–¿Cuáles fueron las razones para que Lutero fijara el 31 de octubre de 1517 en la catedral de Wittenberg las 95 tesis que, finalmente, desembocarían en la reforma protestante?
–Tal vez se haya de decir previamente que las últimas investigaciones niegan que se fijaran las 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, sino que fueron difundidas mediante la imprenta. En cualquier caso, aquellas tesis contra el abuso de las indulgencias papales, como es evidente, tuvieron gran trascendencia, se divulgaron mucho y crearon otra Iglesia. Por cierto, ese mismo mes y año llegaba Carlos V a España, desembarcando en Tazones, por lo que hay doble motivo para celebrar estas jornadas en Asturias.
–¿Carlos V no fue defensor de Lutero?
–Estuvo en favor de que existieran acuerdos, presidió la Dieta de Worms, facilitó salvoconductos a los luteranos...;pero, lamentablemente, fracasó y se produjo la ruptura.
–El Papa Francisco, en un encuentro ecuménico a principios de este año, en Finlandia, explicaba que Lutero había querido renovar la Iglesia y no dividirla...
–Ese fue el propósito originario, que comparten algunos teólogos luteranos. Pero esa renovación solo se produjo en parte, mientras que se rompió la unidad de la Iglesia.
–500 años después, ¿se puede recuperar esa unidad?
–La unidad de los cristianos es un imperativo evangélico. El diálogo se mantiene ya desde principios del siglo XX, y lo que importa es que, más allá de las opiniones, nos entendamos a través de la Palabra de Dios y su Revelación en Jesucristo. No siempre ha sido fácil, por circunstancias políticas y geo-estratégicas. Hemos de acercarnos a la verdad evangélica humildemente.
–Hablar de la Reforma lleva aparejada la Contrarreforma...
–Lo que hubo fue una Reforma católica anterior y posterior a Lutero. En España el luteranismo no prendió porque el cardenal Cisneros había hecho una grandísima reforma. Y ahí están Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Francisco Javier... La Iglesia ha de estar constantemente reformándose, sin cerrar los ojos a la corrupción y al pecado. Pero una reforma que divide no consigue sus objetivos.
–Otra cita reciente del Papa Francisco alude a la distinción entre religión e idolatría, entendiendo que la segunda es la raíz del fanatismo y la violencia...
–Una distinción muy lúcida. La verdadera religión está en la revelación plena del poder infinito de Dios, que al ser asumido contiene la violencia por amor al otro. La idolatría es una confianza que no se deposita en la Cruz de Cristo. El objeto de confianza ha de ser Dios, que en su infinito poder y misericordia derrota la violencia. Es la salida del círculo infernal que pretende suprimir la violencia con violencia. Pero la idolatría no concierne solo a las religiones, la idolatría civil o secular ha sido causa de las mayores violencias de la Historia de la Humanidad, con diversos signos políticos.
Campos de concentración
–Al fondo, inevitablemente, la pregunta por el silencio de Dios ante el dolor de los inocentes...
–Es lo que se preguntaba en los campos de concentración nazis. ¿Dónde está Dios?Dios está con los que sufren. Así fue su muerte injusta en la Cruz. Esa es la fe verdadera que nos da esperanza, la de un Dios que puede sacar vida de la muerte como hizo que surgiera el todo de la nada.
–¿Cabe la razón en esas conclusiones?
–Solo con argumentos puramente racionales, no.
–¿Es difícil la relación de la Iglesia católica española y el Estado?
–Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Con respeto democrático. Pero la Iglesia tiene su propia lógica y aspira a su libertad, que es la de la salvación eterna de los hombres.
–¿El fundamentalismo islámico es pretexto para la islamofobia?
–Todas las fobias son negativas y engendran odio. Sea islamofobia o cristianofobia. Ni fobias ni tampoco ceguera. Lucidez ante la realidad.
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