domingo, 9 de octubre de 2016

El arzobispo de Oviedo cree que la ley de la Memoria Histórica "reabre heridas"


La beatificación de los mártires de Nembra, sirve al arzobispo de Oviedo, Jesus Sanz Montes, como motivo, en su carta semanal, para ensalzar los valores cristianos y también para expresar su posición respecto a la ley de la memoria histórica. "Se podrán escribir panfletos, rodar películas, vociferar en tertulias y dictar leyes que reabren heridas pero todo eso caduca por el implacable paso de los días cuando lo que se dice, se escribe o se filma no hace las cuentas con la verdad", subraya Sanz Montes en la misiva.

Los restos del sacerdote Jenaro Fueyo y los mineros Segundo Alonso e Isidro Fernández fueron exhumados de las sepulturas de la iglesia de Nembra. Las reliquias volverán a la localidad allerana el día 20 de noviembre. El cuerpo del joven Antonio González nunca apareció, pero la parroquia prepara un mural para adorarlo. En su carta semanal Sanz Montes recuerda a todos los mártires cristianos, que como los de Nembra, "fueron víctimas de una terrible confusión, de una persecución enloquecida" que sufrieron el escarnio de "mofa y befa" antes de morir.

Los beatos de Nembra formaban parte de la agrupación local de la Adoración Nocturna, un grupo que dedicaba una noche al mes a la oración. Fueron apresados, torturados y asesinados durante la Guerra Civil. Jenaro Fueyo será el primer sacerdote asesinado durante el conflicto bélico que será beatificado. Lo mataron a los 72 años. Él ya había pedido al Arzobispado la vuelta a su tierra natal, Congostinas (Lena), para seguir dedicándose a la promulgación de la fe. En Nembra lo recuerdan como un hombre "dedicado a la comunidad, con una bondad infinita y trabajador incansable".

Segundo e Isidro trabajaban en la Hullera Española, empresa del Marqués de Comillas. También eran muy apreciados por su labor en favor de la comunidad. Lo mismo que el joven Antonio González, estudiante de Magisterio. Nacido en 1912, quería haber sido dominico. Una tuberculosis le obligó a volver a la casa familiar. Narran los testimonios de la época que, a este último, los captores le dieron la oportunidad de librarse de una muerte atroz. Le pidieron que blasfemara y rompiera la piedra ara, pero él se negó. Los degollaron a los cuatro. La exhumación de los cuerpos se desarrolló esta semana, en Nembra. Según el párroco, Enrique Iglesias, fue "una actuación privada" en la que participó un forense.

Han pasado décadas desde que se inició el proceso de beatificación. La familia de Jenaro Fueyo, en Congostinas, relatan cómo la hermana del sacerdote murió con la pena de no ver a su hermano convertido en beato: "Siempre nos decía que quedaba en nuestras manos seguir adelante con la tramitación", explicaron Enedina García y Amparín Alonso, sobrinas nietas del sacerdote. En Nembra también han trabajado mucho. Según Iglesias, "esta beatificación es un honor para toda la parroquia".

Pero los actos religiosos del sábado serán sólo el principio. Enrique Iglesias señaló que la parroquia de Nembra tenía previsto recibir las reliquias y oficiar una misa el 6 de noviembre, festividad de los mártires de la persecución religiosa en España. Pero no podrá ser, explicó, porque "los plazos están muy ajustados". Es por eso que la fecha de la ceremonia se retrasará hasta el día 20 de noviembre. Está previsto que asista también el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.

Las reliquias de Jenaro Fueyo, según explicó Enrique Iglesias, se repartirán con la iglesia de Congostinas. Es una reclamación de los vecinos lenenses que la parroquia ha aceptado de buen grado.

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