jueves, 5 de febrero de 2015

Rafaela: no me pienso casar con él



¡Qué insondables los caminos de Dios! ¿Quién conoce su mente? ¿Qué criterios utiliza el Padre Dios para llamar a un hombre al sacerdocio?

Evidentemente no se fija en la altura física,porque desde los dos diez de don Crisanto, hasta el uno cincuenta de don Fermín anda que no caben curas, y todavía alguno habrá que aún se salga de esos parámetros. Si de orondez, qué vamos a contar. Algunos gorditos, lustrosos como un chotito recién mamao que decían en el pueblo. Otros más flacos que Tizona del Campeador. Los hay de grandes melenas y otros calvos como remates de comulgatorio. Más guapos que un angelito de Murillo y feos como una desafortunada caricatura de Picio.

Pues anda que si vamos a otra cosa… Los hay alegres como campanillas en noche de vigilia pascual, adustos como tarde de viernes santo al pie de la Dolorosa, listos como la estrella de los magos y necios como la última de las vírgenes, revoltosos como bandada de monaguillos y tétricos más que beata rezando la recomendación del alma. Leídos y escribidos de tres licenciaturas y dos doctorados, y simplones más que el buen cura de Ars.

Rafaela ha conocido de todo y a nada de esto le dio importancia. Como mucho la molestia de encoger el alba de don Fermín o sacar un bajo si llegaba un don Crisanto.Los curas para lo que tienen que estar: para la misas, confesarse, atender a los enfermos, catequizar a los niños y espabilar a los grandes.

Durante unas semanas ha estado celebrando las misas un cura nuevo. Tema de conversación y que no falte. Pues parece alto, un poco gordo, tiene buen pelo, habla bien… Dice bien la misa, confiesa, está en la parroquia, ha ido a visitar a mi madre. No va mal la cosa.

Joaquina no parece muy conforme. Lo ve un tanto “seco” y hasta pelín estirado según ella. ¿Y tú, Rafaela? ¿No te parece un poco antipático?

Rafaela a lo suyo: me gusta cómo dice la misa, predica bien y ha ido a visitar a algunos enfermos. Está ratos en el confesionario y yo me he confesado y muy bien. Y la iglesia la tiene apañadita. No está nada mal.

Vuelta Joaquina… pero podía ser un poco más simpático ¿no crees? A mí eso me da igual, replicó Rafaela. Que haga bien las cosas que es lo que interesa. Y si encima es simpático pues mejor, y si no lo es pues no pasa nada. Total, no me pienso casar con él…

Jorge Glez. Guadalix

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