Me perdonará el Sr. Obispo de San Sebastián (a quien conozco y he tratado personalmente)
si le plagio ideas y expresiones de su última Carta Pastoral a sus diocesanos,
comenzando por el título de éste, pero es que, adhiriéndome plenamente a su
discurso, blanco y en botella: ¡leche!
Tengo amigos en la política, y, los verdaderamente buenos
y válidos, acaban dejándola no sin antes pasar por una cierta repugnancia con
argumentos suficientes hacia hechos y personas de ese mundo. El Presidente del
Gobierno de la abstracta “Nación” española (es
que como hay tantos, hay que matizar…) ha decidido, ante las presiones de
los de siempre, retirar la “Reforma Ley del aborto”, costándole el puesto a su
Ministro de Justicia, D. Alberto Ruiz Gallardón. Reconozco que para mí, es el
único que ha actuado con coherencia.
Ello condena al absoluto y más atroz exterminio a trescientas vidas humanas al día, a las que se negará el más elemental de los
derechos: el derecho a vivir. Elevando a la categoría de ley el “derecho a
matar” impunemente a un nonato. La muerte infame en Auswitch era consecuencia
de una guerra provocada por un loco ambicioso. Aquí, porque el supuesto sentir
de un sector ruidoso y desafiante de la sociedad lo exige, los acomplejados e
incoherentes gobernantes lo elevan a la categoría de “derecho”.
¿Acaso una ley porque emane -supuestamente- de un sentir
mayoritario (nadie dice nada de cuantos
son los que no se pronuncian y callan) puede considerarse que es buena?;
¿Si todos decidiéramos mañana matar a todos los que lleguen a la edad de jubilación,
o a los disminuidos físicos o psíquicos, convertiría en buena esa ley?; ¿Es lo
mismo lo bueno, lo ético, lo moral, lo correcto… por muy legal o mayoritario
que sea?
Lo que está claro es que los políticos quieren su sillón y
cada vez existen menos diferencias ideológicas entre los partidos, y todos
se asientan en el puro relativismo, en lo políticamente correcto y en lo
rentable electoralmente, aunque sea absolutamente inmoral.
La cuestión es cuál ha de ser el papel y la actuación de
los católicos ante hechos inaceptables y antievangélicos como el aborto, pues
el tiempo va demostrando que los complejos, los silencios y la aceptación del
“mal menor”, acaban llevando al “mal mayor”, y aún superándolo con la aceptación
por parte de un partido llamado “conservador” y demócrata-cristiano de la ley
abortista de Zapatero (2010) donde la famosa ministra de “igual-dá” no consideraba “humano” a un feto... alomejor es que un
feto se parece a un delfín…
El reto está en quienes estarán dispuestos a prestar su
voz a los que no la tienen aún y nadie les ha preguntado si quieren o no nacer.
Quienes estarán dispuestos a defender el derecho a la vida de los miles de
inocentes que todavía no pueden hablar por sí mismos y cuyos cuerpecitos estarán
condenados a la infame trituradora del “Mengele” catalán en su ilegal clínica
abortista (¿se acuerdan…?) y quienes
estarán dispuestos a ayudar y ofrecer a las mujeres embarazadas en situaciones
difíciles y de duda una alternativa a la trampa mortal (y ahora “legal”) del llamado “derecho a abortar”.
Joaquín, Párroco
D. Joaquin, si usted normalmente, dice verdades incuestionables. En este articulo, nos ha puesto "las pilas" a todo aquel, que lo lea, y no mire para otro lado.
ResponderEliminarEspero, que de sus frutos, y que nadie "eluda " sus responsabilidades sociales, por muchos reveses, que recibamos. No hay que enterrar "los talentos revividos"..Ni caer, en los falsos "respetos humanos".
Gracias en mi nombre, y en el de muchos, que quieres oír o leer, las opiniones de quienes son "guías" en este "Rebaño " que usted con tanto cariño cuida.
Un saludo, de quien se siente orgulloso, de su Párroco ¡¡