(COPE) Nos encontramos en la segunda mitad de este mes Mariano por excelencia. Hoy, concretamente, celebramos a Santa María Reina. Hace ocho días exactamente fue Asunta los Cielos y hoy es su Realeza sobre todo lo Creado.
En la Letanía del Santo Rosario se la invoca como Reina de todo y a Ella se le pide que ruegue por nosotros. La Primitiva Comunidad después de que el Concilio de Éfeso proclamase a La Virgen como Madre de Dios, también la contempló como Reina porque participa del Reinado de Cristo, al estar junto a Él en la Cruz.
Todos los Padres de la Iglesia y Teólogos de la antigüedad la dan este Título. El mismo arte cristiano y medieval de entonces representaba a Nuestra Señor con una Corona y un Cetro. En otras ocasiones recrean el momento en que Santa María es Coronada por las Tres Personas de la Santísima Trinidad.
San Francisco de Asís invoca a Santa María Reina y le saluda como tal. Pío XII, varios años después de Proclamar el Dogma de la Asunción de la Virgen, establece esta conmemoración para invitar a todos los creyentes a poner su confianza en La Realeza de la Señora Soberana.
Se fija entonces para cada 31 del mes de mayo como cúspide al mes dedicado a Nuestra Madre. A Ella, la misma Salve le saluda como Reina y Madre de misericordia. También dos Papas Santos como Pablo VI y Juan Pablo II, acuñan el término de la Virgen Reina.
En este periodo de la Reforma Post-Conciliar se fija definitivamente para cada 22 de agosto, una semana después de su Asunción para seguir también hilo histórico que contemplan los Misterios Gloriosos del Santo Rosario. María enaltecida y exaltada sobre los coros angélicos y celestiales, desde el Cielo intercede por cada uno de los hombres, sus hijos.
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