se sube en silencio, con recogimiento, como la "Scala Santa" de Roma qué, según la tradición, fue la que subió Jesús el viernes santo para ser juzgado y por la que después bajó camino del monte Gólgota -de La Calavera-. Muchas personas suben de rodillas en cumplimiento de una promesa, o para implorar una petición especial al Santo Cristo. Originalmente se utilizaban para los penitentes las escaleras de caracol anexas a la parte posterior del templo, por la que subían de rodillas los peregrinos y romeros hasta llegar a las plantas de su amado Cristo. Aún hoy, los peregrinos que piden cumplir alguna promesa y que quieren subir de rodillas por alguna de las escaleras antiguas lo pueden hacer. 

7º Encargar tres misas por tus difuntos más recientes. Celebrar la Eucaristía es volver al Calvario, revivir el misterio de la Cruz, pues es en la santa misa donde recibimos al mismo Cristo que se entregó por nosotros en su cuerpo partido y su sangre derramada por muchos: ¿Cuál es el mayor regalo que podemos hacer a nuestros difuntos; qué nos pedirían ellos si pudieran ponerse en contacto con nosotros?.. Nos pedirían que aplicásemos misas por ellos para pasar cuanto antes del purgatorio al cielo. Por eso durante el mes de septiembre muchas personas encargan misas por sus difuntos para que se celebren a lo largo del año en el altar de la parroquia de Candás, a los pies de su Santo Cristo. Hay personas que lo hacen de forma anónima dejando en un sobre, dinero y los nombres en el cepillo de "Misas" -junto al retablo de la Virgen del Rosario- y otros las encargan directamente en la sacristía. Cada cuál encarga el número de misas que desea según el número de difuntos y lo que va a tardar en volver al Santuario... Un bonito gesto que algunos tienen es el de encargar al menos tres misas por los tres últimos familiares fallecidos: tres por cada uno de los clavos del Señor. Así le pedimos al Cristo de Candás lo que canta la liturgia: que nuestros seres queridos que han compartido una muerte como la suya, gocen algún día una victoria sobre el sepulcro igual a la suya

8º Acompañar al Santo Cristo en la Procesión. El día 14 a las 11'30 horas saldrá en procesión la imagen del Santísimo Cristo por las calles de la villa de Candás. Desde la plaza de la iglesia se baja por la calle de Bernardo Alfageme hasta la plaza de la Baragaña; se atraviesa toda la calle Valdés Pumarino en dirección a la plazuela del barrio del Cueto y se sigue por la calle de Santa Olaya atravesando este barrio hacia el ayuntamiento viejo. De la calle la Estrecha se sube por la calle doctor Braulio Busto y se gira en la plaza de la Baragaña volviendo por la subida de la calle Bernardo Alfageme, hasta el templo. ¿Cómo acompañar al Santo Cristo en la procesión?... En silencio, con recogimiento, evitando hablar y distraerse... Una práctica buena para el recorrido de la procesión es rezar el santo rosario, por ejemplo los misterios dolorosos; aunque no sean los del día, pueden ayudarnos a orar mirando a Jesús crucificado.

9º Poner dos velas. Hay personas que acuden con velas de cera para la procesión, aunque para proteger la imagen del Santo Cristo y su retablo barroco hace muchos años que se ha instalado en el Santuario lampadarios de velas electrónicas, para evitar incendios. 

10º Los objetos de piedad que te lleves se pasan por el faldón del Santo Cristo. Otra tradición es llevarse un recuerdo del Santísimo Cristo: una estampa, un rosario, un imán para el coche, el librillo de la novena, una pulsera con su rostro, un llavero, una cinta del Santo Cristo para colocar en el espejo del coche... En la tienda de recuerdos, a la entrada del templo, a la izquierda, se ha instalado ahora uno de los faldones más antiguos del Santísimo Cristo que se conservan, de forma que se puedan pasar por el faldón del Cristo los objetos de piedad y recuerdos que se compren.

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