Por José Antonio Varela Vidal -Zenit-
Terminado el seminario internacional Ecclesia in America, el cual convocó del 9 al 12 de diciembre en esta ciudad a representantes de la Iglesia de todo el continente, los comentarios y recuerdos se siguen escuchando entre quienes vivieron esta experiencia de integración y de claros propósitos.
Como eco de lo que fueron estas jornadas de trabajo y oración, ZENIT conversó con el obispo de Phoenix, Estados Unidos, monseñor Thomas Olmsted, quien en un correcto español nos cuenta sus planes y desafíos actuales.
Usted ha tenido un doble motivo para conmemorar estos 15 años de la Asamblea del Sínodo de los Obispos Ecclesia in America, ¿no?
--Obispo Olmsted: Sí, con mucha alegría y gratitud. Especialmente porque yo comencé mi episcopado un mes después de la promulgación de la exhortación postsinodal Ecclesia in America.
Podemos decir entonces que su gobierno pastoral se ha desarrollado bajo la luz de este documento…
--Obispo Olmsted: Si, siempre. Fue para mí un road map (hoja de ruta), una visión para todo mi trabajo pastoral.
¿Qué fue lo más “fácil” de implementar y lo que sigue pendiente?
--Obispo Olmsted: Lo más fácil es el encuentro con Jesús. Porque cuando uno encuentra a Jesús cambia toda su vida. La alegría de una persona que conoce a Jesús es la parte más importante en la vida de un obispo, y de un discípulo de Cristo. Lo más difícil diría yo, es cómo evangelizar un mundo secularizado que tiene un rechazo al mensaje del evangelio de Cristo.
Se ha hablado mucho estos días de inculturar el evangelio, ¿Cuál sería un campo importante para hablarle al hombre contemporáneo?
--Obispo Olmsted: El lugar más importante es la familia, porque es la base de la Iglesia y de la sociedad. Por eso, evangelizar a las parejas es algo fundamental.
También se ha reflexionado sobre el asunto de los migrantes..., ¿cuáles son los desafíos?
--Obispo Olmsted: Tenemos muchos migrantes en nuestra diócesis, que vienen con una cultura católica, aunque no bien catequizados. Hay una apertura a Cristo, tienen confianza en los sacerdotes y religiosos, por lo que debemos mostrarles siempre nuestra alegría por su presencia aquí, así como por sus dones espirituales y religiosos.
¿Y es fácil la integración con los fieles norteamericanos?
--Obispo Olmsted: No todos los reciben igual, aunque la mayoría sí porque ser católico es ser universal. Esto es debido a que muchos de los católicos norteamericanos no están bien catequizados, y sin una buena formación no se entra en la misión de la Iglesia.
Terminado este evento, ¿cómo ve el trabajo que se quiere hacer en América en los próximos 15 años?
--Obispo Olmsted: Lo veo con mucha esperanza. Creo que la comunión entre los obispos está aumentado y doy gracias a Dios por eso.
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