miércoles, 24 de abril de 2024

¿No podría venir el Lignum Crucis de visita a Asturias?. Por Joaquín Manuel Serrano Vila, Arcipreste de Oviedo


Clausurado el Año Santo Lebaniego este Domingo III de Pascua, día 14 de Abril, el Santo "Lignum Crucis" ha sido trasladado a Astorga donde será venerado en su Catedral el fin de semana del 20 y 21 de Abril. No es la primera vez que visita la diócesis asturicense, pues la santa reliquia de la Cruz del Señor ya estuvo allí en 2018 los días 5 y 6 de mayo, siendo Obispo de esta sede el asturiano Monseñor Juan Antonio Menéndez y, anteriormente, había estado hasta nueve días en la diócesis de Astorga del 28 de Abril al 6 de Mayo en 1973 siendo obispo Monseñor Antonio Briva Miravent, prelado que fuera Administrador Apostólico del Arzobispado de Oviedo... Una tradición multisecular afirma que fue el Santo Obispo de Astorga Toribio, quien trasladó esos fragmentos del "Lignum Crucis" desde Jerusalén hasta Astorga en siglo V.

También visitó la Santa Cruz la Diócesis de León el 5 de Mayo de 2018 siendo obispo de ésta Monseñor Julián López Martín. Fue debido a que la Iglesia que peregrina en León mantiene también sus estrechos lazos con Santo Toribio de Liébana dado que desde tiempo inmemorial y hasta el año 1954 pertenecía todo el Valle de Liébana -incluido el monasterio de Santo Toribio- a la jurisdicción territorial de la Diócesis de León, y en cuya Catedral se custodia también un fragmento de dicha Reliquia que  fue traída desde Tierra Santa en el siglo VIII y trasladada junto con el cuerpo de Santo Toribio a los Picos de Europa. Allí se levantó un monasterio antecedente directo del actual, y punto de referencia de peregrinaciones ya documentadas desde el siglo XII. Por un privilegio otorgado por el Papa Julio II, desde el año 1512 cada vez que el día 16 de abril -fiesta de Santo Toribio de Astorga- cae en domingo, se celebra el Año Santo en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. 

Con motivo de la visita de la Santa Cruz a León, su obispo entonces Don Julián, publicó con fecha de 24 de Abril de 2018 una carta pastoral titulada ''El Lignum Crucis de Liébana en León'' donde  afirmaba: "no debe olvidarse que en agosto de 1936, el sacerdote encargado de la parroquia de Potes, D. Francisco Galiante, con ayuda de un familiar, sustituyó la sagrada reliquia por un trozo de madera vieja, para evitar su desaparición o destrucción. D. Francisco Galiante es uno de los siete sacerdotes leoneses cuya causa de declaración de martirio, realizada en nuestra Diócesis, se encuentra en Roma a la espera de su aprobación. El Sagrado Madero estuvo oculto en diversos lugares hasta que, pasado el peligro de profanación, el 13 de septiembre de 1938, en presencia del entonces obispo de León, Mons. Carmelo Ballester, y de numerosos testigos que reconocieron la autenticidad de la reliquia, ésta fue colocada de nuevo en su relicario, con el levantamiento de un acta cuyo original, firmado por las autoridades presentes y por todos los vecinos de Potes, se conserva en el Archivo Diocesano de León"... El sábado día 20 de Abril a las 12:30 horas el "Lignum Crucis" fue recibido en la Catedral de León donde se celebró la santa misa y se dio a venerar la preciada reliquia. 

Queda pues, patente, la relación con las Diócesis hermanas de Astorga y León, pero es igual de cierto como afirmé en la presentación del Arcipreste de Potes y Pregonero de la Semana Santa de Oviedo 2024 D. Elías Hoyal, los no pocos vínculos de la Diócesis de Oviedo y el Santuario de Covadonga con la Diócesis de Santander y el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. A buen seguro, podemos afirmar que Santo Toribio, camino de Astorga a Liébana, pasó por aquí. Y ese vínculo quedó reflejado mucho tiempo después en la arqueta de estilo asturiano que el rey Alfonso III el Magno donó al Santo obispo de Astorga, Genadio. De esas tierras de Liébana se dice también que salieron los soldados que ayudarían a Don Pelayo en la batalla de Covadonga. El templo primitivo del cenobio lebaniego parece que era un templo de estilo prerrománico asturiano, y sabemos que en el 1.181 el obispo de Oviedo intervino en la creación de la Cofradía de la Santa Cruz junto a los de Palencia, Burgos y León, sin olvidar la peregrinación de San Francisco de Asís -de singular referencia para nuestro actual Arzobispo Metropolitano- en el año 1214, pasando por Liébana y Oviedo. En Cantabria hay también un puñadito de parroquias que durante mucho tiempo formaron parte de nuestra Diócesis y fueron atendidas por nuestro clero, y de las cuales surgieron vocaciones para la Iglesia asturiana. Fueron éstas la Asunción de Bielva, con su filial de San Ignacio de Rábago, y en concreto, en ese bendito arciprestazgo de Liébana, la de San Andrés de Tresviso, la cual era un destino habitual de los recién ordenados en Oviedo y que desde 1.959 es diócesis de Santander, aunque atendida en la actualidad por el párroco de Cabrales.

