(Iglesia de Asturias) Este mes de marzo que está a punto de comenzar trae consigo una celebración muy querida por todos, como es el día de San José, día del Padre, y patrono también del Seminario. Por eso se prepara con cariño durante las semanas previas, porque supone una ocasión especial para orar por las vocaciones sacerdotales. Son unas semanas especiales, estas de la preparación, que además este año han querido abrirse, no solo a estas vocaciones sacerdotales, sino a todas las vocaciones de la vida cristiana.
Así, las Delegaciones diocesanas de Pastoral Vocacional, Familia y Vida, Apostolado Seglar y Confer (religiosos), se han unido en un trabajo conjunto para llevar a cabo, el próximo sábado, 4 de marzo, una Jornada de Puertas Abiertas en el Seminario.
A ella están invitados tanto particulares como grupos parroquiales, escolares, asociaciones, etc. y el objetivo es mostrar la grandeza de las vocaciones, desde la primera y fundamental –la vocación bautismal–, pasando por la vida familiar, la vocación al matrimonio, la vocación sacerdotal y también la vida religiosa.
“Este año hemos querido que la Campaña del Seminario comience de una manera muy especial para toda la diócesis –explica el Rector del Seminario y Delegado episcopal de Pastoral Vocacional, Sergio Martínez Mendaro–. Queremos invitar a la gente a pensar sobre su propia vocación, que no es solo al sacerdocio o a la vida religiosa, sino que también lo es a la familia, al matrimonio, todo ello, abierto a través del bautismo”. “Por ello –afirma– invitamos a todo el mundo a orar por las vocaciones, y sobre todo, por los niños y jóvenes que en estos momentos se plantean su propia vocación. Con este motivo hemos organizado la Jornada de Puertas Abiertas, para que los visitantes puedan hacer un recorrido donde les mostremos los diferentes itinerarios de la vida cristiana. Pero además, podrán conocer el Seminario por dentro, ver las instalaciones y saber de primera mano cómo es la vida de los seminaristas allí”.
Esta Jornada, que supondrá el punto de partida de la Campaña del Seminario en la diócesis, lleva preparándose en el silencio de la clausura, desde hace varias semanas. El icono vocacional, una imagen que, desde 2018 (salvo el tiempo de pandemia) recorre parroquias y comunidades religiosas para ayudar a rezar por las vocaiones, ha peregrinado estos últimos días por todos los monasterios de vida contemplativa de Asturias. Las religiosas han rezado así por las vocaciones en la diócesis, preparando de esta manera estos días en los que se invita a todo el mundo a recordar y a pensar en su propia vocación.
La jornada
El día comenzará a las 10,30 con una celebración en la capilla mayor del Seminario. “Allí rezaremos por los frutos de estos próximos días –explica Sergio Martínez Mendaro–, continuando con la oración de las contemplativas. A continuación, comenzará la Jornada de Puertas Abiertas, a partir de las 11, hasta las 14 h, aunque si alguien no pudiera acudir por la mañana, avisando previamente también podríamos recibirles por la tarde”.
El recorrido, estimado en una hora de duración, consistirá en un repaso por las distintas propuestas vocacionales que tiene la Iglesia, mediante diferentes mesas organizadas por las Delegaciones diocesanas, con una explicación adecuada a la edad de los visitantes.
Se hará a su vez una profundización y recordatorio de la importancia del sacramento del bautismo, “nuestra primera vocación”, tal y como afirma la Delegada Episcopal de Apostolado Seglar, Carmen Alonso. “Es una vocación fundamental, sin ella no habría ninguna de las otras y esto muchas veces pasa desapercibido”, explica. “El bautismo –añade–, nos abre al amor inmenso de Dios y a una vida nueva, la vida de Cristo. Y con ello nos vincula a Jesucristo, que es nuestro referente, y que mediante el bautismo nos consagra para ser uno de los suyos, de su grupo”.
“Tengamos los años que tengamos –recuerda el Rector del Seminario– hay que preguntarse por nuestra vocación, y rezar por ella, para que el Señor nos ayude a discernir cómo se va actualizando nuestra vocación y sobre todo por aquellos que están en vías de plantearse la suya propia, para que lo hagan delante del Señor y puedan así ser felices plenamente”.
“Yo desde luego –añade la Delegada de Apostolado Seglar– sigo preguntándome, a mis años, qué quiere Dios de mí. Sé que Dios quiere que seamos felices, y Dios a mí me hace enormemente dichosa, por eso creo que estoy haciendo lo que Dios quiere que haga. Me gusta mucho esa frase que dice “Donde Dios te sembró, ahí es donde tienes que dar fruto. No tenemos que buscar cosas raras, sino vivir nuestra vida y nuestra vocación respondiendo a eso que el Señor nos pide en cada momento”.
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