Durante la celebración del último pleno del Consejo
Presbiteral -un organismo que actúa a manera de senado del obispo- el titular de
la archidiócesis, Fray Jesús Sanz, dio a conocer la voluntad de la Iglesia de
Asturias de instaurar el diaconado permanente.
Un ministerio que permitirá
ordenar a personas casadas para prestar su servicio pastoral en parroquias. Los
diáconos permanentes, con la debida formación teológica y con trabajo estable,
así como con el consentimiento de sus esposas si fueran casados, desempeñar sin
necesidad de acceder al sacerdocio su ministerio en Asturias. Mons. Sanz reveló
que hay ya 5 candidatos en su mayoría casados, y que la diócesis prepara en
estos momentos la correspondiente normativa que regule su estatus.
El
Concilio Vaticano II señala que en el grado inferior de la jerarquía están los
diáconos, que reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio,
sino en orden al ministerio». Es oficio propio del diácono, según le fuere
asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo,
reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en
nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada
Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y
oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los
funerales y sepultura.
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