El profesor de Historia de la Iglesia D. Juan José Tuñón Escalada, actual canónigo-archivero de la Catedral de Oviedo, afirmó siendo Abad de Covadonga que era evidente el vinculo de ambos Santuarios por las rutas de peregrinación existentes. Hemos de partir de que fue en tiempos del rey Alfonso I, monarca asturiano e hijo del Duque Pedro de Cantabria, cuando las reliquias más preciadas -entre ellas la del Santo "Lignum Crucis"- se llevaron a escondidas a nuestras montañas de los Picos de Europa, no a un lugar fijo, sino que a menudo eran movidas de un sitio a otro para mayor seguridad. Así terminó el fragmento mayor de la Cruz del Señor en Liébana o el Santo Sudario en el Monsacro y ahora en Oviedo. De esta forma quedó fraguado el triangulo de peregrinación histórica-medieval entre Asturias, Cantabria y León; lugares por donde caminó el Santo Obispo Toribio de Astorga y otros personajes de renombre como Pelayo, Alfonso II o el popular Beato de Liébana. El vínculo con Covadonga se hace aún más entrañable con esa piadosa tradición de que salieron de ese valle para Cangas de Onís los cristianos que ayudaron a Pelayo a doblegar y expulsar al moro invasor, hasta el punto que muchos hablen que de en Liébana surge la fuerza espiritual que mueve a los hombres de la Reconquista y que arrancará después en Covadonga. Da que pensar que Liébana fuera la antesala de la vuelta de toda la península a la fe católica, tal como si saliera de esta comarca de Potes la espiritualidad de la Cruz que a los pies de la Cueva de la Señora llegó a todos los rincones de lo que hoy conocemos por España, cambiando la media luna invasora por el signo del Madero Redentor. 

El Santo "Lignum Crucis" también viajó a Madrid a la "Jornada Mundial de la Juventud" en 2011 donde fue venerada por el Papa Benedicto XVI, e incluso en los años ochenta había abandonado por un tiempo el Monasterio lebaniego para formar parte de una exposición-congreso en Sevilla sobre las cofradías hispanas de la Vera Cruz. Sería muy hermoso que el Santo "Lignum Crucis" -como así lo hicieron en su momento las reliquias de San Juan de Ávila- pudiera visitar un día Oviedo y Covadonga si así les pareciera bien a los señores Obispos de Santander y Oviedo y al Padre Guardián con la comunidad de padres franciscanos de Santo Toribio. Incluso de celebrarlo a nivel de Vicarías. Podría primero visitar la Catedral (Vicaría Oviedo-Centro); Covadonga (Vicaría Gijón-Oriente) y Candás (Vicaría Avilés-Occidente) al tratarse este último del Santuario dedicado a la Cruz más visitado del Norte de España, y el segundo más visitado de la Diócesis de Oviedo tras Covadonga. Sin olvidar que el Cristo de Candás era la devoción más querida del gijonés Don Juan de Jove Muñiz, canónigo-magistral de Santander que según algunos historiadores fue la persona que más promovió no sólo la devoción al Cristo de Candás en el siglo XVIII mandando imprimir la primera estampa-litografía de éste, sino qué, además, fue la persona que más se movió para lograr que Santander se convirtiera en Diócesis. Hay quienes hablan de él como el verdadero primer obispo de Santander en 1754, pero que renunciaría a las pocas semanas siendo preconizado el abad de la Colegiata de los Santos Mártires de Santander Francisco Javier de Arriaza y Sepúlveda... Serían una forma de hermanar aún más nuestra Provincia Eclesiástica de Oviedo, pues es la única Diócesis de las cuatro que aún espera la visita del "Lignum Crucis"... La recibiríamos con los brazos abiertos. 



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