(El Comercio) El párroco, Joaquín Serrano, defiende la adopción frente a la compra, que considera «una forma más de maltrato» La iglesia de Lugones celebra una bendición de animales multitudinaria
La parroquia de San Félix de Lugones demostró ayer un año más su defensa del bienestar animal durante la festividad de San Antón. Durante la misa infantil, a la que acuden los niños del catecismo, el párroco, Joaquín Serrano, hizo hincapié en la importancia de dispensar un buen trato a las mascotas. «Los animales tienen sentimientos y hay que quererlos y cuidarlos, no son juguetes», señaló. Y añadió que «para muchas personas son su única familia y compañía».
El sacerdote también defendió las adopciones frente a las compras. «La comercialización y la producción son formas de maltrato, eliminan los sentimientos y pone por encima el dinero, hay muchos animales necesitados de cariño en alberguesy refugios», aseguró.
El mensaje caló entre los más pequeños. «Es importante cuidarlos, nadie debería hacerles daño», comentó Nerea Argüelles, que ayudó portando a tres cachorros nacidos el pasado 28 de diciembre y cuya dueña, Victoria García, llevó a bendecir junto a sus seis perros.
Los canes fueron mayoría, pero también se dejaron ver gatos, conejos, hamster, peces y tortugas. Micaela Vega acudió con 'Tortugay' y los hermanos Pelayo y Daniela Rodríguez, de 5 y 8 años, junto a su abuelo, Juan Manuel Rodríguez, acudieron con un ejemplar autóctono recogido en Salamanca que ya supera los 45 años en la familia.
No faltó la nota exótica, como Pipa y Pepe, dos agapornis que acudieron por primera vez a la bendición con Sara Martínez, de nueve años. «Me los regalaron este año y cantan mucho, sobre todo por las mañanas», apuntó.
La anécdota de la jornada la protagonizó Alejandro Bobes, amigo del sacerdote, que se caracterizó de tratante y llevó hasta el altar a Cordera, una réplica de una vaca frisona que a diario recibe a los clientes de la taberna El Pinón, de El Carbayu.
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