martes, 28 de junio de 2016

300 jóvenes asturianos irán a la JMJ de Cracovia



(Iglesia de Asturias) La JMJ de Cracovia 2016 lleva preparándose con especial intensidad en nuestra diócesis desde el encuentro de jóvenes del pasado verano en Ávila, con ocasión del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa.
Desde ese momento, todos aquellos que se plantearon participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, la segunda del Papa Francisco, han trabajado en diferentes iniciativas a lo largo del curso para poder costearse el viaje, o al menos financiar una parte. Pero no ha sido una preparación exclusivamente económica. Nadie llega a la JMJ por casualidad.

Los jóvenes que acudirán este verano a Cracovia han recibido catequesis previamente, el pasado domingo se reunieron antes de la Misa Joven en el Seminario para seguir preparándose, y el 19 de julio, martes, en la Catedral, están convocados todos los que van a participar en la JMJ, para participar de una Eucaristía del Envío presidida por nuestro Arzobispo, don Jesús.
Este año el destino de la JMJ es Cracovia. Es la segunda vez que una Jornada de este tipo se celebra en Polonia, el país natal del fundador de estos encuentros, San Juan Pablo II, después de que Czestochowa fuera su sede en el año 1991.
Desde Asturias saldrán alrededor de 270 jóvenes rumbo a la JMJ el próximo mes de julio. De ellos, 110 parten con las comunidades que el Camino Neocatecumenal tiene en Asturias, y unos 160, con el viaje organizado desde la diócesis, que en función del tiempo, se ha dividido en dos opciones: en autobús, y en avión.
Una vez allí, todos los jóvenes permanecerán unidos y participarán de las mismas actividades y catequesis, entre las que se encontrarán las de nuestro Arzobispo, Mons. Jesús Sanz, que se unirá a ellos en los días principales.
El viaje en autobús se prolongará durante dos semanas. Se ha contemplado como una peregrinación, no un viaje o excursión más, y pretende ser “todo un itinerario espiritual” con destino la JMJ, tal y como explica el Delegado de Pastoral Juvenil, el sacerdote José Manuel Vázquez.
“Haremos paradas en aquellos puntos del camino que nos parezca que pueden tener una especial relevancia en algún aspecto espiritual –describe– La primera será en Solesmes, cuna del canto gregoriano y la restauración del monacato. Allí participaremos de la espiritualidad monástica y compartiremos unas horas con los monjes. También pararemos en Colonia y visitaremos la Catedral, donde la tradición dice que están enterrados los Reyes Magos. Y recordaremos la JMJ que tuvo lugar allí, con el Papa Benedicto XVI. Después nos iremos a Berlín, donde pasaremos 2 noches y tendremos la oportunidad de visitar un campo de concentración. A continuación estaremos en la JMJ y al volver pararemos para ver la tumba de don Bosco y la Catedral de Turín, donde adoraremos la Sábana Santa, y finalmente visitaremos Padua, y Lourdes”.
El viaje alternativo es en avión, donde más de cien jóvenes se incorporarán a la JMJ el lunes 25, con vuelta el mismo domingo 31 de julio.
Una vez allí, los jóvenes asturianos seguirán el programa previsto, y vivirán la que generalmente es descrita como una de las experiencias más impactantes de sus vidas. Así lo describe el propio José Manuel Vázquez como una “experiencia esencial”, porque “la evangelización de los jóvenes hoy se hace a través de experiencias”. “A mí me gustan mucho y lo repito una y otra vez, esas palabras de Benedicto XVI cuando afirma que no se es cristiano por unas aspiraciones éticas ni por una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento con una persona. Ese encuentro te proporciona un horizonte nuevo y con ello, un nuevo sentido a la vida”.
“Con esa experiencia, eres capaz de descubrir nuevas prioridades en tu vida. Si hasta ese momento tu prioridad era el éxito profesional, sentimental, vivir lo mejor posible, ir de fiesta, consumir, etc. de repente te encuentras con alguien que cambia tus prioridades y descubres el valor de la amistad verdadera, la serenidad, la esperanza en el futuro, la misericordia con los más débiles y el valor de la misericordia contigo mismo, porque en el fondo, también eres débil”. “Esto lo puedes vivir en una JMJ o en cualquier otro acto eclesial –afirma– que puede ser la semilla que haga que todas tus prioridades cambien según el Evangelio. Tu vida no cambiará, porque será la misma, pero el horizonte sí que cambia. Y eso sucede sólo si tu cabeza mira hacia otro lado, y hay que tener en cuenta que hacia donde tú miras, es hacia donde caminas. Si miras para todo eso que te ofrece el mundo como la panacea de la felicidad, tú caminarás hacia ahí. Pero si en esa experiencia descubres otros valores, que son los valores del Evangelio, con su gran valor, que es Jesús, habrá un cambio. No será tu vida, efectivamente, pues esa permanecerá igual, pero sí la dirección hacia donde caminas”.


Año de la misericordia

El lema de la JMJ de este año es “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia”. El Papa eligió la quinta de las ocho Bienaventuranzas que pronunció Jesús en su Sermón a la orilla del Mar de Galilea para subrayar la importancia que tienen éstas, corazón de la enseñanza de Jesús. No es casual el lema, en pleno Año de la Misericordia, como tampoco es casual el lugar elegido para celebrar este encuentro, Cracovia, donde Jesús se reveló a santa Faustina, conocida como la capital de la Divina Misericordia. Los jóvenes visitarán el lugar de las revelaciones, la tumba de santa Faustina Kowalska y el santuario, desde donde san Juan Pablo II encomendó el mundo a la Divina Misericordia.
Por ello, también los santos patronos de esta JMJ son precisamente ellos: santa Faustina Kowalska y san Juan Pablo II, ambos polacos, y ambos relacionados entre sí; fue el propio Papa quien, en 1993 beatificó y en el año 2000 canonizó a Santa Faustina, instituyendo, además, el segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la Divina Misericordia” para todo el mundo. Por eso, en su mensaje para esta JMJ 2016, el Papa Francisco afirma “Creo que la Divina Providencia nos ha guiado para celebrar el Jubileo de los jóvenes precisamente ahí, donde han vivido estos dos grandes apóstoles de la misericordia en nuestro tiempo. Juan Pablo II intuyó que éste era el tiempo de la misericordia (...) Queridos jóvenes, Jesús misericordioso los espera. Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes. (...) Vayan a Él y no tengan miedo, para decirle: Jesús en ti confío”.

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