Pronto cumplirá diez años al frente de la secretaría
General de la Conferencia Episcopal Española.
Un puesto de máxima
responsabilidad que, al llevar añadido la portavocía de la CEE, le sitúa en la
órbita de un protagonismo que él mismo no desea. El sábado 19 de enero cumplirá,
también, sus primeros cinco años de su ordenación episcopal en la catedral de la
Almudena, donde doscientos vecinos de su parroquia sierense de Santa Cruz de
Marcenado, acudieron para arroparlo en tan significativa fecha.
Mons. Juan
Antonio Martínez Camino hizo ayer 60 años, pero mantiene un aire juvenil y un
tono vital que reverdece cada vez que se desplaza a su casa familiar de
Marcenado en la que viven sus padres.
Es aquí, a tiro de piedra de una Pola de
Siero que se mete ya en las mismísimas puertas de su vivienda, donde
inevitablemente le sobrevienen sus orígenes como guaje de pueblo, entre tareas
del campo y trabajos menores en la que entonces era una pequeña fabrica de
quesos donde comenzó a ganarse pequeñas propinas. Nunca llegó a cuajar en
aquel oficio primero, porque descubiertos los principios de su vocación
religiosa gracias a “las monjas del asilo de la Pola”,
mons. Martínez Camino
inicia un camino que le llevará a la vida religiosa.
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