«Nos vamos quedando sin espacio de enterramiento», señala el cura de la iglesia de la localidad, Joaquín Serrano
Joaquín Serrano, párroco de Lugones, señaló ayer que la falta de espacio en el cementerio de la localidad empieza a ser un problema. Pese a reconocer que, en parte gracias a la incineración de restos mortales, la «proporción de demanda» en el camposanto se ha reducido, recalcó a este diario que «en el devenir del tiempo nos vamos quedando sin espacio de enterramiento». Por esto solicitó una ayuda adicional a la Corporación. Apuntó que, desde 2008, la parroquia ha invertido aproximadamente 130.000 euros en reparaciones de nichos, muchos en «estado ruinoso».
Aportaciones de los fieles
La recuperación de nichos abandonados o de aquellos cuyos titulares no hacen frente a las obligaciones estipuladas está paliando, en parte, la situación. Sin embargo, el sacerdote determinó que la solución a la falta de espacio a largo plazo pasaría por construir una o dos nuevas baterías de nichos. El problema, en su opinión, radica en que «cuesta mucho enfrentarnos a esas obras únicamente con el dinero que aportan los fieles». Pese a que valoró la ayuda y las inversiones del Ayuntamiento de Siero en la mejora de infraestructuras como los accesos a las instalaciones o el aparcamiento, el párroco solicitó más respaldo «para prestar este servicio». «Siempre he dicho al Ayuntamiento que no se desentienda y que nos eche una mano».
Insistió en que el interior del cementerio se mantiene «muy dignamente» con los propios ingresos de la parroquia. En esta línea, subrayó que el sistema de pago de cuotas se ha actualizado y modernizado en los últimos años, de cara a establecer un mejor control de los pagos y aportaciones.
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