sábado, 13 de agosto de 2016

He venido a prender fuego en el mundo. Fray Juan José de León Lastra


En este domingo las tres lecturas coinciden en mostrar que ejercer de profeta, como Jeremías o como Jesús, genera división en los “espectadores”, -término que emplea el autor de la carta a los Hebreos-. No es fácil proclamar la verdad que Dios quiere que sea conocida por los seres humanos. No sueles ser la esperada. “La verdad duele” se suele decir. Y la culpa recae sobre el mensajero. Pasó con Jeremías según la primera lectura; pasó con Jesús según la segunda; y el mismo Jesús avisa de ellos a sus discípulos. Asumir esa realidad, y no dejar de decir lo que hay que decir ni de actuar como hay que actuar sólo es propio de quienes no buscan el aplauso social y se exponen a la “división de opiniones” incluso entre los más cercanos que señala Jesús o que caiga sobre él la “ignominia”, como se apunta en la segunda lectura. Pero merece la pena, es el modo de vida de quien quiere ser coherente con su fe.

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