(Rel.) El Papa Francisco ha aprovechado su comentario tras el rezo del Ángelus de este domingo 17 de julio para animar a los cristianos a ponerse "en escucha" de Jesús con más tranquilidad durante las vacaciones de verano.
“Hermanos y hermanas, aprovechemos este tiempo de vacaciones, para detenernos y ponernos en escucha de Jesús. Hoy cuesta cada vez más encontrar momentos libres para meditar. Para muchas personas los ritmos de trabajo son frenéticos, extenuantes. El período de verano puede ser valioso también para abrir el Evangelio y leerlo lentamente, sin prisa”, propuso el Pontífice, dirigiéndose a los fieles desde la ventana del Palacio apostólico.
Al leer los Evangelios con tranquilidad, dijo el Papa, “dejémonos interpelar por esas páginas, preguntándonos cómo está yendo nuestra vida, si está en línea con lo que dice Jesús. En particular, preguntémonos: cuando empiezo el día, ¿me lanzo de cabeza a las cosas que tengo que hacer o busco primero la inspiración en la Palabra de Dios?”.
“Si salimos de casa por la mañana teniendo en mente una palabra de Jesús, el día adquirirá un tono marcado por esa palabra, que tiene el poder de orientar nuestras acciones según lo que el Señor quiere”, añadió el Santo Padre.
El ejemplo de Marta y María
Al comentar el Evangelio del día, el Papa Francisco dijo, antes de rezar el Ángelus dominical, que “la palabra de Jesús no es abstracta”, sino “una enseñanza que toca y plasma la vida, la cambia, la libera de las opacidades del mal”, porque es “la parte buena” que intuyó María, la hermana de Marta, dándole “el primer lugar”.
Marta se ocupa de la acogida de los huéspedes, mientras María se sienta a los pies de Jesús para escucharlo. Marta se queja de que María no le ayuda en los trabajos de ofrecer hospitalidad.
"La queja de Marta no parece fuera de lugar; por el contrario, sentimos que tenemos que darle la razón. Y, sin embargo, Jesús le responde: ‘Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada’. Es una respuesta que sorprende pero Jesús muchas veces vuelca nuestra forma de pensar", reconoce el Pontífice.
“La ‘filosofía’ de Marta parece esta: primero el deber, después el placer. La hospitalidad, de hecho, no está hecha de bonitas palabras, sino que exige poner la mano en los fogones, ocuparse de todo lo necesario para que el huésped se sienta bien acogido. Esto, Jesús lo sabe muy bien. Y de hecho reconoce el esfuerzo de Marta”, detalla el Papa.
Jesús mismo -y su palabra- tienen prioridad
Pero Jesús quiere enseñar a Marta que “hay un orden de prioridad nuevo, diferente al que hasta ahora había seguido. María ha intuido que hay una ‘parte buena’ a la que hay que dar el primer lugar. Todo lo demás viene después, como un arroyo de agua que brota de la fuente”.
“¿Y qué es esta ‘parte buena’? Es la escucha de las palabras de Jesús”, respondió el Pontífice, tal como dice el Evangelio: “María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra”. Notamos entonces – prosiguió – que “ella no escuchaba de pie, haciendo otras cosas, sino que estaba sentada a los pies de Jesús”.
Marta comprendió que Jesús “no es un huésped como los demás”, aunque a primera vista parezca que ha venido a recibir, porque necesita comida y alojamiento.
"En realidad el Maestro ha venido para donarse a sí mismo mediante su palabra. La palabra de Jesús no es abstracta, es una enseñanza que toca y plasma la vida, la cambia, la libera de las opacidades del mal, satisface e infunde una alegría que no pasa: es la parte buena. Por eso María le da el primer lugar: se detiene y escucha. El resto vendrá después”, explica el Papa.
Así, las tareas prácticas siguen siendo valiosas, pero deben "brotar de la escucha de la palabra de Jesús, debe estar animado por su Espíritu. De lo contrario, se reduce a fatigarse y agitarse por muchas cosas, a un activismo estéril", advirtió el Pontífice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario