jueves, 5 de marzo de 2015

¡GRACIAS, PASCUAL!. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Gracias a Dios, el recuerdo de los buenos amigos no siempre ha de ser desde su necrológica o por su traslado “al Himalaya”. El justificado agradecimiento de hoy de esta Parroquia lo es a un amigo fiel y comprometido con ella y al que la puñetera crisis ha replegado en su tienda de Noreña, donde seguirá siendo buen amigo, y, en lo suyo, un magnífico y excepcional profesional de la imagen.

Corría Noviembre de 2.008 cuando conocí a Alfonso Pascual, el fotógrafo de “frente a la Iglesia”. Enseguida se presentó amable y cordial, como es él, y mostró su disposición para colaborar en lo que buenamente pudiera con el nuevo Párroco, manifestando, al tiempo, su buena relación y amistad con el anterior. Fue un feligrés que, sin dejar de serlo, ha sabido colaborar con esta Parroquia y con sus diferentes Párrocos (también conoció a los hermanos De La Riva y a D. Cecilio). Un compromiso mantenido por encima de afectos o antipatías y mucho más allá de ningún “interés comercial”, pues, en estas relaciones generadas en el tiempo entre el fotógrafo y la Parroquia, el fotógrafo siempre ha salido perdiendo. Doy fe.

Pascual ha sido un ejemplo que por justicia no puedo dejar pasar desapercibido. Su desinteresada colaboración pronto se convirtió, además, en amistad.

Sin duda, yo mismo echaré de menos (ya lo hago) su llamada (o la mía) al medio día para “tomar El Ángelus” en la Principado; para comentar durante un ratín de descanso los acontecimientos cotidianos o los achaques del alma o del cuerpo…

Amigo Alfonso, desde aquí queremos agradecerte sinceramente tu cercanía y múltiples trabajos no compensados de ningún modo, pero, sobre todo, tu capacidad y generosidad para servir a la Parroquia al margen de quienes fueran sus responsables y cuya realidad cotidiana ha generado conmigo una personal amistad que es todo un ejemplo para otros.

Te deseamos de todo corazón que la crisis sólo haya podido atrincherarte un poco en Noreña, donde sabemos que te tenemos todavía como gran profesional, deseando que de vez en cuando tu trabajo te permita volver por esta Parroquia (sea quien sea el Párroco) a ver a los amigos y a “rezar El Ángelus” que te anunciaba cada día en tu tienda el reloj de la Torre de nuestra Iglesia. ¡Gracias Pascual!

Joaquín, Párroco

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