He de reconocer que el correo profético divulgado por el Padre González Guadalix me ofreció un excelente testimonio de cómo debe uno tomarse esto de las vacaciones. Cuántos planes para hacer esto y lo otro, cuántas satisfacciones deseamos colmar con ellos, pero, ¿cuánto tiempo más del que dispongo estos días, voy a ofrecérselo al Señor? En ocasiones, tengo la sensación, que en este tiempo estival , desconectamos hasta de Dios. Es tal el relajamiento en el que queda el cuerpo apoltronado, que todo parece un esfuerzo y que el merecido descanso, excusa de cualquier extra que no reporte su plus de interés personal.
Así pues, esa disponibilidad de 24 horas para Dios, que mostraba en su correo ese querido feligrés de don Jorge, me ha hecho reflexionar sobre cómo debo tomarme este tiempo y qué prioridades debo tener presente a la hora de preparar las maletas.
En el suplemento cultural de un conocido periódico, se presentaban algunas sugerencias para la lectura en este tiempo de vacaciones, y no adivino en ninguna de ellas lo que pueden reportar espiritualmente al lector. A lo mejor es que la lectura espiritual no tiene nada de cultural, y si a alguno se lo pudiera parecer, es algo que ya no se lleva y recomendarla parece ser garantía de fracaso.
Así que me voy a tomar la libertad de sugerir a los lectores de InfoCatólica la lectura de la trilogía del Papa Benedicto XVI sobre la vida de Jesús. El motivo responde a un comentario de Fray Justo Pérez de Urbel OSB, primer abad de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, en su prólogo a la obra «Vida de Cristo»:
«En estas páginas quisiera yo presentar lo que se necesita en esta España, que después de una lucha heroica por salvar la civilización cristiana, está empeñada en una tarea de reconstrucción, de renovación y de engrandecimiento. Me dirijo a hombres que están empeñados en una gran tarea, pero que si quieren restaurar una sociedad fundada en la doctrina de Cristo no pueden menos de estudiar y de vivir el espíritu de Cristo. Espero que esta obra les ayudará a cumplir con esa obligación primaria, para renovarse a sí mismos y renovar a los demás…»
La obra fue editada por primera vez en 1941 y su reedición en 1998 obedecía a ése mismo propósito a criterio de su editora – RIALP : Patmos. Libros de espiritualidad-.
En otro punto de este prólogo afirma Fray Justo : «Cada generación, cada clima, cada pueblo y hasta cada grupo social, necesita su vida de Cristo». La obra del Papa Emérito puede responder perfectamente a esta necesidad.
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