Algo de lo que hacemos siempre broma es del paso del tiempo porque nadie quiere cumplir años, pero finalmente es tan inevitablemente como motivo de verdadera alegría, pues no cumplirlos sería aún peor.
Nos conocimos ya hace unos cuantos -creo que ninguno de los dos teníamos canas- y hoy para mí el recuerdo es todo un motivo de “orgullo y satisfacción” (póngase la acentuación y el tono adecuado...)
Fueron muchas cosas compartidas en lo personal y después -gracias de nuevo- en lo pastoral, pero afortunadamente si de algo podemos estar contentos es de poder seguir haciéndolo con salud. Ese ha sido y es el mejor regalo que el buen Dios puede hacer a sus hijos.
Con ello, Él te ha permitido ver de todo, especialmente pasar la vida a su servicio asomado al balcón de la tuya contemplando con ironía el desfile de amigos y lo contrario.Y como muestra el botón del recuerdo de una prójima “ilustrada candasina” (ya esmellada) que al poco de tu llegada pronosticó que aquel año ya no comerías el turrón en Candás..
Aunque no nos gusten los cumpleaños ésta es la mejor victoria de la vida cuando se tiene como principal aliado a Dios.
Está claro que con el paso del tiempo tu presencia entre nosotros a nadie ha dejado indiferente, sobre todo para los muchos que te valoramos y queremos.
Que el Náufrago Rescatador que nos preside y la Pequeñina y Galana de Covadonga te sigan colmando de bendiciones y salud mientras los demás te deseamos -y te cantamos, porque en Candás se canta mucho- “que cumplas muchos más”...
Joaquín
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