«Las comunidades de monjas benedictinas de San Pelayo de Oviedo, San Salvador de Palacios de Benaver (Burgos) y La Ascensión de Zamora junto con su casa dependiente, la comunidad de Santa Escolástica en San José de Costa Rica, iniciamos, hace más de un año, un proceso de discernimiento conjunto en busca de caminos de vida y de cuidado de las hermanas y de nuestro carisma.
Concluida la fase de discernimiento, comenzamos ahora una nueva etapa para llegar a unirnos en una única comunidad en el Monasterio de San Pelayo de Oviedo.
Iniciamos con esperanza los trabajos necesarios para realizar esta unión, conscientes de que no será inmediata, dada la complejidad que supone y los diferentes aspectos que es necesario tener en cuenta.
En este camino, nuestras comunidades han estado animadas por el discernimiento conjunto de la Congregación Monástica de Santa Hildegarda a la que pertenecemos, que nos ayuda a buscar caminos ante el desafío de hacer frente a la fragilidad. Nos mueve, también, el deseo de poder cuidar de cada hermana en su propia etapa vital, y del carisma benedictino que hemos recibido y que queremos seguir ofreciendo con alegría a la Iglesia y al mundo.
Os agradecemos a todos vosotros la cercanía de siempre, y contamos con vuestra empatía y vuestra plegaria en este nuevo paso que emprendemos en nuestras comunidades. Quisiéramos ser testimonio vivo de la alegría del Evangelio».
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