(Iglesia de Asturias) El Papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia universal a un Sínodo, con el lema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. En él, invita a toda la Iglesia a interrogarse sobre la sinodalidad, ya que, tal y como ha afirmado el propio Pontífice, “es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.
Este camino sinodal tendrá tres fases fundamentales. La fase diocesana, que se inauguró en Roma los pasados 9 y 10 de octubre, y a lo largo de todo este mes en cada Iglesia particular. En las diócesis, los trabajos se prolongarán hasta marzo de 2022. En una segunda fase, entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, tendrán lugar las asambleas regionales y continentales, y finalmente, en octubre de 2023, tendrá lugar en Roma la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los obispos. Tras ella, está prevista la puesta en marcha de las propuestas y conclusiones, donde volverán a involucrarse de nuevo las Iglesias particulares.
En nuestra diócesis el proceso sinodal arrancará el próximo domingo, 24 de octubre. Lo hará con la celebración de la eucaristía, en la Catedral, a las seis y media de la tarde. Presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, están invitados a participar el Consejo del Presbiterio, los miembros del Consejo Pastoral Diocesano, los Delegados diocesanos, el Colegio de Arciprestes y representantes de los Consejos Pastorales Arciprestales. “El Santo Padre quiere, con este Sínodo, abrir un nuevo camino de escucha con las bases de la comunión y la sinodalidad”, explica el sacerdote Antonio Vázquez, Vicario de Pastoral de la diócesis. “Encontrarnos unos con otros, escuchar el corazón de las personas que están a nuestro lado y juntas, las tres grandes vocaciones, discernir y caminar juntos hacia la pastoral y la evangelización en el futuro de nuestra Iglesia”.
Una vez inaugurado el proceso sinodal en nuestra diócesis, comenzarán los trabajos, que liderará una comisión dirigida por el sacerdote diocesano Marcelino Garay, que es la comisión que ya sacó adelante en su día los trabajos del congreso de laicos “Pueblo de Dios en salida”, del pasado mes de febrero de 2020. “A lo largo de estos meses, se tratarán los diez temas propuestos para el Sínodo”, explica el Vicario de Pastoral. “Con la base de escucharse, encontrarse y discernir, tendrá lugar este trabajo y se llevará un Instrumentum Laboris para presentar en la CEE en el mes de marzo”. La pregunta fundamental que se hace en este Sínodo es: “En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”: ¿cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”?
Los puntos fuertes de este curso pastoral
Después de los encuentros de programación, realizados a finales del curso pasado y a comienzos de este, y caminando paralelamente a los trabajos del Sínodo, se han programado varias líneas temáticas para llevar a cabo a lo largo de los próximos meses. La primera, “Seguir transmitiendo el kerigma mediante las Nuevas Tecnologías”. “Sabemos que pueden ser un cauce privilegiado para la Nueva Evangelización –reconoce Antonio Vázquez, Vicario de Pastoral–, y queremos ver la parte positiva y vemos que se puede transmitir el Reino de Dios y su mensaje por medio de las Nuevas Tecnologías. Vemos que es importante seguir formándonos y por eso vamos a tener varios encuentros”. Además, “seguirá insistiendo en el valor de las celebraciones en espera o ausencia del sacerdote”, explica el Vicario de Pastoral. Los arciprestes cuentan ya con una ficha para que completen las personas que solicitan ser admitidos, y entregarles la Missio de cara a dirigir las Celebraciones de la Palabra. “Junto con la entrega de la Missio, y la base de datos que queremos elaborar, vamos a insistir en la formación de estos agentes y en la importancia de hacer una celebración del envío a nivel arciprestal”.
La revisión y consolidación de la institución diocesana del Catecumenado de Adultos será otra de las líneas de trabajo de este año, que cuenta con un nuevo responsable, Artemio Grande, diácono permanente en la diócesis, que sustituye en el cargo al sacerdote Fernando Llenín. “Seguiremos insistiendo en el valor fundamental del catecumenado, una institución que fue aprobada después de ser consultada al Consejo del Presbiterio, los arciprestes, el Consejo Pastoral Diocesano, y que está dando mucho fruto. El curso pasado, más de 130 personas, mayores de 18 años, concluían todo el proceso de iniciación cristiana”, asegura Vázquez. “Habrá que seguir insistiendo –añade – en la formación de los catequistas y en la comunión entre los sacerdotes por medio de la formación que reciben”.
Con todo ello, la puesta en marcha de las Unidades Pastorales (UP) es otro de los puntos que se han querido destacar para este curso, aún cuando casi todos los arciprestazgos han presentado ya el mapa definitivo de las mismas. “Consideramos que es una herramienta privilegiada para la estructura y la coordinación de la pastoral diocesana. Junto con el mapa, tendremos que publicar un Vademecum que pueda acompañar en la formación y la sensibilización de cara a poner en marcha estas UP”, destaca el Vicario de Pastoral.
Para finalizar, los santuarios marianos de la diócesis y su potenciación a nivel de arciprestazgo, comenzando por el Santuario de Covadonga, sin olvidar el 1200 aniversario de la Catedral de Oviedo, y el Año Santo Compostelano, es otro de los puntos fuertes que se tendrán en cuenta en los trabajos de este curso.
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